Aunque bien entrado el nuevo siglo, el rumbo de la compañía Windham Hill llevara más de un lustro en claro decaimiento, aún supo ofrecer a su público algunos sorprendentes estertores de interés. Tan suculentos, de hecho, como el artista que grabó con ellos un estupendo trabajo en el año 2001, y no precisamente uno de esos músicos de siempre que aún seguían en la compañía (los únicos artistas importantes que permanecían en la misma eran los pianistas George Winston y Jim Brickman), sino un nuevo nombre, el del guitarrista americano William Garrett Walden, conocido artísticamente como W.G. 'Snuffy' Walden, cuya mayor contribución al recuerdo colectivo había tenido lugar diez años antes, cuando compuso junto a Stewart Levin en 1987 la banda sonora de la aclamada serie televisiva 'Thirtysomething' ('Treinta y tantos' en España), sobre las andanzas vitales de varios matrimonios de treintañeros en Philadelphia. Aquella música, publicada por Geffen Records, era una acertada sucesión de piezas de ambos músicos por separado (que al año siguiente repitieron la fórmula en otra serie tan mítica como 'The wonder years' -'Aquellos maravillosos años'-), uniendo sus fuerzas en la sintonía, ese maravilloso corte principal que muchos podrían recordar y tararear fácilmente. En "Music by...", Snuffy Walden guiña el ojo a esa melodía junto a otras trece, entre las que también se encuentra su merecido premio Emmy por 'The west wing' ('El ala oeste de la Casa Blanca').
Este músico apasionado por la forma de tocar de Eric Clapton fue realmente un guitarrista eléctrico durante su juventud (también podía tocar piano, saxo o trombón), pero él siempre dice que a raíz de "Thirtysomething" la gente empezó a tomarle como un guitarrista acústico. En su disco en solitario, este oriundo de Lousiana que estudió matemáticas y ciencias en la Universidad y tocó la guitarra durante esos años en un club de striptease llamado "The Cellar" ("si una chica se levantaba y empezaba a desnudarse y tú dejabas de tocar, te despedían"), donde ganaba 12 dólares por noche, parece adentrarse en terrenos algo más poperos, con aires además de blues, que los frentes folclóricos frecuentados por el creador de Windham Hill, Will Ackerman. Esto no resta interés al trabajo, Walden no necesita referencias ni espejos para desgranar una serie de piezas mágicas, algunas de las cuales provienen sin lugar a dudas de series en las que había trabajado (aparte de su Emmy por 'The west wing', Snuffy ha estado nominado en otras doce ocasiones a ese relevante premio, por músicas para otras series, incluidas 'Treinta y tantos' y 'Felicity'). Por ejemplo, el propio comienzo del álbum, "Angela smiled", se refiere a Angela Chase, la protagonista de 'My so-called life' ('Es mi vida' en España) a la que daba vida Claire Danes, aunque no se trataba del tema principal de la misma. En ella, una luminosa melodía con aires country demuestra un soberano trabajo con las cuerdas de la guitarra (Snuffy y Weldon Dean Parks), que destacan en una compleja pero sumisa instrumentación, que incluye piano, violín, viola, violonchelo, bajo y percusiones. Un comienzo inmejorable, ciertamente, para el buscador de armonías acústicas con el sello Windham Hill. "Once & again" ('Una vez más' fue la traducción en nuestro país), tras su comienzo sereno va a más, y guitarra voz (un tarareo femenino) llenan todo el espacio de una pieza deslumbrante, de gran fuerza merced también a la contundente batería desplegada en el mismo. De 'Boy meets world' ('Yo y el mundo') proviene "Sketches of Topanga" (Topanga Lawrence era su protagonista femenina), una pieza con espíritu flamenco y un cierto toque clásico (por sus arreglos orquestales) que es pura sensibilidad a las seis cuerdas, y deja clara la maestría de este veterano pero aún así desconocido compositor e intérprete. Esta pieza posee verdadera 'alma', una intensidad sorprendente en su maravillosa interpretación. "Felicity's theme" no es un tema tan recordado aunque provenga de esa serie de cierto renombre, sin embargo es un puro disfrute en sus sensuales rasgueos (guitarras de Snuffy y Parks, que colabora en nueve de los cortes del plástico) y pequeños elementos añadidos. Y como un recuerdo remanente en una generación, la entradilla de 'Treinta y tantos' fue de una conexión especial con un público que luego tal vez no se enganchó a la trama, pero que sin embargo se quedó con esa melodía que aquí ("Thirtysomething (revisited)") Snuffy ralentiza, juega con ella, sorprendiendo la primera vez (cuando te esperas aquella tonada rápida y juguetona con protagonismo también de los vientos), si bien enamorando irremediablemente al oyente al volver a escucharla una y otra vez. Por último, denominados como 'bonus tracks', las dos piezas de 'El ala oeste de la Casa Blanca', "West wing suite" y "West wing main title", con un tipo de sonido marcial a la orquesta, muy de himno norteamericano. No