28.9.08

RODRIGO LEAO:
"Cinema"

En una incansable búsqueda de su identidad musical, a la que en una constante y maravillosa evolución parece no poder nunca llegar a alcanzar, el teclista lisboeta Rodrigo Leão se ha llegado a involucrar en su trayectoria profesional en proyectos de la talla de Sétima Legião (mítica banda portuguesa de rock fundada en 1982), Madredeus (conocidísimo conjunto folclórico con el que logró un gran éxito en sus tres primeros trabajos) o una carrera en solitario no sólo lujosa y atractiva sino además innovadora e imprescindible. Rock, pop, canción ligera, fado, minimalismo... los estilos cultivados y devorados por Leão (león en castellano) en esa sucesión de trabajos vitales, acabaron por conciliarse a comienzos del siglo XXI en una obra de sonido auténtico y cercano a lo comercial aunque de difícil clasificación, donde la saudade, ese sentimiento de añoranza tan tipicamente portugués, estaba absolutamente presente dominando el conjunto. Publicado en 2004 por Sony Music, "Cinema" fue la soberbia culminación de una intensa evolución personal, en forma de banda sonora de la película del propio pensamiento del Rodrigo Leão más maduro.

Las canciones de Madredeus nacían pensando en la voz de Teresa Salgueiro, por lo que los textos eran muy importantes; en su primera etapa en solitario, Leão primaba la música a la letra, y los textos en latín eran casi un instrumento más, no importaba realmente lo que se cantaba sino su armonía e implicación en un contexto minimalista y ascético (al menos en comparación con la mediatización de Madredeus), sin más pretensión que la belleza. Años después, la vuelta a los textos no supone ningún paso atrás sino una forma de expresión de esa espontaneidad por la cual, según confiesa el músico, "no pienso de antemano qué es lo que quiero hacer, no construyo sobre un plan previo; hay un lado muy abstracto dentro de mí, que viene de la infancia, los amigos, los viajes, las personas que conocemos, las cosas que descubrimos cada día, todo eso influye en mi manera de hacer música". "Cinema" es un disco más delicado que los anteriores del portugués, donde los juegos de cuerdas, piano, acordeón y voces femeninas exploran la faceta más intimista de Leão, primando la melancolía del sonido más puramente portuario (atención a ese acordeón de Celina da Piedade en "A comédia de Deus", que podría figurar igualmente en un disco de Yann Tiersen), más cerca del tango y por supuesto del fado que de la música de cámara. Leão se hace una imagen de sus composiciones como si encajaran en una película, y se inspira en Lynch, Almodóvar o Fellini (de hecho, uno de los temas se titula "A estrada", como la película del director italiano) para construir deliciosos instrumentales como "Cinema", "A comedia de Deus", "Memorias", "Uma historia simples" o la mencionada "A estrada", título reservado al tratamiento instrumental del posiblemente más acertado tema vocal del álbum, "Lonely carousel", donde respiramos antiguos aromas del Leão de la Vox ensemble en la base musical y donde nos encontramos con una de las fantásticas voces invitadas, la de una Beth Gibbons -cantante del grupo de trip-hop Portishead- que fue exprimida en numerosas tomas de la canción hasta encontrar la saudade adecuada. La brasileña Rosa Passos, en su estilo característico de bossa nova, interpreta "Rosa", delicadísima composición dedicada a la hija de Rodrigo, que éste compuso junto al japonés Ryuichi Sakamoto. Otras dos son las vocalistas restantes: la guapa cantautora Helena Noguerra, que se gusta y nos atrapa suavemente en "Jeux d'amour", y la cantante de la banda portuguesa The gift, Sonia Tavares, la más destacada de las cuatro junto a Beth Gibbons por su voz misteriosa y variedad de registros, desde el retro synth-pop de "Deep blue" al más puro estilo jazz de "Happiness" o bondiano de "L'inspecteur". Con esta variedad e innegable calidad, "Cinema" fue un sorprendente número 1 en Portugal, y es que el luso supo conjugar como nadie la carga visual de la supuesta banda sonora con la belleza puramente auditiva de cada composición.

