8.4.07

SHADOWFAX:
"The dreams of children"


los seguidores más apasionados de la saga de "El señor de los anillos" no se les escapará el detalle de que Shadowfaw es el nombre del caballo de Gandalf. Los amantes de las Nuevas Músicas, así como del jazz y el blues más cercano a éstas o simplemente a los admiradores de las referencias del sello Windham Hill, no desconocen la existencia de un maravilloso grupo que si bien fue fundado en los 70 grabó su primer plástico para este mítico sello en 1982. Hasta entonces, todas las referencias de Windham Hill habían sido firmadas por artistas en solitario, desde Will Ackerman hasta George Winston pasando por Alex de Grassi o Scott Cossu, o dúos como los formados por Ira Stein y Russel Walder o Darol Anger y Barbara Higbie. En resumen, virtuosos que podían acompañarse por un pequeño conjunto o que deslumbraban en la plenitud de su instrumento acústico. Shadowfax fue la primera referencia de un grupo como tal, un conjunto que tuvo diversas formaciones y que entró en 1984 (el año de publicación de "The dreams of children") con G. E. Stinson a las guitarras y piano, Phil Maggini al bajo, Stuart Nevitt en las percusiones, Jamii Szmadzinski al violín y David C. Lewis a los teclados, bajo el liderazgo del gran Chuck Greenberg, que además aportaba el saxo y el sonido más característico de la banda a través de un instrumento ya obsoleto llamado lyricon, ni más ni menos que un saxo electrónico (el primer instrumento electrónico de viento) inventado por Bill Bernardi y Roger Noble, que por esa misma definición hace que se considere a Shadowfax como una banda de sonido tibiamente electrónico.

El inconfundible estilo del grupo, por obra y gracia de la sonoridad aflautada del lyricon (son más interesantes los momentos en los que Greenberg accede a este instrumento y aparca el saxo tradicional), se evidencia por completo nada más pulsar el play, en uno de los clásicos de la banda, "Another country", que como casi todos sus grandes canciones (tan célebres y melodiosas como "Angel's flight", "A thousand teardrops" o "Shadowdance") es obra de Chuck Greenberg. En esta, apabulla el lyricon en una melodía plena y efectiva, con gran envoltura instrumental. La línea musical de Shadowfax se ubica en un jazz melódico, suave y muy agradable de escuchar, no excesivamente profundo (ideal como música de fondo pero altamente recomendable para una escucha seria y prolongada), aderezado con elementos étnicos y de folk de cámara, con una calidad indudable en la composición y interpretación, en la que parece notarse el divertimento y la complicidad entre los músicos: "Eramos básicamente músicos de blues-rock que habían desarrollado un interés por el jazz y la improvisación, escuchando a otros grandes músicos como Miles Davis, Ornette Coleman, John Coltrane, Don Cherry o Weather Report". Tras dos grandes clásicos grabados para Windham Hill ("Shadowfax" en 1982 y "Shadowdance" en 1983), la banda conformó al año siguiente este completo plástico, "The dreams of children", un trabajo impoluto en cuanto a su calidad de sonido y profundidad instrumental (se nota y se disfruta cada instrumento, mas allá incluso de la excelsa calidad de sus intérpretes), dejando un poco de lado el free jazz de sus comienzos, y entrando en un juego mas comercial, perfectamente asentados en la onda de la música que vendía su casa de discos. En "The dreams of children" nos olvidamos de los temas puente de carácter experimental que podían, en menor medida, encontrarse en los álbumes anteriores, porque practicamente todas las canciones tienen sentido, ritmo y esencia sin dejar espacio al aburrimiento. Además de la mencionada joya "Another country", ahí están ejemplos como "Snowline" (sones de medianoche con un rotundo saxo) y "The big song" (un tema intenso donde la espléndida guitarra de Stinson da varios pasos adelante y crea su propio territorio en el disco), que anteceden a la excepcional, sensible y arrullante "The dreams of children", una pequeña nana conducida por el lyricon de Greenberg con la que se acaba de entender el titulo del álbum, pues se trata de una pequeña delicia infantiloide de gran carga emotiva. La sorpresa de la segunda parte del disco, donde nos encontramos con la interesante ambientalidad de "Kindred spirits" y "Shaman song" antes de llegar a una cierta intrascendencia final, es el quinto corte, de título "Word from the village", una completa incursión en el folclore africano de la mano de G. E. Stinson, que guiado por la voz de Morris Dollison y una asombrosa comunión de cuerdas, piano, viento y percusión, sorprende y deslumbra en una acertadísima fusión.

