Difícil quedarse impasible ante la escucha del poderío de la música folclórica nórdica. El influjo de la luz, o de la falta de ella, teje una maraña de emociones en las que el corazón palpita rápido, fulgurante, una tradición distinta a la nuestra y, como tal, sorprendente y altamente atractiva. A su vez, distintos son los instrumentos representativos de ese folclore, de potente dinamismo también en sus voces. "Estrella polar" fue, en 1995, uno más de los fantásticos discos recopilatorios temáticos con que nos sorprendía de poco en poco la compañía española Resistencia (otros fueron "Portugales", "Delicias celtas", "Atlas étnico" o, más adelante, "Grecia: de Oriente y de Occidente"). Detrás de una fantástica portada, la fuerza de la música era capaz de llevarnos muy lejos, al norte del viejo continente, por medio de bandas que ya estaban conquistando ciertos reductos de nuestras ondas, no sólo los finlandeses Värttinä o los suecos Hedningarna, fulgurantes ejemplos que ya habían desembarcado en España, sino también otros nombres que apuntaban maneras como Pirnales, Hoven Droven, Den Fule, Troka o Salamakannel.
Hurgar en lo tradicional, siempre con el respeto y las ganas de revitalizar su folclore, es sólo una excusa para sacar de dentro de estos músicos la pasión, tanto en el apartado instrumental como en el vocal. Lo antiguo y lo nuevo se encuentran así en una eficaz fusión llena por igual de furia y de delicadeza, que sin saber por qué, tuvo en España un momento de gran repercusión e interés, con el auge de las músicas del mundo y su adscripción en el enorme saco de las nuevas músicas. Pirnales es el grupo que escuchamos en primer lugar con el tema "Krapulakatrilli": este comienzo es frenético, un estilo físico y jovial ('la cuadrilla de la resaca', se traduce el título del tema), basado en el timbre del kantele, ese símbolo nacional finlandés, instrumento de cuerda pulsada de maravilloso sonido. Este grupo, disuelto a mediados de los años noventa, se formó en la muy importante y decisiva Academia Sibelius de Helsinki, y ni mucho menos es el único ejemplo de dicha institución en este recopilatorio, aunque sorprende la ausencia en el mismo de la banda femenina Niekku. También finlandeses son, más adelante, Tallari, primer grupo folk profesional de aquel país, se dice, cuyo tema "Pelimannin Kaikuja" suena como un baile de boda, muy distinto al canto casi a cappella (sólo hay percusiones) de Angelin Tytöt, trio femenino finés (conocido como Angelit desde 1999) que practican un estilo musical lapón llamado yoik, que algunos mayores consideran pecaminoso, y que parece algo así como un ritual. Más adelante en el disco, se nos mostrará otro ejemplo de esta forma arcaica de canto propia del pueblo sami o lapón, por medio del cantante Wimme (y su tema "Boaimmás", distinto en el conjunto del recopilatorio), cuyo propósito era revitalizar esta técnica. Mientras tanto, hay que detenerse en varias bandas suecas que pueblan la primera parte del disco, comenzando por Garmarna y "Straffad Moder och Dotter" ('La madre castigada'), voces rudas (un estilo muy escandinavo, sin duda) sobre fondo aguerrido, en este tema folk rock sobre la venganza sangrienta de dos hijos. Otra melodía guerrera es la de Hoven Droven (su nombre significa revoltijo) y "Hia Hia Svämor", reelaboración de una polska del repertorio de Olov Jonnson, cuya voz se escucha al principio del tema; más folk rock impregnado en esta ocasión de la tradición lapona. Filarfolket es un grupo extinto, a pesar de tener una cierta repercusión internacional, que en "Vintervalsen" ofrecen una melodía muy llevadera con protagonismo del violín. Tres de los miembros de este grupo, Möller, Källman, Ringdahl, se reunieron para rendir homenaje a dos maestros violinistas, Habs Brimi (noruego) y Rojas Jonas (sueco), en un disco del que se escucha aquí "Skàlhallingar", extraña pieza casi de cámara, con predominio de los metales (saxos y trompeta). Antes, el dúo de violinistas Jonas Olsson / Örjan Hans-Ers