18.8.15

CHANNEL LIGHT VESSEL:
"Automatic"

Mal encauzada, la experimentación sonora en el terreno de la fusión de culturas y de lo acústico con lo electrónico, puede discurrir por caminos agrestes, embarrados. De vez en cuando, para nuestra fortuna, se desarrollan proyectos activos, eficaces y novedosos, sin la necesidad de venderse a un tratamiento de fácil masticación por el gran publico. Descienden sus ventas, sacrifican el acceso a la fama, pero ofrecen lo que realmente tienen dentro, un producto auténtico y sincero, sin las cortapisas de desangelados directivos que solo viven de los números. La banda Channel Light Vessel fue un claro exponente de lo anterior, y además era una reunión de nombres relumbrantes, una formación de extrema calidad y brillante experimentación en lo que se podría denominar ambient jazz. Su primera grabación, de título "Automatic", fue publicada en 1994 por la independiente británica All Saints Records, compañía que recogió el testigo (y el catálogo) de Opal Records y Land Records, sellos creados por el inquieto multiartista Brian Eno a finales de los 80. Grabado en los estudios Real World, "Automatic" contó con la presencia de un delicado corte extra, "Faint aroma of snow", en la reedición de 2005 por parte de Hannibal Records, con portada distinta a la original.

El nombre del grupo y de su primer trabajo provienen de un 'lightvessel' (un barco que actúa como un faro en aguas muy profundas) de nombre 'Automatic', ubicado en el Canal de la Mancha, y utilizado por la BBC. El conjunto se reunió en torno al legendario guitarrista Bill Nelson (miembro de Be-Bop Deluxe en los 70), que había producido a otros dos de los miembros, Roger Eno y Kate St. John, en su álbum conjunto de 1992 "The familiar". St. John era una guapa intérprete de instrumentos de viento, cantante y compositora que había pertenecido al grupo The Dream Academy, mientras que Roger, más allá de ser el hermano pequeño de Brian Eno, contaba ya con una exitosa carrera en solitario combinando lo ambiental con la música de cámara. Laraaji (afroamericano, orientado a las músicas del mundo) y la violonchelista japonesa Mayumi Tachibana fueron los dos nombres que completaron esta inusual formación multicontinental de creación fortuita, ya que cuando Nelson, Eno y St. John fueron a presentar "The familiar" a Japón, el telonero era Laraaji, al que acompañaba Mayumi al chelo. Todos coincidieron en un momento dado en el escenario, y se produjo una especial química, que decidieron trasladar al estudio. En determinados momentos alcanzaron una cierta majestuosidad sonora, especialmente cuando hacía su aparición el oboe, en collages musicales sin tiempo definido que parecen crear su propio estilismo. Momentos privados de gran esplendor intimista, incluso con esencias clásicas, se alternaban con otras construcciones mas oscuras, en una evolución sonora sin rumbo fijo, a ratos desconcertante, en ocasiones deslumbrante. Un acertado primer corte, cancion sencilla en la que voz masculina (Bill Nelson) y femenina (Kate St. John) se complementan a la perfeccion, despierta el interés hacia el disco: "Testify" tiene madera de pequeño himno para los seguidores de la banda, y es que el original y beneficioso tratamiento instrumental convierte en pequeños tesoros a lo que de otro modo podrían haber sido simples canciones de estilo pop. Enseguida aparece el corte más difundido, un "Train travelling north" donde se aúnan los factores mas distinguibles de la banda, curiosa mezcla de instrumentación (el oboe cobra papel protagonista, pero presenta unos cuidados complementos, desde el chelo que lo secunda hasta la efímera guitarra, pasando por la cuidada percusión o el pegadizo ritmo), atemporalidad, huida del enfoque facilón y una curiosa esencia de modernidad y etnicismo cuyo nivel tanto de exotismo como de electrónica no es desmedido sino agradable. En la antítesis del subidon melódico anterior, cadencias orientalizantes fundidas con jazz atmosférico ("Dog day afternoon", donde el saxo no llega a alcanzar el clímax necesario para destacar especialmente) unen sus fuerzas con ritmos urbanos de apariencia también jazzistica (en "Ballyboots" una excitante percusión y una gama de sonidos atrevidos convierten algo que parece comenzar deslavazado, en una audaz aventura de difícil ubicación -parece una banda sonora de serie ochentera- pero pleno disfrute) o hiphopera ("Thunderous accordions", un poco caótico y vanguardista), o con suaves baladas, vocales ("A place we pray for", pieza relajada en la que se vuelven a contrastar dos voces opuestas, terrenal la masculina, angelical la femenina) o instrumentales ("Bubbling blue", "Bill's last waltz"), en un todo que agrada y convence. No faltan piezas atmosféricas ("Flaming creatures", un eco de vientos un tanto atonal, una atmósfera soñadora con atisbos de fusión jazzistica y experimental -voces extrañas en un final industrial-) e incluso algún momento prescindible ("Duende", en una fusión contundente aunque no tan afortunada, un experimento flamenco del que se agradece su corta duración, ya que podía haber derivado en un gran batacazo). Para acabar de resumir el trabajo, el cierre viene dado por dos cortes completamente diferentes que encierran sus dos vertientes, la urbana y moderna ("Fish owl moon") y la calmada, antigua ("Little luminaries", despedida melancolica, de nuevo un jazz suave de una humilde sencillez, tamizado oriental, en la que se conjugan piano, vientos y cuerdas). Cada miembro de esta reunión de amigos y músicos demostraba en el estudio su versatilidad: Bill Nelson (guitarra, bajo, teclados, percusión, voces), Roger Eno (piano, teclados, acordeón, banjo), Kate St. John (oboe, saxo, voces), Laraaji (citara, kalimba, percusiones) y Mayumi Tachibana (violonchelo) unieron sus fuerzas en esta efímera banda de nombre meteorológico y sonido tormentoso.

