3.12.06

MOBY:
"Play"

Moby da la impresión de ser un tío del montón, en apariencia frágil, vulnerable, incluso retraído. Detrás de esa fachada, sin embargo, se esconde uno de los grandes genios de la música de cambio de siglo, un artista rompedor y ecléctico que supo crear su propio, inconfundible y ultraproducido sonido. Tras sus primeras grabaciones destinados a las pistas de baile, en la mayoría de sus discos (hay excepciones, como la salida de tono de "Animal rights") supo dar en la diana con su sello particular, combinando un lúcido piano con sonidos bizarros, tecnología punta con samplers antiguos, teclados delicados con guitarras agresivas... y paso a paso este neoyorquino que comenzó a los 8 años a tocar la guitarra, perteneció a grupos punk y rock, ascendió y descendió en un peligroso oleaje de adicciones al alcohol, sexo y drogas, y fue un valorado DJ, consiguió construirse un nombre y una merecida fama en la música moderna.

Que su verdadero nombre sea Richard Melville Hall quizás sea un dato de escaso interés, que su nombre artístico provenga de la (posible) descendencia del autor de 'Moby Dick', Herman Melville, posiblemente también, incluso los cotilleos sobre sus romances y amistades que cuenta en los dos volúmenes de su autobiografía deberían dejarse de lado para centrarnos en su música. A muchos "Play" les pilló totalmente en fuera de juego, y aquellos "Go" (con el sampler de "Twin peaks" de Angelo Badalamenti), "James Bond theme", "Everything is wrong" o la impresionante "God moving over the face of the waters" pasaron de soslayo para gran parte del público -salvo adictos a las 'raves', tecnófilos aventajados y amantes avispados de las bandas sonoras-, que descubrió masivamente a Moby cuando Mute publicó "Play" en 1999, un disco que él mismo definía así: "Con ese trabajo presenté todos los estilos y sonidos en los que estuve involucrado hasta entonces de una forma salvajemente ecléctica". Efectivamente, todas y cada una de sus dieciocho canciones son ya auténticos himnos urbanos contenidos en el disco posiblemente más innovador de los albores del siglo XXI, por su combinación de estilos y de épocas. Dance, ambient, tecno, hip-hop, rock, pop... todo tiene cabida en esta coctelera, y posiblemente lo que más llame la atención sea la utilización de samplers de voces afroamericanas, cuyo origen está en la colección de CD's “Sounds of the South”, un compendio de grabaciones de gospel y a-cappella de la primera mitad del siglo XX recogidas por Alan Lomax. Moby cuenta de "Play", de hecho, que los únicos que colaboran en el disco son gente que lleva muerta más de 50 años. Este recurso no es exclusivo de este artista, pero la forma en que nos presenta el resultado sí que lo es, un sello característico y tremendamente adictivo en el que se reúnen los estilos antes mencionados bajo la última tecnología y la experiencia de DJ en los clubes de New York. Todo comienza con "Honey", donde la voz seleccionada de esas grabaciones antiguas (en este caso es la de Bessie Jones cantando "Sometimes") destaca sobre la propia música, o de hecho esa voz es el instrumento principal. Repetitiva y urbana, teclados y guitarras se agolpan logrando un comienzo que asegura la continuidad de la audición. Todas las canciones del álbum -y digo todas- han sido utilizadas en diversos anuncios y películas, siendo "Play" un disco récord en este sentido. "Find my baby" es una de las canciones principales, una joya de la música moderna, un destello de genialidad entre la mediocridad de creaciones para las pistas de baile. A continuación, las cortinillas de TVE (y la conocida película 'La playa') se nos vienen a la mente al escuchar "Porcelain", tal vez la maravilla del disco, otra deliciosa demostración en la cual new age, chill out, ambient y otros desgastados epítetos se dan la mano en un alarde de capacidad, y donde los teclados tan característicos acompañan a la voz del propio Moby, una voz que se deja escuchar también en otras canciones del álbum ("South side", con una fabulosa y atrevida guitarra, o en una especie de segunda parte del disco, quizás menos completa, atrevida y eclécticamente hermosa que la primera mitad). "Why does my heart feel so bad?" es otra de las composiciones destacadas y conocidas, construida sobre el piano, con mantos de sintetizador, la fuerte carga rítmica acostumbrada y sobre todo las voces sampleadas del Shining light gospel choir, que demuestran definitivamente que Moby es un maestro del estudio de grabación. No se puede acabar sin destacar "Natural blues", otra de esas canciones utilizada sin piedad en multitud de recopilatorios de chill out, y "Bodyrock", un reflejo del caotismo neoyorkino en la que no falta de nada, un ritmo dance, una voz hip-hop sampleada, una guitarra rock, en definitiva la culminación de las pretensiones estilísticas de Richard Melville.