Rodrigo Leão no quiso asentarse en un grupo vocal de extraordinaria esencia pero difícil evolución como Madredeus. No, Leão escogió el camino de la experimentación, de la locura tal vez, de la búsqueda de una identidad musical propia, bebiendo de fuentes clásicas, contemporáneas, de música de cine y de músicas del mundo, sobre todo su propio mundo, al que el teclista regresó en gran medida en este fabuloso "Cinema". Ecléctico y sinuoso, Rodrigo nos hace partícipes de un juego envolvente y atractivo, lindando entre la emoción del sonido de las cuerdas, la sonoridad de los teclados y el esplendor de unas voces sabiamente escogidas. Sus próximos pasos, adecuadamente encauzados, gozan de nuestro seguimiento con merecida atención, pues este portugués ha logrado, como lo hizo la banda que ayudó a formar, Madredeus, salir con éxito de su país e instalarse por su calidad en numerosos mercados extranjeros.

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20.9.08

LUIS DELGADO:
"Alquibla"

En el mundo islámico se denomina alquibla a la dirección hacia la Meca, a la que se deben dirigir los rezos; de esta manera, en cada mezquita hay un lugar, llamado mihrab, que indica la orientación de la alquibla. Para la mayoría de nosotros, sin embargo, "Alquibla" es el título de una serie documental guionizada por Juan Goytisolo, dirigida por Rafael Carratalá y musicada por el madrileño Luis Delgado, un programa televisivo emitido por TVE en 1989 que pretendía acercar al público español a un mundo tan desconocido como rico culturalmente, cuya cercanía a nosotros no evita que sea de difícil asimilación por muchos motivos, en especial sociales y religiosos. El éxito popular del documental originó que el sello de Radio Televisión Española, RTVE Música, publicara la banda sonora en 1988 con una elegante portada de sugerentes fotografías sobre fondo negro, un diseño tan cuidado como los que el propio Luis Delgado ofrecía en los trabajos de su mítico sello discográfico, 'El cometa de Madrid', un Windham Hill a la española por el que se movían grandes intérpretes patrios como Luis Paniagua, Miguel Herrero, Jesús Auñón, Enrique Mateu, Cuco Pérez o el mismo Delgado, que no pudo publicar "Alquibla" en El Cometa, aunque coincidieran en el tiempo. En su aprendizaje, Luis ha tomado contacto con la música antigua, el rock, el folclore, la electrónica y las músicas del mundo, y ha estado involucrado en numerosos proyectos musicales, como compositor, productor o intérprete, para lo cual cuenta con una colección de más de un millar de instrumentos originales, parte de los cuales se exponen en la bella localidad medieval de Urueña (Valladolid), en el 'Museo de la Música - Colección Luis Delgado'.

Luis es un músico polifacético, más conocido por sus delirios étnicos que por su faceta electrónica, como compositor permanente en el Planetario de Madrid y esporádico en otros, como el de Nueva York. Para este trabajo, Delgado utilizó material con el que llevaba tiempo experimentando sin una salida segura, con lo que el momento fue idóneo para él, un golpe de suerte del que se benefició no solo la serie documental sino el público seguidor de las músicas del mundo y de las bandas sonoras en general. Aún sin asociar a las imágenes del documental, "Alquibla" es una eficaz incursión musical en el mundo árabe, la reserva inicial de Luis Delgado a asumir esa tarea, más complicada de lo que parece por estar cargada de clichés y prejuicios, fue superada gratamente por su inusual capacidad para absorber elementos culturales ajenos y adecuarlos a unas imágenes y a un contexto occidentalizado. Delgado convierte música en historia, sus obras son paseos por zocos, baños y mezquitas, y sus ritmos se nutren de sensualidad, pero también de religiosidad. Colores vivos y aromas especiados son tan parte del conjunto como los instrumentos utilizados. La forzada ambientalidad, la búsqueda de la melodía, el uso ingente de percusiones y ritmos fácilmente distinguibles, sólo consiguen acercar más al espectador a los lugares visitados y adentrarle profunda, incluso místicamente, en mezquitas, zocos, dunas o palacios, otorgándonos no sólo un estupendo disco sino una pequeña obra de museo, madurada por los muchos años de trabajo a sus espaldas, tanto tocando en orquestas y grupos como Imán Califato Independiente o Babia, como de ayudante y directivo en compañías como RCA y EMI, hasta que diera el salto para crear el mencionado sello El Cometa de Madrid. Pero el detalle es apreciable de forma sublime al descubrir la cantidad de instrumentos autóctonos que, laboriosamente, Luis tañó de manera espectacular: psalterio, saz, ud o tar en cuanto a las cuerdas, d'rbouka, bendhir, krakeb o adufe de percusión, aunque también alguno indio (mridanga, khol), africano (guimbri), europeo (la antigua nickelharpa sueca) o sudamericano (teponatzli), siempre acompañados por otras guitarras, teclados, percusiones, flautas y la eficaz colaboración del ordenador. Mimetizándose con las imágenes se realzan las cualidades mágicas de esta música, temas cortos y profundos que, más que una banda sonora en el estilo árabe más estricto, intentan encontrar "el clima exacto a cada imagen", explica Luis, que también matiza: "cada uno de los trece capítulos que la componen ha merecido su propio tratamiento específico, tal es la variedad de temas tocados, en realidad trece bien distintos, aún cuando todos se desenvuelven en el ámbito musulmán. No es lo mismo hablar de la cofradía de los derviches giróvagos, su historia y circunstancias actuales; de la situación de las mujeres en los países islámicos, tan diferente en cada uno de ellos; del problema palestino, envenenado por razones de dominación política, etc. Así, cada tema ha requerido un planteamiento especial, diferente del resto".. En un sentido más elaborado se pueden recordar "El musem" (la estupenda sintonía), "Al jalifa", "Top Kapi Saraji" (una pieza maravillosa incluída además en el recopilatorio "Música sin fronteras"), "Reflexión" o "Meca", mientras que como ambientes eficaces cabría destacar "Mantis religiosa", "El Bosforo", "Beduinos", "Mujeres beduinas" o "Inquisición", si bien toda la obra es altamente recomendable y en ella se puede comprobar cómo Luis Delgado 'siente' realmente la interpretación de los instrumentos acústicos empleados para adornar este documental que ya forma parte de la historia audiovisual española, una serie que contó, pocos años después, con una segunda parte más madura y cercana, según Rafael Carratalá, al poema visual, más que al documental cultural. La música, también de Luis Delgado y tan recomendable como la primera, fue publicada por RTVE Música en 1991.

