16.10.17

JEFF JOHNSON & BRIAN DUNNING:
"Songs from Albion II"

Cuando la primera entrega de una trilogía engancha, se arde en deseos de completar su lectura. Stehen Lawhead ha publicado numerosos ciclos de novelas de fantasía épica con bastante éxito, y en cada uno de los casos es difícil la espera para conocer la continuación de la historia. En vez de ser llevadas al cine, algunas de estas sagas fueron plasmadas en música por obra y gracia de dos artistas que se conocieron en Portland a finales de los 80, el espiritual norteamericano Jeff Johnson y el folclórico irlandés Brian Dunning: "En 1989, contraté a Brian para que tocara en un proyecto infantil que yo estaba produciendo, 'The tale of three trees'. No pasó mucho tiempo que me fue presentado un proyecto que casaba música con el primer libro de la trilogía de Stephen Lawhead, 'The song of Albion'. Pregunté a Brian acerca de colaborar conmigo en esto, ya que la historia tenía una inclinación muy celta. Poco podría haber imaginado que ese sería el comienzo de una colaboración musical rica entre los dos, así como de una gran amistad". Una vez conseguido el éxito con la primera entrega (referida al primer volumen, 'La guerra del paraíso'), publicada en 1992, un año después vió la luz la segunda (que glosaba asimismo el segundo libro, 'Mano de plata'), titulada sencillamente "Songs from Albion II". Ambas llegaron un año después de la publicación de las propias novelas.

Segundas partes nunca fueron buenas, reza el dicho, aunque hay numerosos ejemplos que aprueban lo contrario. Igualando cuanto menos a su antecesor (superándolo por momentos), este álbum es un claro ejemplo de buen hacer y de saber aprovechar la oportunidad. Conocedores de los nexos, las puertas entre ambos mundos, estos dos músicos parecen componer realmente desde el 'Otro Mundo' de la novela, introducidos de lleno en su trama y su urdimbre mágica. Así, de igual forma que el protagonista, Lewis Gillies, cuando cruza por primera vez el umbral en el primer libro, podemos nosotros encontrar de golpe la paz y la belleza del 'otro lado' en su música, igual de bella, serena y entusiasta. "Silver hand" (el título a su vez del segundo libro, 'Mano de plata') es un toque de atención, una tonada aventurera, limpia y efectiva, cargada de fantasía y dominada por las flautas, una estupenda presentación de un trabajo que tiene una vertiente folclórica muy definida. Por ejemplo, "Nemeton" (nombre galés del bosque como si fuera un santuario, de hecho en la novela se trata de un lugar ancestral consagrado a Gofannon) es una estupenda pieza que presenta una primera parte mas recogida, sensible, que conduce a otra altanera melodía de flauta con el añadido del violín y una gaita -interpretada por el propio Brian Dunning- que transporta definitivamente a territorios de Albión. También "Dinas Dwr" ('Water City') (un crannog -construcción sobre una falsa isla hecha de troncos-, una ciudad levantada en medio de un lago, según la visión del bardo Tegid) es una melodía embriagadora, de apariencia más comercial, con los afortunados aires celtoides que susurra la amable flauta de Brian, protagonista total de "Lament", un lamento hermoso de flauta en solitario. Todas ellas llevan la firma de Brian Dunning, así como la otra gran melodía del trabajo junto a la mencionada "Dinas Dwr": "Flight of ravens", un auténtico temazo donde una intrigante introducción vocal cede el protagonismo a una genial tonada magnética de teclado y violín, que ya tiene un hueco importante en las nuevas músicas de los 90; mas allá de quedarse ahí, la pieza sabe fusionarse con un adecuado desarrollo épico donde no faltan una buena percusión, flauta, teclados y guitarra, que desembocan en las fanfarrias de inicio en sentido inverso: "la bandada de cuervos acudirá en tropel, y el graznido será su canción", decía la profecía. Como nota importante y colaboración destacada, el violín es del escocés Johnny Cuningham, compañero desde entonces de Brian en Nightnoise; los demás colaboradores del álbum son igual de eficientes y repiten de la primera entrega, Derry Daugherty (guitarras), Rick Crittenden (bajo), Brian Willis (batería), Roger Hadley (percusión) y Sylvia Groener (voz). No podía faltar un reprise algo descafeinado pero necesario (un recurso muy cinéfilo) del maravilloso tema principal de la primera entrega de la saga ("The enduring story (Reprise)"), con una buena sección de bajo. "The enduring story" era una composición de Jeff Johnson, como lo son en este trabajo la mencionada "Silver hand", melodías tranquilas como "Time between times", "Inner sight", "Sea caves" (estas dos últimas de marcado carácter ambiental, pero muy llevaderas, aunque les harían falta unas imágenes en las que apoyarse), y en un creciente final de la obra (un punto y seguido, pues faltaría la tercera entrega), la canción de 'títulos de crédito' ("Swift sure hand", en el característico estilo progresivo de su autor, enfatizando el enfoque peliculero), y "Spirit evermore", otra de las tonadas destacadas en el álbum, que confirma de manera hermosa, muy ensoñadora, la vena fantasiosa, mística, de esta recreación, plena de movidos pasajes sinfónicos adornados (dominados, de hecho) por el bucolismo de las flautas.

Todavía hoy se usa el antiquísimo término griego Albión para referirse poéticamente a Inglaterra, emparentado a su vez con el nombre gaélico de Escocia, Alba. Lawhead recogió el apelativo y condujo a sus lectores a una tierra excitante y llena de aventuras en esta trilogía que Johnson y Dunning musicaron eficazmente. Sin ser de los músicos más célebres de la new age (aunque el segundo de ellos haya formado parte de una de las mejores bandas que el género haya dado, Nightnoise), estos dos artistas legaron a la causa composiciones gratamente recordadas ("The enduring story", "Flight of ravens") y una saga legendaria, un CD para cada una de las novelas de esta trilogía, además de un cuarto álbum recopilatorio, "The enduring story", en el que -aparte de alguna ausencia injustificable como "Dinas dwr" o "Sycharth"- se incluían las composiciones más emblemáticas (y dos temas nuevos) inspiradas en 'Song of Albion'. La lectura de esas novelas, más que un complemento de esta música (aunque lógicamente sería al revés, la música es el complemento de los libros), es prácticamente una obligación para el seguidor de estos artistas, que abrieron puertas musicales a la fantasía épica de Stephen Lawhead.

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