nos muestran su reelaboración del repertorio tradicional sueco, especialmente polskas y valses, en una bonita atmósfera, muy delicada, titulada "Nordsjömarschen" ('Marcha del mar del norte'). No podía faltar Hedningarna en esta fiesta del norte, estos suecos que comenzaban a ser conocidos en prácticamente todo el mundo, estaban recuperando instrumentos antiguos, algunos de los cuales habían sido prohibidos por tratarse de herramientas diabólicas (de ahí el nombre del grupo, 'los ateos'), y los electrificaban, originando un sonido potente, rudo y muy original, como el de este tema de la región de Kalevala titulado "Täss'on Nainen", cantado por las vocalistas finlandesas que les acompañaban, de comienzo vocal muy suave, cuya fuerza va creciendo hasta el brusco final. Volviendo a Finlandia, tampoco podía faltar otro grupo en alza, que iba a alcanzar grandes cotas de éxito, Värttina, banda de Carelia cuyo estilo tradicional de kantele, acordeón y múltiples voces acabó triunfando en su acercamiento a músicas más actuales, pero sin perder su esencia, su exotismo, como demuestran en el tema "Outona Omilla Mailla" presente en su popular trabajo "Aitara". Más finlandeses en la compilación: Troka era un joven quinteto acústico que ofrecía en "Lellupuo-Iikoon Friioomarssi" una gran pieza folclórica, en un tono bailable, donde manda el violín; un vals es lo que escuchamos de Salamakannel (grupo que desapareció y regresó a la actividad en 2017), "Anteron Valssi", tema en el que colabora el célebre músico británico Andrew Cronshaw, de ahí su bella semejanza a una balada celta; basado en el sonido del violín es JPP, de hecho en esta polka llamada "Sänkypolska" suenan cinco violines, un contrabajo y un armonio, que aunan una buena sonoridad, con algo de clásico y algo de folclórico. Los suecos restantes son: Den Fule ('los feos'), de los que escuchamos tradición con algo de rock y de jazz en "Den blá Slätten / Ormslá"; algo parecido pero con voz por parte de los efímeros Enteli, que en "Kurg Erik och Spàkvinnan" interpretan una balada medieval con influencias jazz y étnicas; Norrlåtar fue una veterana banda de la que "Näbbskotágel Frán Norr" es un tema ameno, con algo de folclore y de jazz; y tangos renovados es la propuesta de Katzen Kapell (cuya traducción es 'Orquesta de gatos') en "Hurobas tango", una canción muy extraña, en el ocaso del disco. Y tras tanto sueco y tanto finlandés, es en el último tema donde se cuela la violinista noruega Annbjørg Lien, especialista en aunar jazz y clásica, que utiliza también la tradición, como en esta pieza titulada "Amen", acompañada de un salmo de un libro de Nils Bronson del siglo XVIII, que curiosamente parece portar aires portuarios.
Jorge Lombardero nos cuenta lo siguiente en el libreto del disco: "Comienza la noche y bajo ella nos ilumina la Estrella Polar. Es la luz de un destino musical hasta ahora casi desconocido. Desde el más remoto silencio de un refulgente paisaje blanco, en las largas noches invernales que nos trae la nostalgia de su melancolía, o la explosión de colores cuando en el verano llega la luminosidad, y todo se cubre del verde de los extensos pinares y el azul de sus lagos. Llega el sonido de los violines, entremezclado con el lamento de las voces y el kantele acompañadas por los instrumentos que aplican los avances de las técnicas modernas. Esta es la base para una invasión de nuestra ardiente tierra. Estrella Polar es el primer resumen de la música que se realiza en los países nórdicos, principalmente Finlandia y Suecia, aunque no podemos olvidar Noruega, y en menor medida Islandia; que os quiere acercar un modelo de cómo se pueden lograr buenos resultados a través del estudio, el trabajo y el apoyo de las instituciones que promueven la música. (...) Estrella Polar es la llave que nos abre el interior de esas gentes que habitan en el norte, y que hasta hace poco tiempo nos eran totalmente desconocidas."
ANTERIORES CRÍTICAS RELACIONADAS:
No hay comentarios:
Publicar un comentario