7.8.06

HENRYK GÓRECKI:
"Symphony No.3"

Aunque no tenga nada que ver con las víctimas de los campos de concentración, la inmensa fotografía de portada de este álbum ('A maiden at prayer', obra de la influyente fotógrafa estadounidense Gertrude Käsebier en 1899) posee una extraordinaria fuerza que casa perfectamente con el contenido de la obra a la que ilustra. La tercera sinfonía del compositor Henryk Górecki no sólo posee unas características dramáticas totalmente intencionadas sino que la propia historia de la pieza comienza con un injusto tratamiento de la crítica, afortunadamente resuelto años después, cuando el gran público pudo conocer una obra comprometida capaz de llenar cualquier alma. Eso sucedió cuando, merced a la convicción de una buena casa discográfica (Elektra Nonesuch), que puso los medios necesarios a disposición de dicha partitura y una hábil maniobra publicitaria, esta grabación llegó a los oídos de miles de personas que, embelesados, la auparon en el año 1992 a los primeros puestos de las listas de ventas inglesa (sexto puesto en la lista general) y americana (número 2 en la lista de clásica, en la que permaneció 158 semanas), superando en la actualidad el millón de ejemplares vendidos, algo impensable en la música contemporánea. Este dato es aún más interesante por el hecho de que la sinfonía fue compuesta a finales de 1976, diecisiete años antes de su éxito, y publicada por otras casas discográficas que sin embargo no creyeron en sus posibilidades y no actuaron en consecuencia (Polskie Nagrania Muza, Schwann Musica Mundi, Olympia). Fue el disco de esa maravillosa portada en blanco y negro el que dió a este compositor polaco nacido en 1933 en Katowice el merecido reconocimiento popular, después de las durísimas críticas recibidas en el estreno de esta composición. La compañía americana Elektra Nonesuch fue la encargada de grabar y comercializar esta versión antológica en 1992, interpretada por la cantante americana Dawn Upshaw y por la London Sinfonietta, conducida por David Zinman. Tal cúmulo de nombres prestigiosos dieron el empujón definitivo para la radiodifusión del trabajo y el resto lo hizo el público, que emocionado llamaba a las emisoras y escribía cartas para expresar su admiración, fueran o no consumidores de música clásica.

Y es que emoción es precisamente la palabra que mejor define esta obra maestra de la música, llámese clásica, contemporánea, religiosa, ambiental o new age, términos estos últimos que aunque parezcan lejanos a la propuesta de Górecki, acogen en ocasiones a artistas que nada tienen que ver con ellos, descontextualizando el espíritu de sus composiciones, utilizándolas como simple música de relajación. Los que ven el vaso medio lleno opinan que así es más fácil llegar a todos los públicos, incluídos esos que jamás sintonizarían una emisora de música contemporánea o se pararían a consultar revistas de clásica. Esta majestuosa obra que Henryk Górecki dedicó a su esposa es conocida como la "Sinfonía de las lamentaciones", y en ella el autor supo captar de una forma impresionante el sufrimiento de los presos de campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial. Se podría hablar, en música, de lo que "La lista de Schindler" supuso en cine. Sin embargo, la intención real de Górecki no fue la creación de una sinfonía sobre la guerra, ni siquiera una obra religiosa, sino una canción de amor, y oracional o no, la gente realmente se enamoró de ella, incluso para muchos supuso una especie de consuelo, una catarsis (un milagro, llegó a decir también el compositor polaco). Dividida en tres movimientos para orquesta y soprano, goza de una aparente sencillez que la hace cómoda de escuchar, de hecho, casi imposible de detener. El primer movimiento ("Lento - Sostenuto tranquillo ma cantabile") es un crescendo de sensaciones, un canon en el que las inofensivas cuerdas que lo conducen transmiten una tensión fuera de lugar, acrecentada con la entrada de la soprano en el minuto 13; la pieza (un lamento de la Virgen María hacia su hijo crucificado, basado en un texto anónimo) decrece posteriormente hasta morir a los 27 minutos. El segundo movimiento ("Lento e largo - tranquillissimo") es el más popular (de hecho, y como parte de su estrategia comercial, un extracto fue distribuído en CDsingle de manera promocional por Elektra para su radiodifusión en 1993), y donde más se hace notar la admirable voz de Dawn Upshaw, así como el que constituye un emotivo recuerdo a los presos judíos, al estar inspirado en la plegaria que una prisionera de 18 años, Helena Blazusiak, inscribió en el muro de su celda de una prisión de la Gestapo en Zakopane. Esta especie de letanía a Nuestra Señora de los Siete Dolores, virgen adorada en Polonia, es una de las piezas más emocionantes con las que cualquier oyente se puede encontrar, un clímax contínuo y fantasmal sobre el cual Górecki dice: "Quería que el monólogo de la muchacha pareciera como canturreado (...) por un lado casi irreal, pero por otro dominando a la orquesta". Los 17 minutos del tercer movimiento ("Lento - cantabile semplice"), algo más folclórico (se basa en una melodía popular de la región de Silesia -aportada por el folclorista polaco Adolf Dygacz- que describe el dolor de una madre por su hijo, caído durante la guerra), concluyen el disco con la eficacia de quien tenía mucho que decir, aunque tardáramos tantos años en escucharle. De hecho esa fama tardía le confundió en un primer momento y le persiguió (gratamente, aunque trastocando su cotidianeidad) hasta el momento de su muerte en el año 2011.

