9.9.25

RHONDA LARSON:
"Free As a Bird"

Durante varias décadas, cualquier producto derivado del sello Paul Winter era sinónimo de calidad, y cada uno de los músicos que pasaron por esa fabulosa banda de músicas del mundo, de jazz ecológico o de como quiera que gustemos en llamar a su estilo, que era el Paul Winter Consort, quisieron dejar también su impronta en solitario en la época. En solitario, pero con la importante ayuda de esa gran familia que era el Consort, conjunto por el que pasaron músicos de la talla de David Darling, Paul McCandless, Ralph Towner, Glen Moore, Collin Walcott (que formaron muy pronto el grupo Oregon), Paul Halley, Eugene Friesen, Glen Vélez, Nancy Rumbel, Rhonda Larson, Russ Landau, Eliot Wadopian o Oscar Castro-Neves, entre otros. Grandes ejemplos de esos trabajos en solitario, dejando aparte los del propio Paul Winter, fueron "Arms Around You" de Eugene Friesen o "Angel on a Stone Wall" de Paul Halley, e intentando seguir esa estela, tras despedirse del Consort en 1992, la flautista Rhonda Larson también quiso acaparar algo de atención con su música, publicando "Free As a Bird" en 1995 en Ventus Records.

Paul Winter, que descubrió su talento cuando ella cursaba su último mes de universidad en Moscú, Idaho, hablaba así sobre ella: "Rhonda Larson es la flautista más emocionante del planeta". Pero no fue la ayuda de este veterano saxofonista con la que contó esta intérprete de vientos nacida en Bozeman, Montana ("donde el cielo es infinito y las impresionantes montañas te atraviesan el alma") en su primer disco, sino especialmente la del teclista Paul Halley, que durante los últimos años había demostrado ser un compositor con una enorme capacidad de adaptación a cada proyecto que se le ponía por delante. Juntos, con las contribuciones de Russ Landau (bajo), David Darling (chelo), Marcy Larson (fliscorno), William Purvis (cuerno francés), Kenny Mazur (guitarra), Jordan Rudess (sintetizador) y las percusiones de Glen Vélez, Gordon Gottlib y Jamey Haddad, construyeron un trabajo fresco y muy variado: "Adoro te" presenta un tratamiento celestial, con Rhonda a la flauta y Paul Halley al órgano, de un canto gregoriano, que recuerda al tema anterior de Halley "Appalachian Morning", y que sirve como entradilla a este trabajo. Una base suave de jazz se une a una percusión alegre para dar paso a que la flauta india (bansuri), con su gracilidad, desarbole la melodía del segundo corte, "Peregrine". Como buena composición de Paul Halley, en todo el tema se respira su gracia y el espíritu Paul Winter, y es ese aroma el que le proporciona el punto especial para destacar: "Me encanta esta pieza sensual y el sonido de esta flauta de bambú de la India. El bansuri tiene una cualidad tan terrenal y aquí se toca con un estilo un poco montañés, más que indio. Este sonido me transporta al aire libre, de pie en la cresta de la montaña detrás de la casa de mis padres en Montana. El aire es cristalino, el cielo es de un azul intenso, y hay, hasta donde alcanza la vista, un espacio abierto para que el vagabundeo de mi espíritu se deje, por así decirlo, quitarse el mal olor". Rhonda incorpora sonoridades clásicas a su repertorio, como en el tema romántico titulado "Vocalise", la adaptación de una pieza vocal de Serguéi Rajmáninov, por el que Rhonda confiesa sentir -así como por la música clásica rusa del siglo XX- una especial afinidad. Más adelante en el disco Rhonda versionará una de las sonatas para flauta en do mayor de Bach en "Bach in a Minute", con las armonías de Paul. Con "Maskells Harbor" la flautista se acerca al mundo celta, por medio de una melodía irlandesa que ella encontró en un himnario y que encandiló a Paul, que se encargó de su tratamiento, añadiendo una alegre jiga calificada por Rhonda, acertadamente, como 'ebria'. El conjunto es muy acertado y su magia está insuflada por la herencia musical celta de Nueva Escocia, por donde ella pasaba en sus escapadas en barco: "No hay sensación en el mundo comparable a la que se crea cuando el viento sopla y se transforma en tu ser, el sol brillante te besa y posee tu rostro, los oídos vibran con el sonido del agua al abrirse