29.7.20

RONAN HARDIMAN:
"Lord of the dance"

El éxito mundial del álbum de Bill Whelan "Riverdance" en 1995 originó una fiebre por la danza irlandesa, un interés que se prolongó en el tiempo y devino en unos interesantes proyectos colaterales. El más notable de ellos llegó de la mano del bailarín principal del espectáculo primario de Whelan, el aclamado irlandés-estadounidense Michael Flatley. Este, tras abandonar aquel proyecto por diferencias creativas con los productores (también se habló de rencillas con Jean Butler, la otra coreógrafa del mismo), se embarcó en otro de similar apariencia, en el que pudiera tener un control total del espectáculo. Su título general (extraído de un himno de la compositora inglesa Sydney Carter) fue "Lord of the dance", y la parte musical iba a correr a cargo del poco conocido compositor irlandés Ronan Hardiman, de corta trayectoria, cuya primera obra publicada (bajo el seudónimo de Shanon) era ya, en su inocencia, de un especial arraigo legendario en su interpretación de clásicos de corte celta (no en vano el álbum se titulaba "Celtic classics", al que siguió un segundo volumen) como "Carrickfergus" o "Danny boy", pero no anticipaba fácilmente la gran calidad que iba a poseer esta obra publicada por PolyGram TV en 1996 con el título de "Lord of the dance", buen ejemplo de música celta contemporánea. 

Hardiman vive en Dublin y nació y creció en Irlanda, rodeado de música irlandesa, en la que su familia estaba muy involucrada, y aunque en su adolescencia tornó sus inquietudes hacia el rock, acabó retornando a la tradición, y fue seleccionado para componer la música de 'Lord of the dance', a pesar de que en el proyecto había rumores de otros nombres, alguno tan importante como el de Andrew Lloyd Weber. Ronan no había compuesto antes para teatro, pero sí para cine, y este espectáculo tenía historia y drama, asemejándose a una película. Tampoco se dejó intimidar por la trayectoria vital de Michael Flatley: nacido en Chicago de padres irlandeses, aprendió danza a los 11 años y fue el primer bailarín no europeo en ganar el Campeonato de Irlanda de Danza Irlandesa en 1975, éxito que repitió también en la categoría de flauta, por lo que se trata también de un consumado intérprete de este instrumento. Era evidente que las comparaciones con "Riverdance" iban a ser inevitables, y eso lo sabían perfectamente ambos artistas, pero el proyecto cobró vida más allá de aquel, y llegó a ganar un premio de la IRMA (asociación irlandesa de música grabada). Basado en la tradición, la música es enteramente original de un Ronan que parecía madurar perfectamente sus ideas conforme avanzaba el proyecto: "Al principio Michael y yo nos reunimos mucho, casi cada día, y hablábamos de diferentes aspectos del drama, y de las diferentes ideas que él tenía. Yo me marchaba y sacaba algunas ideas musicales que le mostraba. Pero según avanzó el tiempo, Michael confío más en mí, y se limitó a animarme a hacer lo que yo sintiera que estaba bien". Aparte de tener que trabajar a contrarreloj, el proceso tenía más complejidad de lo que parece, porque los bailarines y la música tenían que estar perfectamente compenetrados: "Según fueron avanzando las cosas, Michael a veces se acercaba a mi estudio y danzaba delante de mí para que pudiera ver el tipo de ritmo que mejor iba para o que queríamos hacer". Ronan opinaba sobre Flatley que aportaba exuberancia y brillantez a la danza celta, y este espectáculo inundó de felicidad a una audiencia entregada. La obertura ("Cry of the celts") es una gran pieza que porta intensidad, un comienzo bucólico de flauta (primera aparición del personaje del Duendecillo, que utiliza el polvo de oro para despertar a las bailarinas) da paso a un reel de ritmo creciente -con algo de country- que incorpora en el espectáculo al Señor de la Danza' y nos transporta definitivamente a Irlanda con una primera demostración de zapateado. A continuación, "Suila A Ruin" es una hermosa canción que se interna en el mundo de fantasía de la diosa Erin (también conocida como Éire, es decir, la diosa de Irlanda) con la voz de Anne Buckley en el disco. Una magia nebulosa flota en el preciosista ambiente de "Celtic dream" (donde baila otro personaje principal, la joven y bella Saoirse), al que sigue un belicoso "Warrior" (con el protagonismo de Don Dorcha, 'el señor de la noche', y sus tropas). Pero para tonadas de especial belleza y recuerdo, dignas de mitos y fábulas, de entre la bruma aparece "Gypsy", para lucimiento particular de otra importante actriz en la representación, Morrighan la Tentadora, que intenta enamorar al Señor de la Danza. El ímpetu celta continúa con "Breakout" y "The lord of the dance" (espectacular baile conjunto que finaliza el primer acto), deslizándose algún interludio como "Spirit of the new world" o aceptables aderezos de jazz en "Fiery nights". Un idílico lamento ("Lament", conducido por tristes violines) y la dulce "Siamsa" abren camino de nuevo a la voz en "Our wedding day", otro título para la imponente pieza tradicional "She moved through the fair", canción idílica y de innumerables versiones (de grupos como Fairport Convention o Pentangle a solistas femeninas tan solventes como Loreena McKennitt, Mary Black, Hayley Westenra, Sarah Brightman o Nana Mouskouri, pasando por nombres de relumbrón como los de Alan Stivell, Art Garfunkel, Paul Young, Mike Oldfield o decenas de nombres más). "Stolen kiss" -de carácter romántico, un combate entre Saoirse y Morrighan, que al final traiciona al Señor de la Danza- y "Nightmare" -de evidente carácter fílmico, que narra la captura del protagonista por parte de los 'warriors'-, anteceden al pomposo corte final, "Victory", con la lógica victoria del Señor de la Danza y el emocionante baile de todos juntos. Una segunda edición del CD recogía dos cortes extra, dos versiones algo distintas de "Cry of the celts" y "The lord of the dance". El espectáculo en directo incorporaba algunas piezas que no aparecen en el disco, como ese duelo de violines titulado "Strings of fire", la canción "Erin the goodess", la danza del amor ("Dance of love"), "Hell's kitchen" (otro baile en solitario de Morrighan) o el momento en el que Flatley interpreta la flauta, "Whispering wind". Además, se demnomina "Planet Ireland" a una representación final a cappella (sólo zapateado, con algún pequeño fondo musical) de los bailarines. Los músicos que grabaron el álbum (que en parte acompañaron la primera gira del show) fueron: Dave Keary (guitarra, bouzouki), Máiréad Nesbitt (violín), Maire Breatnach (violín) -en la gira fue sustituida por Cora Smyth-, Gary Sullivan (batería), Tony Molloy (bajo), Liam O'Connor (acordeón), Gerard Fahey (uilleann pipes, whistle), Gerard Fahey (bouzouki), Tom McDonagh (bouzouki), Bill Dowdall (flauta), Richie Buckley (saxo), Anne Buckley (voz), Roy Carter (oboe) y Ronan Hardiman (teclados). La orquestación y conducción corrió a cargo de Anne Dudley, que fuera miembro de The Art of Noise. Tras el éxito de "Lord of the dance", Flatley se inventó una versión ampliada, espectáculo conocido como "Feet of flames".

