28.11.13

ENIGMA:
"The Cross of Changes"

En 1990 se produjo un fenómeno musical por el que música moderna y antigua se entregaban a una fusión sin precedentes en la que el músico rumano Michael Cretu, escondido tras el nombre de Enigma (junto a su esposa Sandra, Frank Peterson y David Fairstein), se deslizaba por una pendiente de lujuria entre voces antiguas de contexto religioso, elementos sampleados y ritmos cercanos al dance y al ambient. Tres años después de ese trabajo inusual y rompedor mundialmente de título "MCMXC a.D.", su autor se adentraba en otra sensualidad más mundana, la de la world music, en un viaje sonoro por Asia y Europa. Desenmascarar a Michael Cretu supuso irrumpir en una discografía anterior bastante desconocida (salvo posiblemente por la canción "Samurai" y tal vez por el single "Gambit") pero también extensa, en solitario o produciendo a otros músicos, durante los años 80. Cuando se dio cuenta de las posibilidades de la fusión de elementos antiguos, incluso étnicos, con la tecnología de los años 90, sólo tuvo que adaptar su forma de componer y encauzar correctamente unas ideas que pasaban irremediablemente por el trabajo en el estudio de grabación, naciendo un nuevo Cretu y un nuevo sonido, al que el nombre contribuyó a enigmatizar.

Cretu, avispado como pocos, comprendió que lo que había comenzado con cantos gregorianos podía continuarlo de manera incluso más rotunda con músicas del mundo, que tan en alza estaban en aquella época de cambios, globalización, mezcolanzas y descubrimientos. Contaba además con la ventaja de la calidad y la innovación en cuanto a la grabación digital y de una mente activa e inspirada que iba a desarrollar una serie de ideas acertadas que iban a continuar por la senda del éxito. Virgin Records también se aprovechó de la situación, y publicó "The Cross of Changes" en 1993, tres largos años después de que "MCMXC a.D." se convirtiera en su álbum más lucrativo del momento, así como una edición especial muy limitada en 1994, con tres nuevas remezclas de los singles principales: "Return to Innocence", "Age of Loneliness" y "The Eyes of Truth", de los que hablaremos enseguida. Con un título que deja bien claro que nos encontramos en una continuación (al menos en cuanto al estilo, al alma) del trabajo anterior, "Second Chapter" es la pieza de inicio, en la que el ambiente misterioso introduce una fanfarria que ya sonaba en "MCMXC a.D.", esa especie de sirena de barco que algunos llaman 'el cuerno de Enigma' que se iba a convertir en identificativo santo y seña de los discos de este grupo ficticio. Un comienzo muy original (un atrevido sonido de viento de apariencia gitana), da paso a un colorido canto mongol con espectacular vocalista y a las mismas flautas shakuhachi sampleadas que auparon a "MCMXC a.D." al número 1 en media Europa. Se trata de "The Eyes of Truth", creación sugerente y distinta de lo que se podía escuchar en cualquier radiofórmula, en la que la sensualidad de los vientos unido a lo erótico de la voz conforma una canción verdaderamente inspirada, dotada además de un poderoso ritmo que entra de lleno en el etno-tecno que practicaban grupos exitosos como Deep Forest o, pocos años después, experimentos controvertidos como Sacred Spirit y más aceptados como la banda multicultural Afro Celt Sound System. Dicha cadencia es suave, elegante, como sucede en prácticamente todo el álbum, donde la electrónica no acapara necesariamente todo el protagonismo, es la combinación étnico-electrónica la triunfante, el baluarte de este fascinante sonido. Cretu estaba verdaderamente motivado en esta etapa gloriosa de su obra, y la irrebatible demostración es el corte estrella del álbum, ese single de éxito que exigía Virgin, una sencilla canción titulada "Return to Innocence", radiada sin cesar en la publicidad de radios y televisiones, para la que el músico rumano utilizó cantos del pueblo Amis, aborígenes taiwaneses que fueron confundidos con indios nativos americanos. Los ambientes étnicos modernizados seducen de manera natural, acompañados en general por la sensual voz de Sandra, de igual manera que en su primer trabajo. Concretamente, "I Love You... I'll Kill You" recuerda sobremanera a aquel "Mea Culpa" que fue segundo sencillo de "MCMXC a.D.", si bien se añade el válido complemento de la guitarra, como lo demuestra el poderoso solo aquí incluido. Más sonidos indígenas se escuchan de fondo en "Silent Warrior", otra canción interesante en lo que a estas alturas es ya un álbum muy completo. El intérprete en esta ocasión es el propio Cretu, que intenta así reverdecer su época de "Samurai" con este otro 'guerrero silencioso'. "The Ring of the Dolphin" es el tema más tranquilo, con entradilla de teclados y silbidos de acompañamiento, además de la inevitable voz, para una atmósfera muy agradable que ayuda a equilibrar el disco y que está dedicada a su esposa Sandra. En "Age of Loneliness (Carly's Song)" escuchamos más flautillas y voces que recitan eróticamente junto a otra más étnica que domina el conjunto de la pieza junto a la base rítmica. Esta canción se incluyó, retocada, en la banda sonora de la película "Sliver", protagonizada por Sharon Stone en el momento álgido de su popularidad (basada, como la música de Enigma, en un innegable erotismo). Lo evocativo de las construcciones musicales de Michael Cretu hace que sean estupendas para spots comerciales, es el caso de algunas de las composiciones anteriores y de "Out From the Deep", donde Cretu vuelve a tomar la iniciativa vocal sin prejuicios. La guitarra vuelve a sonar frenética al final de la pieza, desembocando en "The Cross of Changes", un último corte más relajante y abierto a nuevos experimentos globales y tecnológicos, que llegarán definitivamente años después con trabajos eficaces como "Le Roi Est Mort, Vive le Roi" o "The Screen Behind the Mirror". Escuchando este álbum se pone de manifiesto que una buena idea, bien producida y ejecutada, no tiene por qué pasar de moda, de hecho en la música actual suenan demasiadas ideas robadas del pasado, por ejemplo de trabajos como éste, que cuenta con una espléndida producción a cargo de un Cretu que, ciertamente, también tomó 'prestados' ciertos ritmos de otros artistas, si bien el empleo de esos elementos sampleados (de canciones de Led Zeppelin, Genesis, Black Sabbath, U2, Peter Gabriel, Anne Dudley o Vangelis, entre otros) es nimio y no ensombrece su creatividad. Lejos de eso, "The Cross of Changes" se erigió como un fenomenal ejemplo de fusión, con una enorme labor de composición y ejecución que para muchos superaba a su primer disco, y volvió a ser un superventas en Europa (aunque no vendió tanto como su antecesor, fue número 1 en Gran Bretaña y alcanzó puestos importantes en Alemania, Suecia o Suiza) y llegó al noveno lugar en los Estados Unidos. En España alcanzó el número 6 en marzo de 1994. Tres videoclips ilustraron los tres singles del trabajo, en general con imágenes folclóricas, destacando especialmente un "Return to Innocence" en el que, en un bien conseguido efecto, todo iba al revés, y la fusión acuático-terrestre de "Age of Loneliness".