Juan Goytisolo, Rafael Carratalá y Luis Delgado cuentan su experiencia en el libreto de "Alquibla", Luis habla de noches rodeados de multitud de instrumentos de todo el mundo, de un trabajo laborioso del que disfrutó enormemente, y es que este álbum, como el propio documental, adentra al oyente en un mundo de sensaciones y nos ofrece una música estudiada y elaborada, que se confunde con las imágenes, con las vivencias o con la imaginación, consiguiendo experimentar un sorprendente viaje al mundo árabe. Escuchando esta música, sin necesidad de emplear un rigor étnico (en palabras de Luis: "simplemente hemos puesto todo nuestro interés en encontrar las esencias sonoras que latieran al mismo ritmo que las imágenes, sin limitaciones geográficas ni estéticas"), se adivina una cultura fascinante, pasado, presente y futuro se dan la mano en este documento tan cercano a nuestra propia historia como pueblo. Investigador incansable, Luis Delgado (que ya había trabajado con el director, Rafael Carratalá, haciendo cortos comerciales) encontró con "Alquibla" el reconocimiento y desde entonces es referencia obligada, entre muchas otras cosas, en cuanto al mundo musical árabe en España.





10.9.08

BUCKETHEAD:
"Colma"

Algunos grupos consiguen llamar la atención y provocar admiración y seguimiento no sólo con su trabajo sino también por causas extramusicales. El maquillaje de Kiss o Marilyn Manson, la caracterización de Slipknot, las portadas de Iron Maiden, la provocación erótica de Madonna o religiosa de Sinead O'Connor, la ambigüedad de las tATu, así como otros enfants terribles, personajes misteriosos o polémicos, frikis, concursos televisivos... todo vale para vender. Sin ir más lejos dos de los artistas new age que más han vendido en norteamérica han sido John Tesh (famoso y atractivo presentador de televisión) y Yanni (ex-marido de la conocida actriz Linda Evans), y ya en Europa, algunos músicos de prestigio optan a veces por renovar viejos éxitos (Mike Oldfield y sus versiones de "Tubular bells", Jean Michel Jarre y sus nuevos "Oxygene") en vez de buscar otras vías que nieguen acusaciones de falta de ideas. Buckethead es un grupo distinto, que sorprende por su aspecto pero que además ofrece una estupenda calidad musical. Las circunstancias que envuelven al cerebro del grupo son de lo más extravagante con que nos podemos encontrar en el mundo de la música, y han originado una pequeña legión de seguidores, que aumentaron a raíz de la pertenencia de este guitarrista al grupo Guns'n'roses durante varios años a comienzos de siglo XXI, si bien lo más interesante para nosotros fue un estupendo álbum titulado "Colma" que se publicó en 1998.
Buckethead fue criado por gallinas en un gallinero, aunque acabó escapando para vivir su propia vida. Eso es al menos lo que él nos cuenta, aunque lo verdaderamente impactante es la imagen que ofrece, la de un guitarrista misterioso -tanto por su caracterización como por el casi desconocimiento de sus datos biográficos, incluso su propio nombre-, que actúa con una máscara blanca de Halloween y un cubo de Kentucky Fried Chicken en la cabeza, de lo cual deriva su apodo, 'cabeza de cubo'; sus movimientos son robóticos y los estilos frecuentados van desde el thrash metal y rock instrumental a la música electrónica y ambiental, pero si simplemente contáramos el aspecto como un dato anecdótico, habría que dejar