26.2.24

JOHN THEMIS:
"Atmospheric Conditions"

Aunque muy poco recordada, Coda Records fue un loable intento británico de repetir el éxito de ciertas compañías estadounidenses de lo que en los ochenta ya se conocía como música new age. Así se lucía, con un gran 'New Age', en las portadas de los álbumes de la serie que nos ocupa, denominada Landscape, de la que "Atmospheric Conditions" fue su primera referencia. Su creador, Nick Austin, contaba así sus comienzos: "Formé Coda Records a principios de 1983 para cumplir la ambición que tenía de producir música que de otro modo no se publicaría. El tipo de música que no depende del éxito en las listas, pero que en realidad tiene un gran número de seguidores silenciosos". Austin no partía de cero en este tipo de experiencias, él ya había fundado un sello de rock a finales de los setenta, llamado Beggars Banquet, en el que grabaron gente como Bauhaus o Gary Numan. Sin embargo, en un viaje a los Estados Unidos, Nick Austin descubrió por entonces otro tipo de sonido que acaparaba elogios, y que en un principio la revista Billboard incluyó en sus listas de jazz, el sonido del sello Windham Hill y sus artistas que, como George Winston, estaban vendiendo cientos de miles de copias de sus discos. A pesar del impacto de la new age, Coda comenzó siendo un sello dedicado al jazz, tras la búsqueda por parte de Nick de talentos en la escena musical británica de este estilo musical: el pianista John Critchinson inauguró el sello con "Summer Afternoon" (la referencia Coda 1), el saxofonista Dick Morrissey fue el segundo en llegar con "After Dark", y fue en este momento cuando accedió a Coda John Themis.