Cuando Shadowfax fichó por Windham Hill, Chuck Greenberg decidió conseguir los masters del primer plástico que grabaron en 1986, "Watercourse way", que poseía Passport Records, y fue listo al recomprarlos antes de que Shadowfax comenzaran a tomar importancia en los círculos de la música instrumental. De esta manera, los dirigentes de Passport estuvieron más que satisfechos de vender barato un producto que para ellos no era rentable, y la banda hizo un buen negocio al poder publicarlo de nuevo con Windham Hill en 1985. Antes de ello, y para el segundo disco con la compañía de Palo Alto, "Shadowdance", habían regrabado dos temas de aquel trabajo, la canción homónima y "Song for my brother". Además, en la estupenda recopilación "A winter's solstice", la compañía tuvo la excelente idea de incluir la canción más destacada y lírica de aquel primer álbum, "Petite aubade", una pequeña muestra de la excelencia de Chuck Greenberg, el alma del grupo y productor de los discos, que falleció el 4 de septiembre de 1995 víctima de un ataque al corazón. Su legado, así como el de su fiel Stinson y otros grandes músicos como el violinista Charlie Bisharat, que llegó años después del disco aquí reverenciado, fue la discografía de Shadowfax, un grupo de sonido inconfundible por obra y gracia de ese saxo electrónico llamado lyricon, que ganó el grammy al mejor álbum de new age en 1988 por "Folksongs for a nuclear village". La escucha de "The dreams of children" o de cualquiera de sus obras es un verdadero placer que hay que disfrutar y saborear con calma.



9 comentarios:

Anónimo dijo...

He descubierto este disco gracias a esta reseña y es una autentica maravilla. Sorprende a cada minuto dando bastante más de lo que se espera de un álbum New Age.

Pepe dijo...

Me alegra que la crítica haya servido para eso, Jaimixx, creo que Shadowfax es un grupo poco conocido pero con un sonido maravilloso que merece ser escuchado y descubierto por quien no lo conozca.

No te pierdas tampoco esos temas sueltos que menciono de sus anteriores discos (o incluso los discos enteros, que no están nada mal).

Anónimo dijo...

despues de haber escuchado Angel's Flight, A Thousand Teardrops, Another Country, New Electric India, Brown Rice, Shadowdance, y algunas otras joyas de Shadowfax...simplemente no he encontrado nada que supere a estas composiciones atemporales en muchos años...Saludos y larga vida a la musica de SHADOWFAX !

Pepe dijo...

Vaya, un auténtico fan de Shadowfax, con lo difícil que es eso... Tienes mucha razón, son composiciones atemporales, tienen tantos matices, aparte de una interpretación fabulosa (qué bien suena el lyricón) que es una pena que sean tan poco conocidas.
Sí señor, larga vida!!!

Rodrigo dijo...

escuché años atràs folksongs for a nuclear village ,luego "shadowfax" y enormemente agradecido de escuchar años mas tarde a "magic theater" que termina con un tema hermoso.. como puedo bajar algo de ellos, es un gran grupo , pero poco conocido. Gracias . Rodrigo

Pepe dijo...

Hola, Rodrigo, y saludos a Chile en general. Yo uso el EMule y conseguí casi toda su discografía sin problemas, en especial los discos de Windham Hill. No debería ser difícil con cualquier programa que uses, inténtalo.

Unknown dijo...

Hola amigos

Que placer saber que existen seguidores de este maravilloso grupo, tuve la oportunida de verlos en vivo aqui en mi pais, y realmente fue una experiencia extraordinaria, lo malo es que no he podido conseguir su musica en la red, sobre todo el album "folksong for a nuclear village" a mi gusto muy personal lo mas grande hecho en la new age. ojala pueda tenr una ayuda de alguien para conseguir ese album.

Un abrazo desde Chile

Daniel perrones

Anónimo dijo...

Hola Daniel, todavía buscas "The folk songs for a nuclear village"?

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias por la reseña. Acabo de escuchar el álbum y me ha encantado.