10.11.07

CARLOS NÚÑEZ:
"A irmandade das estrelas"

1996 fue el año en el que descubrimos a uno de los músicos más internacionales que ha deparado el panorama musical español. Y fue así a pesar de que Carlos Núñez, nuestro personaje, ya había despuntado desde su más tierna infancia. Estamos además ante un estudioso de la música tradicional, alguien que, a pesar de su juventud (nació en Vigo en 1971), se merece un extraordinario reconocimiento por sus discos en solitario, su anterior trabajo con el grupo Matto Congrio, y sus numerosas colaboraciones con artistas de indudable calidad y renombre. Como dijo la publicidad de la época: "un artista que nace siendo internacional". El fruto de dicho parto se tituló "A irmandade das estrelas" (un nombre referido a la Vía Láctea, el camino de estrellas que lleva a los peregrinos hasta Santiago de Compostela), y efectivamente, al menos viéndolo con el transcurso de los años, se trató de algo más que un puñado de canciones de origen gallego, acabado celta y colaboraciones de excepción; fue el comienzo de una nueva popularización del folclore gallego en España, de aceptación total de la música tradicional en general, y el nacimiento de un adalid de esta noble causa. Lo que nombres de siempre en el mundillo de la música tradicional gallega como Milladoiro o Emilio Cao sólo habían podido acercar a un puñado de interesados, lo consiguió popularizar masivamente este joven vigués, apasionado, deshinibido y por supuesto virtuoso.

'La hermandad de las estrellas' fue un proceso iniciático para muchos en la música celta y constituyó el descubrimiento de una nueva cultura hermosa, atrayente y con un interesante componente festivo, pero el gran éxito de Carlos Núñez se ha basado también en la fusión de estos elementos con todo tipo de culturas, dentro y fuera de nuestras fronteras: 'Galicia es Galicia cuando es todos los mundos', dice Manuel Rivas en el prólogo del CD. Aún así no cabe duda de que la satisfacción que provoca su música, la emoción que transmite y la conexión que logra en directo son mérito exclusivo de este músico carismático que emana una exclusiva seguridad y un extraño poder cuando maneja la gaita gallega y la flauta de pico. Frutos de la tradición en su mayor parte, cada canción es un mundo en este delirio de calidad, los temas vocales (con los que podía acercarse a un público menos acostumbrado a la tradición) cuentan con las magistrales aportaciones de Luz Casal ("Negra sombra" es una hermosa balada en la que reside el espíritu de Rosalía de Castro), Xiradela (grupo de pandereteiras que literalmente lo bordan en "Cantigueiras", una de las canciones más auténticas del disco, que nos traslada a la Galicia rural), Dulce Pontes (en el precioso acercamiento al fado "Lela") y la eterna Vieja Trova Santiaguera (que despide el disco con la conga "Para Vigo me voy"), si bien esa comunión tan importante y maravillosa entre naciones celtas (sobre todo Galicia e Irlanda) se evidencia especialmente en los instrumentales: "Amanecer" es un impresionante recibimiento, una melodía hermosa de la Galicia del siglo XIX (redescubierta por Carlos Núñez en antiguos archivos) que abanderó el disco, en la que destacan las flautas y la gaita de Carlos, pero donde comienza el desfile de estrellas con las aportaciones sin igual de los hermanos O'Domhnaill -los 'cerebros' de Nightnoise-, y dos de los Chieftains, Derek Bell y Paddy Moloney. Jota, fandango y bulerías (el norte y el sur de la península) se hermanan a continuación gracias a Kepa Junkera, Rafael Riqueni y Tino di Geraldo en el tema que da título al disco y que mejor evidencia su desenfado y alegría. La de Kepa es una colaboración especial que se repite a lo largo del disco, pero también la de Ry Cooder y esa especie de mentores de Carlos en que se habían convertido The Chieftains, que en "The flight of the earls" capturan toda la magia de Irlanda para el debut discográfico de su protegido. "Villancico para la navidad de 1829" es otra joya más deudora del estudio y contínua búsqueda de Carlos Núñez, donde aparte de las gaitas de Paddy Moloney suenan de maravilla el violín de Enrique Iglesias, el clavicémbalo de Pablo Cano y el contrabajo de Pablo Múzquiz. Es necesario destacar, en cuanto a la instrumentación, otra de las composiciones, "Os gaiteiros da noite", que "supuso en Galicia una experiencia pionera de grabación con gaitas históricas" -cuenta Carlos en su libro "La hermandad de los celtas"-, al utilizar una gaita del renovador de la cultura gallega Perfecto Feijóo que llevaba un siglo sin ser utilizada, y según el intérprete, su sonido fue arrollador y tuvo un toque de novedoso. Este vendaval de colaboraciones de lujo (algunos de los invitados ni siquiera tenían nada que ver con la idea de música celta) fue complementado además por el excepcional técnico de grabación de The Chieftains, Brian Masterson. La producción se la reservó el propio Carlos Núñez, con la co-producción de Paddy Moloney en la mayoría de los cortes y de Ry Cooder en los dos restantes (en los que suena su guitarra, "Nubes del otro lado" y "Negra sombra").

