2.11.06

JOCELYN POOK:
"Flood"


Cuando en un alarde de inquieta inspiración Jocelyn Pook compuso "Backwards priests", no imaginó en ningún momento que iba a acabar, por mor de su potente carga visual, acompañando a las imágenes del atractivo y polémico film de Stanley Kubrick 'Eyes wide shut'. Rebautizada como "Masked ball", esta gloriosa composición que nutre la escena de la gran orgía es un ejemplo de la investigación y experimentación de esta violinista inglesa nacida en 1964, que colaboró, antes de madurar sus audaces propuestas, con grupos de diversos estilos como los populares Communards, Nick Cave, Morrisey, Peter Gabriel (su sello, Real world, publicó otro trabajo de Jocelyn, "Untold things") o los siempre sugerentes Massive attack, antes de adentrarse en terrenos más 'cultos' de la mano de Steve Reich, Laurie Anderson, Ryuichi Sakamoto o Michael Nyman, amén de algún intento propio de cuarteto de cuerda al estilo Kronos Quartet. "Masked ball" ilustra además una extraña circunstancia de su discografía, ya que su trabajo más exitoso, "Flood", no es sino una reordenación mejorada de su primer álbum, de título "Deluge", publicado por Virgin Records en 1997. En él, Jocelyn Pook nos ofrecía una particular visión musical de los mitos, leyendas y temores que la humanidad ha albergado sobre el fin del mundo en el período comprendido entre el año 1000 y el 2000, recurriendo para ello a todo tipo de culturas. También Virgin se encargó de la publicación de "Flood" en 1999, momento en el que se puede constatar que ambos discos son prácticamente iguales, incluso en sus epígrafes 'diluvio' ("Deluge") y 'inundación ("Flood"), sólo hay varios cambios de orden y de título merced a -en ocasiones imperceptibles- regrabaciones. Por lo tanto, ambos discos son igual de recomendables, si bien de primera mano sólo se puede encontrar la reedición aquí comentada, "Flood".

Jocelyn Pook aclara sus intenciones con estas palabras en el libreto de "Flood": "Desde hace algún tiempo he estado interesada en la creación de modernos, o quizás postmodernos, himnos, elementos yuxtapuestos de la cultura contemporánea con reminiscencias del más puro estilo musical de la iglesia primitiva, para crear texturas que tiendan a la melancolía, pero que espero puedan tener gran intensidad y relevancia en la actualidad". Doce 'himnos proféticos' componen "Flood", la mayoría de ellos creados inicialmente para el espectáculo 'Deluge' de la compañía canadiense de danza 'O vertigo', revestidos aquí con profunda emoción y tremenda calidad, bajo la propia producción de Jocelyn Pook con la ayuda de Harvey Brough. El propio Brough es el único co-autor en un tema del disco, el segundo recogido por Stanley Kubrick en el film 'Eyes wide shout', de título "Migrations". No es de extrañar que Kubrick y otros directores de cine y demás espectáculos pusieran sus ojos en Jocelyn Pook, ya que su música posee unas cualidades extraordinarias para el acompañamiento visual, así como un lirismo y un misterio sobrenaturales, un cruce de caminos entre la música antigua, la contemporánea y la world music que reclama toda la atención del oyente. Curiosamente, fue la compañía de telefonía Orange la primera en aprovechar esa enorme carga dramática, al utilizar el tema "Blow the wind / Pie Jesu" para uno de sus anuncios, que de hecho llegó a ganar el premio D&AD Silver Award; esta composición, basada en la canción popular "Blow the wind southerly" (de hecho incluye un sampler con la voz de la soprano Kathleen Ferrier), pone de manifiesto dos cosas, que la experimentación llevada a cabo en el disco pretende y consigue 'unir dos milenios', y que la voz de Melanie Pappenheim no sólo es fabulosa sino que se adecúa a las pretensiones buscadas en el disco con una extraordinaria gracilidad. Esta excepcional soprano inglesa impresiona en el disco y domina piezas como "Requiem aeternam" (un comienzo sacro revestido por suaves teclados) o la seductora "Romeo and Juliet" (titulada "Indigo dream" en "Deluge"). Esa fusión de milenios también lo es de culturas, en su música se puede percibir una intemporalidad y fusión global fuera de lo común, en ocasiones no sabremos si estamos escuchando una oración bizantina, un mantra tibetano recitado en sánscrito, un canto gregoriano, una leyenda hindú, una composición barroca de cámara, una pieza para ópera... ¡o todo ello a la vez!, lo que hace a su música inclasificable y dificilmente comparable con otras, si bien un nombre como el de Lisa Gerrard (en solitario o en determinados momentos de Dead Can Dance) puede venir a la mente. "Oppenheimer" sería un claro ejemplo de lo anterior, comienza con el extracto de un discurso del 'padre de la bomba atómica', acto seguido unos sonidos de desolación (viento, cuervos) nos llevan hacia la entrada de las voces pseudo-operísticas fusionadas con un inmenso canto yemení, todo ello expresando, de la forma más maravillosamente sombría que se puede imaginar, la desolación de ese hombre que había construído una maquina de destrucción. "Goya's nightmare" es otra de las cumbres de "Flood", envolvente e hipnótica, en ella destaca otra voz, la de Manickam Yogeswaran, simpático cantante y percusionista de Sri Lanka, otro de esos colaboradores de excepción del disco, como la cellista Caroline Lavelle, las violinistas Sonia Slany y Julia Singleton, la ya mencionada Melanie Pappenheim, o un Harvey Brough que, en el estudio o en directo, sirve para casi todo. Mención aparte requieren los dos temas incluídos en la banda sonora de "Eyes wide shut", contenidos originalmente en "Deluge" y remezclados para este "Flood". "Migrations" cuenta con un enigmático desarrollo 'antiguo' por obra y gracia del sonido de fondo del salterio que acompaña a todo el tema (a cargo del propio Harvey Brough), lo cual unido a la garganta de Yogeswaran y pequeñas programaciones dotan a la composición de esa intemporalidad tan sugerente que consiguió atraer a Kubrick. De gran dramatismo e intensidad, "Masked ball" es la pieza más famosa, al estar incluída en un momento cumbre (y visualmente impactante) de la película; violines, viola y cello aparte, la base del tema son las tenebrosas voces de dos sacerdotes rumanos declamando una misa bizantina pero escuchados al revés (de ahí el título original, "Backwards priests"), consiguiendo, paradójicamente, resucitar viejos demonios en nuestras almas.

