15.1.23

ROBERT SCHROEDER:
"Brain Voyager"

Alemania ha sido tradicionalmente la cuna de grandes grupos y artistas de música electrónica. Uno de los que merecería más reconocimiento del que posee actualmente es Robert Schroeder, creador de una serie de trabajos de calidad en los años 80, y que se mantiene prolífico en la actualidad bordeando la setentena. Nacido en Aquisgrán (al oeste de Alemania) en 1955, Schroeder se interesó desde muy joven por las aplicaciones electrónicas en el desarrollo musical. De hecho, acabó trabajando en el campo de la ingeniería electrónica, aprendiendo poco a poco a desarrollar aplicaciones con los mastodónticos equipos de la época, esos que sorprenden en las fotografías por su aparatosa mezcla de cables y botones. A finales de los 70, cuando la tecnología se hizo más portable, e influenciado por maestros de la talla de Kraftwerk, Pink Floyd, ELP o Klaus Schulze, se consideró preparado para comenzar su carrera musical, y el propio Schulze confió en él para publicar en su recién fundado sello, el recordado Innovative Communication.

El primer disco publicado en ese sello por Robert Schroeder en 1979 se tituló "Harmonic Ascendant", un álbum de buena aceptación, muy aconsejable, con el que comenzó a forjarse un nombre. Más éxito incluso tuvo con "Floating Music" (1980), y con "Mosaique" (1981), algo más experimental. "Galaxie Cygnus-A" (1982) se entrenó como un show multimedia en el festival austriaco Ars-Electronica. En "Paradise" (1983), su música adquiere nuevos desarrollos, o al menos es lo que él dijo sobre ese trabajo que finalizó su aventura en Innovative Communication, al menos en solitario, ya que su dúo Double Fantasy con C. Buechel (que aquí se hacía llamar Charly McLion, mientras que Robert era Dreamstar), publicó un par de discos en dicho sello a partir de entonces, "Universal Ave." (1986) y "Food for Fantasy" (1994). Su paso a Racket Records atrajo malas críticas en su primera referencia, una deriva hacia el pop electrónico pero experimental titulado "Computer Voice" (1984). Fue en este momento cuando llegó el disco clave de la carrera de Robert Schroeder, "Brain Voyager": grabado en julio y agosto de 1985 y publicado por Racket Records ese mismo año, se trata de la banda sonora de la película alemana con efecto 3D 'Glücksgedanken' ('Life's Abundance'), basada en la novela de ciencia-ficción de Ludwig Tieck 'Des Lebens Überfluss'. Es el primer CD mundial grabado con la tecnología de cabeza muda (o de cabeza artificial), desarrollada por el doctor Genuit, de la Universidad Técnica de Aquisgrán. Lo electrónico y lo clásico comulgan y navegan por estas nuevas autopistas tecnológicas, marcando uno de sus hitos como compositor y uno de sus éxitos en otros países, llegando hasta norteamérica. El muestrario de argumentos y capacidades de Schroeder se muestra agazapado con motivo del encargo efectuado, pero aparece de este modo un músico delicado que combina distintas facetas, algunas escondidas sin razón, como la romántica. De hecho, ese corte de principal titulado igualmente "Brain Voyager" es un comienzo de teclado melancólico, en la onda de películas románticas de la época con la ayuda de la guitarra acústica de tres intérpretes, Brigitte Sehle, Charly Buechel y Reiner Brücker. El trabajo es mucho más reflexivo que obras anteriores plenas de ritmo y efectos. Así, las melodías son por lo general introspectivas y edificantes, como en "Lost Humanity". "Frozen Breath of Life" es un nuevo ambiente cargado de magia electrónica conducido por unas teclas limpias sobre las que se despliega un manto de sintetizadores. En "Invisible Danger", la serena melodía es cortada abruptamente por efectos sonoros y una cargada atmósfera, como avisando de ese peligro invisible del título. El teclado del tema homónimo se vuelve más romántico con la inclusión de la voz de Monika Rath en "Glücksgedanken", que vuelve a contar con el aporte acústico de las guitarras. "Love Symphonie" es un nuevo ambiente terrenal muy asequible, sin riesgo, lo cual puede ser la única pega que se le puede hacer al disco, esa ausencia de elementos atrevidos. En "Slaves of Civilization", la nueva melodía semiclásica es rota por sonidos disruptivos logrando no sólo una cierta incomodidad sino todo el interés, aunque al final se suavice y se desarrolle; se echa de menos sin embargo un mayor metraje, una prolongación de ese ambiente. Por último, "The Inside of Feelings" es un final con mayor carga misteriosa que el inicio, aunque de nuevo se vea a un Schroeder contenido.

