Harto de que se infravaloraran las posibilidades de su música, el guitarrista y compositor Friedemann Witecka optó por fundar su propio sello, Biber Records. Desgraciadamente no se trataba de una situación nueva en la música instrumental contemporánea de finales de los 70, un género en el que muchas compañías no se atrevían a adentrarse, desconocedoras del boom que en pocos años iba a experimentar dicho estilo. Biber Records fue un pequeño éxito en Europa gracias sobre todo a los discos de Friedemann, del saxofonista Büdi Siebert o del arpista Opperman, y la confirmación fue el lanzamiento en los Estados Unidos de los dos mejores trabajos de Friedemann ("Indian summer" y "Aquamarine") por parte de la todopoderosa Narada Productions, que afortunadamente sí sabía explotar el mercado de las nuevas músicas. "Aquamarine" (cuyo título en Biber Records era "Aquamarin") vió la luz en Narada Equinox en 1990 con portada distinta a la original alemana, y su inmediata gira de conciertos dió origen incluso a un disco en directo, "Aquamarin orchester - In concert", publicado también en 1990, esta vez exclusivamente en Biber Records.
Nacido en 1951 en Friburgo (Alemania), fue la guitarra la que -tras sus estudios de chelo y flauta de pequeño- dictó el camino que le llevó en 1987 hasta su primer éxito, "Indian summer" (cuya distribución en Estados Unidos supuso la segunda referencia de Narada Equinox tras "Natural states", de David Lanz y Paul Speer). Tres años después repitió aclamación con "Aquamarine", pero es conveniente destacar que el triunfo de la música de Friedemann se basa en la composición, en el conjunto. No estamos ante el típico disco de guitarra donde la melodía es necesariamente dictada por el virtuosismo de su autor, sino que se ayuda de la misma en un completo ambiente orquestal. Rodeado de teclados y unas excelentes percusiones, son los instrumentos de viento los que le otorgan una extraña y amena tonalidad al conjunto, un aire antiguo que contrasta con la moderna instrumentación que lo cubre todo como una sábana liviana. El título referencia a la aguamarina, una gema azul verdosa muy apreciada en joyería (en realidad es un berilo de color azul). Friedemann heredó una de ellas, grande y bellísima, de su madre, y inspiró íntegramente la consecución del trabajo, sobre todo el maravilloso tema que lleva el nombre de la propia gema y del disco, "Aquamarine", presa de un gozoso tono épico en el que el oboe cumple un importantísimo papel; Friedemann destaca que este isntrumento de viento consigue expresar dos de las mayores cualidades de la aguamarina, la dureza y la translucidez, la guitarra es el brillo y el conjunto es la belleza. Seguramente es a su madre a quien homenajea en el tema que abre el álbum de forma casi perfecta, "My blue star" (que de hecho se publicó en formato single en Alemania con "Bao lan" en la cara B), que también posee ese aire épico antes mencionado. Si bien esos dos primeros cortes son composiciones del propio Friedemann, en el resto del álbum va a ser ayudado en ese apartado especialmente por el teclista de la banda, Johanes Wohlleben, que también firma en solitario su propio tema, "L'eau de mer", de un jazz posiblemente influído por Erik Satie. Aparte de la influencia jazzística, presente en gran medida en el trabajo, y contemporánea, también se respiran otros brillos étnicos (chinos en "Bao Lan" -el nombre chino de la gema-, brasileños en "Marambaya morning" -inspirada en la música de Antonio Carlos Jobim, su título menciona Marambaya, el sitio de Brasil donde se ha encontrado la mayor aguamarina-, griegos en "Heliodor" -el nombre con que también se conoce al berilo-) en una obra bastante completa, cuyos máximos exponentes de calidad, además de los dos primeros temas, bien podrían ser la preciosa "Five sounding crystals", donde se aprecia enormemente el carisma de los instrumentos de viento (flautas, oboe, clarinete) en toda su intensidad, el delicado vals "In the court of the mermaid" (según la leyenda, la aguamarina proviene del tesoro de una sirena), y otra influencia griega, la canción tradicional "The man from Caesaria", arreglada e interpretada de manera maravillosa por Friedemann (la melodía es de una gran belleza a la guitarra), que cierra de manera estupenda este interesante trabajo, y que contaría con una versión recortada (un nuevo arreglo, realmente) para varios recopilatorios del sello Narada.
"Aquamarine" tuvo bastante impacto en Alemania, donde los lectores de la revista Audio la votaron como 'Mejor grabación de audiófilos de todos los tiempos'. No es de extrañar que la posterior gira tuviera un considerable éxito y que el trabajo se importara de inmediato. La aguamarina se conocía antiguamente como 'la piedra del marinero', ya que éstos la utilizaban como talismán. Friedemann no es marinero, pero este álbum fue, junto a "Indian summer", un talismán en su carrera. "Aquamarine" tiene garra y una gran variedad tímbrica, llegando a alcanzar momentos de hipnótico clímax. Aunque haya tres o cuatro temas destacados, nos encontramos con una obra artesana para escuchar completa y dejarse llevar por su emoción y su dulzura, ya que está tocada por la magia de esa bellísima gema de nombre aguamarina.
