Hubo un tiempo en las Nuevas Músicas que lo exótico vendía como si fuera sinónimo de calidad, sólo así se explica que a finales de los 90 confluyeran los éxitos comerciales de grupos en los que se remezclaban con mayor o menor fortuna o autenticidad elementos autóctonos, como Sacred Spirit (cantos de indios norteamericanos), Deep Forest (paseándose por áfrica, Europa del Este o el Caribe), Beautiful World (con canciones en swahili) o Siva Pacífica (los cantos del Pacífico), sumándose a los anteriores de Enigma (con cánticos en latín y acercamientos a otras culturas), El misterio de las voces búlgaras o la cantante israelí Ofra Haza. Se trata sólo de algunos de los ejemplos más conocidos, pero cualquier elemento lejano geográficamente o tribal, pudo dar lugar a curiosas mezcolanzas, algunas tan curiosas como la de Hughes de Courson en "Lambarena", que unía la música de Bach con coros africanos. Un paso adelante supuso la incorporación de la espiritualidad, no hay que olvidar la enorme repercusión del Coro de Monjes de Santo Domingo de Silos en cuanto al cristianismo, o la enorme calidad de la garganta del pakistaní Nusrat Fateh Ali Khan con su santoral islámico en estilo qawwali, pero otro tipo de cantos alcanzaron una cierta fama en los 90, concretamente de la religión budista, una serie de mantras con el protagonismo de la fantástica garganta del Lama Gyurme, a los que se unía la envoltura ambiental del teclista Jean-Philippe Rykiel, especialmente mística y en concordancia con el espíritu del trabajo, que en la edición española se tituló "El canto del Lama (Deseos para el despertar)".
Natural de Bután, donde nació en 1948, aunque residente en Francia desde 1974, el Lama Gyurme (o Gyourmé) fue educado en el budismo desde pequeño en el monasterio de Djang Tchub Tcheu Ling, destacando en el aspecto musical, disciplina que perfeccionó en el monasterio de Sonada en la India. Jean-Philippe Rykiel vino al mundo en 1961 en la localidad francesa de Boulogne-Billancourt, cercana a París, pero una incubadora demasiado rica en oxígeno le dejó ciego casi de nacimiento, lo que le hizo tener una infancia hiperprotegida en una familia acomodada. Dos vidas tan distintas se juntaron en los 90 por medio de una amiga común, Doris Rutzel, y de la petición de Jean-Philippe de acompañar con las teclas al canto del Lama que estaba tomando té en su salón, nació una relación especial de amistad y trabajo. Jean-Michel Reusser, de Taktic Music -para el que Rykiel trabajaba-, fue el primero en anticipar el éxito, y en asegurarse su parte del pastel grabando en su propia casa el álbum de una manera muy simple. 'La serenidad de los cantos tibetanos', rezaban las primeras ediciones del disco, producido por Taktic Music y publicado en Francia por Last Call Records y Sony Music / Columbia bajo el título de "Souhaits pour l'éveil". El trabajo llegó en un momento idóneo para este tipo de fusiones con etiqueta de new age, así que el éxito no tardó en llegar, traspasando países. En España, "El canto del Lama (Deseos para el despertar)" fue presentado en una iglesia católica, la barcelonesa basílica de Santa María del Mar, donde acudió una variopinta muestra de público. A la sequedad, las graves notas puramente espirituales del canto tibetano, este trabajo le aplica un hermoso filtro instrumental muy adecuado a fomentar no sólo la belleza, sino el interés hacia esta ancestral práctica relajante. Envuelto en su perfecta dosis de divinidad oriental, el resultado agrada y puede llegar a enganchar si se llega a él con disposición adecuada y la mente abierta, y por supuesto más en un estado de total relajación para eliminar lo negativo. En el libreto de esta edición española, información sobre el budismo (una mezcla de religión, filosofía y modo de vida, se decía) y sobre las cinco canciones presentadas: Un mantra -cuenta- es una fórmula, generalmente en sánscrito, cuyo sonido purifica a la persona que la recita, son oraciones que contactan con los Budas y su sabiduría. El sencillo que sonó en radios, verdadero impulso del éxito del trabajo, "Deseos para el despertar", es un mantra elevador y verdaderamente hermoso, el acompañamiento instrumental es sencillo pero, a pesar de la importancia de la voz, no se queda en un silencioso segundo plano, sino que ruge con un cierto ímpetu y marcialidad. El despertar al que se refiere el título es personal y profundo, es 'la actualización de todas las capacidades potenciales del ser humano, lo que se llama el estado de Buda'. No sabemos si tendrá efectos sanadores en el oyente, pero sin duda ayuda en la búsqueda de la paz interior. El segundo ejemplo, "Guru Rinpoché (El mantra de Padmasambhava)" es otro mantra parecido al anterior (incluso más sencillo) pero sin el carisma de su hermosa cadencia; comienza con un efecto de agua, que aumenta su poder relajante, de hecho nos acompaña a lo largo de la pieza junto a teclados ambientales, decididamente voladores. Padmasambhava ('el que ha nacido de un loto'), es para los tibetanos 'El segundo Buda', y le conocen como Guru Rinpoché ('el maestro precioso'). También dedicado a él, "Oración de larga vida para Kalu Rinpoché" es el último mantra del disco, el más corto, que aunque no aporta nada nuevo en esos momentos finales, posee el componente melancólico de que Kyabje Kalou Rinpoché fuera el maestro del Lama Gyurme, y su sobrino, Bokar Tülkou Rinpoché, se reconozca como la reencarnación de aquel. El tantrismo es la práctica principal del budismo tibetano, y en