5.8.20

NIEKKU:
"Niekku 3"

Si hay un instrumento especialmente importante y definitorio de la música tradicional finlandesa es el kantele. De orígenes medievales tanto en el norte de Europa como en las Islas británicas, su imagen primaria es la de una simple pieza de madera con cinco cuerdas (puede tener 10, 15 o más), que se tocaba como un arpa. El instituto de investigaciones de Kaustinen se esforzó notablemente para que tanto la música tradicional como el propio kantele y otros instrumentos olvidados tuvieran una redifusión en la sociedad finlandesa de los años 70, pero fue en los 80 cuando Heikki Laitinen impulsó definitivamente esta disciplina a través de un programa de enseñanza específico en la Academia Sibelius de Helsinki. De ahí salieron grupos que alcanzaron una especial relevancia, tanto en su país como en los círculos de las músicas del mundo, abanderados del conocido como 'nuevo folk finlandés', equiparándose en importancia a otros como Tallari (considerado el primer grupo profesional de música tradicional finesa), especialmente Pirnales y una deliciosa banda femenina llamada Niekku. 

Seis chicas, estudiantes de primero en la Academia Sibelius, formaron Niekku en 1983. Sólo tres discos quedaron como testigo de su reunión, de títulos directos: "Niekku 1" (1987), "Niekku 2" (1989) y "Niekku 3", el más completo de todos, publicado por el sello independiente finlandés Olarin Musiikki en 1989, con la producción del mencionado profesor de folk en la Academia Sibelius, Heikki Laitinen, figura clave en la música folclórica desde la década de los 70. Las cinco integrantes de este tercer disco, el más completo de la terna legada por la banda, interpretaban el kantele en sus discos y conciertos, además de la voz y otros instrumentos. Eran Leena Joutsenlahti, Maria Kalaniemi, Anna-Kaisa Liedes, Anu Itäpelto y Liisa Matveinen. El trabajo se compone de seis canciones, dos de ellas tradicionales, más de 40 minutos que suponen un excitante y lejano viaje hacia un frío muy cálido. El comienzo, "Yksi ruusu", es una hermosísima tonada tradicional digna de glosar una leyenda, una manera pasional y arrebatadora de interpretar una bella melodía de viento (a cargo de Leena Joutsenlahti) acunada por el kantele. La pieza es maravillosa de principio a fin, y más que un digno inicio, es el comienzo de una historia de amor. Compuesta por Maria Kalaniemi (en ella destaca su instrumento principal, el acordeón de botones de cinco filas), "Mene myöten myöty neiti" es una pieza más discreta que la anterior pero igual de insinuante. Anna-Kaisa Liedes y Heikki Laitinen son las escritoras del siguiente tema, "Tuuti tuuti", donde comienzan a aparecer claramente las voces (todas aportan sus gargantas), al modo tradicional con reminiscencias antiguas. Pero es en "Aamulla varhain" donde el grupo alcanza la excelencia en el álbum, otra canción tradicional con la voz principal en esta ocasión de Liisa Matveinen; "Aamulla varhain" es una serena canción que se apodera de la luminosidad de los atardeceres nórdicos y abre un camino directo a la emoción más allá de cualquier procedencia o lenguaje incomprensible, una hermosa balada del folclore mundial. El disco continúa y la composición de Anu Itäpelto "Kanteleilla", se basa totalmente en el kantele, instrumento que aquí tocan las cinco, demostrando de nuevo la importancia de este instrumento en el sonido del conjunto y en el acervo finlandés. Poco importa que "Kymmenellä rivillä" sea un final más vanguardista, difícil de seguir (compuesto por el productor Heikki Laitinen), porque la obra ha cumplido con las expectativas y va a permanecer en la memoria como un gran legado de Niekku a las músicas del mundo.

En el revivir de las músicas tradicionales finlandesas tuvo buena parte de culpa y un encantador impacto (que saltó, aunque fuera minoritariamente, sus fronteras) el grupo Niekku, que de manera ciertamente sorprendente se disolvió en su momento de madurez y mayor capacidad y progresión. Las causas fueron varias, pero tal vez Maria Kalaniemi fuese el pegamento que, una vez fuera del conjunto, hizo a éste desmoronarse. Maria, que en 1983 había ganado el prestigioso premio del Acordeón de Oro en Finlandia, se centró en sus proyectos en solitario y con otros músicos (fue sin duda, y sigue siéndolo, la más prolífica de los miembros del grupo), algo parecido a lo que hizo Anna-Kaisa Liedes. Liisa Matveinen se unió momentáneamente a otra banda de nombre importante, Tallari, y la mayoría de ellas continuaron impartiendo clases de música folk en la Academia Sibelius, esa ilustre institución de la capital finesa que tuvo su parte de importancia en el resurgir del rico folclore de esta república del noreste de Europa.



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