Involucrado política y ecológicamente, la mentalidad cristiana de Moby no parece coincidir con el soterrado paganismo de estos tipos de música, ni con ciertas conductas cercanas a la depravación de un autor que no se corta en incluir historias sonrojantes en su biografía. Sin embargo, lejos de toda creencia y condición, se puede asegurar que "Play" es un disco que no deja indiferente a nadie. La música electrónica de baile siempre estuvo entre los intereses de Richard Melville Hall, aunque en "Play" hay más que eso, hay pop, soul, ambient y un punto clásico, en un avanzado ejercicio de sofisticación que no pasó desapercibido para un público al que años atrás pensó que no iba a existir ("jamás pensé que haría música que podría ser escuchada por alguien", dijo). Y a pesar de su evidente carácter innovador, su escucha es tan estimulante como accesible. Este trabajo es un desafío al oído, su título es una invitación a investigar, pulsa el play y verás.















7 comentarios:

Anónimo dijo...

Este hombre es la demostración de que los samples no están reñidos con la calidad.

Pepe dijo...

Hay otros casos, pero lo de Moby es especial, me parece que es capaz de gustar lo mismo a un discotequero, un rockero o un newagero, su música no elimina ningún estilo o influencia. Por cierto, el año que viene disco nuevo (bueno, se habla de más discos nuevos, pero uno de ellos para la primavera).

Anónimo dijo...

Pues me sonaba mucho el nombre, pero nunca me ha atraído. Voy a ver si le echo un vistazo :) Total, el género me da igual mientras sea bueno (acabo de descubrir a Tool, que es sin duda uno de los grandes grupos del mundo, y es rock/metal progresivo).

Saludetes.

Anónimo dijo...

Y la música ambient, Steve Roach, Robert Rich y su famoso Strata o Jorge Reyes, Suso Saiz, Mychael Danna, Patrick O'Hearn... la lista es larga. Espero que no te olvides de ellos ;)

Pepe dijo...

No me olvido, sobre todo del gran Patrick O'Hearn (por ahí tienes el comentario de "Rivers gonna rise") y de Mychael Danna, pero todos los que has nombrado tienen su interés.

Anónimo dijo...

Yo también llegué tarde a este artista, justo con Play. Afortunadamente lo vi en junio de 2005 en directo ,(fue un flash, me puso como desde hacía mucho tiempo no me ponía nadie, todo ello sin estimulantes). De Play poco puedo decir (o más bien muchísimo, pero no me apetece), simplemente creo que es el album con el que toca techo. Todo tiene cabida en él y casi nada desechable,.. un genio.

Y si todo te parece tan bueno que quedas con más sed....PLAY: THE B SIDES. para no parar!

Pepe dijo...

La proxima vez que toque en España intentaré no perdérmelo, aunque apostaría que no va a pasar de Madrid o Barcelona.

"Play: The B sides", así como las caras B de "18" son otras demostraciones del talento creativo de Moby, compone mogollón de temas y luego con los que le sobran hace un disco B, lo cual es un detalle de cara a los fans.