"A irmandade das estrelas" tuvo una especial repercusión en aquella España en la que lo tradicional estaba en auge, con gran seguimiento popular en radios y en prensa y multitud de conciertos y festivales, lo cual supuso que la música celta española comenzara a mirar de igual a igual a la de las demás naciones celtas. Esta obra tiene además una chispa especial, un impresionante trabajo de investigación, una composición escrupulosa e inspirada, unas colaboraciones magistrales... "es la realización de toda una serie de ideas que surgieron a lo largo de muchos años intensos", señala el propio Núñez, "de gira con los Chieftains, participando en festivales y conociendo a muchos artistas por todo el mundo, me fueron saliendo las claves para hacer este trabajo, no tanto introspectivo sobre mi forma de tocar, sino como algo que sirviera de hilo conductor para unir muchas experiencias". Pero hay algo que lo hace aún mejor, este disco tiene alma, y el público español conectó con ella, llegando a venderse más de cien mil ejemplares del CD publicado en 1996 por BMG Ariola. En 2021, una edición especial por el 25 aniversario era realmente un disco nuevo con 13 composiciones inéditas que completaban el original con nuevas colaboraciones de músicos españoles como Rozalén, Rodrigo Romaní, Arianna Savall, Tanxugueiras o Iván Ferreiro, pero también extranjeros como Karen Matheson, Donald Shaw o Liam Ó Maonlaí. La mezcla de osadía propia de la juventud (no hay fronteras para el hermanamiento y fusión de la música celta con otros pueblos y culturas) con una madurez impropia de la misma originó un trabajo irrepetible, una estrella más entre esa hermandad de astros que forman el camino que lleva a Galicia.









5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un disco muy interesante, sin duda, pero para mí peca de irregular. Quedan aún grandes músicos en Galicias por descubrir por parte del gran público: Xose Manuel Budiño, Susana Seivane, Berrogüeto.....

Pepe dijo...

Tienes razón en que hay grandes artistas por descubrir, aunque los que mencionas ya están bastante consagrados, si la gente no los ha descubierto es que no han sabido o querido buscar. Me quedo con todos ellos y con muchos otros, aunque he de reconocer que la música folk en general no es mi fuerte, quizás por eso me quedo con una fusión tan internacional, ultraproducida y fácil de vender como la de Carlos Núñez.

Anónimo dijo...

Que Milladoiro lo conocen cuatro interesados?¿?¿ Eso lo diras tu
En todo caso sera Folk gallego, porque el folk español no es uniforme y por tanto no existe como algo homogéneo

Pepe dijo...

Cr�tica asumida, escudado amigo, aunque no cambio mi postura ni un �pice, ten en cuenta que me refiero al GRAN p�blico, el que por moda o mercadotecnia ha conocido a Carlos N�ez y no conoc�a a Milladoiro. El contexto en la frase lo deja bien claro.

Lo que s� admito es que la licencia que me he tomado con lo de 'folk espa�ol' es atrevida, aunque no me parece tan grave, al fin y al cabo estamos en Espa�a. Voy a cambiarlo para evitar m�s pol�micas.

Con lectores tan comprometidos como t� (cuida, lo agradezco), qu� miedo me da hablar por ejemplo de artistas como Dorantes (lo estoy preparando), pues no entiendo ni papa de flamenco!!!

Anónimo dijo...

Disco extraordinario, a modo de potpurri. Hay de todo, como en botica. Buenísimas las bulerías, a mí me encantan.
Milladoiro es conocido por quienes gustan del folk, en especial del de raíces celtas, pero no creo que nadie diga que es un grupo de gran conocimiento del público en general. Ciertamente, si lo tomamos en sentido literal, sólo los que hemos escrito aquí somos más de cuatro, así que al menos cinco lo conocen (en realidad muchos más, claro).
Por cierto, al "otro" anónimo: las cordilleras no son uniformes, y sin embargo existen. Las mujeres no son uniformes, y sin embargo, existen. Hasta los autores que escriben en gallego no son uniformes, y sin embargo, existen. Como, claro está, existe el folk español.
Un cordial saludo.