26.10.08

LITO VITALE CUARTETO:
"Viento sur"

"No hay túnel que dure cien años, mi vida. Mirá cómo se arruga la tiniebla, la procesión de pálidas se desbarranca, los funcionarios inauguran ruinas, y vos y yo fundamos aires buenos. Dónde estará la plata de mi río, sólo barro y olitas de minué. En los camalotes cantan las sirenas, pero Ulises camionero no las oye, sólo escucha la radio". De esta manera tan delicada comienza el poema sinfónico "Viento sur", que ocupa la segunda mitad del trabajo que, con igual título, nos ofrecía el argentino Lito Vitale en 1990 a través de la compañía Ciclo 3, distribuida en España por GASA. Con su habitual formación de Marcelo Torres al bajo, Manuel Miranda en los instrumentos de viento, el propio Lito en los teclados, y el cambio de batería (Cristian Judurcha fue sustituido por Jorge Araujo, que a su vez sería reemplazado por Marcelo Novatti años después, en el trabajo "La cruz del sur"), "Viento sur" supuso una continuación de ese sonido melodioso, melancólico y extraordinariamente conjuntado que el cuarteto sabía exprimir, no sólo en sus plásticos sino también en las populosas giras que en esa época realizaron por nuestro país. Bajo la composición y mirada general de Lito, la participación de cada miembro era muy creativa en el desarrollo de las canciones, en especial la de dos talentos como Torres y Miranda.

"Llueve liquen en los decrépitos televisores, buenas noches a todos, mariposas y difuntos. Transmiten en cadena las cadenas. El cemento se cansa de ser cobija de la Pampa, por los baches asoma la luz mala, resucitan cardos y maíces, abran paso a las luciérnagas curiosas que verán". Se puede decir que "Viento sur" forma parte de una trilogía, junto a "Ese amigo del alma" -sin duda su trabajo más recordado, mérito de la pieza que lo nomina-, y "La senda infinita" -que el propio Lito considera un disco un poco de transición-. El título de este último reflejaba una de las preocupaciones de Vitale, se refería a la multitud de posibilidades de la música, en la que el artista no sabe en definitiva, por sus cambios, encuentros y sorpresas, cual es el camino por el que va a acabar transitando ("la música está por ahí y lo único que hacemos es agarrarla"). "Después vino una experiencia de la que surgió 'Viento Sur', que lo grabé con el cuarteto y donde hago cosas nuevas con los teclados, y que incluye a María Elena Walsh recitando". En este trabajo, "Basta de fingir" es un vivaracho despertar, conducido por el piano y la percusión, para enseguida desarbolar una melodía pegadiza por medio de las flautas del peruano Manuel Miranda. Otra gran creación del teclista argentino, cuya inspiración continúa en "Los dueños del sol", una completa pieza de influencias andinas, donde cada miembro de este impresionante cuarteto logra aportar su propia magia en un acabado de enorme belleza y profundidad. Prodigio de composición, al escuchar maravillas como ésta se comprende el éxito de esta música vital, desenfadada y evocadora. "Cinta de agua" es un tema ambiental, de tenues notas de piano, puente hacia "Después te explico", el último corte de la primera parte del disco, de características similares a los anteriores, donde el instrumento de viento es un saxo y Marcelo Torres desarrolla su técnica de utilización del bajo como si de una guitarra se tratase. Como cara B, comienza aquí el largo poema sinfónico "Viento sur", dividido en cuatro partes ("Viento sur", "La procesión de pálidas se desbarranca", "Ventolina, lavadero del alma" y "Estación claridad"), un broche fenomenal al disco -en realidad se trata de toda la cara B- que se inicia con el dulce y empático recitado de la poetisa y cantante argentina María Elena Walsh (un auténtico mito en su país, especialmente recordada por sus trabajos para niños), y continúa con un agradable sinfonismo en forma de suite, un interesante experimento que anticipaba futuros proyectos de música para ballet y cine. De muy joven Lito estudió en el conservatorio, pero le aburría el academicismo, así que lo abandonó (sólo volvería años después para aprender a escribir música), dejándose llevar por sus experiencias e influencias, no sólo el rock, el folclore o el jazz sino también la música clásica, que en ciertas ocasiones se deja entrever ligeramente en sus composiciones. Aunque no pertenezca a "Viento sur", en 1997 Lito participó con la composición "La calle del gato que pesca" en el trabajo "Cantamos a María Elena Walsh", en el que conocidos artistas (José Luis Perales, Baglietto, Serrat, Ana Belén, Víctor Manuel, Pedro Aznar...) versionaban obras de la autora, fallecida en enero de 2011.

"Viento sur, olor a transparencia, silbo de la calandria, madrecita cantora del primer rayo de la aurora. La sopa de los pobres llega al centro, y su vapor al reino de los cielos. Ventolina que barre tormentas, lavadero del alma, nos deja serenitos, reciclando la pena en vasto amor. Silbo de la calandria y vidalita de esperanza". En solitario, dúos, tríos, cuartetos, quintetos... los números de acompañamiento sólo son anécdotas en la labor creativa de Héctor Facundo Vitale, que necesita un mayor o menor orden instrumental a cada momento de su vida musical. Sin duda fue la época del cuarteto la de mayor relevancia y posiblemente la de más alta calidad en la carrera de Lito, y sus discos, gracias al boom de una new age a la que en ningún momento se acogía, obtuvieron muy buenas ventas, sin duda merecidas. Su música, cercana al jazz, influenciada por Pat Metheny, Lyle Mays o Keith Jarrett, pero también enraizada en su Argentina natal, se alimentó de tintes folclóricos y de coreografías visionarias para ofrecernos este más que aconsejable trabajo. "Darle cuerda al amanecer, empujar un poco al sol, al buen día meterlo en casa. Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir. Estación claridad, vamos llegando".

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17.10.08

LIAM O'FLYNN:
"Out to an other side"

En el resurgir de la música tradicional irlandesa en el último cuarto del siglo XX es obligatorio mencionar a Planxty como uno de esos supergrupos, junto a The Chieftains, que sentaron las bases de una corriente renovadora basada en lo acústico, en los instrumentos y el tipo de melodías que caracterizan al pueblo irlandés, adaptándolas a los nuevos tiempos y diferentes arreglos. Cuatro eran esos genios que influyeron y participaron activamente en otros importantes grupos como The Bothy Band, Moving Hearts, Patrick Street o Capercaillie: Andy Irvine (mandolina), Donal Lunny (bouzouki), Christy Moore (guitarra, bodhran) y Liam O'Flynn (uilleann pipe). Por el grupo también pasaron posteriormente otros importantes músicos como Paul Brady, Matt Molloy o Bill Whelan, pero vamos a quedarnos con la calidad y el virtuosismo de Liam O'Flynn, gaitero nacido en el condado de Kildare, que desde muy pequeño tuvo claro que iba a dedicar su vida a ese instrumento tan difícil de dominar (se dice que para ello se necesitan 7 años de estudio, 7 de ensayo y otros 7 tocando) como es la gaita irlandesa o uilleann pipe.

