Robert J. Resetar es otro de esos músicos enigmáticos que, después de ofrecernos un soberbio trabajo como lo fue "Overcurrents", prácticamente desapareció de la escena musical grabada tan silenciosamente como había llegado. Esto sucedió a mediados de los 80 cuando, tras una casi anónima trayectoria (de hecho fue 'ghostwritter' para Mike Post) realizando música para televisión y adaptaciones orquestales para la Boston Pop Orchestra (una sección de la Boston Symphony Orchestra creada en 1885, que John Williams llegó a dirigir del 80 al 93), este teclista estadounidense quiso aplicar todo lo aprendido hasta entonces y así divulgar sus personales y verdaderamente emocionantes composiciones, pero a lo Juan Palomo, es decir, creando su propia compañía discográfica, de nombre Whispering Trees Records BMI, con la que publicó en 1987 el mencionado álbum "Overcurrents".
Aunque Whispering Trees no haya tenido una trayectoria exitosa, al menos nos brindó la posibilidad de conocer la obra de Rob Resetar -así se hace llamar dos décadas después- a través de ese disco maravilloso titulado "Overcurrents", de corte romántico (dominado por los teclados pero con importantes adiciones de flautas, guitarra, cuerno francés, acordeón y arpa, entre otros instrumentos), con reminiscencias clásicas, medievales e incluso andinas. La instrumentación empleada es variada, dominada por los teclados pero con importantes adiciones de flautas, guitarra, cuerno francés, acordeón y arpa, entre otros instrumentos acústicos. Un comienzo inmejorable, de título "Life tides", despeja de inmediato cualquier duda que pudiéramos albergar respecto al contenido del disco; se trata de una cortísima introducción de estilo medieval y beleza mitológica, donde unos vientos fabulosos (flauta y cuerno inglés) desarrollan una serena y enriquecedora melodía. El lirismo no ha hecho más que comenzar, ya que tanto hermosas miniaturas (la sugerente "The golden door", "Heroes of Hayvenhurst") como composiciones más largas e igual de iluminadas ("Ascent to Machu Picchu" -de evidente inspiración andina-, "Love me in all things" -con fabulosas notas de piano- o "The fisherman" -delicada, acertada y visual, de hecho casi se puede llegar a contemplar a ese pescador-) o algún pellizco más ambiental ("Invocation"), llenan un trabajo relajante, cálido y apasionado, que atrae desde su bella portada, obra primeriza del artista gráfico Paul Lasaine (que posteriormente ha trabajado en películas de animación tan importantes como 'El príncipe de Egipto' o 'Locos por el surf'). Pero con toda seguridad es "Nada's dance" la canción más conocida del álbum, el tema central de la sinfonía, un completisimo cuento de hadas con un toque medieval que deslumbra merced a una entusiasta melodía fácil de seguir y un ritmo animado muy al estilo de las composiciones de David Lanz y Paul Speer. No es desatinado calificar esta pieza como un cuento de hadas, ya que el propio Resetar publicó en 1997, junto a Mary Knudson Schulte, el cuento 'Princess Nada and the City of Ice' (donde Nada es la bella princesa del viejo reino de Astara), basado en esta pieza y en la suite de igual título ("Princess Nada and the City of Ice") compuesta para la Minnesota Orchestra. A su vez, para la Detroit Symphony, compuso "Princess Nada & the Crystal of the Sun". "Nada's dance" fue incluída, además, en la exitosa recopilación española "Música para desaparecer dentro".
Poseedor de una extraordinaria simpleza, "Overcurrents" -que fue grabado en Santa Mónica (California)- quizás no requiera toda la atención del oyente en su escucha, pero éste acaba dejándose atrapar con vehemencia por un conjunto delicado, hermoso, esplendoroso. Aunque hacerse con una copia original actualmente es casi tan imposible como adivinar a qué corresponde la 'J' del nombre de su autor (posteriormente desaparecida), vale la pena intentarlo, ya que sus doce composiciones nos llevan a un mundo de sueños y fantasía, del que volvemos con la efímera sensación de que dificilmente Robert J. Resetar pueda volver a conducirnos hasta allí. Por si acaso, habrá que seguir atentos a sus movimientos, que han acabado centrándose en la música para cine y televisión.
