25.9.23

MÁRTA SEBESTYÉN:
"The Best of Márta Sebestyén"

"Una de las voces más fascinantes de Europa... fusión impecable, a veces trascendente". Así hablaba el periódico británico The Observer sobre la voz de la cantante húngara Márta Sebestyén. Esta diva del folclore magiar, cuya madre fue una de las últimas alumnas del folclorista húngaro Zoltan Kodaly, había salido abruptamente de su cierto anonimato en 1996 con su colaboración en la película 'The English Patient' ('El paciente inglés'), que ganó nueve Premios Óscar, incluida la banda sonora, a cargo del libanés Gabriel Yared. En dicho trabajo destacaba la sonoridad de la voz de Márta en la canción "Szerelem, Szerelem", que la vocalista había grabado en los años ochenta y publicado en un disco con su nombre y en otro con su banda Muzsikás, que despuntaba en su país de origen desde su fundación en los setenta, cuando se basaban en su tradición y en el repertorio de las comunidades húngaras en la cercana región rumana de Transilvania. Ella entró en Muzsikás proveniente de otra banda folclórica, Sebő Ensemble (que tomó su nombre de su líder, Ferenc Sebő), auténticos pioneros de la música folclórica en Hungría, pero desde muy joven ya parecía claro que si alguien iba a trascender de su país era aquella joven que imponía su presencia gracias a una garganta prodigiosa.

Recuerdan los miembros actuales de Muzsikás que Sebő Ensemble no siempre ejecutaba auténtica música popular, deleitándose también en arreglos y poemas que no pertenecían a la tradición, por lo que Márta Sebestyén decidió unirse a Muzsikás y evolucionar con ellos. Su creciente fama gracias a la opera rock 'István, el Rey' (basada en la vida del rey de Hungría del siglo XI, Esteban I 'el Santo'), de la que fue protagonista en 1983, le hizo plantearse otros caminos, y así perteneció también a la banda Vujicsics, y comenzó además una fructífera carrera en solitario. Del álbum con su nombre "Kismet", de trabajos con Muzsikás y también con Vujicsics, se nutre la recopilación "The Best of Márta Sebestyén", que Hannibal Records publicó en 1997. Pero fue 'El paciente inglés' el detonante de esta difundida compilación. Marta contaba así cómo sucedió: "Fue milagroso, como todo en mi vida (...) El año pasado [se refiere a 1996], mientras tocábamos en Berkeley, un hombre vino detrás del escenario y se presentó como Anthony Minghella. Dijo que estaba editando su nueva película y que le encantaba una de nuestras canciones". Cuando Marta supo que la película contaba la historia del aristócrata húngaro László Almásy, entendió la insistencia de Minghella, y aceptó la invitación para ir al estudio y ver partes de la misma. Fue en ese momento cuando definitivamente se involucró ("estaba muy orgullosa de que alguien que no entendía ni una sola palabra de la canción pudiera conmoverse tanto", dijo), y sucedió algo especial: en una sesión de grabación en Londres para que Márta colocara melodías sobre música grabada, "vi la escena en la que la mujer está muriendo en esa cueva, y espontáneamente comencé a cantar la canción que más tarde se convirtió en 'Lullabye from Katharine'. Anthony me dijo, 'Oh, Marta, eso es hermoso, ¿qué es?', y le dije 'Anthony, es una canción tradicional del norte de Hungría y habla de lo imposible que es sobrevivir sin ver el amor'. Era lo mismo que yo había visto en la pantalla. Y él dijo: 'Oh, vaya, lo conservaremos'". Efectivamente, "Lullabye from Katharine" suena en los créditos iniciales de la película. Desde el primer segundo la voz de esta húngara impone y parece poseer las cualidades de una anciana, la sabiduría de la antigüedad, junto a la potencia y versatilidad de una garganta joven. Efectivamente, nadie diría que la persona que interpreta esta especie de corto lamento de origen tradicional titulado "En Csak Azt Csodálom (Lullabye for Katharine)" no llegaba todavía a la cuarentena. Dániel Hamar, de Muzsikás, recuerda así sus aptitudes vocales: "Era muy buena imitando el estilo pero era tan buena que incluso en un concierto cuando tenía catorce años cantaba como una señora de 80 años. En el segundo o tercer álbum de Muzsikás, puedes darte cuenta de que sus diferentes canciones tienen un color de sonido diferente. Fue un trabajo duro para nosotros presionarla para que encontrara su propio camino porque le gustaban tanto estas canciones que decía que cualquier cosa que sea diferente es hacerlo mal". La canción que quiso Anthony Minghella prioritariamente para su película era "Szerelem, Szerelem", la que cierra esta compilación, pero aún utilizó otra hermosa pieza de la cantante con Muzsikás, la titulada "Teremtés (Creation)", que ocupa la segunda posición en el álbum, en la que la voz torna a alegre, danzarina, una felicidad pastoril contagiosa, con instrumentación muy folclórica, que en la música húngara puede comprender desde violines y violas a cítara, arpa de boca (guimbarda), laúd, tambura, duduk, chelo, címbalo, gaita o hurdy-gurdy (zanfona). "Szól a Kakas Már (The Rooster Is Crowing)" mantiene un alto nivel gracias al melancólico e imperturbable acento balcánico que se respira en cada tramo. Márta vuelve a adquirir otro tono vocal, distinto a los dos anteriores, como si se tratara de una contadora de historias. Los arreglos de "Repülj Madár, Repülj (Fly Bird, Fly)", un tema muy sencillo con guitarra y flauta, le hacen entrar en terrenos muy folk, tan cercano a lo hippie como a lo popular. Ambos eran temas tradicionales del repertorio de Muzsikás, mientras que la aportación del grupo Vujicsics es algo más profunda, más sentida, un canto tradicional que parece provenir de la misma tierra, que recuerda a las famosas voces búlgaras y que lleva por título "Da Je Visjna (If he Sour Cherry...)". También lo es "Hindi Lullabye", pero muy distinto al anterior en el ritmo y en el tono, de hecho el título nos da la pista de su origen hindú, lo que se deja apreciar en la entradilla instrumental de más de tres minutos; su parte final es de raíz rumana. Se trata esta de una canción perteneciente al trabajo de Márta en solitario "Kismet", en el que abordaba tradiciones de diversas partes del mundo, que aporta a este recopilatorio otras dos composiciones: "The Shores of Loch Brann / Hazafelé" (cuya primera parte es irlandesa y ha sido recreada por numerosas vocalistas, especialmente Dolores Keane, y la segunda húngara, poniendo de manifiesto ciertas similitudes entre ambas tradiciones) y "Gold, Silver or Love" (nuevo ejemplo de tradición al estilo búlgaro, aunque es realmente una pieza de origen bosnio). Utilizado por Márta en varias ocasiones a lo largo de los años es el tema "Tavasz, Tavasz (Spring, Spring)", otro tradicional muy terrenal, con cuyo ritmo danzarín es difícil no despegar los pies del suelo. Del repertorio de Márta Sebestyén con Muzsikás son las cuatro piezas tradicionales que restan por comentar: "Istenem, Istenem (My Lord, My Lord)" (acunante composición en la que destaca la gaita de Sándor Csoóri), "Szeress Egyet, S Legyen Szép (Love Just One)" (que parece como una alegre canción de bodas, con extraordinaria aportación de violín y zanfona), "Szombateste Búcsúztató (Farewell to Shabbat)" (no podía faltar un tema a cappella donde deleitarse con la voz en solitario) y, cerrando el álbum de nuevo a cappella y de manera perfecta, "Szerelem, Szerelem (Love, Love)", la canción importante en 'El paciente inglés', que lo mismo parece un tema de amor como una canción de cuna. "El público estaba intrigado por la hermosa y exótica voz -se decía en el libreto de este álbum-. Con esta colección, aprenderán sobre la riqueza de talentos y experiencias que se esconden detrás de ese sonido fascinante".