Liam O'Flynn tenía el aspecto exacto de lo que era, un reconocido maestro de este simbólico y visualmente atractivo instrumento, que no requiere soplido sino que se llena por medio de un fuelle que se presiona con el brazo derecho contra el tronco mientras que las manos interpretan la melodía en los tubos (las flautas), que son alimentados por una bolsa a la que llega el aire del fuelle y se maneja con el brazo izquierdo sobre la cadera; si añadimos los reguladores para hacer acordes y roncones para las notas de fondo, se entiende que se necesiten más de 20 años para dominar este intrincado pero noble instrumento. O'Flynn tuvo como maestro al gran Seamus Ennis, del que aprendió más que simplemente cómo tocar, y del que heredó el gusto por la tradición que se respira en sus discos. En efecto, la escucha continuada del que aquí nos ocupa, "Out to an other side", puede traslucir un aroma de antigüedad que acabará provocando una cierta pesadez en oyentes poco atentos; hay que vivir esta música, introducirse dentro de ella y disfrutarla, como el propio Liam dice, mirando hacia el interior, "cuando un artista se compromete con el público, y viceversa, un hechizo se lanza y se da un magnífico paso de sentimientos entre ellos". Publicado por Tara Records en 1993, "Out to an other side" es el tercer disco en solitario de O'Flynn, y enseguida podemos notar la producción de su amigo Shaun Davey, sobre todo en los arreglos orquestales de temas como la alegre "The foxchase", "Lady Dillon" del omnipresente O'Carolan, o "Gynt at the gate", tomado de la adaptación para teatro de Davey del 'Peer Gynt' del noruego Henrik Ibsen. Davey había escarbado en los 80 en la compenetración entre la gaita irlandesa y la orquesta, originando obras tan magnas como la primera de ellas, la recordada y pionera "The Brendan voyage", suite que escribió pensando en O'Flynn y en colaboración con él mismo en los arreglos para uilleann pipe. Los instrumentos que acompañan a O'Flynn en "Out to an other side" van desde teclados, bajos y guitarras (a cargo de Arty McGlynn y Des Moore) a los verdaderamente orquestales como oboe, saxo, trompeta, violín (Sean Keane), violonchelo y flauta, sin olvidar la percusión de Noel Eccles, encontrándonos incluso con tres temas cantados, "The dean's pamphlet" por la fantástica Rita Connolly (esposa, además, de Shaun Davey), "Ar bhruach na laoi" por Liam O'Maonlai, y "After aughrim's great disaster" por el singular grupo coral The Voice Squad, sin acompañamiento instrumental alguno. Dichas canciones buceaban en la tradición, como casi todo el repertorio de O'Flynn en el disco. Pero el plato fuerte del trabajo son esas soberbias interpretaciones de Liam, esas composiciones en las que la uilleann pipe acapara todo el protagonismo y demuestra el potencial de un intérprete legendario que por fin despuntaba en solitario: "The wild geese", "Seán Ó duibhir a ghleanna" (un cierre del trabajo absolutamente sobrecogedor, que demuestra lo hondo que puede llegar este instrumento), ambas tradicionales de nuevo, y otras dos piezas de Shaun Davey, "Blackwells", y en especial esa pequeña maravilla romántica que puede llegar a emocionar titulada "The winter's end", un gran clásico desde entonces con tintes navideños incluidos, y de nuevo adaptación de una producción de Davey para 'El cuento de invierno', la penúltima obra de William Shakespeare.

No es casualidad que desde Irlanda nos lleguen tantos grandes intérpretes y discos maravillosos, Liam O'Flynn destacaba que "la música irlandesa tradicional tiene algo especial que hace mover algo profundo en el oyente, y además tiene una profunda resonancia emocional, contiene verdad, nobleza". Lo decía alguien que está considerado como un maestro de la gaita irlandesa, que ha sido requerido para colaborar con artistas de alto nivel como Enya, Mike Oldfield, Mark Knopfler, Sinead O'Connor, Kate Bush, John Cage y un sinfín de grandes músicos. En definitiva, una leyenda de la música celta que nos dejó en 2018 a la edad de 72 años, y que hasta entonces, como si fueran gemas de difícil extracción, ofrecía con cuentagotas sus esperados y recordados trabajos, tan impregnados de la magia de la gaita irlandesa como este "Out to an other side".









5.10.08

VÄRTTINÄ:
"Seleniko"

El desarrollo de la música tradicional finlandesa en los 90 posibilitó no sólo que grupos como Niekku, Salamakannel, JPP, Pirnales, Tallari o Värttinä se auparan al éxito entre los seguidores de la creciente etiqueta world music, sino que variara el concepto serio y aburrido de esa música folclórica basándose en desarrollos rompedores de la tradición, en combinación con ritmos actuales, pop y rock. Lo fundamental de un grupo como Värttinä es esa mezcolanza de tradición y modernidad que llama tanto la atención, logrando canciones capaces de gustar actualmente a cualquiera en base a instrumentos de siempre como el kantele y a un uso de las voces que viene de muy antiguo y que sorprende y estimula en el nuevo contexto. Gran parte de la culpa de este auge la tiene la academia Sibelius de Helsinki, cuyo programa de enseñanza de música tradicional instaurado en 1983 fue el germen de Niekku, Pirnales, Koinurit o la segunda etapa, ya profesional, de Värttinä, aunque ante todo hay que destacar la propia conciencia del pueblo finlandés de sus raíces.

Dicha conciencia hace que el kantele, un instrumento de cuerda pulsada que se toca sobre una mesa con los dedos o con palos sea un símbolo para ese país. Con este instrumento y muchas voces, hasta completar veintiún miembros, comenzó Värttinä como grupo folclórico infantil y juvenil en 1983 en la aldea de Rääkkylä, investigando y reviviendo el folclore de la región de Carelia. Reestructurados en 1990 con un potente grupo acústico ya en Helsinki, comenzaron su camino de éxitos en su país, con un disco de platino para "Oi dai", confirmado en 1992 con el disco que nos ocupa, "Seleniko", que les abrió las fronteras publicándose no sólo en Europa por PolyGram sino también en Estados Unidos por NorthSide. El éxito de este grupo (que se autodenomina como 'la joya de la corona de la escena musical folclórica finlandesa'), aunque sorprendente en un principio, es lógico, dado el impacto que puede provocar en el oyente; la combinación de armonías vocales e instrumentos tradicionales es estupenda, y lo que parecen ser ritmos obsesivos marcados por estos últimos acaban siendo desbordados, incluso conducidos, por la potencia de las gargantas femeninas, un torrente de fuerza y hermosura sabiamente conjuntado, como se puede apreciar en las dos canciones de inicio del disco y las más representativas del mismo, "Seelinnikoi" y "Lemmennosto". Esas voces, cuyo colorido es continuación al de las portadas de los discos, también saben actuar en solitario (como es el caso de "Sulhassii"), o completan animadísimos ritmos de baile ("Matalii ja mustii" -sorprendente éxito de la banda por su aparición en el popular programa infantil estadounidense 'Arthur'-, "Hyvä tyttönä hypätä"), entre los que también acaban descansando para dar paso a una no menos recomendable instrumentalidad ("Hoptsoi", "Kiirama"). Pero más allá de lo dinámico del conjunto acústico en los ritmos rápidos (gracias sobre todo a violín, acordeón, bouzouki y guitarra, además del mencionado kantele), hay que acabar destacando ciertos momentos de deslumbrante lentitud, donde cobran protagonismo los instrumentos de viento, como "Paukkuvat pasuunat", "Suuret ja soriat", o sobre todo la escepcional "Kylä vuotti uutta kuuta", donde acabamos rindiéndonos definitivamente ante estas cuatro vocalistas finlandesas, cuyos nombres son Mari Kaasinen, Sari Kaasinen (dos hermanas fundadoras del grupo), Kirsi Kähkönen y Sirpa Reiman. Ya en el disco debut de la banda, el titulado igualmente "Värttinä", era Sari Kaasinen la que arreglaba las piezas tradicionales que lo componían, legado tradicional que continuó acaparando prácticamente el repertorio en "Musta lindu", así como en el mencionado "Oi dai" con el que llegó esa profesionalización de la banda (y el auténtico éxito en su país). "Seleniko" marca la llegada de algunas canciones propias, que alcanzarán un mayor protagonismo en álbumes posteriores.

