31.5.11

JEAN MICHEL JARRE:
"Magnetic Fields"

Actualmente es difícil de creer que músicos instrumentales no clásicos como Jarre o Oldfield, así como los máximos exponentes del añejo rock sinfónico fueran ídolos de masas, superventas y portadas de revistas en los 70 y 80. Posiblemente se valoraban mucho mejor que ahora las cualidades de los músicos y se buscaba otro tipo de apertura de fronteras a través de instrumentos electrónicos que enseguida se apropiaron el pop y el rock, pero no cabe duda de que las páginas que se escribieron en esos años fueron de las más inspiradas de la historia reciente. Jean Michel Jarre se dió a conocer mundialmente con un maravilloso "Oxygène", evolucionó con el genial "Equinoxe" y en 1981, con tres años de tiempo para madurarlo y ayudado por nuevas evoluciones técnicas, publicó con Disques Dreyfus "Magnetic Fields", el primero de sus álbumes donde podemos ver su rostro en la portada, lo cual no significa que sea una obra más directa y humana, pues Jean Michel presenta en la misma un aspecto lejano y robótico.

A comienzos de los 80 se comercializó un popular invento australiano denominado Fairlight CMI, el primer 'sampler' de la historia, es decir, un teclado capaz de pregrabar sonidos y reproducirlos fieles o alterados. Jarre fue de los primeros músicos en incorporarlo a su arsenal electrónico y "Magnetic Fields" de los primeros discos en utilizarlo junto a otros de Kate Bush, Stevie Wonder o Peter Gabriel. Este instrumento acaba por conferir un tono más tecnológico, incluso futurista, a este trabajo que suele circunscribirse comúnmente al tecno-pop más que a la música cósmica (en palabras, de Jarre, este disco es menos espacial, más terrenal). De hecho el comienzo es menos atmosférico que en los discos anteriores, más incisivo en ritmos secuenciados cercanos al tecno, pero con inigualable estilo, delicadeza en las formas y el típico y poco contenido aluvión de gratos efectos de sonido, que de manera burbujeante anticipa un tímido muestreo de voces que, más estudiado y desarrollado, derivará en el magistral "Zoolook". Sin ningún tipo de descanso, este "Magnetic Fields part 1" (que sin más explicaciones ocupa toda la cara A del vinilo, sin cortes) concluye con otro momento rítmico muy acertado, aunque quizás no tanto como la siguiente composición, "Magnetic Fields part 2", el sencillo más importante del disco. Marcada por su contundente percusión, esta segunda parte, como otros momentos del álbum, ahonda en la realidad que presentaban las nuevas corrientes de la música electrónica, su cercanía a formas musicales más propias de clubes y discotecas, aunque sin tener aún nada que ver con estilos destructivos y demenciales que llegaron años después. Repetida y rescatada en numerosos recopilatorios, esta maravillosa y pegadiza segunda parte contó con su correspondiente video-clip e influyó notablemente en el éxito de un trabajo que continúa en esta 'cara B' con una tercera parte relajante, más cercana a corrientes atmosféricas, muy apropiada para calmar unos ánimos que enseguida hayan una tímida regeneración en otro corte, "Magnetic Fields part 4", con el sonido más típico de "Equinoxe" aunque con la presencia de voces sampleadas. La sorpresa del disco viene en su última canción, una quinta parte subtitulada "The Last Rumba" cercana a ritmos caribeños, que se hizo bastante popular y que supuso una de las pequeñas licencias en tono de broma que Jarre se permitía de vez en cuando, como los maravillosos instantes circenses de "Equinoxe Part 8". En esta ocasión, Fellini deja paso a playas de inmaculada arena y Jarre concluye "Magnetic Fields" de esta manera poco convencional pero divertida y acertada.

"Magnetic Fields" es el título internacional de una obra inteligente, que juega con las palabras francesas chants/champs (cantos/campos) en un juego por el que los 'cantos magnéticos' (título original, "Les Chants Magnetiques") se convierten en 'campos magnéticos' ("Les Champs Magnetiques") en un simbolismo del rumbo de la música de Jarre. La dualidad no sólo se presenta en el título, la propia música refleja instantes tan estilísticamente diferentes como las partes 2 y 5 (de la pura electrónica a su fusión con world music), o momentos tecno discotequeros junto a ambientes más meditativos de enorme disfrute. Desde luego, de estos primeros trabajos de Jarre, nos encontramos ante el más impersonal, el de menos alma, pero confirma la enorme categoría y preponderancia de su autor, un músico exitoso y atrevido, tanto que en vez de mirar hacia los Estados Unidos, realizó una colosal, novedosa y complicada gira por la China comunista con lo mejor de su discografía unido a importantes canciones nuevas como "Arpegiator", "Orient Express", "Souvenir of China" o "Fishing Junks at Sunset", eventos que se plasmaron en un importante y recomendable doble disco titulado "The Concerts in China".

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15.5.11

JEFF JOHNSON & BRIAN DUNNING:
"Songs from Albion"

Literatura fantástica es un término de difícil definición que, bajo ciertas condiciones por las cuales debe de asociarse a lo mágico o extraordinario, podría englobar a autores tan conocidos como Tolkien, Lovecraft, Poe, Bram Stoker, Robert E. Howard o Ursula K. LeGuin, entre muchos otros. Su éxito ha originado numerosas sagas míticas en las últimas décadas, algunas orientadas al público juvenil (desde las aventuras de Harry Potter a las de los vampiros de 'Crepúsculo'), y entre ellas nos encontramos con la aclamada trilogía 'La canción de Albión', de Stephen Lawhead, autor estadounidense que ya había despuntado años atrás con otras sagas como el mitológico 'Ciclo Pendragón', y cuya obra suele definirse como ficción histórica celta. El teclista norteamericano Jeff Johnson y el flautista irlandés Brian Dunning se conocieron en Portland y comenzaron su actividad musical como dúo rindiendo tributo a dicha trilogía de Lawhead (los títulos españoles de los libros eran 'La guerra del paraíso', 'Mano de plata' y 'La última batalla'), con tres estupendos álbumes (simplemente 'Songs from Albion I, II y II') y una recopilación de los mismos que lleva el título de su tema más destacado (casi un leitmotiv), "The enduring story".