su propósito espiritual son numerosas las ofrendas como ejercicios de abandono. Así, en el tercer corte llega "La ofrenda de Tsok (Vajra melody)" con teclados más luminosos y abiertos, calmado pero animoso. En el tema largo del disco -cerca de 25 minutos-, "La llamada al Lama lejano", el fondo es mas etéreo, meditativo, y el canto más rápido y en tres fases diferenciadas. Es una llamada a los maestros, los Lamas, para que transmitan su espíritu de sabiduría. El trabajo basa su ímpetu comercial en la pieza de inicio, pero mantiene un cierto rigor folclórico-religioso en toda su extensión, la capacidad del Lama Gyurme (que posee el título de 'oumze', maestro de la música) y la experiencia de Rykiel (ha colaborado con nombres ilustres como Vangelis, Steve Hillage, Leonard Cohen, Salif Keita o Youssou N'Dour) confluyeron en estas colaboraciones, en la que los teclados no se comportan como mero acompañamiento sino que, por lo general, incorporan sus propias ideas y ayudan al objetivo elevador y meditativo del disco. No en vano, el trabajo está firmado por ambos (que, aseguraba Reusser, "simplemente se escucharon el uno al otro"), a partir de músicas y textos tradicionales. El resultado es de una extraordinaria relajación, cumpliendo sobradamente los preceptos budistas y los propósitos de una ambientalidad más acorde al público occidental, que acepta de buen grado este tipo de propuestas especiales que fusionan con innegable clase una religiosidad interior con otras intenciones más mundanas, alejadas de monasterios tibetanos. En 1995, el mismo año que trabajos antes mencionados como "In existence" (de Beautiful world) o "Sacred spirit" llegaban en España al disco de platino, "El canto del Lama" logró un disco de oro, más de 50.000 ejemplares vendidos que confirmaban que, por unas causas o por otras, en nuestro país triunfaba ese tipo de música con componentes étnicos, tribales o religiosos, encabezada por los 17 platinos que lograron en 1994 el Coro de Monjes de Santo Domingo de Silos con "Las mejores obras del canto gregoriano".
"Rain of blessings / Vajra Chants" fue el siguiente trabajo firmado en el año 2000 por el dúo (aún hubo en 2015 un tercer intento, de título "Chants pour la paix"), una perfecta continuación de su primer álbum -incluso con un mayor explayamiento de los teclados, haciéndolo posiblemente algo más ameno para el público casual- instigado directamente por Peter Gabriel para Real World el año 2000, si bien ya no hubo edición española. La fiebre budista, sin embargo, parecía no haber descendido a la vista de que, siguiendo el éxito de este concepto de meditación, se publicaron otras propuestas parecidas y alguna otra muy distinta, por ejemplo la irrupción en este entorno del (en ocasiones temible, otras plausible) etno-tecno, que originó los prescindibles y ultraproducidos "Sakya tashi ling" (2005) y "Live mantra" (2008), del grupo conocido como Monjes Budistas, de creación española, en la que auténticos mantras pierden casi toda su esencia al ser dirigidos hacia un entorno radiofónico salpicados por ritmos chill out. En su favor no hay que olvidar que auténticos monjes budistas del monasterio Sakya tashi ling (situado en Olivella, Barcelona), grabaron allí mismo sus oraciones, y consideraron el proyecto como una llamada a la felicidad, el bienestar, la paz y la meditación, donando además sus royalties para ayuda humanitaria. Para Vale Music fue una llamada a las ventas, que fueron de más de 100.000 copias en España, mientras que "Live mantra" también alcanzó el disco de platino. Las ventas más auténticas fueron sin embargo las 50.000 que unos años antes lograron esta pareja atípica, el Lama Gyurme y Jean-Philippe Rykiel, con ese pequeño muestrario oracional tibetano titulado originalmente 'Deseos para el despertar', que cumplía con su propósito sin dejarse atrapar, en este caso gracias a Dios, por el etno-tecno.
5 comentarios:
Curiosísimo disco que yo conseguí en su edición original con título en francés y portada blanca. Hubo una época en que lo escuchaba muy a menudo. No sé qué es lo que tiene pero tiene algo.
Gran reseña, Pepe.
Un saludo.
Un trabajo a reivindicar, no como algo aprovechado por la época, sino por auténtico. Aunque se vendió bastante bien, no circulan copias fácilmente por las tiendas de segunda mano.
Como decía aquel, "tiene un no se qué y un qué sé yo, que yo qué sé".
Pues curiosamente me pasa igual que a Mike shooter, no sé porqué dispongo de la versión francesa y opino como vosotros: el disco tiene algo especial.
El primer tema es pura ambrosía.
Muy buena reseña de un disco que me hace rememorar viejos tiempos en los que alternaba la escucha de este disco con el primer disco (creo) publicado por Dadawa. Aún recuerdo el sonido cabrero y trashumante del lama Rimpoché con ese berreo de macho de temporada entre lo rústico y lo sutil. Era como un ritual en el cual la voz, como tratando de imitar al ciervo, quisiera conquistar a la hembra; pero aquí en el sentido espiritual, pues es "la berrea del despertar". La verdad es que el disco tiene una atmósfera (según recuerdo) muy new age y bastante bien trabajada con los teclados. Esa mezcla entre la new age atmosférica y los cantos crea una sonoridad peculiar que nunca he vuelto a escuchar en ningún sitio.
Ambrosía, néctar de los dioses, muy bueno, japobes. Y además no te falta razón.
Petetis, tus comentarios me dejan fuera de lugar, ja ja ja. Por cierto, que me has recordado a la interesante Dadawa.
Publicar un comentario