Como pasa con otros grupos nórdicos como Hedningarna, es una lástima que esos interesantes textos -en su mayor parte tradicionales, y que a veces incluyen frases onomatopéyicas-, que hablan de amor, magia o son canciones de trabajo o de cuna, sean absolutamente inentendibles, pues en cierto modo acabamos perdiendo parte de la complicidad que requieren. Sin embargo, la conexión con el público en los directos es total, sus armonías vocales ("la marca registrada de Värttinä son sus armonías afiladas cantadas por poderosas Leading Ladies", afirman en su web oficial) y los ritmos frenéticos encienden al personal y le contagian de una alegría nórdica. Värttinä siginica en finés 'huso para hilar', y viene a referirse a esa importancia femenina que, no hace falta ser adivino, tanto se deja ver en este maravilloso conjunto, en discos como este "Seleniko" o como el siguiente, de mayor proyección internacional e igualmente recomendable, de título "Aitara".









28.9.08

RODRIGO LEAO:
"Cinema"

En una incansable búsqueda de su identidad musical, a la que en una constante y maravillosa evolución parece no poder nunca llegar a alcanzar, el teclista lisboeta Rodrigo Leão se ha llegado a involucrar en su trayectoria profesional en proyectos de la talla de Sétima Legião (mítica banda portuguesa de rock fundada en 1982), Madredeus (conocidísimo conjunto folclórico con el que logró un gran éxito en sus tres primeros trabajos) o una carrera en solitario no sólo lujosa y atractiva sino además innovadora e imprescindible. Rock, pop, canción ligera, fado, minimalismo... los estilos cultivados y devorados por Leão (león en castellano) en esa sucesión de trabajos vitales, acabaron por conciliarse a comienzos del siglo XXI en una obra de sonido auténtico y cercano a lo comercial aunque de difícil clasificación, donde la saudade, ese sentimiento de añoranza tan tipicamente portugués, estaba absolutamente presente dominando el conjunto. Publicado en 2004 por Sony Music, "Cinema" fue la soberbia culminación de una intensa evolución personal, en forma de banda sonora de la película del propio pensamiento del Rodrigo Leão más maduro.

Las canciones de Madredeus nacían pensando en la voz de Teresa Salgueiro, por lo que los textos eran muy importantes; en su primera etapa en solitario, Leão primaba la música a la letra, y los textos en latín eran casi un instrumento más, no importaba realmente lo que se cantaba sino su armonía e implicación en un contexto minimalista y ascético (al menos en comparación con la mediatización de Madredeus), sin más pretensión que la belleza. Años después, la vuelta a los textos no supone ningún paso atrás sino una forma de expresión de esa espontaneidad por la cual, según confiesa el músico, "no pienso de antemano qué es lo que quiero hacer, no construyo sobre un plan previo; hay un lado muy abstracto dentro de mí, que viene de la infancia, los amigos, los viajes, las personas que conocemos, las cosas que descubrimos cada día, todo eso influye en mi manera de hacer música". "Cinema" es un disco más delicado que los anteriores del portugués, donde los juegos de cuerdas, piano, acordeón y voces femeninas exploran la faceta más intimista de Leão, primando la melancolía del sonido más puramente portuario (atención a ese acordeón de Celina da Piedade en "A comédia de Deus", que podría figurar igualmente en un disco de Yann Tiersen), más cerca del tango y por supuesto del fado que de la música de cámara. Leão se hace una imagen de sus composiciones como si encajaran en una película, y se inspira en Lynch, Almodóvar o Fellini (de hecho, uno de los temas se titula "A estrada", como la película del director italiano) para construir deliciosos instrumentales como "Cinema", "A comedia de Deus", "Memorias", "Uma historia simples" o la mencionada "A estrada", título reservado al tratamiento instrumental del posiblemente más acertado tema vocal del álbum, "Lonely carousel", donde respiramos antiguos aromas del Leão de la Vox ensemble en la base musical y donde nos encontramos con una de las fantásticas voces invitadas, la de una Beth Gibbons -cantante del grupo de trip-hop Portishead- que fue exprimida en numerosas tomas de la canción hasta encontrar la saudade adecuada. La brasileña Rosa Passos, en su estilo característico de bossa nova, interpreta "Rosa", delicadísima composición dedicada a la hija de Rodrigo, que éste compuso junto al japonés Ryuichi Sakamoto. Otras dos son las vocalistas restantes: la guapa cantautora Helena Noguerra, que se gusta y nos atrapa suavemente en "Jeux d'amour", y la cantante de la banda portuguesa The gift, Sonia Tavares, la más destacada de las cuatro junto a Beth Gibbons por su voz misteriosa y variedad de registros, desde el retro synth-pop de "Deep blue" al más puro estilo jazz de "Happiness" o bondiano de "L'inspecteur". Con esta variedad e innegable calidad, "Cinema" fue un sorprendente número 1 en Portugal, y es que el luso supo conjugar como nadie la carga visual de la supuesta banda sonora con la belleza puramente auditiva de cada composición.

Rodrigo Leão no quiso asentarse en un grupo vocal de extraordinaria esencia pero difícil evolución como Madredeus. No, Leão escogió el camino de la experimentación, de la locura tal vez, de la búsqueda de una identidad musical propia, bebiendo de fuentes clásicas, contemporáneas, de música de cine y de músicas del mundo, sobre todo su propio mundo, al que el teclista regresó en gran medida en este fabuloso "Cinema". Ecléctico y sinuoso, Rodrigo nos hace partícipes de un juego envolvente y atractivo, lindando entre la emoción del sonido de las cuerdas, la sonoridad de los teclados y el esplendor de unas voces sabiamente escogidas. Sus próximos pasos, adecuadamente encauzados, gozan de nuestro seguimiento con merecida atención, pues este portugués ha logrado, como lo hizo la banda que ayudó a formar, Madredeus, salir con éxito de su país e instalarse por su calidad en numerosos mercados extranjeros.