Estrenado en Dublín en 1996, "Lord of the dance" no era solo un espectáculo de baile irlandés como "Riverdance", sino que "es una historia ficticia sobre la leyenda mágica y mitológica del mundo celta a través de la danza", una enorme representación teatral con muchos medios y tecnología, en la que la danza era la protagonista principal, y que acaba convirtiéndose en una lucha entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad, basada en el folclore irlandés. Por supuesto, gana Flatley. Como no todo van a ser noticias positivas, algunos críticos vieron motivos fascistas en la historia y las ropas negras de algunos personajes (Don Dorcha y sus 'warriors'), así como algún procedimiento de carácter militar. La función pasó también por varias ciudades españolas con un gran éxito de crítica y público, aunque el disco no acabó de entrar en nuestras listas de ventas. La música se compara sin remedio a la de "Riverdance", con la que posee evidentes nexos, y Hardiman no desmerece al talento natural de Bill Whelan, aunque es de mérito reconocer que el mito alcanzó un nivel imposible de superar (número 1 en Irlanda tras su interpretación en Eurovisión) en aquella obra cumbre que reunía además a músicos tan impresionantes como Davy Spillane, Declan Masterson, Máirtín O'Connor, Eileen Ivers, Ronan Browne y muchos más. Pero lejos de más equiparaciones, "Lord of the dance" fue un trabajo muy solvente, algunos de sus momentos suenan a tradición, transporta a reinos de fantasía y de leyendas ancestrales, y Flatley y los demás bailarines se mueven con la elegancia de duendes y hadas. Las dos artes, música y danza, se unen en un espectáculo cautivador para todo tipo de público. 

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2 comentarios:

Antonio dijo...

Querido Pepe,

soy un fan de su blog desde hace varios años. Soy compositor y productor, así que aprecio mucho tu labor. Estaría interesado en enseñarte una pieza que voy a lanzar este viernes, ¿existe alguna forma de ponerse en contacto contigo? Muchas gracias!

Pepe dijo...

Puedes escribirme un email, está en la zona de la derecha que titulo 'Bienvenido'. Te lo digo aquí por si acaso:
pepecantoscarnicer (a) gmail.com
La (a) es, evidentemente, la arroba, pero no la pongo para evitar publicidad indiscriminada.