30.5.13

HEVIA:
"Tierra de nadie"

Aunque la gaita sea un instrumento bastante extendido en gran parte de la Península Ibérica, es en el norte donde cuenta con una mayor tradición, en especial en Galicia, Asturias y Cantabria. Concretamente fue un asturiano el que contribuyó, como antes lo habían hecho Carlos Núñez o Kepa Junkera entre otros, a cambiar la imagen de la España del folclore anticuado, de cantos y bailes carpetovetónicos, por una España avanzada y electrónica, lo que no es incompatible con acordarse de sus raíces, respetarlas y modernizarlas convenientemente. En el caso de nuestro protagonista, José Ángel Hevia Velasco, tuvo un primer contacto con la gaita a los cuatro años en una romería, enamorándose plenamente de ese instrumento que iba a acabar formando parte de su vida. Sin tradición musical familiar alguna, a los 11 años consiguió su primera gaita y comenzó a recibir clases tres veces a la semana con Armando Fernández. Pocos años después era él el que daba clases, en una fulgurante y pasional evolución, y ganaba dinero tocando también en romerías con su hermana María José, que había sido adoctrinada a la pandereta ("la pareja de gaita y tambor es como la orquesta cerrada, es completa, es autosuficiente"). Tras tocar en un par de ocasiones con el grupo Amistades Peligrosas en conciertos en Asturias, Cristina del Valle (la que sería su pareja durante varios años) reconoció el talento de José Angel y habló de él en Madrid con insistencia, tras lo cual Javier Lozano, de Hispavox, le propuso grabar una maqueta y ver cómo evolucionaba la propuesta. Dos años de desesperación acabaron con la feliz grabación definitiva, un tiempo durante el cual se maduró la transformación del gaitero tradicional en gaitero electrónico.
 
La gaita vivía un 'boom' en Asturias, pero el éxito de Hevia iba a llegar dando un paso más allá, cuando la necesidad de ensayar a cualquier hora sin molestar a nadie, impulsó la creación de la gaita midi junto a un alumno y un compañero de este (Alberto Arias y Miguel opico), en un entorno artesanal y bastante modesto. El sampler prometía capturar sonidos reales y proyectarlos digitalmente, constituyendo un sonido absolutamente novedoso pero eficaz, en absoluto enlatado. "Tierra de nadie" era el título del disco que publicó en 1998 Hispavox (sello mítico propiedad en esa época de EMI-Odeón), un trabajo que comenzaba con un reel pegadizo y exultante del que emanaba una más que notable energía, una pieza que influyó definitivamente a su asentamiento no sólo en las listas de ventas españolas (donde alcanzó la friolera de seis discos de platino, lo cual no está nada mal para un gaitero de Villaviciosa) sino a los primeros puestos en Dinamarca, Italia o Hungría: "Busindre reel" suena decididamente celtoide, y en su vibrante desarrollo son las maravillosas voces autóctonas las que de mejor manera aportan la esencia y la raíz astur. Otro gran acierto supuso la elección del segundo single, la pegadiza "El garrotín", como sintonía oficial de la Vuelta Ciclista a España de 1999 (curiosamente, Hevia había competido también de joven en carreras ciclistas), una relación con dicha prueba que continuará en 2003 con la canción "Tirador", de su tercer álbum (también en 2003 EMI publicó "El disco de la vuelta ciclista", que incluía "El garrotín" junto a melodías eternas como "Me estoy volviendo loco", "Con los dedos de una mano" -ambas de Azul y negro-, "No smoking" -de Habana- o "Children of light" -de Elbosco-, todas ellas producciones de Julián Ruiz). "El garrotín" presentaba una estupenda melodía de base tradicional bastante retocada, un gran aporte al disco con pandereta, voz étnica, coro y el agradecido sonido de la gaita. Como tercer single, "Sobrepena" es un tema calmado escrito por Ramón Prada que deja poso en el oyente por su sencilla y encantadora naturalidad. Y es que aunque el principal gancho del proyecto sea la gaita electrónica y sus posibilidades en ritmos frenéticos y tonadas rabiosas con esencia bailable ("Naves", "Barganaz"), es en los ritmos lentos o en la asociación con voces populares y elementos folclóricos, donde más y mejor se paladea la esencia y las intenciones de este asturiano afincado en Madrid: es el caso de la parte central del trabajo, donde las voces del Colectivu Etnográficu Muyeres destacan especialmente en "El ramu" (Hevia tiene auténtico duende con este tipo de piezas tradicionales reconstruidas) o "Llaciana". Aparte de dicho Colectivu, con el protagonismo de Mari Luz Cristóbal, en el disco tocan una gran cantidad de amigos, entre ellos su hermana María José, el violinista eslovaco Peter Bulla y, en un entorno con gran importancia de las percusiones, un antiguo compañero en el grupo Boides (Daniel Lombas al bohran). Otra voz importante, en forma de tonada, es la de Ismael Tomás, y qué decir de la importante colaboración al piano de un David Peña Dorantes que ese mismo año revolucionaba el mundo del flamenco con "Orobroy" (en un sensacional lamento, impregnado de melancolía, de título "Añada", que viene a corroborar la admiración de José Angel por el gaitero irlandés Davy Spillane) y del sudanés Wafir (laúd árabe), responsable en parte del título del álbum por la extraña mezcla de la esencia asturiana con ritmo celta y cuerdas árabes (una auténtica tierra de nadie) en el tema "Si la nieve", uno de los más bellos y mejores del álbum. El éxito de este instrumento que surgió de la nada fue sorpresivo, "Tierra de nadie" permaneció cerca de 60 semanas entre los discos más vendidos en España, alcanzando el número 1 durante cinco semanas en 1999, cuando sólo Chayanne ("Atado a tu amor"), Abba con un "Greatest hits" y La Oreja de Van Gogh ("Dile al sol") le pudieron hacer sombra. Además, un single de remixes de "Busindre reel" se coló en el séptimo puesto de la lista de singles y CDsingles. Tras vender 400.000 copias, se hizo necesaria una extensa gira por el territorio nacional, así como poco después una edición especial del disco, con portada diferente, en la que se leía "Más de 1 millón de copias vendidas" (en todo el mundo, supuestamente). Esta edición especial, que ponía título al tema "Corri corri", oculto en el original, incluía tres mixes de los singles del álbum, "Busindre reel (Radio mix)", "El garrotín (Single remix)" y "Sobrepena (by Jean)", remezclada por un hasta entonces desconocido Carlos Jean. Aparte de algunas ediciones europeas con el título "No man's land" y portadas retocadas, el importante sello Higher Octave Music se encargó del lanzamiento en Estados Unidos, en su colección Higher Octave World, respetando el título en español y la portada.