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20.9.08

LUIS DELGADO:
"Alquibla"

En el mundo islámico se denomina alquibla a la dirección hacia la Meca, a la que se deben dirigir los rezos; de esta manera, en cada mezquita hay un lugar, llamado mihrab, que indica la orientación de la alquibla. Para la mayoría de nosotros, sin embargo, "Alquibla" es el título de una serie documental guionizada por Juan Goytisolo, dirigida por Rafael Carratalá y musicada por el madrileño Luis Delgado, un programa televisivo emitido por TVE en 1989 que pretendía acercar al público español a un mundo tan desconocido como rico culturalmente, cuya cercanía a nosotros no evita que sea de difícil asimilación por muchos motivos, en especial sociales y religiosos. El éxito popular del documental originó que el sello de Radio Televisión Española, RTVE Música, publicara la banda sonora en 1988 con una elegante portada de sugerentes fotografías sobre fondo negro, un diseño tan cuidado como los que el propio Luis Delgado ofrecía en los trabajos de su mítico sello discográfico, 'El cometa de Madrid', un Windham Hill a la española por el que se movían grandes intérpretes patrios como Luis Paniagua, Miguel Herrero, Jesús Auñón, Enrique Mateu, Cuco Pérez o el mismo Delgado, que no pudo publicar "Alquibla" en El Cometa, aunque coincidieran en el tiempo. En su aprendizaje, Luis ha tomado contacto con la música antigua, el rock, el folclore, la electrónica y las músicas del mundo, y ha estado involucrado en numerosos proyectos musicales, como compositor, productor o intérprete, para lo cual cuenta con una colección de más de un millar de instrumentos originales, parte de los cuales se exponen en la bella localidad medieval de Urueña (Valladolid), en el 'Museo de la Música - Colección Luis Delgado'.

Luis es un músico polifacético, más conocido por sus delirios étnicos que por su faceta electrónica, como compositor permanente en el Planetario de Madrid y esporádico en otros, como el de Nueva York. Para este trabajo, Delgado utilizó material con el que llevaba tiempo experimentando sin una salida segura, con lo que el momento fue idóneo para él, un golpe de suerte del que se benefició no solo la serie documental sino el público seguidor de las músicas del mundo y de las bandas sonoras en general. Aún sin asociar a las imágenes del documental, "Alquibla" es una eficaz incursión musical en el mundo árabe, la reserva inicial de Luis Delgado a asumir esa tarea, más complicada de lo que parece por estar cargada de clichés y prejuicios, fue superada gratamente por su inusual capacidad para absorber elementos culturales ajenos y adecuarlos a unas imágenes y a un contexto occidentalizado. Delgado convierte música en historia, sus obras son paseos por zocos, baños y mezquitas, y sus ritmos se nutren de sensualidad, pero también de religiosidad. Colores vivos y aromas especiados son tan parte del conjunto como los instrumentos utilizados. La forzada ambientalidad, la búsqueda de la melodía, el uso ingente de percusiones y ritmos fácilmente distinguibles, sólo consiguen acercar más al espectador a los lugares visitados y adentrarle profunda, incluso místicamente, en mezquitas, zocos, dunas o palacios, otorgándonos no sólo un estupendo disco sino una pequeña obra de museo, madurada por los muchos años de trabajo a sus espaldas, tanto tocando en orquestas y grupos como Imán Califato Independiente o Babia, como de ayudante y directivo en compañías como RCA y EMI, hasta que diera el salto para crear el mencionado sello El Cometa de Madrid. Pero el detalle es apreciable de forma sublime al descubrir la cantidad de instrumentos autóctonos que, laboriosamente, Luis tañó de manera espectacular: psalterio, saz, ud o tar en cuanto a las cuerdas, d'rbouka, bendhir, krakeb o adufe de percusión, aunque también alguno indio (mridanga, khol), africano (guimbri), europeo (la antigua nickelharpa sueca) o sudamericano (teponatzli), siempre acompañados por otras guitarras, teclados, percusiones, flautas y la eficaz colaboración del ordenador. Mimetizándose con las imágenes se realzan las cualidades mágicas de esta música, temas cortos y profundos que, más que una banda sonora en el estilo árabe más estricto, intentan encontrar "el clima exacto a cada imagen", explica Luis, que también matiza: "cada uno de los trece capítulos que la componen ha merecido su propio tratamiento específico, tal es la variedad de temas tocados, en realidad trece bien distintos, aún cuando todos se desenvuelven en el ámbito musulmán. No es lo mismo hablar de la cofradía de los derviches giróvagos, su historia y circunstancias actuales; de la situación de las mujeres en los países islámicos, tan diferente en cada uno de ellos; del problema palestino, envenenado por razones de dominación política, etc. Así, cada tema ha requerido un planteamiento especial, diferente del resto".. En un sentido más elaborado se pueden recordar "El musem" (la estupenda sintonía), "Al jalifa", "Top Kapi Saraji" (una pieza maravillosa incluída además en el recopilatorio "Música sin fronteras"), "Reflexión" o "Meca", mientras que como ambientes eficaces cabría destacar "Mantis religiosa", "El Bosforo", "Beduinos", "Mujeres beduinas" o "Inquisición", si bien toda la obra es altamente recomendable y en ella se puede comprobar cómo Luis Delgado 'siente' realmente la interpretación de los instrumentos acústicos empleados para adornar este documental que ya forma parte de la historia audiovisual española, una serie que contó, pocos años después, con una segunda parte más madura y cercana, según Rafael Carratalá, al poema visual, más que al documental cultural. La música, también de Luis Delgado y tan recomendable como la primera, fue publicada por RTVE Música en 1991.

Juan Goytisolo, Rafael Carratalá y Luis Delgado cuentan su experiencia en el libreto de "Alquibla", Luis habla de noches rodeados de multitud de instrumentos de todo el mundo, de un trabajo laborioso del que disfrutó enormemente, y es que este álbum, como el propio documental, adentra al oyente en un mundo de sensaciones y nos ofrece una música estudiada y elaborada, que se confunde con las imágenes, con las vivencias o con la imaginación, consiguiendo experimentar un sorprendente viaje al mundo árabe. Escuchando esta música, sin necesidad de emplear un rigor étnico (en palabras de Luis: "simplemente hemos puesto todo nuestro interés en encontrar las esencias sonoras que latieran al mismo ritmo que las imágenes, sin limitaciones geográficas ni estéticas"), se adivina una cultura fascinante, pasado, presente y futuro se dan la mano en este documento tan cercano a nuestra propia historia como pueblo. Investigador incansable, Luis Delgado (que ya había trabajado con el director, Rafael Carratalá, haciendo cortos comerciales) encontró con "Alquibla" el reconocimiento y desde entonces es referencia obligada, entre muchas otras cosas, en cuanto al mundo musical árabe en España.





10.9.08

BUCKETHEAD:
"Colma"