La suerte sonrió a Jocelyn Pook cuando la coreógrafa de Stanley Kubrick, Yolande Snaith, utilizó su música en los ensayos para 'Eyes wide shut', lo que acabó provocando que el director estadounidense la escuchara y decidiera elegirla. El reconocimiento por parte de la crítica (estuvo nominada a diferentes premios por "Eyes wide shut", entre ellos los Globos de Oro), y su experiencia en la música para danza y teatro, hicieron que Jocelyn comenzara una excitante carrera como compositora para cine, pudiendo escuchar su música en otras películas de renombre como 'Gangs of New York', 'El mercader de Venecia' o varias del director español Julio Médem. En cuanto a su trayectoria aparte del cine, sólo "Untold things" vio la luz después de "Flood", otro buen disco, aunque algo menos intenso, publicado en 2001 por Real World. En definitiva, esa inundación a la que se refiere el título del disco que nos ocupa proviene de una marea de ideas, de originalidad y de conjunción de elementos que llevaron a esta humilde y encantadora violinista británica (en realidad se especializó en viola en la "Guildhall School of Music and Drama") a firmar una de las últimas obras maestras de la música contemporánea del siglo XX, poseedora de una estupenda transculturalidad, ubicada en un tiempo y un espacio indeterminados.







4 comentarios:

Anónimo dijo...

Recuerdo que su música en la peli de Kubrick era impresionante,igual me compro el disco tiene muy buena pinta. Ha hecho alguna otra banda sonora?

Pepe dijo...

Hola, Santi. Aunque las tres aportaciones más conocidas hayan sido las de "El mercader de Venecia" (banda sonora entera), "Eyes wide shut" (dos temas) y "Gangs of New York" (un tema), ha hecho otras músicas de películas, lo mejor es que investigues tú mismo en www.jocelynpook.com.

Anónimo dijo...

Vaya!! Yo también estuve en aquel concierto de Zaragoza!!

Hay que reconocer que pierde algo en directo. La producción de sus discos es muy muy buena.

Pepe dijo...

He de reconocer, amigo de curioso nombre, que me decepcionó que la acogida del concierto fuera tan fría, que estuvieramos tan poca gente para el caché de la artista (unas semanas antes Wim Mertens llenó). Sin embargo, el concierto me encantó, aunque estoy de acuerdo en que puede perder algo respecto a los discos, pero eso suele pasar cuando el espectáculo no es visualmenet atractivo (yo precisamente me esperaba algo más de coreografía o algún tipo de escenario).

Un saludo, y a ver si coincidimos en algún otro concierto.