"Sirens" fue el título del primer álbum de John Themis en Coda Records en 1983, cuando aún se trataba de un sello de jazz, y tanto este disco como el de 1984 "Ulysses and the Cyclops" (referencia número diez) fueron decisivos para el trabajo que nos ocupa, que no es sino una suerte de recopilación de varios temas de estos dos trabajos primigenios, de tal forma que el jazz más asequible se convertía en una rebuscada new age. El relato de Nick Austin continúa de esta manera en 1984, recordando aquel viaje a Milwaukee en el que descubrió la distribuidora y sello discográfico Narada: "Tal fue la demanda de esta música New Age que eventualmente apareció en todos los lugares de las listas de jazz. Debido a que la música New Age suele ser de naturaleza instrumental, según la definición estadounidense, los álbumes instrumentales deben ser Jazz. Para los oídos británicos, la New Age difícilmente podría llamarse Jazz; tiene un atractivo que, en términos generales, va desde Eno hasta Elgar, pero con una diferencia importante: todos los artistas de la New Age siguen muy vivos. La música New Age tiene fuertes conexiones acústicas que rompen con los valores pop que determinan las listas habituales de hoy. La música New Age se basa en gran medida en la melodía, los valores de poder tocar un instrumento para evocar una atmósfera o emoción". De esta manera, Austin diversificó su oferta, manteniendo la serie de Jazz que había inaugurado en 1982, e inaugurando otra dedicada a la música new age, la serie Landscape, que sin embargo iba a inaugurar John Themis en 1985 con ese remedo de sus dos discos de jazz, que aquí se iba a titular como una de las composiciones destacadas del segundo de aquellos discos, "Atmospheric Conditions". John Themis era un músico nacido en Australia de padres chipriotas, que volvió a Chipre cuando tenía 12 años. Desde los ocho años, y gracias a su hermano mayor, que era músico, comenzó a interesarse por la música. En 1974, a los diecinueve años, tras haber realizado el servicio militar en el ejército chipriota, John se marchó al Reino Unido: "No tenía dinero y no conocía a nadie, busqué trabajo en restaurantes tocando mi guitarra". Al final un agente musical le ofreció trabajo de músico de sesión, y con el tiempo tocó para músicos tan importantes como Cat Stevens, Dolly Parton, Kylie Minogue, Elton John, A.R. Rahman, Rod Stewart, Craig David, Dido o Bryan Ferry, obtuvo un número 1 con Emma Bunton, y se convirtió en guitarrista esencial, además de productor y director musical, de la banda Culture Club y de Boy George en solitario. Actualmente regenta una innovadora galería de arte en el Brunswick Centre de Bloomsbury. "Atmospheric Conditions" fue, como ya se ha dicho, el primer álbum de la serie Landscape de Coda Records; esto comentó Coda sobre el disco en una edición posterior: "El primer álbum New Age publicado por Coda en el Reino Unido alcanzó el número tres en la lista New Age del Reino Unido. John Themis toca guitarras acústicas y eléctricas con un estilo único que hace de este uno de los mejores álbumes del catálogo de Coda. Temperamental pero consistentemente melódico, atrae a quienes buscan música para relajarse pero al mismo tiempo ocupar la mente". En el corte de inicio, "Emily", la de Themis es una guitarra placentera y elaborada, los dedos dibujan difíciles filigranas al servicio de una melodía sencilla pero edificante. Es el tema estrella de un álbum que se desarrolla sin extravagancias melódicas, sino más bien con cuidado en la interpretación de piezas en las que, como en el segundo corte, brilla el virtuosismo; "Sirens: The Trick" se titula, y el manejo de las cuerdas brilla completamente en una duración que se hace corta. Más mundano, en un onda que circula entre el jazz y el blues, es "Post Hypnotic Suggestions", en el que gran parte del trabajo lo ejecuta el acompañamiento de vientos que ya habían aparecido en los dos temas anteriores. Su escucha es sencillamente agradable. Mejor comienza "Cinderella's Last Waltz", como una ensoñación veraniega; el cálido paisaje busca de nuevo colores jazzeros, pero su privada sonoridad es realmente muy abierta, y transmite una cercanía que embelesa a cualquier oyente sin importar el género. En "Transition" es el teclado el co-protagonista de la actuación, llenando el ambiente con brillantez. Hasta aquí llegan las piezas rescatadas del álbum del catálogo de jazz "Sirens" y comienzan las de "Ulysses and the Cyclops". El corte que titula al álbum y por lo tanto importante en el mismo, no llega hasta el comienzo de la cara B del plástico. Sus intenciones son las que nos hemos encontrado en el lado A, una delicia de interpretaciones con predominio de la guitarra de Themis, que en "Atmospheric Conditions", melodía atractiva en su durmiente tranquilidad y duración extendida (más de nueve relajantes minutos), continúa acercándose a músicos de jazz de renombre (no se puede evitar mencionar a Pat Metheny) con sus guitarras y la ayuda de estos otros músicos: Costas Skliris, Felix Krish y Paul Carmichael al bajo, Godfrey Wang a los teclados (el propio Themis se encarga del piano en "Sirens: The Trick"), Andy Stennett y Peter Adams con el sintetizador, Tony Beard y Gary Husband a la batería, Anne Themis (su esposa) a las armonías vocales en "Free Fall", y Alan Tarney a la guitarra rítmica en "Final Cruise", la pieza distinta del álbum, y es que como respuesta a la cierta relajación del tema homónimo, llega a continuación éste, bastante movido, que agrada especialmente por el cambio de registro sin variar la artesanía sonora. La fuerza e intenciones melódicas de "Final Cruise" gustarán especialmente a los buscadores de parecidos razonables con ídolos de la new age de guitarra de sellos punteros como Windham Hill o Narada. De las nueve composiciones del álbum, "Final Cruise" es la única que no está compuesta por John Themis sino por ese guitarrista que también colabora en la pieza, Alan Tarney. En "Free Fall" un comienzo ambiental es martilleado con las notas de una guitarra que se muestra pura y doliente en esta pieza llorosa que se une sin silencio intermedio con el último tema del álbum, un "Whales" que se alza como una de las composiciones con más sentimiento del trabajo, un final hermoso por el que vale la pena esperar. La sensación final de alegría y disfrute del álbum es primorosa y conlleva además una pequeña lección de guitarra por parte de este autor bastante desconocido.

El intento de Nick Austin fue tan plausible en términos generales como acertado fue el hecho particular de rescatar las composiciones de John Themis en la división de jazz de Coda, para su nueva dirección hacia la new age, que entre propuestas más superficiales, incluía otros grandes trabajos entre los que habría que destacar "Voices" de Claire Hamill, "Heartbeat" de Michael Chapman, dos suaves trabajos de Tom Newman ("Bayou Moon" y "Aspects") y especialmente el admirable "Wine Dark Sea" de Stephen Caudel. En su siguiente álbum para Coda en 1987, "English Renaissance" (anterior a un "The Other Side of John Themis" que recogía las composiciones restantes de los primeros álbumes de jazz de Themis, no incluidas en "Atmospheric Conditions"), el guitarrista aplaca un poco su ímpetu jazzero escondiéndolo tras un sonido algo más folclórico, desarrollando además con soltura y virtuosismo su vena flamenca. Un trabajo plácido que sin embargo se antoja complaciente en comparación con esa disfrutable mezcolanza de estilos que fue "Atmospheric Conditions", en cuya contraportada se leía "en algún lugar de ese gran espacio, ese lugar especial, reservado para una audiencia con psique, hay algo inquietante, una voz, un cáliz, es diminuto pero poderoso". También Nick Austin añadía en el libreto de cada álbum de la serie Landscape: "Espero que disfrutes tanto de Coda Records como yo. No es habitual que la gente pida un disco por referencia al sello, sin embargo espero que Coda no sea considerado un sello cualquiera".

