4.8.06

GEORGE WINSTON:
"Autumn"

Al poco tiempo de que Will Ackerman fundara Windham Hill y de paso una nueva categoría musical que la revista Billboard no tardaría en denominar como New Age, quedó claro que dicho sello no podía quedarse en los discos de guitarra de su fundador o los de su primo, el también guitarrista Alex de Grassi. Bill Quist fue el primero que, inspirado en el gran compositor impresionista Erik Satie, intercaló un disco de piano en el catálogo de la compañía. Sin embargo habría que esperar un poco más para encontrar al músico que, con ese instrumento, iba a acabar de romper con muchas ideas establecidas. El personaje que iba a revalorizar el mercado de la música instrumental iba a ser George Winston, un repartidor de Montana que contactó con enfermiza insistencia con Ackerman para aconsejar al guitarrista Bola Sete para la nómina del sello. Sete no iba a tener cabida en el mismo, pero después de no poder quitarse de encima de ninguna manera al tal George Winston, el mandamás de Windham Hill accedió a publicarle un disco de guitarra. Afortunadamente la situación cambió cuando de casualidad Ackerman escuchó a Winston tocar el piano, así que este extravagante artista acabó publicando en 1980 un trabajo de solos de piano titulado "Autumn", revolucionando de paso la forma de entender este instrumento, aunque a través de multitud de influencias de los músicos de su vida.

La mayor de esas influencias venía de Fats Waller, pianista de principios del siglo XX que interpretaba en el estilo 'jumper walk' del que, en una nota que no se llegó a publicar, se señalaba Winston como eterno deudor. El piano de George Winston sabe ser pausado pero lleno de pequeños matices que le dan un especial colorido a las composiciones, que acaban reflejando perfectamente lo que desea el pianista, es decir, una música "estacional" y paisajística, de aires bucólicos con inspiración en el rhythm and blues, jazz, ragtime, country y sobre todo en los paisajes de Montana (cuna del también pianista Philip Aaberg), lo que la ha llevado a autodenominar como 'piano folk rural', desentendiéndose incluso del sonido Windham Hill. A George, de hecho, le molestó mucho que le golpeara de lleno la moda de la new age, que consideraba un término poco menos que nefando, y él se la sacudió de un plumazo: "lo mio es piano folk". "Autumn" fue un plástico tan importante para la compañía como aquel inolvidable "In search of turtles navel" de un Ackerman que, por cierto, produce este trabajo. Sus tres primeras composiciones estaban dedicadas al mes de Septiembre, comenzando con "Colors/Dance", un tema largo y bien estructurado con un buen número de inspiraciones reconocidas, tanto paisajísticas (siempre Montana) como musicales (The Doors especialmente, el grupo de rock adorado por Winston), que parecía ser sin embargo un simple preludio para una de las grandes canciones del disco, las inolvidable "Woods", delicada melodía compuesta seis años antes, que perdura en la memoria como las fotografías de un viaje (concretamente por los arbolados alrededores de la ciudad que vio crecer a George, Miles City). "Longing/Love", de hermosa melodía juguetona que supone otro punto fuerte del disco, completa el mes y da paso a un Octubre en el que se desarrolla el resto de la obra. "Road" es su comienzo, una pieza caminante de casi una decada atrás, que da paso a la segunda gran partitura del plástico, "Moon", otro clásico del pianista por su completa y embelesadora melodía principal, complementada por otra inspirada en la música koto japonesa. "Sea" es otra espectacular interpretación (la inspiración aquí es de John Fahey y de nuevo The Doors) que embellece el otoño de este virtuoso autodidacta, en el cual las hojas secas caen a su paso marcando un camino que iba a continuar -eso sí, con grandes intervalos de tiempo entre disco y disco, salvo en sus primeras referencias- durante muchos años (con "Winter into spring", "December" y "Summer", para luego encontrar otro tipo de inspiraciones y perdiendo de paso algo de la esencia del éxito). El disco acaba con "Stars", una mirada al cielo otoñal y un recuerdo de las músicas de Dominic Frontiere para la serie de televisión 'The outer limits'. El resultado es una obra encantadora, muy cohesionada y, merced a sencillas melodías de base folclórica, difícil de no escuchar en su totalidad a pesar de tratarse de casi cincuenta minutos de piano en solitario. Que cada uno de los discos de esta primera época de la discografía de George Winston esté asociado a una estación del año significa que sus composiciones reflejan momentos muy específicos de su vida, pertenecen a ese momento, están inspirados por algo que ha pasado, aunque vuelva de nuevo al año siguiente. Por eso el pianista prefería evolucionar a cada paso y no escuchar sus trabajos anteriores, aunque muchas de sus piezas las recuerde, convenientemente adaptadas, en sus conciertos, eventos que difícilmente salen de los Estados Unidos. 