La enorme personalidad de esta diva y la emoción que proporciona a sus canciones son los puntos fuertes de su estilo, que va más allá del tiempo y el lugar donde se escuchan. El poder de su voz fue clave en el resurgimiento de la música tradicional en Hungría, cuyo idioma difícilmente va a entender nadie fuera de allí, pero la emoción está siempre presente y se desprende de estas tonadas centenarias que Márta y otros grupos rescataron y adaptaron a los nuevos tiempos con absoluto respeto. Algo antes de 'El paciente inglés', Márta había colaborado con músicos tan importantes como Andy Irvine y Davy Spillane en su trabajo "East Wind", y con la banda experimental Towering Inferno, que la utilizaron en su sorprendente "Kaddish". Pero fue el popular grupo de etno techno Deep Forest, el que más alzó la voz para avisar al mundo de las maravillosas cualidades de Márta Sebestyén cuando en 1995 sampleó su voz y le propuso además interpretar una hermosa pieza de su álbum inspirado en la música de las comunidades gitanas de la Europa del Este, "Boheme": "Marta's Song" fue esa canción emblemática, primer sencillo del álbum y éxito inmediato. Luego llegó 'El paciente inglés', y el nombre de Márta Sebestyén dejó de ser una anécdota en los programas de músicas del mundo para alcanzar el reconocimiento que sin duda merecía.







