Achinoam Nini era una adolescente que vivía en el Bronx neoyorquino, cuando antes de cumplir la mayoría de edad tuvo lo que ella llamó una iluminación, un despertar como artista, y decidió volver a su Israel natal. Esa joven que también posee raíces yemeníes es actualmente conocida por su nombre artístico, Noa. En Israel hizo el servicio militar obligatorio, estudio música y conoció al guitarrista Gil Dor, su pareja artística, en la escuela Rimon de música contemporánea de Tel-Aviv, de la que él era director académico. En 1990 Dor invitó a Noa a cantar con él en directo en un festival, naciendo una extraordinaria relación musical. Su primer disco juntos fue un compendio de canciones pop y jazz en hebreo, que interpretaron en vivo. También en hebreo fue el segundo que les fue publicado en Israel, en 1993, titulado simplemente "Achinoam Nini Gil Dor" como para darse definitivamente a conocer, con música suya y letras de poetisas israelíes, que obtuvo un cierto éxito en su país ("He" o "Nocturno" son dos grandes canciones del álbum). Sin embargo, y aunque fue publicado un año antes, este álbum fue grabado posteriormente al que iba a suponer la explosión internacional del dúo Noa-Gil Dor. Pat Metheny, que cerca de la cuarentena era ya un guitarrista afamado, una estrella de hecho en el mundo del jazz, estaba de gira en 1988 en Israel, y Dor le invitó a dar una 'clase magistral' en su escuela. En un momento de debilidad y enorme visión, accedió a escuchar unos bocetos de algunas canciones y posteriormente a mantener una reunión en Nueva York, tras lo cual no dudó en apostar por esos jóvenes israelíes. A partir de ahí el nombre de Noa se hizo internacional, y de hecho Gil Dor decidió mantenerse en la sombra para que prevaleciera el carisma de la joven vocalista, "Noa".
Las andanzas norteamericanas de ambos músicos fueron decisivas en este éxito, primero porque Noa había sido educada en el bilingüismo, sus estudios fueron en inglés y en su casa se hablaba hebreo. Aunque mientras se esperaba a la publicación de "Noa" vio la luz el mencionado "Achinoam Nini Gil Dor", cantado íntegramente en hebreo, la vocalista no consideraba tan fluida esa lengua materna como la que hablaba en la calle y en el colegio, por lo que el inglés fue su idioma artístico. Además, Gil Dor conocía a Pat Metheny (este había sido profesor de Dor en Boston, en la Berklee School of Music), lo que influyó decisivamente en que decidiera actuar cuando descubrió al grupo. El norteamericano colaboró en la grabación del álbum, los llevó hasta Geffen, aportó la colaboración de sus músicos de confianza, y él mismo produjo el álbum, de claro sonido occidental muy asequible con visos lejanos étnicos, clásicos o de jazz. Geffen Records publicó por fin "Noa" en 1994, que arrastrado por el éxito de "Achinoam Nini Gil Dor", fue disco de oro en Israel, y vendió miles de copias en Europa, Estados Unidos e incluso en Japón. Noa cuenta que Gil Dor (guitarra y voces), Steve Rodby (bajo y voces), Lyle Mays (teclados) y ella misma (voz principal y alguna percusión) grabaron todo en cuatro días, en vivo, en Nueva York. "Más tarde, Lyle agregó muchos de sus hermosos sonidos originales en pistas adicionales, y Pat llamó a Steve Ferrone para tocar un poco de batería y a Luis Conte para tocar la percusión. Bill Evans contribuyó con un saxo en "Desire", Danny Gottlieb tocó en "Wildflower" y Gil Goldstein honró a "Uri" con algunas notas de buen gusto en acordeón". Metheny, que sólo aporta voces de fondo en "Child of man", produce junto a Steve Robdy. Las composiciones, de Gil Dor y Noa. "I don't know", que fue uno de los sencillos del trabajo, es una canción pegadiza dominada por la alegría y una garganta fabulosa que se daba a conocer con descaro. Algo más interesante es "Wildflower", completísima en su composición (el desarrollo instrumental de la pieza es tan extasiante como su interpretación vocal), un auténtico temazo de fácil radiodifusión, que supuso otro gran éxito. Tres de las canciones del álbum estaban cantadas en hebreo: "Mishaela" (una canción desenfadada que presenta un tarareado muy particular), "Eye opener" (con un indebido aspecto folclórico) y la dulce "Uri". Mientras tanto, "Child of man" era la tercera pieza destacada (en España contó con un CDsingle promocional para anunciar la gira por ocho ciudades en octubre), con una sencilla guitarra que se abre a un ritmo cálido, propio de otras latitudes (cercano a la bossa nova, pero basado realmente en los haikus orientales). El sello de Lyle Mays se escucha especialmente en canciones como "Path to follow" o "It's obvious", y el saxo de Bill Evans se hace notar en "Desire". Una gran sorpresa es el final del disco, una gloriosa adaptación del clásico "Ave María" de J.S. Bach y Charles Gounod (la melodía del compositor francés fue escrita para superponerse sobre un preludio en do mayor de Bach) con la nueva letra de Noa, que en este disco se reivindica no sólo como vocalista de excepción sino como gran compositora y letrista. Esta versión es una oración por la paz mundial, especialmente atrayente por estar cantada por una artista israelí que la compuso durante la guerra del golfo, en 1991, cuando repartió copias de este tema en casete entre los soldados que manejaban los misiles "Patriot" en Israel. "Ave María" fue interpretada ante el Papa Juan Pablo II en el Vaticano, y fue uno de los grandes éxitos y sencillo navideño del disco.
Noa comenzó con las ideas muy claras en la estructura y estilo de unas canciones melosas, pasionales, verdaderamente hermosas, que posibilitaron la incursión internacional del dúo, puesto que no hay que olvidar la presencia de Gil Dor en toda su carrera. La composición es variada y pegadiza, la instrumentación exquisita y la voz sensual y dura a la vez (reflejo del propio idioma israelí, que aparece en los tres temas antes mencionados), que desvela una personalidad arrolladora, guerrera, aunque también con una gran sensibilidad, en esta producción de lujo de Pat Metheny que supuso un debut internacional de ensueño. Noa se presentaba como una estrella emergente en una world music girada hacia el pop (su origen yemení y un cierto tono étnico pueden comparar su estilo con el de Ofra Haza, aunque en realidad tienen poco en común, su música es más pop y menos de raíz), y enseguida llegaron las ventas y el reconocimiento. Noa tenía en esos momentos un sonido muy melódico, apacible y positivo ("soy una persona feliz, que no está enfadada con el mundo"), que se volvió algo más adulto en los siguientes trabajos, con cambio de producción y nuevos éxitos presentados regularmente hasta la actualidad.
2 comentarios:
Maravilloso disco. Puede que después sus trabajos fueran más "adultos", pero creo que no volverían a destilar esa mezcla de ilusión, frescura y espontaneidad que sorprendió a todos. También destaco especialmente el sutil y exquisito acompañamiento por parte de Gil Dor, creo que más importante de lo que parece a primera escucha.
Un trabajo delicioso. Estoy de acuerdo en que posteriormente perdió esa frescura, aunque sigue gozando de éxito en su carrera. Y Gil Dor continúa fiel con sus guitarras y producción!!
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