Algunos grupos consiguen llamar la atención y provocar admiración y seguimiento no sólo con su trabajo sino también por causas extramusicales. El maquillaje de Kiss o Marilyn Manson, la caracterización de Slipknot, las portadas de Iron Maiden, la provocación erótica de Madonna o religiosa de Sinead O'Connor, la ambigüedad de las tATu, así como otros enfants terribles, personajes misteriosos o polémicos, frikis, concursos televisivos... todo vale para vender. Sin ir más lejos dos de los artistas new age que más han vendido en norteamérica han sido John Tesh (famoso y atractivo presentador de televisión) y Yanni (ex-marido de la conocida actriz Linda Evans), y ya en Europa, algunos músicos de prestigio optan a veces por renovar viejos éxitos (Mike Oldfield y sus versiones de "Tubular bells", Jean Michel Jarre y sus nuevos "Oxygene") en vez de buscar otras vías que nieguen acusaciones de falta de ideas. Buckethead es un grupo distinto, que sorprende por su aspecto pero que además ofrece una estupenda calidad musical. Las circunstancias que envuelven al cerebro del grupo son de lo más extravagante con que nos podemos encontrar en el mundo de la música, y han originado una pequeña legión de seguidores, que aumentaron a raíz de la pertenencia de este guitarrista al grupo Guns'n'roses durante varios años a comienzos de siglo XXI, si bien lo más interesante para nosotros fue un estupendo álbum titulado "Colma" que se publicó en 1998.
Buckethead fue criado por gallinas en un gallinero, aunque acabó escapando para vivir su propia vida. Eso es al menos lo que él nos cuenta, aunque lo verdaderamente impactante es la imagen que ofrece, la de un guitarrista misterioso -tanto por su caracterización como por el casi desconocimiento de sus datos biográficos, incluso su propio nombre-, que actúa con una máscara blanca de Halloween y un cubo de Kentucky Fried Chicken en la cabeza, de lo cual deriva su apodo, 'cabeza de cubo'; sus movimientos son robóticos y los estilos frecuentados van desde el thrash metal y rock instrumental a la música electrónica y ambiental, pero si simplemente contáramos el aspecto como un dato anecdótico, habría que dejar claro que ha sido en su forma de tocar donde este músico -cuyo nombre original 'se supone' que es Brian Carroll- ha encontrado las mejores críticas, ya que la revista Guitar Player le colocó en la octava posición de los diez mejores guitarristas de todos los tiempos. Aunque su estilo parezca alejado de las Nuevas Músicas, hay hechos tan sorprendentes en su discografía como para que Buckethead aparezca con todo derecho en este blog: su cuarto disco, "Colma", publicado por CyberOctave Records (una división de Higher octave Music, el sello de Malibú que introdujo en el mercado a otros guitarristas importantes como Craig Chaquico, Ottmar Liebert o Neal Schon), referencia a un pequeño pueblo cercano a San Francisco donde la población de muertos es mayor que la de los vivos en escala de 100 a 1, un detalle truculento muy en su estilo. La estructura de canciones sueltas con melodías atractivas es engañosa, pues revelan un interés más centrado posiblemente en desviarse de la linea de actuación que Buckethead ofrecía en sus anteriores trabajos que en ofrecer una gama de nuevos sonidos. El origen de tan atractivo desinterés está en la madre del guitarrista, enferma en el hospital, a la que éste quiso ofrecer un trabajo fácilmente audible, tranquilo en ocasiones, animado en general. "Colma" se debate entre la electrónica más ambiental y el sonido de guitarra más típico de Higuer Octave Music. Nos encontramos con una primera parte de canciones muy parecidas entre sí y una segunda más oscura, donde varios de los temas se alimentan únicamente de guitarras, sin batería o percusiones. "Whitewash" es un comienzo rotundo y sorprendente, donde se descubre el secreto que alimentará parte de los temas: entre batería, bajo y una efectiva guitarra, el cuarto miembro del grupo es un DJ que ejecuta diversos efectos para nutrir y ensalzar temas como "Hills of eternity" o "Lone sal bug". No podía faltar una canción dedicada exclusivamente a su madre, "For mom", alegre, delicada y orgullosa, en esta primera parte del disco en la que, en primeras escuchas, varios de los temas suenan de forma parecida, si bien cada uno posee su particular magia, en una curiosa sensación de estar ante postales diferentes de la misma ciudad. "Machete" y "Wishing well" son, junto a "Whitewash", los títulos más destacados (al menos los incluídos en diversos recopilatorios), si bien es en "Big sur moon" o "Sanctum" donde parece aflorar la verdadera personalidad de este curioso personaje, saliéndose un poco de la esencia del álbum.
En un recorte de una revista musical de 1989 -el único sitio donde puede contemplarse, presumiblemente, su auténtico rostro- Buckethead cita entre otros como influencias a Michael Jackson, Yngwie Malmsteen, Joe Satriani, Jennifer Batten, Randy Rhoads y Paul Gilbert, del cual fue alumno. Quizás con el tiempo logre superar a esos grandes nombres, incluso puede que algún día se quite la máscara, aunque jamás podrá abandonarle el calificativo de insólito. Puede que "Colma" fuera un experimento, ya sea por ofrecer un disco audible a su madre o por afrontar una cierta comercialidad, pero si es así salió realmente bien, no sólo por sus grandes canciones como "Whitewash" o "Machete" sino también por otros temas escondidos en la parte final del trabajo como "Ghost part 2" o "Colma", que encierran el misterio de ese pueblo fantasma al que se refiere el título del álbum.

30.8.08

ENIGMA:
"MCMXC a.D."

Desde el silencio de una antigua abadía, muy lentamente, unos delicados teclados invitan a la relajación. La sugerente voz de Louisa Stanley se identifica como 'la voz de Enigma' y nos hace una misteriosa proposición: "En la próxima hora vamos a llevarte con nosotros a otro mundo, un mundo de espíritu, música y meditación; apaga la luz, respira profundamente y relájate, comienza a moverte despacio, muy despacio, deja que el ritmo sea la luz que te guíe". De repente, una corta fanfarria (que iba a convertirse en santo y seña de este grupo) emerge y da paso a la gran sorpresa, un coro de monjes gregorianos que se fundía con la atmósfera de olor a algo antiguo e incienso. Con este comienzo y su espectacular ejecución, lo extraño sería que este sonido tan particular no se hiciera tremendamente popular, Enigma no sólo es el nombre de una banda de laboratorio que revolucionó el panorama musical de 1990 sino que además ese enigmatismo era la auténtica intención de su creador y único miembro (aunque con la ayuda en su concepción de Frank Peterson y David Fairstein), el rumano Michael Cretu, que quería -o así decía- "que la música hablase por sí misma", sin importar los nombres y personajes implicados en su creación. Del misterio que rodeó la publicación de este álbum por parte de Virgin Records (realmente no contiene ninguna información, con lo cual se especuló con las autorías de grandes mitos del estudio de grabación como Alan Parsons o Mike Oldfield), procede el nombre de Enigma, y como era de esperar (muchos opinan que se trataba tan sólo de una maniobra publicitaria) contribuyó a que su fama e interés fuera aún mayor, lo que se tradujo en suculentos royalties. Sea como sea, con "MCMXC a.D." ('1990 anno domini') Enigma inauguró un nuevo y exitoso modo de combinar la música antigua o tradicional con elementos electrónicos en una extraña intemporalidad que iba a contar con numerosos seguidores e imitadores hasta la actualidad.

