17.9.21

ASHRA:
"New age on Earth"

Manuel Göttsching y el bajista Hartmut Enke habían tocado juntos desde los 15 años de ambos, y en su progresión formaron The Steeple Chase Bluesband, antecedente de los definitivos Ash Ra Tempel. Al abandonar Enke este próspero grupo a mediados de los 70, Göttsching optó por cambiar el nombre a Ashra, y modificar la formación a Lutz Ulbrich (guitarra, teclados), Harald Grosskopf (percusión) y el propio Göttsching interpretando sintetizadores y más guitarras. En un paso previo, sin embargo, decidió ocuparse él mismo de todo el trabajo para álbum "New age on Earth", que vio la luz en 1976 por medio de Isadora Records, aún con el apelativo, en esa primera edición, de Ash Ra Tempel. Detalle importante fue la colaboración en este trabajo de Michael Hoenig, el ex-miembro de Tangerine Dream que había montado su propio estudio, llamado Aura Studio, y que realizó las mezclas finales de "New age on Earth", además de haberse embarcado con Göttsching en una posterior gira de presentación del disco por Francia que al final, y tras varias semanas de ensayos, fue lamentablemente cancelada, aunque ambos artistas aprovecharon para grabar, en esas sesiones, el sugestivo álbum "Early Water", que fue publicado bastantes años después, en 1995.

En una segunda edición publicada en 1977, "New age on Earth" fue el primer lanzamiento de Ashra (ya con ese nombre) en Virgin Records, la por entonces audaz compañía británica que tenía en sus filas a Mike Oldfield o Tangerine Dream. No hay que equivocarse con el título, la posteriormente popular música new age aún eran devaneos a los que Göttsching no acudía, intentando más bien expresar en este plástico sus ideas ambientales basadas especialmente en los teclados, sin mirar hacia filosofías alternativas sino explorando nuevos caminos. Grabado en el Studio Roma berlinés de Manuel, "New age on Earth" presenta cuatro composiciones en sus algo menos de 50 minutos: "Sunrain" es un comienzo efervescente, de rítmica cadencia repetitiva tomando buena nota de las directrices propuestas en "Inventions for electric guitar", prometiendo al oyente una fantasía cósmica de ensoñador ímpetu. Los siete minutos de la pieza no se hacen largos, en absoluto, y tanto las texturas de guitarra (Gibson SG) como los teclados (ARP Odyssey, Farfisa Syntorchestra, EMS Synthi A y EKO Computerhythm) son interpretados en todo el álbum por Göttsching, auténtico protagonista de una aventura que en su primera portada (la del sello francés Isadora) presentaba un diseño de Peter Butschkow, sustituida en la de Virgin por una del famoso estudio Cooke Key (Brian Cooke y Trevor Key), habituales del sello de Richard Branson desde el "Tubular bells" de Mike Oldfield. Más cósmico y relajante, teclados que vienen y van como un oleaje entre un burbujeo meditativo (en la onda de lo que unos años después hará Kitaro, admirador de Klaus Schulze pero a buen seguro oyente también de Ashra y Gottsching), es "Ocean of tenderness", tema largo y bien construido aunque, incluso en tan primordial etapa, suena a ya escuchado en la escuela berlinesa. Para desmarcarse, la guitarra dibuja en su parte final tímidas y confortantes florituras, que algunos ven cercanas a las de Mike Oldfield. Cerrando la cara A en el vinilo, "Deep distance" se sitúa melodiosa a medio camino entre las dos anteriores composiciones, una secuencia contenida y un teclado dulce se alían en una suerte de encantamiento danzarín, ampliado hasta la veintena de minutos (aquí solo son cinco) en el volumen 2 de las 'Private tapes' que el músico alemán publicó en 1996. La cara B del plástico estaba ocupada por un único corte de 22 minutos, algo absolutamente normal en aquella época, asombroso para las nuevas generaciones. Sin ser un hito en su discografía, esta suite titulada "Nightdust" deja buen sabor de boca, se abre cósmica, relajante, abrazando por igual a la ambientalidad espacial como a la electrónica un tanto oscura, recordando éxitos de Schulze como "Timewind". Así, lo amable de la cadencia se va tornando poco a poco en taimado, notas graves que exploran un espacio sonoro de apariencia apocalíptica. Aparece entonces el secuenciador para inducir otro clímax perturbador, mágico, tempestad tras la que, para concluir el disco, aparece una calma un tanto turbadora, psicodélica (con ecos de Pink Floyd), de teclados, efectos y guitarra, instrumento que vuelve a sonar autentico y poderoso en manos del teutón. Las tres piezas cortas del álbum formaron parte, en 1996, de la recopilación que Virgin publicó con el título de la primera de ellas: "Sunrain (The Virgin years)". 

Calificado como uno de los 25 álbumes ambientales más influyentes, "New age on Earth" es más atrayente como conjunto y como culminación de un concepto musical, que destacable por algunas de sus composiciones, aunque estas son evolucionadas y presentan melodías y ambientes de cierta belleza, que van ganando fuerza con las escuchas. Tal vez se echen de menos guitarras más contundentes -como las del grandísimo "Inventions for electric guitar"-, o acercamientos a un rock o psicodelia que condujeran al trabajo hacia una ligera comercialidad, pero se pueden disfrutar perfectamente en cualquier momento sus pequeños contrastes y atmósferas espaciales, devaneos cálidos y sensuales en contraposición a otras maquinalidades de la época, logrando un sonido limpio y auténtico, otro buen disco en el camino de un Manuel Göttsching que destacaba en la escena electrónica alemana, ese movimiento conocido popularmente como krautrock que asombraba al mundo entero y llegó a influir a futuros artistas electrónicos.

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