De camino entre la década de los sesenta y la de los setenta del siglo pasado surgió en Alemania una escena musical vanguardista que fue transformando poco a poco el rock psicodélico en una nueva forma de expresión basada en la electrónica, donde el ritmo y los secuenciadores convivían con la experimentalidad e incluso la meditación. Dejando aparte a los admirados Kraftwerk, a grupos como Ashra, Cluster o Popol Vuh se antepuso el proyecto de un joven estudiante de artes llamado Edgar Froese, una longeva banda nacida en Berlín llamada Tangerine Dream, cuya influencia ha sido notoria en un buen número de artistas electrónicos. En una evolución en la que ellos mismos se marcaban, sin miedos ni tapujos, los caminos a seguir, lo surrealista de sus primigenias propuestas musicales, unido a sus estudios artísticos, les acercó a la pintura del genial Dalí, a quien Froese había conocido en los años 60. Es sin embargo difícil encontrar una coherencia en sus primeros discos (algunos de ellos muy admirados), que les llevara al éxito popular, habiendo que remontarse a la formación más efectiva de la banda, la formada por Froese, Christopher Franke y Peter Baumann, para encontrar el nombre de este proyecto entre los álbumes más vendidos del año. Fue con el impulso de Virgin Records cuando las ventas de "Phaedra" y "Rubycon" -dos de los álbumes más míticos del grupo-, se dispararon, además de apostar por la huida controlada de atmósferas tenebrosas, extravagantes y excesivamente vanguardistas. Es conveniente detenerse también en 1976 cuando, ampliando el componente melódico (al contrario que en "Rubycon", parece que la banda intentó mover otra serie de teclas de cara a la audiencia, si bien mantuvieron perfectamente su carácter), se publicó otro álbum de culto aunque algo más controvertido, de título "Stratosfear".
Publicado de nuevo por Virgin Records, en "Stratosfear" el trío seguía experimentando cósmica y lisérgicamente, manipulando los sonidos electrónicos a su antojo. Si bien se respira un aroma setentero en estos movimientos electrónicos marcados por la psicodelia, su propuesta no permanece anclada en el olvido de la experimentación y el surrealismo en el que sí que cayeron muchas otras obras del grupo. Hoy en día, su escucha sigue siendo sugestiva, excitante y muy agradable, el ritmo constante tiene una vibración especial que conecta con los sentidos. "Stratosfear" es la canción básica del álbum, un tema activo y poderoso en su potente desarrollo, pero de una locura controlada, sin entrar en ritmos excesivamente machacones sino más bien sinfónicos. Con un título juego de palabras entre lo cósmico y el miedo (plasmación electrónica del miedo al infinito, tal vez), y un final excesivamente sosegado, mortuorio, "Stratosfear" es un hit que podría ser válido perfectamente en la actualidad para pistas de baile, y que fue convenientemente usado como sintonía en radios y televisiones. Pero no sólo el tema principal logra esa extraña y casi mística conexión interior; basado no en un ritmo continuo sino en constantes saltos y variaciones de estímulos sintéticos en una onda fúnebre (como la música de un cuento de Poe), "The Big Sleep in Search of Hades" estimula la mente como "Stratosfear" lo hacía con el cuerpo. La conexión continúa de forma parecida en el tercer corte, a ratos meditativa y otros alocada, tanto como su largo y extraño título, "3 A.M. at the Border of the Marsh from Okefenokee". En él, sones de armónica nos trasladan a un desierto sintético, con planeos áridos y notas lánguidas, en otro ambiente sin secuenciador. Por último, y en un tímido acercamiento a lo clásico, "Invisible Limits" nos hace viajar por esos límites invisibles que, entre lo físico y lo espiritual, nos evaden del mundo conocido, hasta llegar a un suave, melodioso y bello final tras el cual debemos reencontrarnos con nuestra realidad, algo parecido a lo que sucede al final de la película "2001: Una odisea del espacio", que también intenta recrear Monique Froese en la espectacular portada del álbum. En comparación con sus anteriores trabajos, Tangerine Dream se habían acercado demasiado a 'zonas de confort', trabajos con melodía y ambientes comerciales como "Stratosfear", que les generaron por igual críticas entre algunos de sus fieles (por su presunta falta de atrevimiento e intensidad), como nuevos seguidores que valoraban su acercamiento a fórmulas más fáciles y radiables. Froese lo contaba así: "Habíamos llegado a un punto en el que lo que hacíamos nos aburría profundamente, todos esos trucos con el secuenciador eran demasiado evidentes, muy fáciles. Abramos un nuevo capítulo, dijimos, cambiemos los papeles, el de la melodía, el de la estructura rítmica... Cambiemos todo. No fue cosa de ser o no comerciales, sino de colorear un poco el aburrimiento". Desde luego que lo consiguieron. Como era habitual en la compañía británica, Virgin publicó un single con versiones recortadas de "Stratosfear" y "The Big Sleep in Search of Hades". La primera edición en CD del álbum se publicó en 1984, como toda la discografía de Tangerine Dream en Virgin hasta la fecha. También contó con su correspondiente 'Definitive Edition' en 1995 y una reedición en vinilo en 2012. Además, el álbum íntegro se incluyó en la recopilación en triple CD "The Virgin Years 1974-1978". En 1995, en el disco "Tyranny of Beauty" de Tangerine Dream, venía contenida la pieza "Stratosfear 1995", casi 20 años después de la original
