7.6.12

NILS FRAHM:
"Wintermusik"

Con etiquetas como new age y chill out a la baja, la música instrumental de mediados de la primera década del siglo XXI bebía de fuentes que se acercaban por igual a la música electrónica como a la contemporánea, originando términos ambiguos como downtempo, classical crossover o postminimalismo. Entre etiquetas como esas y el manido ambient, el aluvión de jóvenes genios que usando el piano como principal vehículo de expresión, han construído un lenguaje musical actual y avanzado, ha sido difícil de seguir en los últimos años. Pianistas clásicos y vanguardia europea pueden ser el origen de estas ensoñaciones en las que podemos encontrar, entre otros, a Peter Broderick, Lubomyr Melnyk, Olafur Arnalds o Nils Frahm, todos ellos en la nómina de Erased Tapes Records, la eficiente compañía independiente con sede en Londres fundada por Robert Rath en 2007, que ha recibido grandes elogios entre la crítica por el prometedor desenfado de sus artistas, alguno de los cuales -especialmente Frahm y Arnalds- han alcanzado un extraordinario estatus en el panorama musical mundial.

Nacido en 1982, Nils Frahm tomó desde muy pequeño clases de piano con Nahum Brodski, que logró inculcar en su discípulo alemán la pasión por este completo instrumento. Frahm montó su propio estudio de grabación en Berlín, de nombre Durton Studio, en el cual comenzó a crear su particular lenguaje musical. En 2007 decidió hacerle un regalo navideño distinto a sus familiares y amigos, y su obsequio no fue otro que un disco muy personal, un CD grabado con tres composiciones muy delicadas y melancólicas. La calidad del mismo hizo que acabara viendo la luz, pues en 2009 la curiosa compañía berlinesa Sonic Pieces, caracterizada por realizar a mano sus packagings, realizó una tirada de 333 copias numeradas de ese disco, que acabó titulándose "Wintermusik". Esa pequeña edición de coleccionista tuvo una afortunada reedición de 500 copias, y otra ya definitiva, la que podemos encontrar en la actualidad en la mencionada Erased Tapes Records, en CD y vinilo. La portada, tal vez artística, tal vez definitivamente sosa, deriva de la primera edición en Sonic Pieces, cuyos discos tienen parecidos y sencillos diseños. Frahm se muestra lacónico, en una duración total de treinta minutos, pero generoso en sus sentimientos y tierno en sus melodías tranquilas y familiares. Con enorme solvencia y una sobria elegancia que recuerda a Dustin O'Halloran (que aunque no ha grabado ningún disco junto a Nils, sí que han tocado juntos en alguna gira), este jovén teutón pasea su aguda simpleza a lo largo de tres composiciones, una de ellas, eso sí, de casi 18 minutos de duración. "Wintermusik" es un pacífico ensayo de exquisita escucha realizado con tres únicos instrumentos de teclado, el piano y los órganos celeste y reed, que pueden llegar a sonar como una suave percusión de campanas (o como un glockenspiel, incluso una caja de música) el primero, y como un melancólico acordeón el segundo, otorgando sutiles coloridos a las piezas. Que "Wintermusik" fuese creado en dos días demuestra la capacidad de Frahm, este instintivo músico plasma un ritmo regular en los tres cortes del álbum, comenzando por "Ambre", pequeña delicia de emociones contrapuestas, a la vez alegre y melancólica, pero sin duda de sublime hermosura, que parece haber sido escrita un siglo antes. Sorprende que alguien tan joven sea capaz de crear algo tan maduro y bello a la vez. "Nue", que empieza como una delicada caja de música, es una pieza relativamente larga en un juego minimalista al piano tan apasionante que se puede hacer realmente corta, rezumando a su vez una ambientalidad folclórica personificada en ese falso acordeón (reed organ o armonio) que aporta su triste cadencia al melancólico tono general; comparten ambos el protagonismo con el sonido de campanillas del celeste organ, que aporta por igual un componente melódico como percusivo. También en "Tristana" se escuchan esos instrumentos añadidos, compartiendo protagonismo con el piano en este corte largo y ensoñador que esconde en su tintineante melodía un aire navideño que la hace más cercana a la temática de la obra. Las primeras maquetas de Frahm se nutrían de experimentos sónicos por lo general afables, atrevidos, revelando cuanto menos un espíritu inquieto ("Streichelfisch" presentaba momentos originales), pero el de "Wintermusik" es un Frahm contenido, del que solo se adivina su potencial. Tres paseos complacientes pero no acomodados, de la mano del piano, conforman un trabajo sencillo de gozoso disfrute que presentó al gran público a un músico que iba a decir mucho en los siguientes años, cuando su trabajo se hiciera más consistente y estudiado.

Aparte de la numeración en la primera edición, sólo una cosa diferencia las ediciones de "Wintermusik" en Sonic Pieces y en Erased Tapes Records, ya que el orden de los temas en la primera es 'Ambre/Tristana/Nue' y en la segunda es 'Ambre/Nue/Tristana'. Como buen obsequio privado, aunque utilizado al final (y para nuestra fortuna) de manera pública, es evidente que no es éste un álbum de especial repercusión mediática (al menos en el círculo contemporáneo), de melodías recordadas ni, por supuesto, de ventas millonarias, pero la vitalidad y la frescura de su propuesta merece la pena ser degustada por los que no ponen barreras a la emoción, por un público que, en su minoría, sienta las bases de un disfrute directo y personal, en un pensamiento de que discos como éste están hechos exclusivamente para ellos.



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