'Sin batería', se recalca en las notas interiores de este disco electrónico con detalles acústicos, que en el año 2009 fue reelaborado y publicado por el sello del propio Robert News-Music, según explica el músico en su web: "Sin remezclas, sin cambios en el contenido, sino una revisión de sonido puro de la versión original en CD con las posibilidades del software de computadora más nuevo. El resultado es un sonido potente y dinámico que también te permite redescubrir las sutilezas". Robert Schroeder-Trebor, que es como se hacía llamar este autor en el libreto del álbum, compuso, grabó y produjo esta celebrada banda sonora. La mezcla fue elaborada en una iglesia de la ciudad alemana de Stolberg (Rheinland) con una cabeza artificial. La premiere de la película y de paso la presentación del álbum se produjo en Düren en 1986. Unas cuantas décadas después de aquello, "Brain Voyager" sigue siendo una referencia válida y su sonido, aunque pueda parecer desfasado, no ha perdido interés y se mantiene como un importante recuerdo de la vieja escuela en la música electrónica.







3 comentarios:

Álvaro Ruiz dijo...

Un gran álbum. Fue el primer disco que me compré de Robert Schroeder, allá a principios de los 90. En pocos meses me había hecho con casi todos sus discos anteriores, algunos en tienda y otros pidiéndolos por correo. Y son discos que me siguen enganchando. Sin embargo, a partir de "Hamaja" (1991) su música empezó a degenerar con muchos presets, mucho sampling y mucha caja de ritmos, pero mal usados. El "Timewaves" del año 86 tiene todo eso pero sin embargo engancha, y tiene un temazo de casi 20 minutos llamado "The Message" que no me canso de escuchar. Como digo, a partir de los 90 su música no me dice nada. Aunque ha habido algún intento de recuperar el estilo de sus inicios en los últimos años, en mi opinión no lo ha conseguido. Me quedo con su discografía de los 80.

Pap dijo...

Descubrí a Robert Schroeder a través de un programa de música electrónica que emitían en Valencia por los noventa llamado "Viatge a Samarcanda" en el que era habitual que cayera un tema o dos del compañero TREBOR. Aunque creo recordar que Lara López o Trecet lo pincharon tambien en los ochenta en su "Diálogos"
A mi me pasa con Robert Schroeder un poco como a Álvaro aunque lo atribuia a mi falta de paciencia con lo nuevo. Timewaves (que en realidad es del 87) es impagable. Bueno desde el inicio al final, y hasta los 90 todos los albums tienen flashes de genialidad. A partir de entonces admito que la frecuencia de "temazos" baja. No volverá a hacer Driftin', pero ¿qué artista mantiene ese nvel durante 43 años?!

Pepe dijo...

Grandes comentarios los vuestros, amigos, demostrativos de que domináis más que yo la obra de RS, al menos la obra más reciente, pues la de gran parte de los 90 y todo el nuevo siglo, es bastante desconocida para mí. Por lo que he podido picotear, mi opinión es claramente la misma.
Y no es Robert el único que ha perdido cualidades con el paso del tiempo, se echa mucho de menos aquella gran época...