St. John, que por circunstancias familiares (la madre de su ex-marido era salvadoreña) sabe algo de castellano, era tan importante en el grupo como Nelson o Eno, incluso más carismatica que los chicos. Ella confirmaba que Channel Light Vessel era un grupo bien avenido en el cual todos se lo pasaban bien, sin problemas ni presiones discográficas. Lo divertido de esas sesiones (Laraaji, de hecho, fue cómico antes que músico profesional, y fundó talleres de risoterapia) derivaron en un disco plausible, con una primera mitad espectacular, cuyo éxito provocó la aparición de un segundo trabajo dos años después, "Excellent spirits" (sin la participación de Mayumi Tachibana), donde derivaron hacia un pop alternativo, creativo, original y bien construido pero de difícil comercialización, por su extraña ubicación y especialmente al echar en falta una o dos canciones fuertes que ayudaran a su éxito. Cómo tan dispares miembros de tres continentes lograron crear una música tan especial y atractiva, demuestra que hay algo común, primigenio, en el arte musical, y que personajes como estos, canalizadores de melodias y ritmos, solo tienen que dejarse llevar. Aun así, tal vez no se entendió su propuesta, o quizás se adelantaron a su época, pero tras esos dos plásticos el grupo desapareció y sus componentes se dedicaron por completo a sus carreras en solitario.



3 comentarios:

japobes dijo...

Demonios, quiero agradecerte el descubrirme/descubrirnos un disco tan especial como el que nos ocupa. Ni repajolera idea de su ya lejana existencia. A éstas alturas no me resulta fácil escuchar algo que me llame la atención, y ésto lo consigue, ya lo creo. Como bien apuntas, se nota que el trabajo no estaba sujeto a presiones discográficas. Creativo, extrovertido, con vía libre a los intérpretes para acertar y equivocarse. Gracias, productor. No lo encuadraría en el ámbito jazz en ningún momento. Los temas más arriesgados me recuerdan a la locura genial de Oldfield en "Amarok" (ya sé que muchos me lapidarán por éste comentario), aparentemente desordenados pero a la vez milimétricos. Los cortes más tranquilos, pequeñas obras de arte. Me llama la atención tu comentario sobre el tema "duende". Estoy contigo. De hecho una de las mayores virtudes de éste disco es su corta duración. (Personalmente creo que al 90 por ciento de los discos del mercado les sobran minutaje en mayor o menor medida).
Qué duda cabe de que escucharé el siguiente álbum de éstos chicos. A mí personalmente, como músico frustrado que soy, probablemente lo que más me habría gustado habría sido el formar parte de discos como éste.

Unknown dijo...

Muchas gracias por seguir descubriéndonos grupos maravillosos cómo este!

Pepe dijo...

No, gracias a ambos por comentar. Aunque este sea un grupo bastante olvidado, tarde o temprano os hubieráis topado, en algún recopilatorio o de alguna otra forma, con canciones como "Train travelling north".
Y José, está claro que compartimos opiniones... a pesar de tu atrevida comparación con "Amarok"!!!