"Sadeness (Part I)" fue la canción que inició la ascensión fulgurante de Enigma en popularidad, merced a una interesante base rítmica unida a la efectiva melodiosidad de una flauta shakuhachi (flauta de bambú japonesa) sampleada, al ambiental coro de monjes y a otras voces envolventes en francés que se unen al contexto electrónico, como la de la conocida cantante Sandra, esposa de Cretu desde 1988 hasta 2007 y posiblemente inspiradora de la sensualidad impregnada en el trabajo. "Sadeness (Part I)" es una muestra imprescindible de la búsqueda de nuevos caminos de la música moderna en un terreno delicado pero que, de manera asombrosa, produce una perfecta y atrayente casación de corrientes musicales separadas por milenios, unificando en un mismo material la conexión con la mente (la religiosidad del canto gregoriano como forma de contacto espiritual en la antigüedad) y con el cuerpo (ritmos dance y ambient muy acertados, de inevitable seguimiento), en una curiosa armonía de un falso misticismo que simbolizaba la lucha entre la religión y la sexualidad. En el contexto pseudoreligioso del trabajo, la extremada sensualidad de ciertos momentos del mismo (por sus voces susurrantes, jadeos y referencias al Marqués de Sade), abrió una polémica que posiblemente le favoreció, incluida una provocación que iba más allá en sus imprescindibles videoclips, dotados de un marcado erotismo (en especial el de su tercer single) y censurados por la MTV y otras cadenas de televisión. A "Sadeness (Part I)" le siguió, como segundo sencillo, "Mea Culpa", más rítmica que su predecesora, más sensual en sus voces, de nuevo con gran protagonismo de la flauta sampleada, además de la apagada aparición de una guitarra eléctrica. Como tercer tema para promocionar el álbum se eligió "The Principles of Lust", que correspondía realmente en el disco con el titulado "Find Love", otro corte espectacular que sumerge al oyente en un mundo oscuro, de sonidos extraños, ritmos frenéticos y emociones lujuriosas. Como último single, el también último corte del disco, "The Rivers of Belief", con el mismo ritmo característico de todo el álbum pero con más estilo de canción tradicional, con la voz de Michael Cretu y sin cantos gregorianos. Aparte de esos cuatro sencillos, es obligatorio reconocer que "MCMXC a.D." funcionaba como conjunto y recogía una gloriosa variedad de atmósferas, ritmos y samples (entre ellos, extractos de María Callas -en el corte "Callas Went Away"-, de John Williams -las conocidas cinco notas que nos comunicaban con los extraterrestres en 'Encuentros en la tercera fase'- o del mítico álbum "666" del otrora grupo de Vangelis Aphrodite's Child) que constituyen, sobre todo en esa época (aunque hay que reconocer que el trabajo no ha pasado de moda en absoluto), una experiencia única. Otro elemento que impactaba en el álbum era la fabulosa flauta sampleada: más que en sus álbumes en solitario, fue en su colaboración de 1988 con Manfred Thissy Thiers (con quien había coincidido en el aplasticado grupo de 'New Wave' Moti Special), "Belle epoque", donde ya se dejaron escuchar, concretamente en el single "Mona Lisa", dichas flautas shakuhachi que serán tan características, en sólo un par de años, del 'sonido Enigma'. "MCMXC a.D." alcanzó la escalofriante cifra de 14 millones de copias vendidas en todo el mundo, algo verdaderamente extraño para unos piadosos cantos gregorianos, fue número 1 en varios países como Gran Bretaña, Francia o España (donde también alcanzó el número 1 el sencillo "Sadeness (Part I)"), así como muy bien posicionado en casi todo el resto de Europa y en EEUU, donde alcanzó el número 6 en las listas de ventas. En 1991, una edición limitada de "MCMXC a.D." incluía cuatro nuevas remezclas de "Sadeness", "Mea Culpa", "Principles of Lust" y "The Rivers of Belief", los cuatro sencillos del álbum, y más remezclas de "Sadeness" y "Mea Culpa" venían contenidas en un segundo disco de una nueva edición especial en 1999. En 2003 se publicó el DVD "MCMXC a.D. The Complete Album", que recogía, trece años después, todo el primer álbum en forma de imagen, junto a una amplia entrevista con Michael Cretu. Dos años antes había visto la luz otro DVD de Enigma con todos sus videoclips, "Remember the Future", incluídos "Sadeness", "Mea Culpa", "Principles of Lust" y "The Rivers of Belief". Aunque seguramente situados en un segundo plano (tras la bonanza económica), numerosos problemas acosaron a Cretu y su propuesta gregoriana: este habitante de la isla de Ibiza firmó sus temas en el disco como Curly M.C. ('curly' por su pelo rizado, M.C. por sus siglas), lo cual nadie descubrió hasta que su anonimato tuvo que salir a la luz por mediación de los tribunales, ya que Kapelle Antiqua, coro de la ciudad de Munich, denunció que en "MCMXC a.D." se habían utilizado sin permiso sus grabaciones de cantos gregorianos. Aunque todo se solucionó fácilmente, el nombre de Michael Cretu salió a luz y resolvió el misterio de Enigma. El segundo problema fue interno, llegó varios años después, y vino por parte de Frank Peterson, productor alemán (de Sarah Brightman o Ofra Haza, por ejemplo), que aliado con Cretu desde mucho tiempo atrás fue, según él, el impulsor y principal ideólogo de "MCMXC a.D." (su pseudónimo en el disco era F. Gregorian), siendo arrinconado por las ansias de protagonismo del rumano. Curiosamente, y aprovechando totalmente la idea de ese tipo de cantos eclesiásticos, Peterson fue el impulsor del proyecto Gregorian desde finales de la década.

En 1993, los cantos gregorianos alcanzaron un éxito sin precedentes por mor del disco publicado por EMI "Las mejores obras del canto gregoriano", una reedición de un trabajo grabado originalmente en 1973 por el Coro de Monjes del Monasterio Benedictino de Santo Domingo de Silos, que en España alcanzó unos sorpresivos cuatro discos de platino. Tal vez fuera "MCMXC a.D" parte de ese éxito tardío y Cretu (o los miembros de Enigma, en general) un visionario, el caso es que en octubre de 1995, los Monjes de Silos dieron el basta a EMI por ser, según ellos, una compañía que sólo pensaba en el dinero, y expresaron su pesar por la degradación del canto gregoriano, "por gente que utiliza su música sacra para bailar, excitarse y llevar a cabo actos pornográficos". En cierto modo tenían razón, pero el mundo no era ni mucho menos (afortunadamente) el de la Edad Media, y la libertad accedió, legalmente, al pecaminoso campo de la música. Cretu continuó utilizando cantos gregorianos fusionados con otro tipo de músicas étnicas en los siguientes álbumes del proyecto Enigma, un grupo de catalogación difícil por su propuesta novedosa, cuya originalidad (así como misterio y provocación) de su primer disco le hizo vender millones de ejemplares, y que con esas originales propuestas (en especial las de los cuatro primeros trabajos) ha consolidado a Michael Cretu como un compositor de gran talento y un productor excepcional.







24.8.08

CHARLIE BISHARAT:
"Along the Amazon"


pesar de no tener una visible popularidad en las Nuevas Músicas como otros intérpretes de violín, acústico o eléctrico (Vanessa Mae, Nigel Kennedy, Alasdair Fraser, Jean-Luc Ponty...), Charlie Bisharat es un virtuoso muy solicitado desde finales de los 80 para interpretar este instrumento en discos de la más variada gama de estilos, desde la comercialidad de Terence Trent D'Arby, Alanis Morissette, Vonda Shepard, Elton John, Robbie Williams o Tracy Chapman, hasta -y ya entrando en el campo instrumental- la excelencia de Will Ackerman, Mark Isham, Scott Cossu, Yanni, David Arkenstone, Ira Stein o Kitaro. Es sin embargo el mítico grupo Shadowfax el que posiblemente haya dejado una mayor huella en su trayectoria; con ellos consiguió un premio grammy -por "Folksongs for a nuclear village", en 1987-, y en su único trabajo en solitario se puede respirar ese suave aroma de fusión indefinida que caracterizaba a tan maravillosa banda norteamericana. Su trabajo en la sombra dio un paso adelante (algo inevitable, realmente, dada su capacidad y sus buenas ideas), al poner su nombre en la portada del álbum y las once composiciones del mismo.

