9.12.25

MICHAEL SHRIEVE
(with KEVIN SHRIEVE and KLAUS SCHULZE):
"Transfer Station Blue"

Go significa 'cinco' en japonés, y ese fue el nombre con que el compositor Stomu Yamashta bautizó al supergrupo que formó a mediados de los años setenta junto a otros músicos de la talla de Steve Winwood, Al Di Meola, Klaus Schulze y Michael Shrieve. En esa reunión de grandes nombres fue donde Schulze y Shrieve se conocieron y forjaron una amistad, que llevó a este último a participar en los discos que el teclista alemán publicó con el pseudónimo de Richard Wahnfried en su compañía, Innovative Communication. En 1984, el mismo año de la publicación del influyente trabajo de Manuel Gottsching "E2 E4", otra obra electrónica en la que colaboraba Klaus Schulze, vio la luz en el sello Fortuna Records: "Transfer Station Blue", el álbum de Michael Shrieve en el que Schulze le devolvía la ayuda. Además, en una portada algo descuidada aunque deudora de aquellos tiempos (ilustración robótica ochentera obra de Janaia Donaldson), se destacaba también la importante participación del hermano de Michael, Kevin Shrieve. Décadas después, esta colaboración entre los tres artistas no sólo no ha dejado de ser rabiosamente intrépida, sino que visto el panorama actual, difícilmente pasará de moda. 

Pero si por algo es conocido Michael Shrieve en el mundo de la música es por sus comienzos: él llegó a los diecinueve años a la banda de Carlos Santana, y estuvo ocho álbumes con el guitarrista mexicano. Fue al dejar ese grupo cuando se incorporó a Go, con los que grabó dos discos. Aparte de muchas otras colaboraciones importantes (ha tocado para George Harrison, Pete Townshend, John McLaughlin, Andy Summers, Mark Isham, Roger Hodgson o The Rolling Stones), Michael no se ha acomodado en su carrera en solitario, intentando experimentar en el campo de la world music con toques de jazz y de música electrónica. Algo extraño fue su debut en 1984, "In Suspect Terrain", pero ese mismo año se publicó también la colaboración que nos ocupa (con la firma principal de Michael Shrieve, realmente), "Transfer Station Blue", junto a Kevin Shrieve y Klaus Schulze, que se ha convertido en un álbum de importante recuerdo en la música cósmica y el rock sinfónico, aunque la confluencia de elementos en el disco le pueden situar igualmente en otros campos musicales. "Communiqué: 'Approach Spiral'" es el comienzo del álbum y, por poco, el tema más largo del mismo. Se trata de un gran ambiente, trece minutos muy conseguidos que atrapan por su combinación de estímulos, el activo de una percusión constante y directa, y el pasivo de un teclado durmiente; de hecho, parece un intento de sueño, pero durante el día (con toda la dificultad que eso conlleva) y sin llegar a convertirse en pesadilla sino más bien en un duermevela cósmico, ya que la atmósfera es vívida y no llega a entrar en momentos oscuros o depresivos más típicos de Schulze, posiblemente gracias a la interacción de Kevin y a la sustitución de los momentos secuenciados por los prolongados ritmos de Michael. En "Nucleotide", segundo tema de la cara A del vinilo, se alza una atmósfera misteriosa que no acaba de encontrar su sitio entre pinceladas cósmicas. "Transfer Station Blue" es la pieza central del disco y todo un hit estimulante, que ocupa gran parte de la cara B. En su comienzo parece retornar al misterio, si bien al minuto se abre hacia un camino más terrenal gracias a la percusión que sólo es una puerta de entrada para un ritmo bástate funky, extraño para lo que llevamos escuchado hasta aquí, pero atractivo y original en su melodia cálida y sofisticada que, tras desvanecerse, acaba retornando en el climax final de una acertada suite con recuerdos del blues rock que Michael practicaba con Santana o a otros visos cósmicos practicados por bandas de la época como Gong o Ashra, que acaba alcanzando los 12 minutos de muy amena duración. Will Lee (bajo), Sammy Figueroa (congas) e Hiram Bullock (guitarra rítmica) colaboran en esta mítica pieza en la que las cuerdas de Kevin (guitarras, bajo) tienen un especial protagonismo. El comienzo de efectos burbujeantes del último de los temas, "View from the Window", es un signo de la época en la que se grabó este disco, pero este tema de cierre guarda en su interior mucho más que un muestrario de sonidos (sintetizadores y guitarra, con suave percusión), es de hecho una composición madura, con un toque de introspección, una pizca de intriga y un acabado melancólico que ayuda a que este trabajo sea variado y, en su justa medida, admirable. El mundo acústico y el electrónico se encuentran en un espacio enérgico y electrizante de 38 minutos sin desperdicio. Hay profundidad, hay intención, aunque hay momentos que puedan parecer improvisados, realmente todo tiene su por qué, como el acabado funky que en esta época, como el toque disco, estaba presente como una moda en el mundo del rock, por ejemplo en álbumes como el estupendo "Platinum" de Mike Oldfield. Michael Shrieve interpreta batería, timbales y batería electrónica Simmons, Kevin Shrieve se encarga de las guitarras y el piano eléctrico Wurlitzer, y Klaus Schulze de los sintetizadores (Yamaha CS80, Fairlight GDS, PPG Wave 2.3). La producción corrió a cargo de los hermanos Shrieve. Una reedición estadounidense de 2013 en el sello Colorburst Soundfield cambiaba la portada por otra más colorida pero con menos fortuna incluso que la original, que ya ha quedado en el recuerdo colectivo.

Kevin Shrieve explicaba así la creación del tema que daba título al álbum: "Mi hermano y yo visitamos a Klaus Schulze y nos alojamos en su estudio casero en Alemania, un taller de fantasía en medio del bosque, en pleno invierno. Las paredes estaban repletas de sintetizadores analógicos conectados por cables. Fue casi mágico intentar evocar en él nuestros espacios favoritos de Klaus. De vuelta en Nueva York (donde ambos vivíamos entonces), compuse las partes de 'Transfer Station Blue' sobre un largo tema espacial llamado 'Communiqué'. ¡Me sorprendió bastante encontrar esas piezas ahí, esperando a ser descubiertas! Después, en un estudio de Nueva York, Mike y Will Lee dieron forma al ritmo, Hiram Bullock añadió una suave línea de acordes, y yo toqué todas las melodías de guitarra y superpuse el piano Wurly y algunas contramelodías de sintetizador. Siempre recordaré estar sentado junto a Will Lee mientras él y Mike creaban ese ritmo, y la intensidad de su concentración. Era profundo, ¡como un campo de fuerza! Un tiempo después, de vuelta en San Francisco, en el estudio Hearts of Space de Stephen Hill, reorganizamos 'Transfer Station Blue', cortando la cinta y moviendo las secciones (por aquel entonces no existía Pro Tools)". El esfuerzo valió la pena, puesto que se creó una pequeña joya del rock cósmico, gracias a la experiencia de tres músicos en estado de gracia. Lamentablemente, no hubo continuidad en la colaboración del trío, por lo que hay que disfrutar "Transfer Station Blue" como un legado irrepetible.




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