En el verano de 2004 el nombre de Carlinhos Brown empezó a hacerse muy popular en España merced a la moda de la batucada (ese potente ritmo brasileño) y a una canción que sonó hasta la saciedad como fue "Maria Caipirinha". En Brasil, Brown (que nació en 1962 en el estado de Bahía como Antonio Carlos Santos de Freitas) era desde hacía tiempo un ídolo de masas. Tras tocar en varias bandas y con Caetano Veloso o João Gilberto, en los 90 se convirtió en el líder del grupo Timbalada, pero uno de sus mayores éxitos se produjo en 2002, cuando se reunió con otros dos amigos para crear una superbanda de música brasileña. Los amigos eran Marisa Monte (afamada y reconocible cantante carioca) y Arnaldo Antunes (guitarrista y poeta de São Paulo), y el grupo se llamó Tribalistas tras buscar en un diccionario todas las palabras posibles que empezaran por el prefijo tri, y acabar sin embargo identificándose con el adjetivo 'tribal'. Phonomotor Records, el sello de Marisa Monte, publicó en 2002 su primer trabajo, "Tribalistas", con distribución nacional y mundial de EMI, y un éxito sorprendente y fuera de toda duda en un estilo muy abierto e informal de música pop con elementos brasileños.
Decía Marisa Monte años atrás que Brasil no es un país de blancos y negros sino de gente mezclada, de ahí tal vez los colores de la portada del disco. También contaba así la historia del grupo: "En 2001, en Bahía, coincidí con Arnaldo y Carlinhos, con los que siempre he colaborado. Fue como si estuviéramos bendecidos: en unos días, compusimos 20 temas. No sabíamos qué hacer con ellos y, en vez de repartírnoslos, al año siguiente los grabamos juntos. Nos dijimos: vamos a hacer lo que no solemos hacer en nuestros discos particulares. Fue un ejercicio lúdico y creo que eso se nota". No era la primera vez que el gran ambiente producido entre esos músicos, generaba una gran cantidad de canciones que acababan incluidas en un álbum, sin embargo esta vez el acierto fue tan grande que llegó mucho más allá de Brasil. Allí llegó al número 1 (más de 1 millón de copias vendidas), pero además fue otro número 1 en Portugal y fue doble platino en España y triple en Italia, así como muy popular en Francia, Países Bajos, Alemania y otros países, alcanzando en total los 3 millones de ejemplares vendidos, y todo ello sin realizar ningún tipo de promoción en directo o diferido, ni actuaciones en televisión ni entrevistas en radio (ni siquiera en Brasil), por problemas de agendas de los músicos y la reciente maternidad de Marisa. Lo que sí se comercializó en 2003 fue un DVD que muestra cómo se grabaron las canciones en un estudio de Rio de Janeiro entre el 8 y el 24 de abril de 2002. "Carnavália" es un recibimiento pegadizo, una de las grandes canciones del disco, que coloca el carnaval como una de las referencias de los brasileños. Acto seguido, "Um a um" es más sosegada, pero acertada y entrañable. Antunes y Monte se reparten el protagonismo vocal en "Velha infância", feliz bossa nova que contagia fácilmente su alegría, uno de los sencillos exitosos del trabajo, que llegó al número 1 en Brasil. Esta orgía musical brasileña continúa con lo que posiblemente sea uno de sus dos temas más recordados, una pequeña delicia contagiosa titulada "Passe em casa", que da verdaderas ganas de bailar. "O amor é feio" es un descanso en la actividad, un corte muy tranquilo y adormecedor, lo cual no quiere decir aburrido. Enseguida, "É vocë" es otra canción relajada que, sin restarle méritos, y junto a "Carnalismo", parecen disminuir la intensidad y el altísimo nivel del poker inicial. Sin embargo también en esta delicadeza y sencillez saben estos tres maestros construir pequeñas joyas, como "Mary Cristo", otro sencillo de intenciones presuntamente navideñas. Con "Anjo da guarda" vuelven los aires de bossa nova y sus devaneos portuarios, mientras que "Lá de longe" y "Pecado é lhe deixar de molho" vuelven a evidenciar que tal vez haya demasiadas canciones en el trabajo, si bien es perfectamente agradable dejarlo sonando de fondo. Para desdecir lo anterior y saber apreciar el detalle y la canción agraciada, llega casi al final del álbum el single principal del mismo, "Já sei namorar", una canción enormemente atractiva y de fácil escucha, una nueva delicia de autentico encanto y cierto éxito (número 1 en Brasil, 2 en Portugal y con buen recibimiento en el resto de Europa), bailable y encantadora sin tener que mencionar estilos. "Tribalistas" es el final animado y abierto de un disco desenfadado y carnavalesco, que ganó en 2003 el premio Grammy latino al Mejor Álbum Pop Contemporáneo Brasileño. Varias telenovelas brasileñas utilizaron canciones del disco, especialmente "Velha infância" y "É Você". "No habrá un Tribalistas II por presión de la mercadotecnia, pero yo desearía que el destino volviera a reunirnos", decía Carlinhos Brown tras el éxito del debut, dejando constancia del buen rollo que se respiró en la reunión. Así, tuvieron que pasar 15 años para que el grupo editara su esperado segundo trabajo, curiosamente también de título "Tribalistas", con una mayor carga social y bastante menos fortuna y éxito crítico, como si el mundo no sólo se hubiera olvidado de su propuesta sino que, definitivamente, hubiera cambiado.
"Carlinhos Brown es un genio, es el talento más maravilloso que he visto jamás. Es un compañero y hermano para mí, una referencia absoluta", así definía Marisa Monte a su colega, y junto a Arnaldo Antunes compusieron 13 estupendas canciones que cantaron principalmente Arnaldo y Marisa, que además interpreta guitarra de nylon, armónica, órgano Hammond, silbato, acordeón y algunas percusiones. Carlinhos es el gran multiinstrumentista del grupo: voz, bajo, guitarra de nylon, silbato, caja de música, vibráfono, berimbau, harpinha, batería, órgano Hammond, guitarra de acero y percusiones varias (entre ellas bombo, caxixi, cuchara, cuica, moringa, d'jembe, pandereta, cajón, timba, zarbre, afoxé, caja de juguetes, bongo, congas, atril, marimba, agogô, tablas, palmas y campana). Otros músicos invitados a esta fiesta fueron Cézar Mendes, Dadi Carvalho y Margareth Menezes. ¡Qué grata es esta música, a ritmo de samba, axé o balada y con su alta dosis de alegría! Estos tribalistas han sido los que más rotundamente han acercado la música brasileña al mundo en lo que llevamos de siglo, un éxito sin precedentes sin duda merecido y digno de recuerdo.
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