"Along the Amazon" fue publicado en 1993 por el sello de John Tesh, GTS Records, y aunque no sea una obra maestra, la calidad de sus intérpretes (entre los que están Don Grusin, Randy Tico, John Patitucci, Mark Isham, Jon Anderson y Chuck Greenberg) y de gran parte de sus composiciones nos hace preguntarnos por qué han pasado varias décadas y el reputado Charlie Bisharat sigue sin publicar nuevos trabajos en solitario. Este disco está plagado de agradables muestras de una música entre new age melódica y jazz electrónico, y la mayor distinción entre sus once composiciones la otorga que Bisharat se decida por el violín eléctrico o acústico: "es un sonido y enfoque diferentes, la acústica es muy agradable para el jazz y el sonido Stéphane Grappelli, y la electricidad es más para el sonido Jean-Luc Ponty, un poco más contemporáneo". En cuanto al eléctrico, destaca por ejemplo el jubiloso comienzo, "Elysian fields", mientras que en cuanto al acústico emociona en esa pequeña maravilla titulada "Madison Ave", el tema más impactante del álbum que, más que inspirarse en la gran avenida neoyorquina, toma el nombre de su hija, Madison. Maravilloso también el final de la composición, con el violín uniéndose a los dos solos de guitarra, de Jorge Strunz (en el lado izquierdo) y Ardeshir Farah (en el lado derecho), componentes del dúo Strunz & Farah. Si bien hay un segundo tramo del disco de nivel algo más bajo (a partir de "M & M's"), la alegría y belleza de su primera parte (donde además de las mencionadas destaca el 'sonido Shadowfax' de "Brushfire", "Ladera heights", "Flip a coin" o "We used to play in these hills", único corte en el que Bisharat dobla violín, acústico y eléctrico) y el final vocal en la bonita canción "Along the Amazon" (un curioso y acertado broche final cantado por el fácilmente identificable Jon Anderson, una placida canción que da título al disco), hacen de él un álbum optimista y altamente interesante. No hay que olvidar que Chuck Greenberg, el carismático líder de Shadowfax merced a sus gráciles composiciones y al sonido de su instrumento más característico, el lyricon, falleció dos años después de la publicación de "Along the Amazon" pero tuvo tiempo de dejar su huella en tres de los temas más importantes de este disco interpretando varios tipos de flautas. A ellas y a los violines se añadieron piano, sintetizadores, bajo, guitarras, batería, percusiones y algunos vientos (saxo, english horn -cuerno inglés- y el flugelhorn -fliscorno- de Mark Isham). Como anécdota, Charlie Bisharat también pone voz a la canción "Along the Amazon", y es que cuando le entregó a Jon Anderson una muestra de la canción con su propia voz, el ex de Yes alabó su interpretación y practicamente le obligó a mantenerla, junto a la suya, en la grabación definitiva.

Nacido en California en 1963, de padre palestino y madre estadounidense, el joven Charlie pudo haber sido médico, como su padre. Cuando se licenció en medicina tenía decidido dejar aparcado el violín que había estudiado desde muy pequeño, sin embargo la llamada de Shadowfax y el inmediato éxito cambiaron su estrategia vital. "Along the Amazon" es una obra entretenida sin excesivas pretensiones, en su portada se puede ver a Bisharat tocando un violín acústico, mientras que en la contraportada porta un violín eléctrico; son las dos caras de este virtuoso, capaz de acoplar ese instrumento a cualquier tipo de estilo musical. Junto a otros grandes violinistas eléctricos como Jerry Goodman, Ed-Alleyne Johnson, Eddie Jobson o Steve Kindler, logró que ese sonido tan característico tuviera un momento dulce en las Nuevas Músicas de los 90. Su granito de arena en forma de CD fue "Along the Amazon".

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18.8.08

BEAUTIFUL WORLD:
"In existence"

Es indudable que la publicidad es, cada vez más, otra forma de crear arte. En su afán de atraer la atención del espectador, los spots de televisión utilizan a su vez convenientemente la música, ya sea en forma de jingles o música incidental, tanto ya creada como compuesta para la ocasión. Entre homenajes, plagios, bastante música fácil y un sinfín de compositores anónimos de calidad sobrada, también han surgido pequeños fenómenos, nombres que han llegado a convertirse en ilustres en las Nuevas Músicas gracias al espaldarazo de un spot. Uno de los casos más importantes es el de Karl Jenkins, que antes de que un anuncio de joyas posibilitara el lanzamiento de "Diamond music", consiguió un éxito sin precedentes con un tema compuesto para el spot de una compañía aérea titulado "Adiemus", nombre a su vez del grupo ficticio que creó para la explotación de ese tipo de música multivocal. Otro ejemplo extraordinario del poder de la publicidad viene dado por el número 1 que Vangelis consiguió en Alemania (y otros países cercanos) con el tema principal de "1492: la conquista del paraíso", al ser utilizado éste en la campaña de márketing del boxeador Henry Maske; la curiosidad radica en que el disco había sido editado tres años antes y pasó sin pena ni gloria por el mercado discográfico alemán. Sin embargo me voy a detener en un tercer ejemplo anterior a esos, un disco surgido a raíz de los spots comerciales de una conocida marca de cerveza y de un champú, y cuyo creador, Phil Sawyer, también creó un grupo ficticio para su comercialización: Beautiful world.
Compositor y productor de cierto éxito desde los 70 tanto en el rock como el la música clásica, este londinense nacido en 1947 decidió dedicarse por completo a la música para televisión, documentales y publicidad. En 1992 le llegó un encargo de la marca Timotei para un spot rodado y presentado en Kenia, por lo que Phil escribió una música vocal de claras reminiscencias africanas, en concreto por la utilización del idioma swahili, lengua bantú hablada sobre todo en Kenia y Tanzania. El éxito de esta música le llevó a seguir por ese camino y crear el grupo Beautiful World ("palabras que hacen referencia a una naturaleza exuberante y bella", aclara Sawyer) para presentar su música, cuyo primer disco llevaría por título "In existence". Con la escucha de "In existence" somos transportados a lugares paradisiacos, a ese mundo hermoso que fascinó a este músico también como idea de esperanza. Así es "In the beginning", un despertar a ese paraíso situado en Africa, para el cual el coro swahili se ve arropado por una instrumentación que lo mismo puede encontrarse entre lo clásico y el ambient, cercano pero sin llegar a los límites electrónicos de grupos como Deep Forest, pero tampoco acogiendo más elementos autóctonos que las propias voces y ciertas percusiones. Como primer plato fuerte, "In existence" es la canción más conocida del álbum gracias precisamente a esos dos elementos, la marcada percusión y su conocido fraseado ('ulimwengu mzury ume zaliwa'), si bien fue la marca de cerveza Heineken la que obró el milagro de la comercialidad. El trabajo no queda ahí, encontrándonos con otros claros exponentes de una música emocional y fascinante, como "Magicien du bonheur" (cantada en francés), "I know" (en inglés), "The silk road" (instrumental), y por supuesto la canción del anuncio de Timotei que parece ser el origen de esta aventura, "Wonderful world". Sin embargo el álbum concluye con un bonito y sencillo tema ambiental, "The final emotion", dominado por un teclado muy vivo, que parece querer expresar categoricamente este bonito alegato ecologista que leemos en la contraportada: "Este ser hermoso, el planeta tierra, apoya sin cesar y sin condiciones las vidas de cada uno de nosotros. A pesar de eso, causamos en él estragos y destrucción. Creo el único modo de parar esta locura es un cambio, una revolución en los corazones de todos los seres humanos".
Años antes de la publicación de "In existence", Phil Sawyer acogió el budismo en su vida, y éste cambió también su modo de actuar musicalmente ("a través del budismo he aprendido que cada individuo tiene dentro de sí un potencial increible; cuando tengo un proyecto, dejo que ese potencial surja en mí"). En 1994 Warner Music publicó este disco lleno de humanidad y naturaleza (sólo hay que ver el video-clip de "In existence") donde Phil Sawyer se encargaba de la composición e instrumentación, con la colaboración de numerosas vocalistas femeninas, entre las que destacan Cori Josias, Ella Harper, Beryl Marsden, Russian Roulette, y la puntual aparición de Miriam Stockley, que sólo un año después se convertiría en la voz de Adiemus, un proyecto muy parecido al de Phil Sawyer (aunque con elementos religiosos y más contemporáneos) que años después parece haber envejecido mejor. Aún así, aconsejo rescatar por un momento este primer trabajo del grupo Beautiful World y relajarse con su paz y armonía.

