1.9.06

STONE AGE:
"Stone age"


"La Edad de Piedra está aquí, en la Tierra y en todas partes". Así anunciaba su llegada en su primer single, "Zo laret", el conjunto francés Stone Age, una banda no especialmente conocida pero que nos brindó una interesante aportación al mundo de la música bretona en 1994 con su primer álbum, también de título "Stone age", publicado por CBS/Sony. En la portada, una especie de trisquel (antiguo símbolo celta) se unía a un anillo exterior para simbolizar los cuatro elementos de la naturaleza, agua, fuego, tierra y aire. Dentro de la interesante modernización que el folk bretón gozaba en esos años, los artistas jóvenes (Denez Prigent, Yann Tiersen, EV, Manau) arrastraban a los veteranos y conocidos (Alan Stivell, Gwendal, Dan ar Braz) a seguir ese mismo rumbo. Stone Age fue otro de esos nuevos grupos que tuvieron la oportunidad de hacerse oír basándose en la fuerza de su original propuesta, fusionando sin prejuicios folk con electrónica, rock, jazz o hip-hop, fusionando la tradición bretona con la electrónica y las nuevas tendencias, algo parecido a lo que Deep Forest, por ejemplo, estaban haciendo con otro tipo de músicas del mundo.

El caso de Stone Age estaba realmente en una zona intermedia en cuanto a la veteranía, ya que sus miembros habían trabajado ya con nombres importantes de la música francesa. Nacido en París en 1992, este conjunto combinó lo antiguo y lo nuevo, la tradición bretona con los arreglos electrónicos, en un marco que, bien producido, resulta especialmente atrayente y con unas ubicaciones ambiguas (celta, electrónica, pop, new age). Los cuatro músicos tenían cada uno su correspondiente apodo: Michel Valy ('Kervador') -que se ocupaba de las cuerdas, bajo, mandolina y guitarras-, Marc Hazon, ('Marc De Ponkallec') -batería, efectos, guitarra acústica-, Jérôme Gueguen ('Lach'Ilaouet') -gaita, piano, teclados- y Dominique Perrier ('Terracotta') -teclados, sintetizadores-; además, todos aportaban sus voces en el proyecto. Tal vez el más conocido de todos era Dominique Perrier, nacido en 1950, que de la enseñanza primeriza del piano pasó al violonchelo, y comenzó a tocar jazz con amigos. Tras su trabajo posterior con el famoso cantante francés Christophe, y habiendo escuchado lo que hacía Kraftwerk, creó el grupo Space Art junto a Roger Rizzitelli, en la misma época que en Francia sonaba la música, también electrónica, de Space y de Jean Michel Jarre. Fue en esos momentos de amistad con el panorama electrónico francés cuando Perrier comenzó a tocar para Jarre (su nombre aparece el discos del sintesista desde los conciertos en China hasta bien entrados los años 2000). De hecho varios de los nombres implicados en Stone Age también lo estuvieron con Jarre, especialmente Jérome Gueguen (que sustituyó a Perrier en la banda de Jarre en 2010 y había sido antes miembro de Gwendal), Michel Valy (que también había tocado con Alan Stivell), y un colaborador especial (aunque no fuera oficialmente miembro de la banda), el guitarrista Patrick Rondat, que tocó con Jarre en "Chronologie". En 1993 se unieron a Marc Hazon y publicaron este gran trabajo llamado "Stone age". Unas fanfarrias nos anuncian el comienzo del disco en el tema "Stonage", en el que enseguida nos damos cuenta de que nos encontramos ante un trabajo 'distinto', en su tratamiento e intenciones, un bonito comienzo que nos conduce hacia el tema estrella, "Zo laret", repleto de voces y efectos (colabora aquí el japonés Gota Yashiki) pero donde no se olvidan ni las raíces bretonas ni los instrumentos tradicionales, dando como resultado una estupenda fusión culminada por un efectivo rapeado. Desde luego la modernización no puede ser más interesante tras estas dos canciones, pero el disco continúa por todo tipo de sendas, siempre con el espíritu celta pero aderezado con guindas discotequeras, funkys o hiphoperas de calidad, que las hacen también muy fáciles de escuchar para los no iniciados en la cultura de la tradición. Precisamente de origen tradicional son piezas como "Ultra Breizh" (una danza modernizada), "Sellet" (con una bonita melodía de flauta entre voces declamantes), "Reel legend" (una de las más respetadas) o "Stone trance". Cada canción tiene su magia y sus pequeños o grandes detalles, por ejemplo "Kalon mari" es de una extraordinaria sensibilidad y porta unas maravillosas guitarras en un estilo sinfónico muy adecuado (por momentos parece sonar a Mike Oldfield), pero tal vez habría que destacar especialmente la emoción que desprende una pieza que, curiosamente, es de las canciones menos modernizadas del trabajo: "Yesterday's child" es una maravilla cantada en inglés por una voz femenina no acreditada, donde se respira el aire de Bretaña durante sus casi seis minutos de duración, desde las melódicas gaitas del comienzo hasta el curioso reel final sobre una cuidada percusión. Con canciones como esta o como "Zo laret", y otro puñado de composiciones con chispa y buena producción, no es de extrañar que "Stone age" (renombrado en algunos sitios de internet como "L'Enchanteur") alcanzara unas cifras de ventas de más de 100.000 copias, con un cierto éxito en Japón. Sin embargo, no es fácil hacerse con una copia del álbum, más aún con los años transcurridos. El diseño gráfico, avanzado, atractivo en general, pero un poco confuso (a cargo de Pascal Béjean), daba paso a una música especial, un paraíso musical al norte de Francia que, en su versión estadounidense, era renombrado como "Stone edge". 