Aunque Whispering Trees no haya tenido una trayectoria exitosa, al menos nos brindó la posibilidad de conocer la obra de Rob Resetar -así se hace llamar dos décadas después- a través de ese disco maravilloso titulado "Overcurrents", de corte romántico (dominado por los teclados pero con importantes adiciones de flautas, guitarra, cuerno francés, acordeón y arpa, entre otros instrumentos), con reminiscencias clásicas, medievales e incluso andinas. La instrumentación empleada es variada, dominada por los teclados pero con importantes adiciones de flautas, guitarra, cuerno francés, acordeón y arpa, entre otros instrumentos acústicos. Un comienzo inmejorable, de título "Life tides", despeja de inmediato cualquier duda que pudiéramos albergar respecto al contenido del disco; se trata de una cortísima introducción de estilo medieval y beleza mitológica, donde unos vientos fabulosos (flauta y cuerno inglés) desarrollan una serena y enriquecedora melodía. El lirismo no ha hecho más que comenzar, ya que tanto hermosas miniaturas (la sugerente "The golden door", "Heroes of Hayvenhurst") como composiciones más largas e igual de iluminadas ("Ascent to Machu Picchu" -de evidente inspiración andina-, "Love me in all things" -con fabulosas notas de piano- o "The fisherman" -delicada, acertada y visual, de hecho casi se puede llegar a contemplar a ese pescador-) o algún pellizco más ambiental ("Invocation"), llenan un trabajo relajante, cálido y apasionado, que atrae desde su bella portada, obra primeriza del artista gráfico Paul Lasaine (que posteriormente ha trabajado en películas de animación tan importantes como 'El príncipe de Egipto' o 'Locos por el surf'). Pero con toda seguridad es "Nada's dance" la canción más conocida del álbum, el tema central de la sinfonía, un completisimo cuento de hadas con un toque medieval que deslumbra merced a una entusiasta melodía fácil de seguir y un ritmo animado muy al estilo de las composiciones de David Lanz y Paul Speer. No es desatinado calificar esta pieza como un cuento de hadas, ya que el propio Resetar publicó en 1997, junto a Mary Knudson Schulte, el cuento 'Princess Nada and the City of Ice' (donde Nada es la bella princesa del viejo reino de Astara), basado en esta pieza y en la suite de igual título ("Princess Nada and the City of Ice") compuesta para la Minnesota Orchestra. A su vez, para la Detroit Symphony, compuso "Princess Nada & the Crystal of the Sun". "Nada's dance" fue incluída, además, en la exitosa recopilación española "Música para desaparecer dentro".
Poseedor de una extraordinaria simpleza, "Overcurrents" -que fue grabado en Santa Mónica (California)- quizás no requiera toda la atención del oyente en su escucha, pero éste acaba dejándose atrapar con vehemencia por un conjunto delicado, hermoso, esplendoroso. Aunque hacerse con una copia original actualmente es casi tan imposible como adivinar a qué corresponde la 'J' del nombre de su autor (posteriormente desaparecida), vale la pena intentarlo, ya que sus doce composiciones nos llevan a un mundo de sueños y fantasía, del que volvemos con la efímera sensación de que dificilmente Robert J. Resetar pueda volver a conducirnos hasta allí. Por si acaso, habrá que seguir atentos a sus movimientos, que han acabado centrándose en la música para cine y televisión.
4 comentarios:
Visto el videoclip "Words" en Youtube, empiezo a postular a Soraya Arnelas para ocupar el puesto que le correspondía a la Kidman hace una década: hacia el "lavabo", ya sabes... La chica tiene voz y presencia, así que coincido contigo: ¡Soraya a Eurovisión!
Me da a mí que no tiene mucho que ver con Rob Resetar, pero la vida tiene estas dobles caras que nos hacen admirar discos como "Overcurrents" y personalidades como la de Soraya. A Eurovisión, por supuesto.
Robert J. Resetar es co-autor de este libro para niños, que guarda relación con su conocido tema "Nada's Dance".
http://books.google.es/books?id=O5KHyCdNYH0C&printsec=frontcover&dq=inauthor:%22Robert+J.+Resetar%22&hl=es&sa=X&ei=kZWiUdLUKae57Aat6oEY&ved=0CDMQ6wEwAA#v=onepage&q&f=false
Gran aportación, Abel, cuando tenga un rato mejoraré la crítica añadiendo ese curioso detalle, que corrobora eso de que esta música te transporta hasta "un mundo de sueños y fantasía".
Millones de gracias.
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