Aunque se eliminen los cantos gregorianos (hubiera sido fácil continuar en esa línea), el misticismo vuelve con la espiritualidad y una estupenda conexión con la Madre Tierra a través de sonidos naturales y elementos folclóricos. También se incluye en el libreto un texto del poeta místico musulmán Jalaladdin Rumi, inspirador de los conocidos 'Derviches giróvagos', que iría en consecuencia con las imágenes simbólicas del cuadernillo, un atractivo diseño obra de Johann Zambryski (encargado del artwork de los primeros álbumes del grupo), en el que figuran las letras de las canciones y los datos del trabajo: Cretu (de nuevo con el pseudónimo de Curly M.C.) firma todas las canciones y ejerce de productor e ingeniero de sonido desde su estudio ibicenco, A.R.T. Studios, e interpreta todos los instrumentos y programaciones excepto las guitarras (a cargo de Jens Gad y Peter Cornelius) y las voces de Angel (Andreas Harde en realidad, que interpreta "Return to Innocence"), Sandra (la esposa de Cretu), Louisa Stanley y Curly M.C., es decir, Michael Cretu. De sus dos colaboradores en la idea original de Enigma, David Fairstein continúa en "The Cross of Changes" su colaboración como letrista, mientras que Frank Peterson abandonó el grupo por discrepancias con Cretu, y años después mantuvo la idea del canto gregoriano como instrumento de fusión antiguo-moderna en otro grupo de estudio, de nombre Gregorian, aparte de introducir dicho elemento en la música de su pupila y esporádica compañera sentimental Sarah Brightman, con el culmen del álbum "Eden". En cuanto a Cretu, no tardaría mucho en volver a la senda del éxito con otro fenomenal trabajo de Enigma, "Le Roi Est Mort, Vive le Roi!".

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8.11.13

MAX RICHTER:
"Memoryhouse"

Determinados músicos, llevados por no se sabe bien qué fuerzas o musas, consiguen en algún momento de su carrera alcanzar la plena madurez y llegan a apabullar con una obra tan única y maravillosa que llega más allá de cualquier intelecto. La situación es más sorprendente si se trata de la primera obra en solitario del artista en cuestión. Es el caso de Max Richter, pianista y compositor británico nacido en 1966 en Alemania, que logró poner a prueba a crítica y público con un debut extraordinario e insolente de título "Memoryhouse" que Late Junction (sello de la BBC3 que publicó en su corta existencia álbumes de Max Richter, John Adams y David Rees-Williams) publicó en 2002, una obra de estupenda fabulación sobre hechos históricos, mezclando conceptos y épocas en beneficio de un soberbio eclecticismo. En vista de su calidad y aceptación, el trabajo fue reeditado por 130701 (subsello de FatCat Records) en 2008 con diferente portada, más sencilla que la de Late Junction, que presentaba una poética y solitaria estación de tren en blanco y negro.