quedan atrás sin embargo en "Music by... W.G. Snuffy Walden" las piezas presumiblemente ajenas a series, ofreciendo algunas de ellas más momentos inolvidables: por ejemplo, es un violonchelo el que nos recibe en la más introspectiva "Love unspoken", reveladora de un mundo interior taciturno que aflora de vez en cuando en el disco. Los vientos se unen a la fiesta más adelante, en otro ejemplo de pieza completa con elementos orquestales que se conjugan con la sempiterna guitarra. De acierto en acierto, llegamos a una de las sorpresas del disco, "Turtle bay" (que es un barrio de Nueva York), tonada grácil pero de gran rotundidad, que posee una cierta familiaridad. Sencillamente deslumbrante, su luz descubre a un músico fantástico. En "Eugenes ragtop", de nuevo las guitarras nos acercan al country norteamericano y al bluegrass. Acto seguido, "New York/Melting Pot" combina la acústica con la eléctrica, así como orquesta, flauta y batería, con buen resultado y más fuerza, y viene a demostrar que no hay temas de relleno en un disco muy completo, en el que incluso disfrutamos de un cierto asomo a un estilo mediterráneo en "Room with a view". "Big city" es otra melodía potente con mucho de blues y rock, buena música con aspecto de sintonía, al estilo tanto de las suyas propias como de aquellas inolvidables de Mike Post. Y antes de los 'bonus tracks', "Alone" es una nueva interpretación magistral, única pieza en el disco en la que Snuffy interpreta la guitarra de manera desnuda y auténtica, recordando a aquellas inolvidables muestras que en esta misma compañía, 25 años atrás, registró aquel visionario llamado William Ackerman. Este tema formará parte del sampler de Windham Hill "Ambient acoustic", y "Angela smiled" del promocional "A Windham Hill Sampler (25 Years Windham Hill)". "Music by... W.G. Snuffy Walden" es un disco enorme, este músico toma sus melodías y realiza una suerte de recuerdo de sus mejores momentos en esta fabulosa semi-compilación en la que no se limita a hacer una simple limpieza del producto, sino que lo reestructura, lo vuelve a interpretar de una manera más íntima con su instrumento primordial, aflorando una especie de sentimiento primario, el verdadero espíritu de esas guitarras que colecciona ("probablemente tengo unas 40 guitarras y me siento culpable por no tocarlas lo suficiente").
"Music by..." no era realmente la primera incursión de Snuffy Walden en la compañía de Palo Alto, ya que dado el interés de la misma, había aparecido en los últimos años en alguna de las típicas compilaciones del sello, especialmente en las de temática navideña, como "A winter's solstice VI" (con la melancólica "Yesterday's rain"), "Celtic christmas III" ("Sails of Galway", de aspecto antiguo), "Celtic christmas IV", "The carols of christmas II", "A celtic christmas: Peace on Earth" o "A jazz christmas". "The ultimate mood collection" y "Here, there & everywhere - The songs of The Beatles" también acogieron melodías de este guitarrista, pero animada y sorprendente es su participación en "Summer solstice 2" ("Crusin' Negril"), así como la pieza de estupenda interpretación "Who lives up there" presente en el muy interesante "Sounds of Wood & Steel". "Music by... W.G. Snuffy Walden" es sin embargo toda una tentación, un trabajo completo y maravilloso que demuestra la valía de un guitarrista en plena forma que lamentablemente no contó con continuación en una Windham Hill a la baja, pudiendo publicar al menos la banda sonora de 'The west wing' en Varèse Sarabande. "Mi trabajo principal es apoyar la naturaleza dramática de la película y crear una atmósfera de credibilidad e implicación, para que el espectador pueda sumergirse en sus propias emociones sobre lo que está sucediendo en la pantalla. Si mi música te saca de la película, lo he hecho mal". Sin duda, a lo largo de su carrera, y parte de ella se disfruta en este disco, William Garrett Walden lo ha hecho de manera inmejorable.
2 comentarios:
Me alegro de que saques del "ostracismo" a éste hombre. Desde luego toca de puta madre y muy limpio, bastante más que otros como Ackerman, que tienden a "emborronar" un poco el sonido metálico característico de la guitarra acústica (eh, eso no quita para que tenga a Ackerman en un altar, figura mucho más importante que el bueno de "Snuffy"). Quizá eche de menos en éste cd melodías con más punch o gancho como aquella de Treintaytantos, aquí reinventada pero despojada del dinamismo y entusiasmo que destilaba la original. Pero hácerle caso a Pepe y descubrir al guitarrista norteamericano.
Es cierto, José, que la tonadilla de 'Treinta y tantos' es tan buena y llega tan dentro que se echa de menos el tratamiento original, pero para eso ya está el disco correspondiente, o su inclusión en otros recopilatorios. El resto del álbum es radiante en mi opinión, y me descubrió a un músico fabuloso.
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