Nacido en 1951 en Friburgo (Alemania), fue la guitarra la que -tras sus estudios de chelo y flauta de pequeño- dictó el camino que le llevó en 1987 hasta su primer éxito, "Indian summer" (cuya distribución en Estados Unidos supuso la segunda referencia de Narada Equinox tras "Natural states", de David Lanz y Paul Speer). Tres años después repitió aclamación con "Aquamarine", pero es conveniente destacar que el triunfo de la música de Friedemann se basa en la composición, en el conjunto. No estamos ante el típico disco de guitarra donde la melodía es necesariamente dictada por el virtuosismo de su autor, sino que se ayuda de la misma en un completo ambiente orquestal. Rodeado de teclados y unas excelentes percusiones, son los instrumentos de viento los que le otorgan una extraña y amena tonalidad al conjunto, un aire antiguo que contrasta con la moderna instrumentación que lo cubre todo como una sábana liviana. El título referencia a la aguamarina, una gema azul verdosa muy apreciada en joyería (en realidad es un berilo de color azul). Friedemann heredó una de ellas, grande y bellísima, de su madre, y inspiró íntegramente la consecución del trabajo, sobre todo el maravilloso tema que lleva el nombre de la propia gema y del disco, "Aquamarine", presa de un gozoso tono épico en el que el oboe cumple un importantísimo papel; Friedemann destaca que este isntrumento de viento consigue expresar dos de las mayores cualidades de la aguamarina, la dureza y la translucidez, la guitarra es el brillo y el conjunto es la belleza. Seguramente es a su madre a quien homenajea en el tema que abre el álbum de forma casi perfecta, "My blue star" (que de hecho se publicó en formato single en Alemania con "Bao lan" en la cara B), que también posee ese aire épico antes mencionado. Si bien esos dos primeros cortes son composiciones del propio Friedemann, en el resto del álbum va a ser ayudado en ese apartado especialmente por el teclista de la banda, Johanes Wohlleben, que también firma en solitario su propio tema, "L'eau de mer", de un jazz posiblemente influído por Erik Satie. Aparte de la influencia jazzística, presente en gran medida en el trabajo, y contemporánea, también se respiran otros brillos étnicos (chinos en "Bao Lan" -el nombre chino de la gema-, brasileños en "Marambaya morning" -inspirada en la música de Antonio Carlos Jobim, su título menciona Marambaya, el sitio de Brasil donde se ha encontrado la mayor aguamarina-, griegos en "Heliodor" -el nombre con que también se conoce al berilo-) en una obra bastante completa, cuyos máximos exponentes de calidad, además de los dos primeros temas, bien podrían ser la preciosa "Five sounding crystals", donde se aprecia enormemente el carisma de los instrumentos de viento (flautas, oboe, clarinete) en toda su intensidad, el delicado vals "In the court of the mermaid" (según la leyenda, la aguamarina proviene del tesoro de una sirena), y otra influencia griega, la canción tradicional "The man from Caesaria", arreglada e interpretada de manera maravillosa por Friedemann (la melodía es de una gran belleza a la guitarra), que cierra de manera estupenda este interesante trabajo, y que contaría con una versión recortada (un nuevo arreglo, realmente) para varios recopilatorios del sello Narada.
"Aquamarine" tuvo bastante impacto en Alemania, donde los lectores de la revista Audio la votaron como 'Mejor grabación de audiófilos de todos los tiempos'. No es de extrañar que la posterior gira tuviera un considerable éxito y que el trabajo se importara de inmediato. La aguamarina se conocía antiguamente como 'la piedra del marinero', ya que éstos la utilizaban como talismán. Friedemann no es marinero, pero este álbum fue, junto a "Indian summer", un talismán en su carrera. "Aquamarine" tiene garra y una gran variedad tímbrica, llegando a alcanzar momentos de hipnótico clímax. Aunque haya tres o cuatro temas destacados, nos encontramos con una obra artesana para escuchar completa y dejarse llevar por su emoción y su dulzura, ya que está tocada por la magia de esa bellísima gema de nombre aguamarina.
9 comentarios:
Este Blog (fantástico por cierto), me recuerda mi ignorancia respecto a este tipo de músicas...
Nunca es tarde para empezar, Valiado. Yo también soy un ignorante respecto al blues, al jazz, al heavy... hablo de lo que me gusta, y lo recomiendo, por supuesto.
Por cierto, he oído por ahí que se da vía libre a la nueva peli de Supermán, enhorabuena!!
Intentare ir oyendo estso discos ; )
Siiiii! Y con Singer!!!!Estoy que no quepo en mi de felicidad ; )
Espero que Man of Steel, la podais ver en mi casa, con unas palomitas...jaja... (hay que ver con lo poco que se contenta uno)
Cuidate
Me gusta muchísimo este disco, es de mis favoritos de Narada. Llevo un tiempo queriendo comentarlo, pero entre una cosa y otra estoy con un ritmo de actualizaciones mínimo.
Yo a la mínima que puedo me adelanto material porque lo mismo luego durante varias semanas estás liadísimo o sin inspiración ;)
"Aquamarine" fue un acierto de Narada, que fue rescatando cosillas de otras compañías con mucho tacto (ejemplo clarísimo "Lezao de Tomás San Miguel).
exelente blog!!!!
Muy bueno tu blog, estoy buscando indian summer de friedemann y es algo dificil de encontrarlo.
Veo que eres seguidor del sello Narada, te recomiendo a Nando Lauria quien sacó dos albumes: Points of View y Novo Brasil y tambien el guitarrista aleman Ralf Illenberger y su album Soleil.
Que bueno encontrarse con gente que comparte el gusto por la buena música. Saludos!!
Thelonious, si sigues teniendo problemas con "Indian summer" mandame un e-mail y hablamos.
Ya conseguí Indian Summerm, gracias por tu atención Pepe. Ahora estoy buscando el album "Best of 1987 - 2001 de Ralf Illenberger" o el album Sedona del mismo autor.
Si sabes donde lo puedo conseguir, prometo que haré un busto en mi ciudad jejeje
Gracias!
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