A pesar de la novedad que resultó escuchar la gaita asturiana en emisoras de radiofórmula, "Tierra de nadie" no era el primer disco publicado por Hevia en solitario, tal honor lo tuvo un álbum titulado simplemente "Hevia", publicado por Karonte en 1991 a raíz de ganar un concurso de folk para jóvenes intérpretes. A dúo con su hermana y sin electrificación, el disco vendió 2000 copias, y su reedición -ya con la fama por bandera-, 15000 más. Se trata de una anécdota con numerosos detalles pero escasa producción y baja comercialidad, todo lo contrario a "Tierra de nadie", un álbum con auténtica 'alma', muy trabajado (producido por Javier Monforte, que también aporta la guitarra eléctrica), en un afán por sacarle mayor partido a su instrumento de toda la vida, utensilio que desde años atrás llevaba asociado el concepto 'soplagaitas' por estar relacionado con la sidra y la juerga. Una vez demostradas las posibilidades de la gaita electrificada, la compañía decidió apostar por el artista para su segundo trabajo otorgándole más medios, si bien José Angel temía que una propuesta tan clara y diferente pudiera cansar al oyente, por lo que decidió abrir las fronteras y las influencias para intentar llegar "Al otro lado", pero el álbum, que ya no suponía una novedad ni contaba con un single tan fuerte como "Busindre reel", no alcanzó ni de lejos las cifras de su predecesor, un disco con el que, a la multitud de premios ganados por José Angel en su impoluta trayectoria anterior, se unieron el Premio Ondas, el de Artista Revelación en los Premios Amigo, o el Premio al Mejor Álbum de Nuevas Músicas en la III Edición de los Premios de la Música (en la V Edición sería "Al otro lado" el ganador en la categoría Mejor Álbum de Música Tradicional-Folk). Incluso en Alemania "Busindre reel" ganó un premio al mejor tema instrumental del año, y es que el poso de la tradición asturiana ("nos sentimos orgullosos de vivir en el paraíso del mundo", decía José Angel) con la necesidad de renovación electrónica y un cierto 'sonido irish', lograron una curiosa fusión que llevó el nombre de Asturias a medio mundo.