Publicado de nuevo por Virgin Records, en "Stratosfear" el trío seguía experimentando cósmica y lisérgicamente, manipulando los sonidos electrónicos a su antojo. Si bien se respira un aroma setentero en estos movimientos electrónicos marcados por la psicodelia, su propuesta no permanece anclada en el olvido de la experimentación y el surrealismo en el que sí que cayeron muchas otras obras del grupo. Hoy en día, su escucha sigue siendo sugestiva, excitante y muy agradable, el ritmo constante tiene una vibración especial que conecta con los sentidos. "Stratosfear" es la canción básica del álbum, un tema activo y poderoso en su potente desarrollo, pero de una locura controlada, sin entrar en ritmos excesivamente machacones sino más bien sinfónicos. Con un título juego de palabras entre lo cósmico y el miedo (plasmación electrónica del miedo al infinito, tal vez), y un final excesivamente sosegado, mortuorio, "Stratosfear" es un hit que podría ser válido perfectamente en la actualidad para pistas de baile, y que fue convenientemente usado como sintonía en radios y televisiones. Pero no sólo el tema principal logra esa extraña y casi mística conexión interior; basado no en un ritmo continuo sino en constantes saltos y variaciones de estímulos sintéticos en una onda fúnebre (como la música de un cuento de Poe), "The Big Sleep in Search of Hades" estimula la mente como "Stratosfear" lo hacía con el cuerpo. La conexión continúa de forma parecida en el tercer corte, a ratos meditativa y otros alocada, tanto como su largo y extraño título, "3 A.M. at the Border of the Marsh from Okefenokee". En él, sones de armónica nos trasladan a un desierto sintético, con planeos áridos y notas lánguidas, en otro ambiente sin secuenciador. Por último, y en un tímido acercamiento a lo clásico, "Invisible Limits" nos hace viajar por esos límites invisibles que, entre lo físico y lo espiritual, nos evaden del mundo conocido, hasta llegar a un suave, melodioso y bello final tras el cual debemos reencontrarnos con nuestra realidad, algo parecido a lo que sucede al final de la película "2001: Una odisea del espacio", que también intenta recrear Monique Froese en la espectacular portada del álbum. En comparación con sus anteriores trabajos, Tangerine Dream se habían acercado demasiado a 'zonas de confort', trabajos con melodía y ambientes comerciales como "Stratosfear", que les generaron por igual críticas entre algunos de sus fieles (por su presunta falta de atrevimiento e intensidad), como nuevos seguidores que valoraban su acercamiento a fórmulas más fáciles y radiables. Froese lo contaba así: "Habíamos llegado a un punto en el que lo que hacíamos nos aburría profundamente, todos esos trucos con el secuenciador eran demasiado evidentes, muy fáciles. Abramos un nuevo capítulo, dijimos, cambiemos los papeles, el de la melodía, el de la estructura rítmica... Cambiemos todo. No fue cosa de ser o no comerciales, sino de colorear un poco el aburrimiento". Desde luego que lo consiguieron. Como era habitual en la compañía británica, Virgin publicó un single con versiones recortadas de "Stratosfear" y "The Big Sleep in Search of Hades". La primera edición en CD del álbum se publicó en 1984, como toda la discografía de Tangerine Dream en Virgin hasta la fecha. También contó con su correspondiente 'Definitive Edition' en 1995 y una reedición en vinilo en 2012. Además, el álbum íntegro se incluyó en la recopilación en triple CD "The Virgin Years 1974-1978". En 1995, en el disco "Tyranny of Beauty" de Tangerine Dream, venía contenida la pieza "Stratosfear 1995", casi 20 años después de la original
Según declaró Edgar Froese, fue este un álbum muy complicado de grabar debido a problemas con el nuevo secuenciador de Peter Baumann, averías en los multipistas del estudio, en la mesa de mezclas, etc... Como ya sucediera con "Phaedra", el trío se acabó sobreponiendo a cualquier eventualidad, para poder tener el álbum publicado en octubre de 1976. Como antecedente del sampler, el melotrón -teclado que podía reproducir diferentes ritmos e imitar numerosos instrumentos- tuvo mucho que ver en este sonido que consiguió anclar a Tangerine Dream en la cima de la popularidad electrónica. Aunque había que vivir esa época para comprender el éxito de obras como esta, el nuevo oyente puede encontrar un fácil acomodo y una 'nueva' gama de estímulos en esta pequeña locura de ritmo, psicodelia, meditación y viajes astrales. Puede además quedar enganchado y perderse en la abultada discografía de este 'sueño de la mandarina', con o sin un Baumann que ya había publicado su obra en solitario "Romance 76" -de hecho "Stratosfear" fue su último trabajo de estudio con la banda, que abandonó tras la gira americana, país donde acabó fundando la imprescindible compañía de nuevas músicas Private Music-, con o sin Franke -que una década después, en choque con Froese, continuó su carrera en solitario-, y con o sin un incombustible Edgar Froese, que permaneció al frente de la banda hasta su muerte en enero de 2015.