6.9.23

KARL JENKINS:
"The Armed Man: A Mass for Peace"

Hay artistas que, descontentos con unos inicios de carrera bisoños, renuncian a una parte de su obra, por lo general cineastas vanguardistas con bastante proyección, que realizan películas primerizas con escasez de medios y bajo presupuesto. Aunque a veces se trate de situaciones poco comprensibles, es una decisión personal y respetable, que se convierte en obsesión de completistas. También algunos músicos que hoy en día gozan de una popularidad y respeto absoluto en el campo de la música culta, han coqueteado en sus inicios con estilos que pueden estar poco considerados por los expertos, por lo que no suelen alardear de ellos. Sir Karl Jenkins, toda una institución en el Reino Unido, no es de los artistas que ocultan esos inicios, que pasaron desde el jazz fusión y rock sinfónico en el grupo Soft Machine a la participación en librerías de música para publicidad, antes de que la música coral con elementos de músicas del mundo explotara y alcanzara el éxito bajo el nombre de Adiemus. Toda la trayectoria del galés se unió a unos estudios firmes (licenciatura en música en 1966 en la universidad de Cardiff) para comenzar una carrera fascinante en el mundo de la música contemporánea, que nos permitió disfrutar de obras como la fabulosa misa contra las guerras "The Armed Man: A Mass for Peace".

El nuevo siglo se estaba acercando, y The Royal Armouries (el museo nacional más antiguo de Gran Bretaña, cuya exhibición de material de guerra tiene como finalidad comprender lo que realmente es la guerra) y Classic FM fueron los que propusieron a Jenkins, como podemos leer en el libreto del álbum o en la autobiografía del compositor, 'Still with the Music', que compusiera una pieza musical para conmemorar el milenio y reflejar la tradición cristiana de Gran Bretaña. Los responsables de The Royal Armouries propusieron utilizar una canción del Renacimiento titulada 'L'Homme Armé', cuya melodía fue muy utilizada en las misas de la época, con una letra que decía que el hombre armado debía ser temido. Aunque haya habido guerras a cada paso de la humanidad y en cada centuria, la capacidad de destrucción es cada vez mayor y más poderosa, por lo que era un momento estupendo para la creación de una misa del hombre armado moderna que intentara concienciar a la sociedad. Además, Jenkins era una opción estupenda para que la liturgia fuera abierta a otros estilos musicales que complementaran el acto eclesiástico y lo globalizaran de alguna manera. La música del galés iba a ser complementada con textos bíblicos, de misa y de importantes nombres de la poesía y la literatura, seleccionados por él mismo y por Guy Wilson, por entonces director del museo. Tras un año de trabajo, el estreno tuvo lugar el 25 de abril de 2000 en el Royal Albert Hall. Posteriormente se procedió a la grabación en CD en los Air Studios del productor de los Beatles, George Martin, de tal manera que definitivamente Venture (filial de Virgin Records) publicó "The Armed Man: A Mass for Peace" en septiembre de 2001. "The Armed Man", el comienzo con el texto en francés de 'L'Homme Armé', es una pieza animosa que porta una extraordinaria epicidad en su combinación de coro y orquesta. Es una maravillosa presentación de la obra, que continúa con "The Call to Prayers (Adhaan)", la llamada musulmana a la oración, en árabe, con la voz de Mohammed Gad. La inclusión de este canto ha deparado algún que otro momento polémico, incluso la cancelación de alguna representación o traslado de la misma de recintos religiosos a laicos. En una misa cristiana no puede faltar el 'señor, ten piedad', también conocido  como "Kyrie", pieza coral de gran calibre, una celebración en griego con el solista Tristan Hambleton, que traspasa la alegría pagana de Adiemus a un campo más eclesiástico. Son momentos para la reflexión, recalca Jenkins, que dan paso a algunas oraciones bíblicas que piden la ayuda de Dios contra nuestros enemigos: Así, de nuevo un varón rompe el silencio con potencia y sin música en "Save Me from Bloody Men", con textos provenientes de varios salmos bíblicos. "Sanctus" es el tema más cercano a Adiemus por el tratamiento de los coros en latín, la musicalidad de las frases y el tratamiento de la percusión (de hecho tiene relación con la futura "Immrama" del álbum "More Journey... Adiemus New Best & Live"). Es una composición altiva, que se beneficia de un espléndido clímax con metales. Otro gran momento llega a continuación con "Hymn Before Action", donde las voces que declaman al escritor británico Rudyard Kipling alcanzan un nivel celestial. 'Señor, concédenos la fuerza para morir', concluye. Son momentos de guerra. De hecho, una fanfarria muy medieval y bélica inaugura "Charge!", a la que se añade el coro en un entorno de película, con final a modo de himno y textos del poeta John Dryden y del escritor irlandés Jonathan Swift. En "Angry Flames" el poeta al que recurre el autor es el japonés Toge Sankichi, sobreviviente del bombardeo atómico de Hiroshima. Son instantes de lamento, los vientos marcan un muy bello comienzo, que adopta enseguida una emergente calma con la entrada de las voces, en un término medio entre lo operístico y lo celta, una falsa paz que continúa en "Torches", con un extracto del texto mitológico indio Mahabharata. El "Agnus Dei" de la obra, esa oración católica que se reza durante la misa en la cual Jesús ofrece su sacrificio, es otro punto culminante de la misma; Jenkins no se extiende en demasía, y su concisión es melodiosa, fantástica, otro de los grandes momentos de este proyecto antibelicista. En el caso de "Now the Guns Have Stopped" son las cuerdas, tras una curiosa entrada de percusión, las que introducen el motivo principal, que conduce al muy eficaz solista. El texto es del mentor de la obra, Guy Wilson, al no llegar a tiempo el consentimiento para utilizar un poema del británico Maurice Baring. Llega entonces un momento relajante con un nuevo toque celta por medio de un emocionante violonchelo en un tono muy alto alcanzable sólo por grandes chelistas (el solista es Guy Johnston, sustituto de su intérprete en la presentación del álbum, Julian Lloyd Webber), que dialoga con el viento, y un cierto espíritu navideño; "Benedictus", tal es su título, es una de las piezas más recordadas y representadas del trabajo por su carácter curativo. En ella, Jenkins utiliza su propia composición "The Eternal Knot", que titula el cuarto volumen de Adiemus. Aunque su conclusión porta un cambio de ritmo instantáneo, el todo es tranquilo y emocionante, y es la antesala de un final totalmente distinto, una especie de danza medieval con voces titulada "Better Is Peace", que no es sino la variación de "The Armed Man" en un tempo más rápido, un cierre fabuloso y pleno de esperanza para un disco completo, que en su edición especial del año 2010 (publicada por Warner Classics) contó con una pieza nueva con texto del poeta inglés Laurence Binyon titulada "For the Fallen (In Memoriam Alfryn Jenkins)" (Alfryn era un tío de Karl, fallecido en la Segunda Guerra Mundial, y el poema rinde honores a los muertos de guerra), con la soprano neozelandesa Hayley Westenra, que unos años atrás había coincidido con Jenkins en el álbum de Mike Oldfield "The Music of the Spheres", como solista. Esa edición de 2010, que mantenía la paloma de la paz de la original, pero tornando el fondo negro a un blanco celestial, incluía además un DVD con una representación en vivo de la misa. También se realizaron dos películas para las interpretaciones en directo: 'The Armed Man' (que bucea en la historia siguiendo el texto de la obra: "la preparación del conflicto, el conflicto en sí y sus consecuencias, y finalmente la búsqueda de un futuro mejor") y 'The Armed Boy' ("sobre un joven que sufre bajo las manos despiadadas de un matón y su pandilla. Cuando finalmente toma represalias, descubre las mayores consecuencias de tomar las armas: una representación alegórica del llamado de Jenkins a la paz en tiempos de guerra"). En 2019, en el marco de la celebración del 75 aniversario del compositor, "The Armed Man" fue relanzado con una cubierta totalmente remozada, de nuevo con la blancura de las nubes como fondo al vuelo de la paloma, esta vez por parte de Decca.