Tras unos comienzos más vanguardistas, Górecki comenzó a trasladar con adoración el catolicismo a la simpleza de sus obras, hasta el punto de encontrar la denominación de 'minimalismo sacro', compartida con otros importantes nombres de la escena contemporánea como Arvo Pärt o John Tavener. La adoración tardía hacia este compositor le ha llevado a la primera línea de popularidad y a que sus discos se puedan adquirir en casi cualquier sello importante de música clásica, incluída esta famosa tercera sinfonía dotada de un sentimiento si cabe más sincero al provenir su autor de un país tan castigado en la Segunda Guerra Mundial como Polonia (incluso parte de su familia murió en Dachau y Auschwitz). A raíz del éxito de esta tercera sinfonía, multitud de ediciones se acumularon en el mercado discográfico en años posteriores, entre ellas las de compañías importantes como Naxos, Philips Classics, Arte Nova Classics, BMG, EMI Classics, Naïve o Decca. También se encuentra a la venta un DVD del año 2005 de Polskie Radio. Al respecto aseguraba el compositor: "Ni yo mismo sé explicarme el cómo y el por qué de este fenómeno, del mismo modo que no sé explicarme cómo sale el sol cada mañana". El crítico Norman Lebrecht escribió que la imparable ascensión del polaco desafiaba cualquier dogma de fe de la industria del disco. Si aún no has escuchado la tercera sinfonía de Henryk Górecki hazte con una copia cuanto antes, apaga la luz, cierra los ojos e indaga en la frase de este genial músico: "en nuestra sociedad tenemos todas las necesidades cubiertas (...) en realidad no nos queda más camino que ir hacia lo espiritual". No te arrepentirás.




11 comentarios:

Anónimo dijo...

Hazte una copia.... Esa era mi idea, que es otro disco que ni me sonaba. Pero no lo encuentro. A ver si por guebón está.

Anónimo dijo...

Pues no lo sabía pero acabo de comprobar que sí que está en el archivo de Guebon, además la versión famosa, la que comento en el atículo. Por cierto, el dato que da quien lo puso ahí es cierto, al principio se le incluyó en las listas de pop!!!

Evanggelos dijo...

Bárbaro blog Pepe, enhorabuena. ¡Otra visita obligada para todos los días! Ya te enlacé en el mío. Un saludo

Anónimo dijo...

HE visitado tu blog, evanggelos, y aunque no soy muy de poesía (prefiero la poesía musical) he de admitir que te lo curras. Por supuesto que te incluyo en mis enlaces. Y como supongo que lo de evanggelos va por algo, iré preparando la crítica de "Heaven & hell".

Iohannes dijo...

jope como me gusta lo que haces

un saludo

Evanggelos dijo...

Jejeje,entre otras historias y cosas de mi vida si, efectivamente evanggelos va por donde piensas, aunque soy más de oldfield desde que tengo uso de razón... ¡Anda que no hace ya años que compré tu libro! Soy de taurusIV tb, pero en silencio...Por cierto al leer tu crítica de Gorecki ha venido a mi memoria (salvando las distancias) un disco que descubrí hace años y que hoy se ha convertido en uno de cabecera "Jonathan Elias: The Prayer Cycle". Igual ya lo conocías, si no es así, dáme un toque y te lo paso. No sabría describírtelo con palabras yo comencé a llorar nada más sonar las primeras notas y los pelos como escarpias. Muchas gracias por el enlace, un saludo

Anónimo dijo...

Ajá, en Guebon sí estaba. Espero que esta vez tenga más fuentes, que el de Ackerman tiene un pedazo en rojo y no quiere terminar de bajarse.

Lo de la clasificación... Bueno, no esperes que ni el público general ni las tiendas sepan clasificar discos qeu se salen de las líneas comerciales habituales. Mi hermano tiene un par de discos de corte mediaval que estaban en la categoría de HeavyMetal...

Saludos.

Anónimo dijo...

Ajá, ya lo tengo. Es precioso, intenso, maravilloso. Me está encantando.

Sergio dijo...

Creo que la sinfonía n° 3 de Górecki es lejos lo más bello que he conocido últimamente. Hace dos años la descubrí cuando una noche, desvelado, tomé mi walkman y comencé a buscar entre las estaciones de radio algo que me ayudase a recuperar el sueño: me enamoré instantáneamente de esta Obra; busqué y busqué hasta tener finalmente el disco entre mis manos. Hasta hoy, no deja de emocionarme en ningún momento. Por cierto, la versión de la orquesta sinfónica de Londres, junto con la connomevora interpretación de Upshaw, creo hacen la mejor versión de este legado de Gorecki a la huanidad. Ciertamente, no exageras cuando dices que su importancia ha supuesto "en música, lo que "La lista de Schindler" ha supuesto en cine".

Saludos!

Sergio.

Pepe dijo...

Gracias por compartir vuestras emociones sobre este maravilloso disco, amigos. Acabo de mejorar la crítica con datos que faltaban. Saludos.

Anónimo dijo...

Hola de nuevo, Pepe. Qué grata sorpresa cuando he pinchado en la etiqueta Polonia y he visto tus recomendaciones¡¡. Uf, muy buenos discos y Gorecki, es mucho Gorecki. Kroke...es para disfrutarlos en pequeño formato, dentro de unos días hará un año que los escuché, por fin, en directo y aluciné. En mayo tocaron junto a Peter Gabriel en Oswiecim, pero no fue lo mismo. Y pronto tocarán de nuevo, espero no quedarme sin entradas y disfrutarlos. No hace mucho unos conocdios me decían que se quedaban con el Kroke de los primeros CD, que los últimos no les gustaban, no sé qué pensarás. El que acaban de sacar por su 20 aniversario no he convencido.
Lo dicho, que enhorabuena por el blog, me alegro cuando veo gustos afines y aprendo con otros discos que has dejado.
Saludos desde Cracovia¡
Virtudes