Ni Bola Sete, ni Fats Waller, ni otros de sus ídolos que recuerda y enaltece en cada uno de sus trabajos, como John Fahey, Vince Guaraldi, James Booker o el organista de los Doors Ray Manzarek. No, el que logró que la gente deseara escuchar discos de un instrumento virtuoso, concretamente solos de piano de estilos presumiblemente poco modernos o duraciones inusuales, fue el propio George Winston, un personaje extraño y tímido pero muy seguro de su camino, enamorado de la música (le encanta también el flamenco), de la slack key guitar (guitarra hawaiana) y de sus gatos, un pianista influyente (al menos en los 80, cuando nadie podía etiquetar su música pero logró cifras de ventas inusuales y asombrosas, elevando a la gloria al sello Windham Hill) que sale a actuar descalzo y en vaqueros y lo primero que hace es aplaudir al público. Los amantes de la música aplauden este "Autumn".

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo aplaudo, tu análisis de este disco de George Winston, el primero que oí de este magnifico pianista, y que sigo oyendo cada cierto tiempo. Gracias por dar a conocer esta y otras maravillas en tu blog. Un tema de este disco que me encanta por la evolución rítmica es Sea. Un saludo nos leemos por la página de guebon, y si oyes el ultimo trabajo de George (tratémosle como a un viejo amigo, ja,ja,ja)MONTANA - A LOVE STORY, espero saber tu opinión sobre el, que aunque no sean composiciones originales, sus interpretaciones suelen ser de fabula. Cuídate.

Anónimo dijo...

Me llamó la atención en un catálogo de DISCOPLAY, por sus portadas y los comentarios que se hacían sobre ellos. Esto había que escucharlo!, y...es fundamental en Windhan Hill, la New age; creo que es el mejor de la saga de los cuatro de estaciones, aunque los 3 primeros son de un nivel altísimo (con Summer ya bajó). La edición actual (20º aniversario, posee pista CD-rom, y un tema adicional, igual que el resto de los álbumes de las estaciones)

Anónimo dijo...

Pues sí, con "Summer" ya bajó el listón, pero luego apareció "Forest", donde cambió un poco de estilo, que no estaba nada mal (además fue el momento de su gira por nuestro país).
En cuanto a "Montana", Tiamak, me lancé a comprarlo cuando salió porque intuía un regreso a los viejos tiempos. Lamentablemente no se acerca a "Autumn" o "December", no es que esté mal pero no lo veo nada inspirado, sobre todo fijate que la mayoría de los temas son composiciones ajenas.

japobes dijo...

Aunque hace mucho tiempo de esta reseña, no puedo dejar de incluir un minicomentario: nunca estuvo winston tan inspirado,y el sonido (por ej. el primer acorde del disco)tiene una magia que no he vuelto a escuchar. Ahora toca otro estilo que a él le llena más. Creo que para hacer algo tan bueno no hay que ser consciente en el momento de hacerlo. Winston debía creer que tocaba otro disco de folk...