Años antes de que la banda Gorillaz identificara a sus músicos con avatares animados muy reconocibles en un estilo manga, el conjunto Stone Age renombró a cada uno de sus miembros con nombres y personalidades bretonas como Marc De Ponkallec, Lach'Ilaouet, Kervador o Terracotta. Ellos son personajes que canalizan su inspiración y recrean cuentos y leyendas celtas. Grabado en los Nolimit Studios (propiedad de Dominique 'Terracotta' Perrier), en este su sorprendente primer trabajo se respiran las vivencias musicales de sus componentes, especialmente referencias a Gwendal, Stivell o Jean Michel Jarre, en un entorno muy francés, muy bretón concretamente, pero dificilmente clasificable en una sola palabra (ellos lo consideraban así, de hecho su enfoque inicial era realizar un sonido propio, auténtico). En su siguiente plástico en 1997, "Les chronovoyageurs" ("Time travellers" en su lanzamiento internacional, y con una segunda edición francesa de distinto título, "Le chant venu des mers"), la banda incidía en los sonidos bretones y celtas debidamente modernizados, incluidos en un diseño gráfico de ideas inciertas, que lo mismo acceden al pasado como al futuro. Ese fue su mayor éxito de ventas, tras el que vinieron otros álbumes más olvidados como "Promisse" o "Totems d'rmorique".







4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy wenas Pepe. Aquí Kepa de Donosti. No sabía yo que tenías un blog tan majo, je, je... Ya te he añadido a Favoritos. Y ya puestos a dejar un comentario te diré que yo descubrí este disco de casualidad cuando empollé en Lisboa y me enganchó tanto que acabé comprandómelo y estoy contigo "Yesterday's child" destaca sobre el resto, es simplemente conmovedora.

Anónimo dijo...

Hola, Kepa. ¿Así que también sonaban en Portugal? Yo en esa época escuchaba mucho a Trecet y no recuerdo que los pusiera, así que tuve que descubrirlos como tú, de casualidad (creo que fue un amigo que trabajaba de vez en cuando en Francia y los trajo en uno de sus viajes).

Anónimo dijo...

No, no sonaban en Portugal. Fue todavía más de casualidad. Para preparar los exámenes me iba a la Fonóteca de Lisboa que me pillaba cerca de casa y sorprendentemente allí lo tenían en una exigua sección de música celta. Me enganchó de tal manera que lo escuchaba todos los días al menos un par de veces. El último día justo antes de volver pude ir a la mejor tienda de discos de Lisboa a recogerlo ya que me lo trajeron ex-professo. 2900 escudos me costó, je, je... A ver si es verdad y sacan disco dentro de poco porque ya llevan 5 años de sequia.

Pepe dijo...

2900 escudos bien utilizados, sí señor. He leído que están a punto de sacar nuevo disco, a ver si es verdad. "Les chronovoyageurs" tenía momentos buenos ("Maribrengael" se dejó escuchar, incluso en algún recopilatorio importante) pero "Promessa" lo tengo que rescatar, ya que no me acabó de llegar.