claro que ha sido en su forma de tocar donde este músico -cuyo nombre original 'se supone' que es Brian Carroll- ha encontrado las mejores críticas, ya que la revista Guitar Player le colocó en la octava posición de los diez mejores guitarristas de todos los tiempos. Aunque su estilo parezca alejado de las Nuevas Músicas, hay hechos tan sorprendentes en su discografía como para que Buckethead aparezca con todo derecho en este blog: su cuarto disco, "Colma", publicado por CyberOctave Records (una división de Higher octave Music, el sello de Malibú que introdujo en el mercado a otros guitarristas importantes como Craig Chaquico, Ottmar Liebert o Neal Schon), referencia a un pequeño pueblo cercano a San Francisco donde la población de muertos es mayor que la de los vivos en escala de 100 a 1, un detalle truculento muy en su estilo. La estructura de canciones sueltas con melodías atractivas es engañosa, pues revelan un interés más centrado posiblemente en desviarse de la linea de actuación que Buckethead ofrecía en sus anteriores trabajos que en ofrecer una gama de nuevos sonidos. El origen de tan atractivo desinterés está en la madre del guitarrista, enferma en el hospital, a la que éste quiso ofrecer un trabajo fácilmente audible, tranquilo en ocasiones, animado en general. "Colma" se debate entre la electrónica más ambiental y el sonido de guitarra más típico de Higuer Octave Music. Nos encontramos con una primera parte de canciones muy parecidas entre sí y una segunda más oscura, donde varios de los temas se alimentan únicamente de guitarras, sin batería o percusiones. "Whitewash" es un comienzo rotundo y sorprendente, donde se descubre el secreto que alimentará parte de los temas: entre batería, bajo y una efectiva guitarra, el cuarto miembro del grupo es un DJ que ejecuta diversos efectos para nutrir y ensalzar temas como "Hills of eternity" o "Lone sal bug". No podía faltar una canción dedicada exclusivamente a su madre, "For mom", alegre, delicada y orgullosa, en esta primera parte del disco en la que, en primeras escuchas, varios de los temas suenan de forma parecida, si bien cada uno posee su particular magia, en una curiosa sensación de estar ante postales diferentes de la misma ciudad. "Machete" y "Wishing well" son, junto a "Whitewash", los títulos más destacados (al menos los incluídos en diversos recopilatorios), si bien es en "Big sur moon" o "Sanctum" donde parece aflorar la verdadera personalidad de este curioso personaje, saliéndose un poco de la esencia del álbum.
En un recorte de una revista musical de 1989 -el único sitio donde puede contemplarse, presumiblemente, su auténtico rostro- Buckethead cita entre otros como influencias a Michael Jackson, Yngwie Malmsteen, Joe Satriani, Jennifer Batten, Randy Rhoads y Paul Gilbert, del cual fue alumno. Quizás con el tiempo logre superar a esos grandes nombres, incluso puede que algún día se quite la máscara, aunque jamás podrá abandonarle el calificativo de insólito. Puede que "Colma" fuera un experimento, ya sea por ofrecer un disco audible a su madre o por afrontar una cierta comercialidad, pero si es así salió realmente bien, no sólo por sus grandes canciones como "Whitewash" o "Machete" sino también por otros temas escondidos en la parte final del trabajo como "Ghost part 2" o "Colma", que encierran el misterio de ese pueblo fantasma al que se refiere el título del álbum.