Es difícil explicar, incluso para el propio Karl Jenkins, por qué "The Armed Man", que no tuvo ninguna repercusión especial durante sus primeros años de vida, y sin una especial campaña publicitaria ni acontecimientos que le hubieran podido ayudar, tuvo de repente la increíble repercusión mundial que le llevaron a ser una obra representada innumerables veces a lo largo del planeta, llegando a superar las 2000 representaciones en 2010, como se decía en la edición conmemorativa del décimo aniversario. Jenkins especula con que "Benedictus" fuera el detonante, con su gran solo de violonchelo que le hace profundamente emotivo, de tal forma que es interpretado profusamente en funerales. En cuanto a la polémica de la llamada a la oración, "The Armed Man" es una partitura que además de otros motivos y condicionantes, contempla especialmente la división entre las religiones y la búsqueda del diálogo y tolerancia entre ellas, por lo que tanto su compositor como sus instigadores prepararon una declaración que ruega su interpretación íntegra, con el canto islámico recitado o reproducido desde el CD, en cualquier ámbito; en caso de negativa absoluta, se aconseja reemplazarlo por un periodo de silencio, aclarando en el programa lo que debería escucharse em ese momento. Como durante la composición de la obra se desarrollaba la tragedia de Kosovo, "The Armed Man" está especialmente dedicado a las víctimas de esa guerra, pero lamentablemente, no hay época de la humanidad en la que el mensaje del trabajo no sea tremendamente actual y preocupante. Nosotros sencillamente debemos unirnos a su espíritu y disfrutar de su gran belleza.

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