22.5.17

BRUCE BECVAR:
"Take it to heart"

El Metropolitan Museum de Nueva York posee una amplia colección de instrumentos musicales hechos a mano, explorando de esta manera el arte en su fabricación, desde antes de Cristo hasta el presente. Entre pianos (aquí se encuentra el más antiguo, fabricado por Bartolomeo Cristofori en 1720), violines de Stradivari y multitud de piezas provenientes de cada continente, se puede admirar también una hermosa guitarra eléctrica fabricada por Bruce BecVar en los 70 a base de ébano, koa, caoba, palo de rosa, arce de ojo de pájaro, benen, hueso, alambre, abalón, madreperla, marfil, cerámica y latón. BecVar, que construyó su primera guitarra a los 12 años y esta particularmente con poco más de 20, no sólo es un consumado luthier (The Who, Led Zeppelin o Carlos Santana incorporaron algunos de sus instrumentos a su repertorio), sino también un excelente músico, como su hermano Brian BecVar. Dotado de una gran sensibilidad, especialmente con la guitarra acústica, y la capacidad de tocar con garantías diversos instrumentos, Bruce comenzó su andadura en la industria musical en 1986, con un sencillo trabajo titulado "Take it to heart", publicado por su propio sello, Shining Star Productions.

"Takes it to heart" es una ópera prima apacible, campestre, conmovedora por momentos, en la que la guitarra encuentra un camino acústico para contar historias hermosas, coloridas e imaginativas. Es la suya una guitarra relajante, incluso espiritual, con ciertos efluvios de folk del tipo Will Ackerman, melodías poco apabullantes pero muy efectivas como "Blue ridge", que de hecho fue incluída en el sampler de 1988 de Windham Hill (aunque no tuviera nada que ver Bruce Becvar con el sello de Palo Alto, más allá de su vivienda en California) "Windham Hill Records guitar sampler". Con el primer corte, de similar título al álbum, arranca esta música relajante, de conexión tanto folclórica como espiritual, en la que la guitarra tiene la voz cantante, si bien hay que destacar la habilidad de Bruce como multiinstrumentista, pues interpreta en el álbum bajo eléctrico, percusión electrónica, teclados y guitarra sintetizador, además de las guitarras acústicas de 6 y de 12 cuerdas. Sólo Lars H. toca el sintetizador en uno de los cortes, concretamente el tercero, mientras que el veterano músico electrónico francés Bernard Xolotl ejerce de programador del sintetizador PPG Wave. Acto seguido, el mencionado "Blue ridge" es posiblemente el mejor corte del álbum, presenta más carga melódica, las cuerdas suenan limpias y cada nota es clara y deliciosa. De manera mas rítmica llegan "Spinning in the light fantastic" (con rasgueos más metálicos) y "Tropic of daydream" (con su buen clímax final), para retomar la sensibilidad en "In the tall grass" o "Song for Jenna", al hilo del bucólico y espiritual pequeño relato que acompaña al disco, escrito por la propia Jenna Jackson, esposa de Bruce, creadora además del diseño de la obra, cuya portada es una sencilla ilustración de Nat Quick. Jenna se muestra activa además ayudando en la autoproducción de Bruce. "Thoughts and feelings" retorna en parte al estilo Windham Hill, con pequeñas pero no insalvables distancias, una llevadera fusión entre la guitarra folk y la clásica. El plástico se va haciendo cada vez más new age con el paso de los temas, y aunque pierde algo de fuelle con la entrada de un suave y complaciente jazz urbano en "Easy street" o la poco agresiva atmósfera de "At last", deja en general un buen sabor de boca, muy natural y sincero, culminado por "Hymn for a new age", compuesto junto a Nick Henderson, punto final de un trabajo sencillo, sin melodías espectaculares ni pegadizas aunque sí bien planificadas e interpretadas, acordes de un carácter sincero, fuerte y voluntarioso cuya calidad no se pierde con el tiempo.

Creado en 1986, Shining Star Productions fue el sello a través del cual Bruce BecVar presentaba al mundo su música, álbumes que seguían la línea del aquí comentado -aunque no su frescura- como "The nature of things" (cuerdas muy relajantes, con colores de campo y cielo abierto), "Forever blue sky" (su mayor éxito, con mucha melodía de guitarra, aunque más ambiental y new age que folk), mientras que "Rhythms of life" (muy animado y asequible, buenas melodías a la guitarra con incorporación de vientos importantes que lo acercan al smooth jazz) fue publicado por Higher Octave Music, aunque fue su única incursión en esta importante compañía. "Arriba" (un giro hacia un 'nouveau flamenco' no muy original), "River of gold" (más cercano a la bossa nova) o varias colaboraciones de la más pura new age espiritual con Nada Shakti o con el gurú hindú Deepak Chopra, completaron el catálogo de Shining Star, del cual es una buena muestra su primera y placentera referencia, "Takes it to heart", un mundo privado en el que temas que surgen del interior recrean situaciones cotidianas y edificantes, en lo que parece un idilio romántico con la guitarra.

2 comentarios:

japobes dijo...


No lo conocía en absoluto y no cabe duda de que posee un "encanto" propio de la buena new age de aquellos años. Percibo a un tío con una sensibilidad que en algunos cortes -sobretodo en "song for jenna"- me llega bastante. Para los que no empiezan a ser "abuelos cebolleta" (como un servidor) es poco probable que aprecien ése encanto que decía antes dado que como bien dices no posee melodías con gancho suficiente para encandilar posteriores generaciones. Pero me alegro de haberlo conocido porque repito que creo que tiene más valor musical y emocional del que parece a primera vista.
Eso sí, el ultimo tema creo que no se sostiene por ningún lado, en el cual se pueden apreciar claramente al principio los compases iniciales del "ave maría" de Bach. Un poco después podemos oír las mismas notas con las que unos años después Oldfield compondría el -para mí gran tema- "the wind chimes part.1", así como un poco más tarde se vislumbra un
futuro fraseo del maravilloso tema "no holly for miss quinn" de Enya, también bastante postrero al trabajo de Becvar. Obviamente son casualidades, porque me jugaría mucho dinero a que estos dos "monstruos" jamás escucharon éste "take it to heart".

Pepe dijo...

Yo también me jugaría esa pasta, José, demasiadas casualidades, como bien dices. Es cierto que el tramo final del disco baja el nivel tan agradable de lo escuchado con anterioridad, pero en general valía la pena comentar la obra de este (bastante desconocido) artista que, como otros tantos, se ha ido diluyendo por los caminos de la new age.