21.5.13

DEUTER:
"Silence Is the Answer"

Es asombroso cómo la carrera musical de Georg Deuter fue reconducida con eficacia tras un discreto comienzo, de título "D", encuadrado en la vertiente más psicodélica del Krautrock, ese rock experimental alemán que cobró auge en los años 60. Autodidacta desde bien pequeño, en especial con guitarra, flauta y armónica, Deuter encontró su auténtico camino en los años 70, con una serie de discos de conciencia espiritual que enseguida entraron de lleno en la mentalidad de los seguidores de la creciente filosofía New Age. El acicate definitivo para ese cambio fue un grave accidente de coche poco después de cumplir los veinte años que le hizo replantearse la vida, hasta tal punto que tras varios meses de cuidados intensivos abandonó su labor en el mundo del diseño gráfico para acceder definitivamente al de la música y su conexión con la naturaleza. Viajador incansable por Europa, Asia y América, este alemán universal encontró en la India a su maestro espiritual, el polémico místico Bhagwan Shree Rajneesh, más conocido como Osho. Deuter, que adoptó además el apelativo de Chaitanya Hari, elaboró una serie de trabajos meditativos en los que combinaba eficazmente acústica con electrónica, en entornos agradables, incluso con sonidos naturales pregrabados, que no se quedaban en simples ambientes repetitivos para inducir a la meditación, sino que incluían melodías sencillas donde la flauta tomaba un feliz protagonismo, e incluso pasajes de gran fuerza basados en el hipnotismo de rítmicos sintetizadores. Kuckuck fue la compañía encargada de comercializar las obras de Deuter, y si bien casi cualquiera de sus trabajos de los 70 y 80, englobados en un mismo sentir espiritual, son recomendables (unos más meditativos, otros más rítmicos), cabría destacar especialmente la refinada intensidad de "Silence Is the Answer".
 
Publicado por Kuckuck en 1981, "Silence Is the Answer" fue editado en principio como un doble LP con un primer disco enfocado a la meditación y un segundo algo más abierto a la naturaleza y a la alegría de la vida. Aparte de salir a la venta también como CD doble, otra reedición reunía casi todas las composiciones en un solo CD, descartando algunas de las más largas del primer disco (se elimina la parte 2 de la suite y se reduce considerablemente la 4), desvirtuando así en cierta medida la verdadera intención del álbum. Dicha suite "Silence is the Answer" es el momento realmente meditativo del disco, en especial en sus extractos más largos (el 2 y el 4) y el más corto (el 5), en los que el silencio del título sí que parece querer abrirse paso entre notas y ambientes. La perspectiva del álbum bascula entre oriente (reminiscencias místicas de Osho) y un occidente de esencia rítmica orientalizada, encontrándonos ante un trabajo en general más estimulante que relajante. Por ejemplo, "Call of the Unknown" es un corte de fuerza descomunal, el inicio de esta suerte de mantra es un subidón de enorme magnetismo, y se mantiene con gracia a lo largo de toda la pieza, con la base de unos sugestivos sintetizadores que arropan a la flauta, el elemento que conecta a los modernos teclados casi cósmicos con una esencia más natural, logrando una dualidad en la que se asienta un gran poder espiritual. Emblemática en su desarrollo y misteriosa en su propio epígrafe, "Call of the Unknown" llegó a titular una gran recopilación de este artista. De parecido tratamiento es "As Far as the Ear Can Listen", otra de las canciones destacadas del disco por su trascendental ambientalidad, un contínuo y apabullante clímax rítmico de gran poder hipnótico, con teclados y efectos en un soberano trance. Aunque el álbum continúe requiriendo de una cierta ayuda tecnológica, los instrumentos acústicos se bastan para armonizar piezas jubilosas con proliferación de florituras como la guitarra distorsionada de "Gratitude" (un estilo típico del músico alemán) o la combinación de guitarra y flauta de "My Best Friend Is a Buddha", al igual que en la sencilla y bellísima "Song of the Heart", o en "Loving a Buddha: Part I", y es que con una sencilla flauta, Deuter es capaz de lograr momentos celestiales. Mientras, "Aus der Stille" consigue una profunda calma por medio de una melodía sencilla a la que una buena conjunción de instrumentos ayuda a crear intensidad, la misma que impregna "Ananda Nada", corte que cierra uno de los trabajos más intensos, completos y gratificantes de este ciudadano del mundo, en el que los vientos se imponen en ambientes trascendentales plenos de misticismo pero no exentos de una visión tecnológicamente avanzada en algunos de sus tratamientos. La producción también corría a cargo de George Deuter, que a sus guitarras, flautas y sintetizadores unía la percusión de Klaus Wiese. Otro nombre importante en el campo de la new age en norteamérica, Stephen Hill (creador de Hearts of Space), llegó a remasterizar la edición en CD del disco, como parte de sus colaboraciones en los 80 con los sellos de Eckart Rahn (Celestial Harmonies, Fortuna Records, Kuckuck).
 