Precisamente la fotografía en blanco y negro es característica en las portadas de Richter, intentando equiparar el diseño gráfico a la belleza de las atmósferas lastimeras que caracterizan su obra, deudora tanto del vanguardismo de su maestro Luciano Berio, como de los minimalistas (Glass, Reich, Nyman), e incluso de grupos de música electrónica como The future sound of London (con los que ha llegado a colaborar) o los inefables Kraftwerk. El grupo Piano Circus representó sus primeras grabaciones de músicos minimalistas para el sello Decca, y no abandonó ese estilo para su propia música, en la que un sentido muy poético de la melodía acompaña a sus primeras obras en solitario, cuyo primer ejemplo, prendiendo una vela de luz cegadora, es este completo álbum que cuenta, según el propio Richter, "una historia sobre dónde hemos estado", y plantea la pregunta "¿a dónde vamos?". A "Europe, after the rain" le cuesta arrancar entre voces y lluvia, pero un poético piano y un lastimero violín se bastan para inundar la pieza de recuerdos y fotografías lejanas, ecos de un pasado que parece retornar en "Embers" o en "Maria, the poet (1913)" con una voz que recita y un ambiente in crescendo con melodía hipnótica muy del estilo de Philip Glass. Es sin embargo Michael Nyman elemento importante en la evolución de Max Richter (que estudió en la Royal Academy of Music años después que el compositor de "El piano") y en el propio álbum, por títulos tan pictóricos como "Landscape with figure (1922)" o "Sketchbook", así como por las aportaciones de dos colaboradores de Nyman en los dos cortes más impactantes de "Memoryhouse", "Sarajevo" y "November", paisajes presentados con extraordinaria vastedad junto a, en ocasiones, una cierta austeridad que ayuda a acrecentar su carácter desolador: Sarah Leonard es la voz soprano en "Sarajevo", un espectacular lamento, tal vez deudor de Górecki y su tercera sinfonía, con un monumental acompañamiento en clímax circular que parece salirse del trabajo, mientras que Alexander Balanescu ejecuta el fantástico solo de violín en "November", una melodía enérgica y exultante, sin duda merecedora de premio, que acaba por conformar otro momento esencial en el desarrollo del disco, como también puede serlo "Last days", donde de nuevo la fuerza sinfónica del Richter más bizarro e imaginario cita cuerdas y vientos de manera épica para crear un nuevo clímax. "The twins (Prague)" y "Andras" son dos deliciosas piezas de teclado, la primera desglosa una melodía hermosa y deliciosamente corta, y la segunda un vistoso paisaje basado en el carisma del piano. La audacia de este teclista con los tratamientos electrónicos se manifiesta en cortes como "Untitled (figures)" y en ciertas ambientalidades ("Laika's journey") y efectos (en especial las voces recitando), mientras que reposados efluvios de cierta antigüedad, religiosidad y secretismo se mezclan en el resto de este sorprendente álbum, en huidizas tonadas en las que se hace notar el colosal trabajo de la BBC Symphony Orchestra, conducida por Rumon Gamba. En 2013, más de diez años después de su estreno y cinco de su reedición, se anunciaba el estreno mundial del álbum en concierto el 24 de enero de 2014 en el Barbican, en Londres, con la misma BBC Symphony Orchestra y la electrónica en vivo de Max Richter.

El éxito popular de los minimalistas más accesibles, en cierto modo retocados hacia la comercialidad, posibilitó la aparición de numerosos nombres que acabarían compartiendo estanterías, si bien tal vez no protagonismo, con otros más respetados por la crítica. Sólo los fuertes sobrevivirían, y entre ellos iba a alcanzar gran protagonismo Max Richter, que con trabajos como "Memoryhouse" puede provocar alexitimia (incapacidad de expresar con palabras los propios sentimientos) en muchos de los sorprendidos oyentes, que acogen la distante sobriedad de su música como un éxito del nuevo minimalismo. Abrumador y decadente, Richter recrea en este trabajo (descrito por la BBC como 'una obra maestra entre las composiciones neoclásicas') anécdotas musicales dotadas de vida, en un estilo que se ha llegado a definir como 'música documental'. De hecho, cuatro de los temas "Europe", "After the rain", "The twins (Prague)" y "Embers" fueron utilizados en el documental de la BBC sobre Auschwitz 'The nazis and the final solution'. Así mismo, un extracto de "Sarajevo" sonó en el trailer para la película 'Prometheus' de Ridley Scott, y otros de "November" en los trailers de 'To the wonder' de Terrence Malick y 'J. Edgar' de Clint Eastwood, tres directores de reconocido prestigio, como el que Max Richter ha sabido alcanzar con obras como "Memoryhouse" o "The blue notebooks".

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