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6.2.24

DAVY SPILLANE:
"Pipedreams"

Muchos músicos irlandeses, poseídos por el espíritu de la placentera tradición de su país, han alcanzado una gran repercusión en el mercado internacional en el campo de la música popular. Bastantes nombres se podrían destacar, pero uno de los más activos y mejor relacionados es el de Davy Spillane, considerado un renovador de la tradición irlandesa, así como un notable ejemplo de calidad en la composición y en la interpretación. Maestro de la gaita irlandesa (la popular uilleann pipe) y de la flauta irlandesa baja (el low whistle, afinado una octava más baja que el más popular tin whistle), músico de sesión solicitado (Mike Oldfield, Van Morrison, Elvis Costello, Kate Bush, Emmylou Harris, Chris Rea, Enya, Sinéad O'Connor o incluso Miguel Bosé han contado con su ayuda en la instrumentación), miembro de bandas míticas como Moving Hearts o Afro Celt Sound System, participante en los reconocidos proyectos de Bill Whelan ("The Seville Suite", "Riverdance"), quedan además sus discos en solitario para demostrar que también es un compositor de enorme validez. Uno de los más recordados es "Pipedreams", publicado por Tara Records en 1991.

Spillane disfrutó enormemente de su estancia en la banda Moving Hearts, fundada por los ex-miembros de Planxty Dónal Lunny y Christy Moore, pero sus grandes capacidades parecían perderse en el conjunto, especialmente mientras los temas vocales, con mucha protesta política y social, dominaban sus trabajos. Fue en el álbum "The Storm", ya sin Christy Moore en el grupo, cuando afloró totalmente la instrumentalidad, la potencia del sonido irlandés que retomó Davy Spillane en sus discos en solitario, a la que añadió además suculentas porciones de una extraordinaria multiculturalidad, que comenzaron en "Atlantic Bridge" (1987) con la participación de los norteamericanos Béla Fleck y Jerry Douglas, que dotaron al álbum de aires blues y country gracias al banjo y al dobro. "Out of the Air" (1988) fue una grabación en vivo consecuencia de su éxito. A continuación, "Shadow Hunter" (1990) no fue en absoluto un disco fallido, en él continuaban apareciendo tímidas influencias de más allá del charco (el dobro, especialmente), presentaba dos canciones con la voz de Sean Tyrrell, y nos encontrábamos con dos temas de gran recuerdo, "Hidden Ground" y "Equinox". Poco antes de la grabación de otro excitante viaje a Bulgaria y Macedonia junto a Andy Irvine titulado "East Wind" (1992), Spillane publicó este "Pipedreams" que, aunque centrado en Irlanda, ejecuta también un pequeño acercamiento a los lejanos parajes de Australia. Suele comenzar Spillane sus trabajos con un tema movido, uno o varios reels que animan al oyente: "Shifting Sands" es uno de esos inicios fabulosos en los que el low whistle y la uilleann pipe se turnan en esa acometida del danzarín reel, pero el primer minuto del disco parece estar prendado de magia bluesera con la incorporación de una guitarra eléctrica que acompaña también durante el resto de la pieza. Y en todo el disco, ya que Anthony Drennan (habitual en los discos de Clannad y Maire Brennan, así como posteriormente en los de The Corrs) es el amigo de Spillane que no sólo aporta guitarras y teclados sino que co-produce el álbum junto a Davy. "Shifting Sands" esta firmada entre ambos, como otro tema excepcional, "Shorelines" (un hermoso aire lento del que sólo se pueden decir bondades, donde junto a Spillane y Drennan destaca el toque de jazz a cargo del saxo de Keith Donald) y una alegre jiga titulada "Mistral"  con un espíritu roquero melodioso en el que la gaita y la guitarra se hermanan en un tema moderno, excitante, abierto a nuevos públicos que tuvieran, en los años noventa, ansias de tradición no exentas de renovación. Spillane, Louise McCormick y Tim Boland firman la pieza 'extraña' y viajera del álbum, una "Call Across the Canyon" que, a pesar de su simpleza estructural (es un tema casi sin melodía, un ambiente cubierto por la gaita) posee una extraordinaria profundidad y convence en su fuerza natural, con la combinación de ritmo primario, gaita, voces alucinógenas y didgeridoo que conecta con la tierra, con lo primigenio, y te hace vislumbrar, aunque