para darte la entrada a la libertad total, todo gracias a una actividad milagrosa llamada navegación. Las escapadas en velero han sido de los mejores momentos que he tenido, sobre todo en los lagos Bras D'Or de Cabo Bretón, Nueva Escocia. Se crea una gran apertura de corazón al dejar atrás la orilla y, con ella, todo lo que agobia el alma en la vida cotidiana. Esta primera noche tras zarpar se suele pasar en el puerto de Maskells, donde a menudo se extiende una densa y mágica niebla. Nueva Escocia, como su nombre indica, tiene una herencia musical celta, con raíces en España. Me enamoré de la alegría e inocencia inherentes a esta música, y desde entonces no he dejado de perseguir este espíritu 'celta' (...) Para mí, es como si las notas de mi flauta de cristal fueran esa niebla mística que se desliza sobre la superficie del agua en Maskells, creando un mundo casi de fantasía, donde bajo la superficie deben estar cantando las sirenas, y un mundo donde nunca tendríamos que volver a la orilla". Dos son las piezas compuestas por Rhonda Larson para este disco: "Movin' On" es un solo de flauta que, sin adornos, intenta embelesar de manera mística; el intento es agradecido, aunque más por su demostración de técnica que por su esencia melódica. "Lament" es el segundo, más afortunado, pues a lo largo de sus casi cinco minutos, la flauta es casi como un mensajero celestial. El ritmo, la melodía y la conjunción instrumental retornan en "Ekkaleo", palabra griega que significa 'llamar y ser llamado', nueva demostración de jovialidad con un solo de flauta intermedio, en una pieza descrita por la protagonista del álbum "como si Dios me hubiera llamado, como si me hubiera susurrado palabras de vida al oído, y yo, en respuesta, me encuentro clamando a Él para que aumente su presencia en mi vida". No cabe duda de la espiritualidad que desprende el disco a cada paso. "Loner Song" es una hermosa llamada a la reflexión, pero a través de una mirada abierta, paisajística; se trata de la melodía de un musical que Paul Halley escribió para un coro infantil. También otra pieza muy típica de Halley es "Rhuah Returns" (Rhuah es una palabra hebrea que significa viento o espíritu), con algo folclórico, inspirada por una visita del Consort a Israel y una inolvidable subida al monte Tabor ("nunca olvidaré el viento allí arriba: la forma en que invadió cada célula mía con tanta vitalidad, transformándome. Sentí una libertad abrumadora gracias a este viento, una sensación que habría sido similar si hubiera volado"). Fue por el contrario España el país que inspiró "Alleluias", pieza con varios desarrollos, tanto calmados como aguerridos, a modo de pequeña suite, que nunca llegó a interpretarse (a pesar de ensayarse con el título provisional de 'La Sopa d'Espagna'). Para concluir el álbum, "Hodie Christus" y "Paganini", provenientes de nuevo de un canto gregoriano el primero, y de un capricho de violín de Paganini el segundo.

"Crecer en Montana, esa región del lejano oeste conocida por sus grandes cielos, ayudó a Rhonda Larson a convertirse en una flautista de espíritu libre, amante de la naturaleza y apasionada por la música. Se lanzó a la escena musical nacional al ganar el primer premio en el Concurso de Jóvenes Artistas de la Asociación Nacional de Flauta a los 22 años, incluyendo un debut en el Carnegie Hall". Así se puede leer en su página web, y "Free As a Bird" (así como su segundo disco, "Distant Mirrors", sin la participación de Paul Halley) es la demostración de esas cualidades, de esa pasión por la flauta, un instrumento que empezó a tocar a los 10 años y que la ha llevado por todo el mundo con su banda, Ventus, o dando clases magistrales. Rhonda vive la mitad del año en Connecticut, lejos de Montana, y la otra mitad aún más lejos, en el pueblo medieval de Roccantica, Italia (país del que está enamorada desde la primera vez que actuó allí con el Paul Winter Consort), y le encanta la fotografía, el yoga y disfrutar de las actividades al aire libre, aunque su mayor pasión, con la que nos ha hecho disfrutar especialmente, es el sonido de la flauta.








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