15.12.08

WILLIAM ACKERMAN:
"Passage"

Desde que el matrimonio Ackerman decidiera dedicarse por completo a su compañía discográfica, la inmarcesible Windham Hill, no cesaron en su empeño de conseguir que grandes instrumentistas norteamericanos engrosaran su catálogo. Así llegaron, aparte del propio Ackerman y su primo Alex de Grassi, George Winston (el verdadero impulsor del sello), Michael Hedges, Michael Manring, Scott Cossu, Mark Isham, Shadowfax, Liz Story y un largo etcétera de músicos que no sólo contaban con seguidores propios sino que eran venerados y escuchados por pertenecer al sello californiano. Mientras tanto, el propio William Ackerman continuaba grabando y editando sus discos, que en un principio contenían exclusivamente solos de guitarra acústica (en "In Search of the Turtle's Navel" y "It Takes a Year") para, con el tiempo, beneficiarse sin pudor de esos otros músicos, empleados pero en muchos de los casos amigos, que colaboraban sin dudar en duetos o tríos para los discos de su 'jefe'. En "Childhood and Memory" había tenido lugar una tímida aparición de banjo y flauta, pero esta delegación de virtuosismo tendría su confirmación en 1981 con un álbum corto pero vibrante titulado "Passage".

En "Passage", el folk americano se hace música contemporánea (en el sentido académico del término), totalmente accesible, hermosa, y dominada por la guitarra de cuerdas de acero más auténtica de la que ya era conocida como música new age. Como parte negativa del mismo, hay que destacar que este trabajo sólo es original en parte, pues contiene ocho composiciones, de las cuales cuatro eran ya conocidas (grandísimos clásicos como "Processional", "The Impending Death of the Virgin Spirit", "The Bricklayer's Beautiful Daughter" y "Anne's Song") y las otras cuatro eran nuevas ("Remedios", "Pacific I", "Hawk Circle" y "Passage"). Dos circunstancias a su favor, la calidad de estas últimas (en especial "Remedios" y "Hawk Circle") y que las antiguas contaran con interpretaciones nuevas, entre las cuales se encuentran los temas mas emblemáticos de cada uno de sus tres primeros trabajos (por orden cronológico "Processional", "The Bricklayer's Beautiful Daughte" y "Anne's Song"), que permanecen imperturbables, con la nueva interpretación pero sin la aportación de nuevos instrumentos que pudiesen trastocar su prístina esencia; de hecho, "Anne's Song" elimina la flauta de Dave Ross que le acompaña en su obra original, "Childhood and Memory". El cuarto solo de guitarra del álbum llega en su final, pues se trata del corte titulado "Passage", con una hermosa y paseante melodía. Fue sin embargo la mencionada aparición de dúos con otros instrumentos lo que más chocó al seguidor incondicional del guitarrista, cuatro composiciones vestidas por un manto de clasicismo, que no esconde su origen popular pero que embellece y complementa estupendamente el producto: inaugurando el trabajo, "Remedios" desata una inusitada variedad de emociones, gracias sobre todo a que la guitarra marca el compás pero se deja dominar por el violín de Darol Anger, consiguiendo una atmósfera inquietante y un final muy pasional. En este nuevo vestido de grandes composiciones hay que destacar la dimensión que cobra otro tema nuevo y futuro clásico, "Hawk Circle", a dúo entre la guitarra de Will y un piano -característico- de George Winston en su línea magistral, en cinco epatantes minutos de creciente intensidad. En "Pacific I" Will vuelve a permitir que sea el instrumento invitado el que acometa la melodía principal -en esta ocasión Robert Hubbard al corno inglés- pero con algo menos de impregnación. Mientras, el único corte ya conocido de los duetos es "The Impending Death of the Virgin Spirit", donde el papel del expresivo chelo de Dan Reiter es más de acompañamiento, quizás para no perturbar la magistral naturaleza de tan bella melodía con la que Ackerman recordaba a su madre. Esos músicos invitados a la fiesta, Darol Anger, Robert Hubbard, Dan Reiter y George Winston, compusieron ellos mismos las partes que interpretaron en sus dúos. Seguramente a algunas de las otras cuatro canciones les hubiera venido bien el envoltorio de esos instrumentos invitados, pero acaban luciendo en las manos de este carpintero que quiso ser músico. "Processional", por ejemplo, sólo tardaría cinco años en estar acompañada por el lyricon del genial Chuck Greenberg (en la compilación "The Shape of the Land"). "La guitarra de cuerdas de acero es el objeto principal del álbum, pero los dúos incluyen violín, piano, violonchelo y cuerno inglés, con la esperanza de aumentar el alcance tanto del programa musical como de la gama de tonalidades destacadas por el proceso de grabación digital", decía Ackerman, y es que, efectivamente, la calidad de grabación de la compañía en "Passage" se muestra novedosa, con su nueva tecnología digital ofrecida por Sony (el primer procesador digital en los Estados Unidos, el SONY PCM 1600), un paso adelante muy importante de cara a un público que no solo amaba la música del sello sino que se interesaba por la calidad del sonido ofrecido en sus plásticos.