Ark Music, el sello discográfico del propio Jeff Johnson, publicó "Songs from Albion" en 1992. En la portada, Môr Cylch, el laberinto circular de la vida. Si lo tratamos como banda sonora de 'La guerra del paraíso', es evidente que "The enduring story" sería el tema principal, por su importancia en la trilogía y por su indudable carácter épico y melodía recordable, en un desarrollo plano, sencillo, pero repleto de magia y evocador de leyendas, una canción esplendorosa y vaticinadora de éxitos. Esa es evidentemente la tónica general del álbum, de hermosa ambientalidad celta en un entorno mayoritariamente acústico pero en el que la electrónica juega papeles importantes, como en el alegre acompañamiento de "Aurochs and jaguars" y "Plexus", dos de los cortes destacables del trabajo, con un sonido más cercano al pop el primero (un acertado tratamiento muy dinámico y jovial) y al rock sinfónico el segundo, un corte de creciente intensidad cuyo frenético final te hace sentir parte de la historia a la que está glosando, y en el que choca la contundencia de la batería, un instrumento que destaca esporádicamente en el disco, como en "A rippling ring", donde Dunning demuestra además su maestría con la flauta. "Sycharth" (en la novela la espectacular fortaleza del Rey Meldryn Mawr, alzada sobre un risco y rodeada de campos de cultivo) es una evocativa melodía de acertado tratamiento instrumental, donde habita también un estupendo bajo, interpretado por Rick Crittenden. Este bajo y la mencionada batería (de Brian Willis) se conjugan con los teclados de Jeff Johnson, las flautas de Brian Dunning, además de guitarras (Derry Daugherty) y percusiones (Roger Hadley). Ynys Sci es el nombre de la isla donde se ubica una importante escuela para guerreros, y el ella Scatha es la jefe de batalla, tan bella como fuerte y aguerrida. Así, voces femeninas sugerentes interactúan en "On Scatha's island" (la de Lynn Skinner, que se une al juego entre celta y medieval con altas cotas de lirismo) y en "The prophecy / Goewyn's fair" (otra hermosa composición, que comienza con un texto recitado por Jean Usher, introduciendo una bella melodía cristalina que engancha a pesar de su corta duración, pues sólo es la mitad de la pieza, que acaba de manera más ambiental); el propio Jeff Johnson, recordando sus días de intérprete de rock cristiano, es el vocalista de "Dawn singer", la canción de cierre (como el colofón de una superproducción), intensa y atmosférica, aunque no tan inspirada como se podía esperar para culminar el disco. Son por contra otras dos las composiciones más acertadas del álbum junto a "The enduring story": "An otherworld" refleja el 'Otro mundo', que parece el paraíso, libre de la estupidez humana, y es una dulce y acertada tonada, un sueño celta que bien podía haber sonado en cualquier disco de superbandas como Nightnoise -el grupo del propio Dunning, en alza en aquella época-; por otro lado, "Heart of the heart" (el corazón del corazón, el centro del laberinto, donde Tegid y Llyd -Llew- encuentran la canción de Albion, el más precioso tesoro del Reino, que sostiene todo lo que existe) es uno de esos cortes en los que todo brilla en un contexto épico, el sugerente fondo y el inmenso viento. Como musicalizando el 'plexo', la urdimbre celta que en la novela conecta nuestro mundo y el 'Otro mundo', Johnson y Dunning tejen melodías fuertes y pegadizas, canciones que estos bardos de una y otra era nos ofrecen desde el limite, la orilla entre la realidad y la imaginación, donde ambos mundos son uno. La fantasiosa música de una fantasiosa novela.

"Songs from Albion" es un completo trabajo cuya excepcional conjunción hace honor al libro de Stephen Lawhead que lo inspira. Su suave ambientalidad celta puede recordar por momentos a otra obra importante sobre leyendas celtas, aunque varios años posterior, la encantadora "A celtic tale" de los hermanos Danna. Jeff Johnson es el principal compositor del disco, dejando a Brian Dunning la autoría de sólo tres de los cortes del mismo, en los que por supuesto predomina la sempiterna flauta (en especial en "An otherworld" y "A rippling ring"). Esta situación se equilibrará en las siguientes entregas, para las que Dunning compondrá temas extraordinarios. Hay que mencionar que "Songs from Albion" no es la única novela de Stephen Lawhead musicada por Jeff Johnson y Brian Dunning, "King Raven", "Bizantyum", "The bard and the warrior" y "Patrick" son otros ejemplos de esa inspiración, todos ellos publicados, así como otros trabajos de los músicos en solitario, dúo o con otros artistas, por Ark Music, el mencionado sello de Johnson. Este músico de profundas creencias cristianas y extensa discografía encontró en la literatura fantástica el filón por el cual encauzar su creatividad orientada al mundo celta, y junto a Brian Dunning, siempre recordado por su fenomenal contribución a Nightnoise, nos ofreció un onírico recorrido musical por mundos de magia y leyendas de los que "Songs from Albion" fue el primer ejemplo.

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