En ese mismo año 1981 Osho se trasladó a los Estados Unidos, y Deuter abandonó también el ashram, la comunidad espiritual en la que vivía en Poona (Pune, la séptima ciudad más grande de la India). "Silence Is the Answer" fue su último trabajo grabado allí, antes de trasladarse al sur de Francia primero, y al suroeste de Estados Unidos posteriormente, desde donde ha seguido desarrollando, en total tranquilidad, una dilatada carrera. George Deuter, o Chaitanya Hari, presenta en sus trabajos una música de intenciones bien sencillas, según él mismo se trata simplemente de una música interior, para poder disfrutar plenamente de su calor, su alegría, su amor. Habiendo logrado sobradamente ese objetivo, y seamos más o menos espirituales, seguidores de las terapias alternativas o practicantes de yoga o relajación, podemos decir que Deuter es, por derecho propio, toda una institución, la demostración de que la música New Age puede conllevar calidad bien ideada y ejecutada, como la contenida en "Silence Is the Answer" o en varios de los trabajos de este músico alemán en este periodo.
 
ANTERIORES CRÍTICAS RELACIONADAS:
DEUTER: "Henon"





10.5.13

VARIOS ARTISTAS:
"Diálogos con la música"

Como La 2 de Televisión Española, en la radio estatal también hay emisoras para minorías, que intentan difundir aspectos culturales de calidad que se intentan apartar de la comercialidad más banal. Una de las más activas e interesantes, Radio 3, nació como emisora en 1981, y dió lugar a una vasta e importante programación musical alternativa entre la que despuntarían notablemente profesionales como Antonio Fernández (Área Reservada), Diego A. Manrique (El Ambigú), Carlos Galilea (Cuando los elefantes sueñan con la música), Tomás Fernandez Flores (Siglo 21) o José Miguel López (Discópolis), recalando de esta manera en su dial desde el jazz y la world music hasta el indie, el flamenco o la música electrónica. Eso sí, en la memoria colectiva de las Nuevas Músicas en España hay por encima de todos un nombre casi legendario proveniente de Radio 3, un programa que fue más allá de las buenas intenciones y durante varias décadas amenizó las sobremesas de miles de 'buscadores de belleza', un territorio abrupto y variado de nombre 'Diálogos 3', cuyo gerifalte -secundado por la dulzura de Lara López- es una de las personalidades más histriónicas del periodismo musical y deportivo español, uno de esos personajes que no deja indiferente a nadie, el donostiarra Ramón Trecet.
 