Con el catálogo de Windham Hill plenamente definido y en su momento de mayor auge y éxito de ventas, "Passage" muestra una nueva dirección en la música de William Ackerman, la de la conjunción con otros instrumentos. Es verdaderamente gratificante escuchar a este artista, su música sincera y creativa, tanto en la simpleza de su guitarra desnuda como con pequeños acompañamientos de otros instrumentos que engalanan piezas imprescindibles en la nueva música norteamericana. Las creaciones de Ackerman están enfocadas de una manera abierta, sus acordes delicados, melodías tenues, sentimiento profundo al fin y al cabo en canciones de múltiples detalles y alegre decadencia, poseen una cierta cualidad asequible por la que podrían gustar a todo tipo de publico más fácilmente que las de otros guitarristas de la época en Windham Hill (Alex de Grassi, Robbie Basho) o de otros que pudieron ser de referencia (Leo Kottke, John Fahey). En solitario o en dúo, y aparte de la erótica de la etiqueta ´creador de Windham Hill', sus primeros álbumes se nutren de acordes que entran de manera directa a la consciencia de un oyente entregado, de una generación a la que se le entregó un producto fabuloso que fue reconocido como tal, y cuya veneración debería perdurar en nuestros días, ya que Will Ackerman en particular y el catálogo primigenio de Windham Hill en general, son todo un patrimonio cultural de la humanidad.

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8 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas
Como tantas veces has vuelto a dar en el clavo de mis gustos. Aunque de Ackerman el que más me gusta es Conferring with the Moon, se nota que es un poco más moderno.
Aprovecho para seguir con la lista de los 10...

8-Songs from a world apart de Levon Minassian y Armand Amar. En general cualquier disco de Armand amar te puede arreglar un mal día, pero este es el mejor para mí.

9-Jammu Africa de Ismael Lo. También le vi actuar en Burgos.

10-Y para acabar por hoy una canción que vale por todo un disco. Es Parlez-Mois D'Amour (Moderne) del disco The moderns de Mark Isham. Absolutamente preciosa

Gracias Pepe por tus comentarios, procuro oir todos los discos que comentas (aunque más del 50% los tengo ya). Me llevé una grata sorpresa con Idan Raichel, me encanta.

Pepe dijo...

Hola, Jesús, veo que has salido del anonimato. Me alegro un montón de que te gustara Idan Raichel, es un fenómeno, tuve la suerte de disfrutar con su música en la expo y luego entrar al camerino y que me firmara el disco. Por cierto, que acaba de sacar en Israel su tercer trabajo.

En cuanto a tus últimas elecciones para la isla desierta, me quedo con Ismael Lo, y te aseguro que voy a buscar los otros dos.

Por cierto, gracias a tí por seguir el blog y por tus comentarios.

Anónimo dijo...

Me hubiera encantado ser uno de esos amiguetes de Ackerman en California.

Pepe dijo...

No eres el único, Santi, esas reuniones debían ser geniales, y si se juntaba con su primo (de Grassi) ni te cuento.

Anónimo dijo...

mi único disco (en vinilo) de "niueich". Me gusta especialmente la primera de la cara dos, que llegué a sacar con la guitarra. Yo lo prefiero en solitario, sin lyricones ni hostias.

Miguel Angel dijo...

William escribió "The Impending Death of the Virgin Spirit" en memoria de su madre quien se suicido cuando él tenía 12 años. Por lo mismo resulta una pieza muy emotiva.

Sonoro2000 dijo...

hace apenas 2 videos y ya me tiene loco su musica,lo triste es no poder tenerla en una buena calidad de audio y comprar algun disco de el ni loco en mexico esas coas no pasan tenemos mierda y media ,me ezforzare en buscar musica de el

Pepe dijo...

Aún no había respondido, tiempo después, a estos dos amigos mexicanos. Gracias a ambos, a Miguel Angel por ese importante dato, y a 'sonoro chavez' por sus buenas intenciones.