1.3.08

CRAIG CHAQUICO:
"Acoustic planet"

Cuando Matt Marshall fundó en 1986 en Los Angeles la compañía independiente Higher Octave Music se encontró de golpe con una nueva hornada de guitarristas que le otorgaron un sorprendente éxito. Además de otros nombres importantes como Neal Schon, EKO, 3rd force, Cusco o Buckethead, posiblemente los mayores exponentes y grandes superventas del sello fueron el 'nuevo flamenco' de Ottmar Liebert y la herencia rockera y espíritu libre de Craig Chaquico (pronunciado 'chakiso', como se advierte en la contraportada de sus trabajos). También angelino, en este antiguo guitarrista de rock en la célebre banda Jefferson Starship volvemos a encontrar ese paso hacia una música más tranquila que, por la edad o por otras circunstancias, acaban dando tantos músicos que antaño brincaban en el escenario (aunque algunos como los Rolling Stones abanderen el movimiento contrario, el de la eterna juventud). Con la publicación de "Acoustic highway" un año antes, supimos que en este caso el punto de inflexión fue el nacimiento de su hijo Kyle. Este fan de Jimi Hendrix, Eric Clapton, Jimmy Page o David Gilmour tuvo que cambiar la guitarra eléctrica -gracias a la que ganó montones de discos de oro y platino- por la acústica, y tras muchos años de sonidos distorsionados tuvo que reinventarse, pero acabó entusiasmado ante la gama de notas mucho más limpias (por el bienestar de su hijo y de su esposa, Kimberly) que, no sin dificultad (las cuerdas son más duras y necesitó mucha práctica), conseguía extraer.
 
Con la inspiración de los grandes espacios abiertos californianos que recorre en su Harley Davidson, Chaquico y su fiel Ozzie Ahlers (co-productor y co-compositor) lograron un gran éxito y un meritorio número 1 en las listas New Age de Billboard con "Acoustic highway", así que ¿para que cambiar esa fórmula? En 1994 Higher Octave sacó a la venta "Acoustic planet", y no sólo el título es similar, sino que nos encontramos ante la continuación de una música agradable pero contundente, con el único límite que marcan el cuerpo y la mente, así como el cielo y la tierra: "Me interesa que la música te diga algo, que te envuelva en una atmósfera espiritual en la que puedas sentirte a gusto. Mi música es para esos momentos en que quieras viajar con la imaginación". De nuevo ritmos contundentes y melodías muy pegadizas se dan cita en esta combinación de estilos y conceptos: "Native Tongue" es un comienzo rítmico y lleno de vitalidad, donde Chaquico juega con la guitarra buscando una lengua nativa tan universal como la propia música. Melodías como esa o como "Just one world" parecen rememorar de nuevo las larguísimas y desérticas carreteras del oeste de los Estados Unidos. Esta última fue seleccionada por la NASA junto a otras composiciones emblemáticas para recorrer el espacio como parte del programa Space Ark. En una línea más calmada pero igual de interesante nos encontramos con la dulce "Winterflame", una exploración de la magia de la noche, o "Gathering of the Tribes", que vuelve a demostrar la admiración de Chaquico por la costumbres de los pobladores autóctonos de los Estados Unidos. Aparte de las reminiscencias del rock ("Find your way back" era una composición de la Jefferson Starship), también se dan cita en el disco influencias de blues o jazz ("The Greywolf Hunts Again", un tema raro pero interesante, que Chaquico acaba llevando a su terreno), un corte facilón en plan 'gipsy guitar' ("Añejo de cabo") y una pequeña demostración de guitarra, un despliegue de sus posibilidades que podemos admirar en "Center of Courage (E-lizabeths Song)". Para cerrar el disco, otro de los grandes clásicos de este guitarrista de Sacramento, "Acoustic planet", y es que la canción que le da título a su segundo álbum no podía ser una composición cualquiera sino otro emblemático, pegadizo y bien construido homenaje al planeta acústico, el mismo que le devolvió al número 1 del Billboard en la categoría new age, por delante de otros pesos pesados de este controvertido estilo como Yanni, Kitaro o George Winston. Otro de los grandes nombres de los comienzos de la new age, William Aura, también proveniente del mundo del rock, repite como productor ejecutivo de un álbum en el que, a las guitarras y efectos de Chaquico y los teclados, bajo y percusiones de Ahlers (además de una tímida contribución a la guitarra en "Añejo de Cabo") se unen la batería de Wade Olson y el bajo de Jim Reitzel en "The greywolf hunts again", a la espera de que sus siguientes entregas incorporen nuevos elementos a su música, como saxos o flautas.
 
En el rock que escuchaba e interpretaba de joven, Chaquico adoraba las partes instrumentales en las que el guitarrista conseguía eclipsar durante unos momentos el protagonismo del vocalista. Evidentemente, su propuesta en solitario es absolutamente distinta a la de los tiempos de Jefferson Starship, tanto que incluso le parece muy interesante la aplicación de la música con fines terapéuticos (no puede olvidar lo mal que lo pasó cuando a los doce años estuvo ingresado tras un atropello, una experiencia que le enseñó que la música puede ser curativa, física y emocionalmente). La portada de "Acoustic planet", fabulosa pintura del reputado artista gráfico especializado en animales Schim Schimmel, refleja de manera exacta sus obsesiones: disfrutar de la naturaleza y de su guitarra, y con ella hacer disfrutar a su público.

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8 comentarios:

Anónimo dijo...