Gracias a su privilegiada posición, Trecet logró hacer llegar a nuestros hogares un sinfín de músicas dispersas por el mundo, que en aquella época dificilmente gozaban de distribución y promoción, alcanzando así un gran poder mediático, un acercamiento a la categoría de mito y una serie de agradecimientos en muchos discos de artistas importantes por su papel de intermediario, más que descubridor, entre nuevas identidades musicales y toda una audiencia entregada. Ramón luchó desde las ondas contra el marchamo negativo que conllevan desde siempre ciertos tipos de música que, en su belleza y sinceridad, admiten también desgraciadamente a mucho compositor mediocre y más de un aprovechado. Ninguno de esos tienen cabida en esta compilación doble que se escondía tras una presentación de lujo, con una portada blanca con efectos brillantes en la que venía troquelada la palabra DIALOGOS. El diseño gráfico corría a cargo de Coro Acarreta, dirigente de Resistencia y a la sazón esposa de Ramón. "Diálogos con la música" (que era el apelativo original de 'Diálogos 3') fue editado en 1994 por BMG Ariola, compañía propietaria del catálogo de RCA (que aportaba 6 composiciones) y distribuidora en España de Windham Hill (parte importante de la recopilación con 10 composiciones) y Survival (1 tema). Otra importante compañía estadounidense, Private Music, cedía 2 canciones, y otras 2 el sello español de Juan Alberto Arteche, Música Sin Fin. El resultado es francamente maravilloso, y venía comentado así por el propio Ramón: "El disco que tienes en tus manos es consecuencia de una idea de BMG y viene a ser una pequeña celebración de los diez años de NUEVAS MUSICAS en Diálogos-3. Diez años... me ha sorprendido lo rápido que ha pasado el tiempo y la cantidad de buena música que hemos oído juntos. Aquí tienes desde la sintonía del programa, pasando por el shock discográfico de mi conversión al minimalismo, a la canción más pedida por la audiencia en estos años (Brian Boru). Faltan cosas que esperamos incluir en el siguiente". Efectivamente, el álbum no podía comenzar más que con "Harry's game", grandiosa canción de Clannad que Trecet consideró sintonía ideal del programa hasta que escuchó "A child" de Paul Mounsey, pero otras gemas vocales aquí contenidas comprenden a los escoceses Capercaillie ("Outlaws") o al monumental conjunto 'a capela' The King's Singers (sublime su versión de una de las grandes canciones de todos los tiempos, "Good vibrations" de los Beach Boys). No esconde el periodista sus debilidades, con calificativos como 'el mejor grupo del mundo' (Nightnoise, representado por "Hourglass" y "Wiggy wiggy"), 'el mejor clarinetista del mundo' (Richard Stoltzman, que aporta "Blackbird / Bye bye blackbird"), 'el imperial' (Michael Manring, del que suena una composición única y auténtica, "Wide asleep") o 'el pilar fundamental de los estilos surgidos en los 80' (Will Ackerman, con "Synopsis II"). Cualquier nombre implicado parece imprescindible, ¿cómo no mencionar a Mark Isham, Puck Fair, Patrick O'Hearn, Ray Lynch, Suzanne Ciani, Yanni, Steve Erquiaga o al noruego Oystein Sevag, sobre cuyo "Crystal palace" afirma Trecet que se siente como un niño de ocho años esperando el día de Reyes cada vez que lo escucha? Dos músicos españoles aportan su granito de arena, Javier Paxariño con "Pangea" y Alberto Iglesias con la abrumadora "Cautiva", pero había que dejar para el final la única composición tradicional de las 21 que componen el doble CD: "Brian Boru's March", en la interpretación del flautista irlandés James Galway, despierta la eterna paradoja sobre las Nuevas-Viejas Músicas, que intenta aclarar el locutor easonense: "La razón de usar el prefijo Nuevo en estas músicas responde, más que a su novedad real, a la actitud desarrollada por los oyentes ante su escucha". Soberana composición, majestuosa interpretación, la marcha de este rey irlandés fue un puntal del programa, hasta tal punto de que Ramón Trecet escribió sobre ella: "Por favor, que la toquen cuando me muera".
 
Subjetivamente, se podrá coincidir en mayor o menor medida con el gusto del locutor de San Sebastián, pero de manera objetiva se podría decir que nadie mejor que él para presentar una colección de temas gloriosos, aunque tuviera que constreñirse al catálogo de BMG y las cesiones que dicha compañía consiguiera. Merced a la distribución del sello Windham Hill, las cortesías de Private Music, y algún que otro detalle muy fructífero, este doble CD logró en gran parte sus intenciones y las de su compilador, "llamar la atención del resto de la industria sobre algo completamente ignorado hasta no hace mucho tiempo". Desde luego, sería lamentable que canciones emblemáticas como las que aquí se agrupan se perdieran en la inmensidad de la industria discográfica. El lógico éxito (aunque no llegó a entrar en puestos de ventas importantes) provocó la aparición, tres años después, del segundo volumen, subtitulado 'El fin de la nueva era' porque, para Ramón Trecet, las cosas empiezan y se acaban, y ese era el fin de una etapa de las Nuevas Músicas. No faltaban en él otros grandiosos clásicos como "On the future of aviation" (la mágica composición de Jerry Goodman), "Aerial boundaries" (no hace falta presentar este inmortal tema de Michael Hedges), "The velocity of love" (una de las mejores composiciones de Suzanne Ciani) o "For free" (Richard Stoltzman homenajeando a Joni Mitchell), además de otras pequeñas joyas de Shadowfax, Ray Lynch, Mark Isham, Yanni, Will Ackerman o el inefable George Winston, entre otros. Primer y segundo volumen conforman una pequeña biblia de las Nuevas Músicas, un innegable oasis de calidad que Ramón Trecet no sólo se encargó de recopilar, sino de dejarse el alma en cada elección, con su más conocida sentencia por bandera: "Hasta entonces, busca la belleza. Es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo".