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La posición de Grecia en el mapamundi posibilita su carácter de crisol de influencias, en la música de Eleftheria Arvanitaki no sólo hay tradición griega y motivos orientales, también hay elementos occidentales y de la europa del este, por ejemplo su colaboración con el norteamericano de ascendencia armenia Ara Dinkjian, con el que descubrió unas raíces culturales compartidas. Dinkjian es protagonista de algunas de las mejores canciones de esta compilación, y es que, como en cualquier discografía de artistas de amplia trayectoria en un país pequeño y de idioma difícil, la mejor forma de bucear en la misma es la opción del disco recopilatorio. "The very best of 1989-1998" fue publicado en 1999 por Emarcy Records, veterano sello de jazz y músicas del mundo emparentado con Mercury Records, actualmente propiedad de Universal Music. "Meno ektos" ("Me quedo fuera", 1991), "I nihta katevainei" ("Cae la noche", 1993), "Ta kormia ke ta macheria" ("Los cuerpos y los cuchillos", 1994) y "Tragoudia gia tous mines" ("Canciones para los meses", 1996) son los discos de los que se seleccionaron las catorce canciones de la compilación, pero la primera, incluida originalmente en "Meno ektos", cuenta en esta obra con una interpretación en vivo única e irrepetible, que la ha hecho famosa en medio mundo: "Dinata" es una composición maravillosa del mencionado Ara Dinkjian, que torna en prodigiosa en este directo de 1995 en el Teatro Vrahon de Atenas, con la inconfundible voz y percusión del también armenio Arto Tuncboyaciyan, cuya glosolalia es actualmente inseparable de esta canción para el gran público. El CDsingle en el que venía contenida, "En directo desde las rocas" (traducción del original en griego), se convirtió por méritos propios en el primer CDsingle de platino en Grecia. Que Eleftheria se ha rodeado en su carrera de grandes artistas es un hecho demostrable, por ejemplo el otro gran corte del disco, la emotiva y aterciopelada "Meno ektos", presenta el mismo compositor (Ara Dinkjian) y letrista (Lina Nicolakopoulou) que "Dinata", logrando un resultado único que compartía álbum con otras tres muestras aquí reunidas, entre las que destaca "Tis kalinichtas ta filia", de nuevo con la letra de Lina Nicolakopoulou. Que Eleftheria es un vendaval en sus conciertos y un ídolo de masas en Grecia viene demostrado por la segunda pieza en vivo del álbum, una animada "To kokino foustani" incluída en ese álbum en directo titulado "I nihta katevainei" ("Cae la noche"), pero la importancia de esta estrella se ha ido forjando en especial en los 90 por medio de álbumes como "Ta kormia ke ta maheria" ("Los cuerpos y los cuchillos", también en colaboración con Ara Dinkjian y Arto Tuncboyaciyan) o "Tragoudia gia tous mines" ("Canciones para los meses", donde ponía música a importantes poetas griegos): del primero de ellos es necesario destacar las sosegadas, casi meditativas, "Parapono / I xenitia" y "Skies ke chromata", así como un mayor aporte rítmico en la que le da título, "Ta kormia ke ta macheria". En el segundo, y coincidiendo con varias de las anteriores, nos encontramos con otro letrista esencial en esta época para esta estilizada cantante, Michalis Ganas, que aporta su pluma en los aires tradicionales de "Pame xana sta thavmata" o "Lianotragoudo", siempre con la interpretación impecable de una Eleftheria a la que se une Yiorgos Makras en "To parapono", basada en un poema del premio Nobel Odysseus Elytis.
Con los puntos álgidos de "Dinata", "Meno ektos" o "To parapono", se trata éste, como muestra de la gracia de una artista indispensable a nivel mundial, de un trabajo emocionante y disfrutable al ciento por ciento, en cuyo agradecido cuadernillo se incluyen las letras de las canciones traducidas al inglés. Sin embargo, hay que terminar destacando sinceramente lo bien que suenan estas pequeñas delicias en su idioma original y en esa voz tan auténtica y transmisora de una cantante maravillosa que entró en la música de casualidad, sin pensar que iba a hacer de ella su forma de vida: "Yo no quería ser cantante, quería ser ecóloga". La ecología perdió una investigadora, pero la música y nosotros ganamos un mito viviente del folclore.
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