12 comentarios:
Qué casualidad, hace poco me hice con de The Man Machine de Kraftwerk para probarlo. Ahora mismo no recuerdo cómo llegué a ellos, tuvo que ser a través de algún grupo relacionado. La cosa es que lo he escuchado y mi opinión es simple y clara: eso no es música. Menuda parida :O :O
De Tangerine probé un disco porque Chris Franke hace la música de una de mis series favoritas, Babylon 5, y me encanta su trabajo... Pero el disco que probé (Phaedra quizá) no me gustó nada. Con la música electrónica soy difícil de contentar.
Eres duro, eh? Claro que "Phaedra" también lo es, a mí de hecho no es que me convenza mucho. Pero "Stratosfear" sí que me llega, tanto en sus momentos más calmados como con el extraordinario tema homónimo.
En cuanto a Kraftwerk yo no es que sea mega-fan, pero decir que eso no es música... "Radioactivity" o "The robots" están muy bien, y "Autobahn" o "Tour de France", pero claro, recuerdo que tampoco te gustaba el GRAN Jean Michel Jarre, y ahí sí que me tocas la fibra sensible. Bueno, cada cual tiene sus bestias negras, yo por ejemplo no puedo con Miles Davis y cosas como esa.
Stratosfear... ¡qué recuerdos! Me vienen imágenes de los últimos ochenta, cuando servidor y su hermano Milton nos enganchamos a esta banda y no dejábamos de comprar (y buscar por ferias) sus discos y BSO. Años más tarde, Edgar y su pupilo Jerome compusieron un tema remix, "Stratosfear 1995", que está bastante bien (pertenece al disco "Tyranny of beauty").
De esta banda me quedo con un álbum legendario, "Force majeure", cuyo tema principal es una verdadera obra maestra de la música electrónica; os animo a que lo busquéis si no lo conocíais.
En plan más comercial, pero también más que estimable, está el álbum "Le parc", con un tema bellísimo llamado "Tiergarten".
Qué recuerdos...
La verdad es que así de golpe no recuerdo "Force majeure" pero me has puesto la mosca en la oreja así que ahora mismo le pego una escucha.
En cuanto a "Le parc", me parece un gran disco, incluso susceptible de una crítica en este blog. "Tiergarten" no sólo es un gran tema sino que este verano estuve en Berlín (qué gozada de ciudad) y me traerá buenos recuerdos. Sin embargo el tema más conocido de ese disco es el célebre "L.A. - Streethawk", tema principal de la serie "El halcón callejero", otra que me hace regresar a mi infancia/adolescencia.
Un saludo, Christian (y por supuesto otro a Milton).
Sin duda alguna, el mejor disco de Tangerine Dream es Ricochet.
Stratosfear está bien pero... pero Pepe es mejor! Larga vida a pepe :)
Un abrazo.
Prometo que no le he pagado nada a Miguel Angel Esteban por sus loas hacia mi persona (por otra parte, y sin ninguna duda, merecidas).
Ahora viene la pregunta. Eres el mismo M.A.Esteban, fan incondicional de Jarre -no sé si al mismo nivel de hace unos años-, al cual tuve el placer de conocer hace muuuuuuchos años en Barcelona? Si es así un gran abrazo, amiguete.
El mismo, el mismo :)
Ahora te mando un emailcito
Por cierto, el nombre exacto del sampler primitivo es "mellotron". Tenia un cartucho de cintas magneticas donde cada tecla tenia grabado el sonido. Actualmente tiene una version software llamada M-Tron. Saludos, JB
hola, si puedes, dale un vistazo a nuestro foro: http://tangerinedream.foros.tv saludos
hola Pepe!! otra vez por aquí... he de confesarte que estaba escuchando en estos momento Stratosfear y confiaba en poder leer algo de él en tu blog (no me equivoqué) jejeje
Force Majeure (1979) es "otro pedazo de monstruo de disco" es prog-sinfónico con unos cuantos guitarreos de los que pone los pelos de punta y experimenta también un rato... algo tremendo (mi favorito junto a este) uno muy recomendable para iniciarse puede ser Exit de 1981 con temas cortos y directos una producción genial y un sonido característico...
Aunque no hay que pasar por alto:
Phaedra (1974), Rubycon (1975) y Ricochet (1975)
un abrazo!
Buenas a todos!
Ayer noche (27/03/2010) en Barcelona flipé en colores escuchando y viendo a Edgar Froese...Tangerine Dream en concierto.Un concierto soñado muchas veces.Tocaron lo mas conocido y no dejaron de lado Stratosfear, Logos, Poland....una gozada, tres horas de éxtasis...
Hasta otra.
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