Craig Chaquico (pronunciado "el chikitico"); realmente es una mezcla entre Chris Spheris y Toro Sentado (de los indios Sioux de toda la vida) Aunque también (según se cuenta) es también familia de Juanes y primo hermano segundo de Ketama. Normalmente conocido por esa sonoridad de su guitarra un tanto pastosa pero también original. Además de decir que ganó muchos discos de oro (del que cagó el moro) hay que destacar su técnica, bastante buena, todo hay que decirlo...
Es un post muy completo; pero no has incluído el nuevo éxito del chikitico. "El baile del chiki chiki". Con esta canción, da un nuevo giro a su carrera profesional :)

Pepe dijo...

Petete, yo no lo hubiera definido mejor, creo que de hecho voy a cambiar la entrada para explicar lo de Toro Sentado, Juanes y Ketama. Si no fuera por tí...

El baile del chiqui-chiqui-tiko!!!

Aiddam dijo...

Llegué a tu rincón de la forma más tonta.

Casi tan tonta como en modo en que descubrí a Craig Chaquico, en un paseo a la orilla del mar. Cuando noté que su guitarra arañaba las perchas de una tienda de ropa, mi padre ya había preguntado por el guitarrista al dueño del negocio. Salimos con un nombre, y la profecía de que su púa embriagaría nuestros ratos muertos durante años.

Igual con Ludovico Einaudi, hallado fortuitamente en el disco duro de una amiga italiana, para llover romos cantos sobre el corazón.

O Madredeus, salida de la penumbra de otoño cuando me vino una fiebre de fado.



Tu blog es un blog: con un propósito claro, con un estilo definido. Ya era hora de encontrarlos así.

Por lo demás, gracias por permitirnos aprovecharnos de tus continuos descubrimientos.

Vuelvo a la sombra. Un saludo

Pepe dijo...

Bienvenido a "mi rincón", poético amigo.

La casualidad suele ser el camino hacia las cosas insospechadas, me alegro que te haya llevado en esta ocasión hasta aquí. Y tienes razón, mi propósito es muy claro pero día a día puedo seguir descubriendo, gracias a esa misma casualidad, nuevas joyas musicales.

Saludos.

Anónimo dijo...

Me encanta este disco...no es mi tipo de guitarrista, pero es música muy 'fresca' ; )

alonsii dijo...

Que tal amigo! Al señor chaquico lo vi yo tocando a 4 metros o 4 y medio de distancia.

De lo más curioso, la casa de guitarras washburn, que por aquel entonces era la marca que utilizaba el bueno de craig, lo trajo a barcelona para un par de presentaciones de lo más cutres en tiendas de instrumentos. No recuerdo cómo me enteré, supongo que me lo dijo algún amigo, pero el caso es que daba un pequeño concierto en un pub irlandés que se llamaba "irish winds" en el maremagnum de barcelona (especie de centro comercial de lo más cutre en el puerto de barcelona). Pués allí fui a verlo. LLegamos un buen rato antes, nos sentamos en la mesa que estaba delante de la tarima donde tocaría (ahora que lo veo bien diría que la distancia era de 2 metros)... Pues aparece por la puerta Acompañado por el representante de la casa de guitarras en españa,...aplausos timidos de 4 que sabíamos a lo que habiamos venido. Sube a la tarima (dos escalones tan solo) se sienta en un taburete alto, enchufa la guitarra, toquetea alguno de los pedales de efectos y a tocar... Te garantizo Pepe que fue una cosa de otro planeta, y todo con esa sencillez... Ni producciones ni historias, su guitarra, un par de pedales y un equipo de lo más cutrecillo y el tío demostró de lo que era capaz.. Acabado el concierto, cola para que nos firmara un autografo, y charlar un poquito con él. La verdad me sorprendió tanto o más que el concierto. Acostumbrado a tocar en estadios abarrotados con los Jefferson Starship, lleno de fama hasta las orejas.... y en cambio allí estaba, tocando para cuatro freakies, 5 guiris y cuatro turistas que no se daban cuenta de quién estaba allí con la guitarra...Tocó para nosotros con el mismo entusiasmo y amor que en cualquier otro concierto!
Y luego no se le caían los anillos por hablar en una mesa con 5 o 6 personas después del concierto, tomarse una cerveza y pasar un buen rato.

En fin que fue algo realmente bonito, una de esas cosas que te reconcilia con la música y con los artistas, que te hace sentir y compartir las mismas emociones que el músico.

Me queda un recuerdo, una foto autografiada con un THANK YOU PEDRO, escrito con rotulador plata...

UN ABRAZO!

PD(Pensándolo mejor, me parece que mi amigo se trajo una cámara de fotos...)

Pepe dijo...

Eso dice mucho de Chaquico; por su forma de hablar o incluso de tocar ya se le veía un tipo sencillo, pero me lo has confirmado.

Entiendo a los que se agobian cuando ven a diez o veinte personas que van hacia ellos, pero todos valoramos profundamente esos gestos hacia los que, al fin y al cabo, compramos sus discos. Mi última experiencia fue en Bilbao en la presentación de "Music of the spheres" de Mike Oldfield: el amigo Mike -al que admiro como músico, pero que cada vez me parece un tío más huraño- huyó del evento tras la última nota, mientras que la estupenda vocalista Hayley Westenra habló y se hizo fotos con todos y cada uno de los presentes, un encanto de chica!! Esas cosas al final se agradecen y se valoran.

"Lila tanyan wacin yanke" dijo...

Sin comentarios, me encantó la música, acabo de descubrirla por casualidad, un saludo