Bastante desconocido fuera de su país para los que no están muy metidos en ese mundillo, el rock progresivo italiano contó con un puñado de nombres destacados en los años setenta, cuando ese subgénero del rock era atrevido, experimental y bastante popular. En la actualidad es tan difícil situarse en aquel contexto social y comprender su éxito, como volver al presente y asumir lo que se escucha masivamente en los tiempos actuales. Y es que ese concepto artístico de la música, con planteamientos que combinaban el rock con el folk, con elementos de jazz y adoptando sin miedo intentos de formas clásicas, son difíciles de disociar de una época en la que no había ningún miedo en la escucha de obras conceptuales con largas suites sinfónicas plenas de virtuosismo e instrumentaciones benévolas y espectaculares, en las que ciertas sustancias prohibidas podían tener bastante protagonismo. Aunque no ha desaparecido en la actualidad ni debería hacerlo, la máxima agitación del género en la Gran Bretaña de los setenta originó que en otros países europeos naciera una efervescencia de nuevos sonidos progresivos, y que en Italia los hermanos Vittorio y Gianni Nocenzi, inspirados especialmente por bandas como ELP o Jethro Tull, fundaran en Roma el conjunto Banco del Mutuo Soccorso, referencia indiscutible en en país transalpino junto a Le Orme y Premiata Forneria Marconi, sin olvidar álbumes experimentales del gran Franco Battiato como "Fetus" o "Pollution". Aunque Vittorio continúa desde sus inicios con Banco del Mutuo Soccorso (más de 50 años de carrera en el mismo grupo), Gianni Nocenzi se desvinculó en los ochenta para buscar su propio sonido.
La primera experiencia grabada del autor en solitario, "Empusa", la publicó el sello de músicas avanzadas Venture en 1988, y mostraba una gama de texturas relajantes (especialmente en la suite de la primera cara, "L'occhio, la luna e il lupo, nell' imbuto cosmico"), con aderezos vanguardistas y cósmicos al gusto de finales de los ochenta y principios de los noventa, que en ciertos momentos de la segunda cara pueden acceder a una cierta disonancia, por supuesto buscada. Atrayente por momentos, más en su atrevimiento que en su pulcritud, al menos llamó lo suficiente la atención como para que cinco años después, en 1993, ascendiera un peldaño y fuera la propia Virgin Records la que le publicara su segundo trabajo, "Soft Songs" (que también contó con una edición especial en una caja que contenía el CD y un VHS), orientado especialmente al mercado italiano, aunque con distribución europea gracias especialmente a la contribución de un músico de renombre como Ryuichi Sakamoto. Grabado en Milán, New York, Roma y Tokyo entre noviembre de 1990 y julio de 1992, y producido por él mismo, en "Soft Songs" Gianni convence con más argumentos que en su debut, accediendo a una gran gama de sonidos acústicos y electrónicos, pero dejándose notar especialmente la melodiosidad del piano acústico, el retorno del artista a su instrumento. Sin saber muy bien hacia donde puede conducir la estupenda irreverencia del músico italiano, "Al Principio Dell'Arcobaleno - Part One" es sin embargo un comienzo muy fácil de escuchar y ciertamente disfrutable, una pieza bien construida que comienza con un pequeño ambiente natural hasta que el viento que interpreta Nohirito Sumitomo (el Akai EWI, un instrumento digital que intentaba fusionar, o eso admitía la marca, "la expresividad y el control de un instrumento de viento tradicional con la flexibilidad y creatividad que brinda la tecnología") conduce a la sencilla melodía repetitiva, un a modo de himno cálido con buen gusto en la percusión (de Fabio Napoli), cierta deriva jazzera, posibles acercamientos al sonido más típico de algún minimalista de renombre, y una duración perfecta para su disfrute. Y de repente se hace la voz: en "47th Dawning (Soft Song # 3)" es la inglesa Sarah Jane Morris (famosa especialmente por cantar "Don't Leave Me This Way" junto a Jimmy Somerville en el primer disco de la banda Communards) quien interpreta la canción con el tono teatral preciso que esta intensa y hermosa composición necesita, un corte que despierta a quien no hubiera prestado atención al principio. El texto es de David Coulter. Son sin embargo la variedad y la búsqueda notas principales desde siempre en la música de Nocenzi, por lo que el disco no iba a continuar con la presentación de una sucesión de canciones. En absoluto, Gianni toma el piano y a sus compases libres en "Song of Myself (Soft Song # 4)" se une de nuevo el viento con una tonada romántica con algo de melancolía, algo de folclore italiano y mucho de búsqueda en el jazz, especialmente en su desenfrenada parte final. No es "47th Dawning (Soft Song # 3)" la única canción del disco, de hecho hay paridad entre lo vocal y lo instrumental. Así, "All of You Is Shining (Soft Song # 5)" es un tema de complicada descripción y difícil ubicación si no lo encuadramos de nuevo en una especie de jazz de cámara abierto a otras sonoridades étnicas. Parece raro. Lo es, pero convence. Sonny Southon es su intérprete y la autora del texto. Acto seguido, la última canción del álbum y su primer sencillo, "Mintoi (Soft Song # 1)", con la aportación del vocalista de Cerdeña Andrea Parodi. Una cierta extrañeza atemporal acompaña la pieza, tanto en el tratamiento de la propia voz (de un modo étnico) como en la instrumentación, ausente de convencionalismos, y es que Gianni es de los que se arriesgan, prefiere llevar las canciones a su terreno y romper con las facilidades de las radiofórmulas para construir sus propios castillos en el aire, cuyos muros son los sólidos antecedentes de este osado compositor. "Mintoi" es de una belleza sublime, que proviene de muy dentro, el resultado hay que escucharlo más de una vez pero acaba enganchando por lo auténtico pero a la vez cálido y cercano de este regalo para públicos entendidos y exigentes. Los demás, el oyente que busca la satisfacción puntual, la rapidez de las argucias facilonas, no pasarán de los primeros 30 segundos. Un piano cordial nos da la bienvenida al último corte, "Al Principio Dell'Arcobaleno - Part Two", el más largo del álbum (sin tener aun así una duración excesiva, poco menos de 9 minutos). De nuevo ese jazz apacible y cercano se funde con otras influencias más étnicas, en esta ocasión derivando hacia sonoridades japonesas; no en vano Ryuichi Sakamoto es el colaborador estrella del tema, y posiblemente el nombre más atrayente del álbum, al menos fuera de Italia. Nuevos teclados emergentes y suaves programaciones rebuscan en los rincones para llenar de calidez una pieza (¿acudimos una vez más al término minimalismo cuando no sabemos cómo llamarla?) que acaba de encontrar su sitio con la inclusión del saxo soprano y el Akai EWI de Nohirito Sumitomo. "Empusa" y "Soft Songs" fueron vendidos también en un solo disco compacto en 1998, y en 2016 Gmebooks publicó "Miniature", el último trabajo hasta la fecha de Gianni Nocenzi.
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