1.8.08

WOLFSTONE:
"The chase"


Con unas raíces que se hunden en siglos de tradición, la cultura celta escocesa comenzó su auténtica revitalización en lo musical con el grupo Boys of the Lough en los 70. Ahí se comenzó a hablar del folk-rock escocés, ya que las grandes bandas celtas de este pequeño país han sabido aproximarse notoriamente a un sonido más rudo, más intenso,que el de otras naciones celtas. Grupos míticos como Runrig, Tannahill Weavers o Silly Wizard son ejemplos claros de este rumbo al que también llegaron conjuntos de creación posterior como Shooglenifty o Wolfstone, banda de las Tierras Altas que aunque nació realmente en 1989 (el gérmen se dió cuando Duncan Chisholm y Stuart Eaglesham se conocieron en un pub), reniega de sus dos primeras obras, tituladas simplemente con motivos comerciales como "Wolfstone I" y "Wolfstone II"; sobre ellas, sus miembros originales advertían que eran "álbumes de música de baile tradicional", siendo la llegada de Ivan Drever la que origino el verdadero 'sonido Wolfstone', cuya primera propuesta fue el álbum "Unleashed" en 1991. Sin embargo, y a pesar de la firmeza y calidad de aquel trabajo, el salto experimentado un año después en "The chase" le hace ser su primer gran álbum. La principal característica de esta gran obra, la fuerza de su propuesta, una interesante mezcla entre rock y música celta que es capaz de atraer por igual a diversos grupos de edades, estéticas e intereses.

Cerca de Inverness, lugar de procedencia de Wolfstone, existe una piedra de los pictos (antiguas tribus del centro y norte de Escocia) denominada 'piedra de lobo', de la que surge el nombre del grupo. Al carisma del violinista Duncan Chisholm y a la capacidad para componer del guitarrista y vocalista Ivan Drever, hay que unir la producción de un personaje esencial en el resurgir de la música escocesa: Phil Cunningham. El ex miembro de Silly Wizard y Relativity logró, en su faceta de productor, que este grupo sonara a la par tradicional y actual, y les condujo por un camino de éxitos durante varios años. Desde su llegada, de hecho, Phil Cunningham insufló nueva vida al grupo, admitía Duncan, y advertía a su vez de la calidad humana del acordeonista, mas allá de sus cualidades musicales. Para "The chase" esta banda que ha sufrido numerosos cambios en sus formaciones se completó con Stuart Eaglesham (guitarra y miembro fundador junto a Duncan), Struan Eaglesham (teclados), Andrew Murray (guitarras y voces) y Dougie Pinkock (gaita y flautas). El rudo comienzo y posterior desarrollo celta de "Tinnie run" lo dice todo sobre el estilo de Wolfstone, que en este álbum publicado por el sello IONA en 1992 deja un poco aparte los reels tradicionales (si bien su presencia es fundamental, en ese mismo tema o "The 10 float"), y se deja seducir por composiciones propias, comenzando por "Glass and the can", de Ivan Drever, donde se pone de manifiesto que entre ellos la voz no es un simple recurso, es un eficaz instrumento a cargo del propio Drever que complementa las canciones casi hasta la perfección por su equilibrio perfecto de fuerza y melodiosidad. Estos invasores de las tierras altas demuestran que lo mismo se defienden con aires lentos (eso sí, dotados de una personalidad arrolladora) que con composiciones movidas en las que arrasan con todo, por ejemplo Ivan y Duncan firman unidos la canción más conocida del trabajo, una soberbia demostración de fuerza titulada "The prophet" (que trata sobre la leyenda del vidente Coinneach Odhar -o vidente Brahan-, tras cuya ejecución un cuervo volando alrededor de su pira funeraria presagiaba su venganza), un monumental single que presagiaba una larga carrera, y que se ha convertido junto a otro puñado de piezas en santo y seña de la banda. "The prophet" fue incluido además en diversos recopilatorios, por ejemplo abría la compilación de 1993 del sello Iona "Heart of the lion", que también contenía la canción "Erin", perteneciente a su anterior plástico, "Unleashed". Otros buenos ejemplos vocales de "The chase" son "Close it down" o la lenta "Cannot lay me down", que cierra el disco. En cuanto a los temas instrumentales, "The 10 float" está compuesta por tres tunas, de las cuales la segunda y tercera son tradicionales, siendo la primera una composición de Ivan Drever cuyo título, 'Kinnaird house', es el nombre de la casa de Rena y Peter, los padres de los hermanos Eaglesham, a cuya gran hospitalidad está dedicada; "Jake's tune", de Struam Eaglesham y Andy Murray es, como su nombre indica, una tuna para Jake, el sobrino de los sempiternos hermanos Eaglesham (es además una de las dos composiciones en las que Ivan Drever no aparece en créditos). "The prophet" fue utilizado como tercer corte en un EP de la banda lanzado por Iona Records en 1993, que incluía además una canción nueva bastante suave, "Burning horizons", y otra instrumental rescatada de "Wolfstone II", de título "Battle", que abriría la compilación de 1997 "Pick of the litter".

Misteriosos desde la propia portada, pero lejos de la timidez de su vecino Nessie, el famoso monstruo que se deja ver realmente poco por Inverness, estos 'monstruos' de la música sí que deslumbran en directo, ya que gozan de un indiscutible poderío también en vivo, donde siempre han demostrado pasárselo tan bien como el propio público, que consigue vibrar con la energía celta de este grupo ya mítico. La calidad de sus arreglos rockeros de canciones de corte tradicional (y la excelencia de las composiciones propias, en las que destacan sus dos cerebros, Ivan Drever y Duncan Chisholm) les han proporcionado fama y multitud de seguidores en Escocia, en las naciones celtas y en casi cualquier rincón del mundo, y su actividad, lejos de cesar con "The chase", aún subió bastantes enteros con sus dos siguientes trabajos, "Year of the dog" y "The half tail".