sea desde lo alto, la intensidad de los desiertos australianos. "Call Across the Canyon" es un tema que se mueve aparte del resto del álbum, excepto quizás del titulado "Rainmaker", otro presunto paseo árido por Australia, muy ambiental, aunque en esta ocasión con la compañía de la flauta irlandesa sobre los teclados y la percusión primitiva. Eso sí, no hay indicios sobre la efectividad de ese hacedor de lluvia. El resto de los temas que quedan por comentar, que completan una buena combinación de ritmos, están firmados por Davy Spillane, como la jiga "Undertow", la discreta pero muy agradable pieza lenta para flauta "Stepping in Silence", el muy aceptable reel -con la gran aportación del bajo y buen acceso de metales- "Morning Wings" y un final lastimero, emocionante, el aire lento para flauta irlandesa "Corcomroe", que contrasta en cierto modo con lo alegre que es todo el resto del disco al tratarse de un sincero homenaje a Johnny Burke (1948-1990), maestro fabricante de gaitas irlandesas, del cual Spillane fue aprendiz y gran amigo ("cuando murió Johnny, para mí fue una pérdida tan grande como la de mi padre. Ahora tengo sus herramientas y una considerable responsabilidad para continuar el linaje de fabricación de gaitas"). Pero no queda ahí el trabajo, pues intercalado en el mismo se esconde la gran composición para uilleann pipe del mismo, la enormemente popular "Midnight Walker", todo un prodigio, una melodía esencial en la música celta de finales de siglo, de esos momentos en los que la gaita se convierte en un instrumento celestial, etéreo, el tiempo se para y se percibe lo maravillosa que puede ser la música. Y es que si a una composición sobresaliente se le une una interpretación magistral, el resultado sólo puede ser una pieza de referencia indiscutible; de este modo, "Midnight Walker" ha sido desde entonces de escucha obligada, de disfrute seguro, y de inclusión necesaria en todo tipo de recopilatorios de corte celta. El propio Spillane la regrabó en 1998 para su álbum "The Sea of Dreams" junto a otras de sus piezas emblemáticas (como "Daire's Dream", "River of Gems" o "Equinox"), algunos tradicionales de gran recuerdo ("Danny Boy" -con la voz de Sinéad O'Connor-, "The May Morning Dew") y como cierre la canción de la película 'Titanic', "My Heart Will Go On". De regreso a "Pipedreams", es necesario mencionar a los músicos que integran este gran trabajo junto a Spillane y Anthony Drennan (que además de las guitarras, eléctrica y acústica, también toca algunos teclados): Tony Molloy (bajo), Noel Eccles (percusión), Tommy Hayes (percusión, bodhrán), Paul Moran (percusión, batería, platillos), James Delaney (piano, órgano, teclados) y Keith Donald (saxofón); el tema "Call Across the Canyon" tiene créditos aparte, y estaba interpretado por Joe Marcus (bajo), Simon O'Dwyer (didgeridoo, trompeta), Tim Boland (guitarra eléctrica, percusión) y Louise McCormick (voz, percusión) junto al propio Spillane.

"Pipedreams" es un nuevo sueño de aquí y de allá, de la tierra y de los viajes de Davy Spillane, y un sueño basado especialmente, como bien dice el título, en la gaita, en esa uilleann pipe de la que Davy es también constructor. No obstante, y conociendo la versatilidad del músico en sus colaboraciones, no sorprende la integración de otros elementos viajeros, y el excelente papel que asume la guitarra eléctrica. El sonido tradicional se electrifica y Davy va un paso por delante del resto. Además, abriendo horizontes en el espíritu celta de Spillane, hay un cierto toque blues y jazz en "Pipedreams", como ya lo había country y blues en "Atlantic Dreams". Las portadas de estos discos presentan una imagen juvenil, incluso glamourosa, en contraposición a otros competidores como Liam O'Flynn, sin embargo compañero de sello discográfico: Tara Records se beneficiaba enormemente con la presencia de estos dos grandes nombres de la gaita irlandesa y de la música celta en general. Eso sí, es lamentable la racanería del diseño de la carpeta interior del álbum, totalmente en blanco. Teniendo en cuenta únicamente la música, es obligatorio la escucha de cualquier álbum en el que participa este gran artista llamado Davy Spillane.

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