29.4.11

YANNI:
"Chameleon days"

Aunque ya se le veía a media distancia en la cubierta de "Out of silence", la creciente y merecida fama del teclista Yanni provocó que, a partir de su cuarto álbum, absolutamente todas sus portadas fueran acompañadas de primeros planos de su apolíneo rostro, como clara diferenciación para el comprador fiel pero también como objeto de adoración del público femenino. Unos y otros, junto al comprador esporádico y, por qué no, a la curiosidad del que sabía que se encontraba ante la pareja sentimental de la por entonces célebre Linda Evans, consiguieron que las cifras de ventas de los álbumes del griego fueran extraordinarias, sobre todo en los Estados Unidos. Yanni otorgó así pingües beneficios a su compañía discográfica, Private Music, y contribuyó notablemente a su auge popular y económico en las últimas décadas del siglo XX. La estrategia de marketing se afianzaba con las cualidades de la música, en ocasiones altiva y majestuosa, como sucedía en el álbum "Out of silence", dominado por una fuerza rítmica espectacular, o su continuación en un tono algo más intimista, "Chameleon days", publicado por la mencionada Private Music en 1988.

Cuando Yanni se fue a estudiar a los Estados Unidos desde su Grecia natal, concretamente a la universidad de Minnesota -donde se graduó en Psicología-, formó parte de un grupo de rock de cierta repercusión en el área regional de Minneapolis llamado Chameleon. Con ellos publicó varios discos y maduró sus ideas, así que el título "Chameleon days" es a buen seguro un recordatorio y homenaje a aquellos días inciertos pero ilusionantes. El sonido romántico de Yanni, perfectamente reconocible en trabajos como este, bebe también de clásicos ligeros como los de James Last ("Love bird", por ejemplo), aunque el griego alcanza niveles de producción elevados gracias a la adición de la electrónica.  El comienzo es alegre, optimista, una juguetona sucesión de notas de piano que responde al título de "Swept away” y que pone muy alto el listón de este trabajo que contiene nueve composiciones en la línea de sus anteriores obras, es decir, alternando cortes movidos con románticas baladas. Entre las primeros destacan "Marching season” (en dos partes, piano romántico mas aire épico que sigue la estela de algunos éxitos de su disco anterior), "Chasing shadows" (con un tono de película ochentera) y en especial "Days of summer", tema que presenta un sonido sintetizado de armónica que resulta muy atractivo, antes de un emocionante desmelene final. Son sin embargo las piezas lentas, en las que el piano le gana la partida a la parafernalia electrónica, las que mejor poso dejan en el conjunto, como por ejemplo "The rain must fall" (bella composición aderezada con una tranquila percusión acústica con la que Yanni demuestra que puede extraer auténtica magia de los teclados) y por supuesto la emocionante "Reflections of passion", una joya de tema que se ha convertido por derecho propio y sin discusión en un gran clásico de las nuevas músicas, y cuyo emotivo y peliculero video-clip está protagonizado por el propio Yanni, al que vemos tocar el piano, nadar o pasear por la playa. Al final del trabajo, una fanfarria de evento deportivo inicia "Everglade run" -que fue usado por la cadena NBC en los créditos de cierre de una Super Bowl- y "A word in private” -un seguro homenaje al nombre de su compañía de discos- es una culminación intimista con piano donde se vuelve a apreciar la sensibilidad de este gran artista, que con este disco pretendía, según sus palabras, "crear sonidos instrumentales que fueran más familiares". El álbum estaba complementado con la percusión de Charlie Adams, que se unió además a John Tesh y Joyce Imbesi (ambos teclistas) en la gira que en ese año 1988 Yanni realizó por Estados Unidos, la segunda después de la de "Out of silence".

Practicamente en cada disco de la primera época de Yanni podemos encontrar varios de sus grandes clásicos, para así también poder completar los numerosos recopilatorios que pueblan su discografía. En "Chameleon days" prima la sensual hermosura de "Reflections of passion", si bien varios de los cortes son igualmente destacables, configurando un estupendo conjunto que alcanzó el número 2 en las listas de ventas de New Age en los Estados Unidos. Aparte de en sus orígenes mediterráneos, Yanni supo inspirarse en otro tipo de etnias y culturas para trabajos posteriores, en especial orientales y más adelante sudamericanas, en un curioso acercamiento al folclore mexicano. Yanni Chryssomallis es en definitiva un completo músico (él mismo es el productor de sus discos y compositor de la mayoría de los temas) en el que el carisma y la destreza se dan la mano.

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4 comentarios:

Mike Shooter dijo...

A mi entender, Yanni se ha visto perjudicado por su imagen de "guaperas" si se me permite la expresión. No es que considere su obra como la quintaesencia de la música instrumental contemporanea pero sí que tiene bastantes piezas notables (Marching Season es un buen ejemplo en éste mismo disco). Tengo la impresión de que su imagen (como la de Chris Spheeris, por ejemplo) ha impedido a mucha gente mirar más allá de la portada del disco a la hora de enjuiciarle. Un disco bastante recomendable este Chameleon Days, sin duda.

Pepe dijo...

Buena apreciación, lo que le ha favorecido para las ventas masivas (imagen, romances) le ha perjudicado en la visión crítica.

Por cierto, estupendo blog el tuyo (he visto que acabas de postear "Tabula rasa", que lo tengo en la recámara). Colocaré el enlace.

japobes dijo...

Estoy de acuerdo con lo que decís de este músico. Creo que fue uno de los mejores dentro de la música creada con sintetizador, incluso mejor que otros mucho más reputados.
Ahora, lo que está haciendo desde el 2010 aproximadamente, me parece verdaderamente absurdo. El tipo tiene un "rostro" impresionante, sentido del ridículo nulo. Y me cae bien. Pero una retirada a tiempo...

Pepe dijo...

En cierto modo tienes razón, esa generación ha perdido el rumbo, pero a mí también me cae bien, y si viniera a España iría sin duda a verle actuar.