Pocos músicos son capaces de abarcar tanto, de sorprender en sus planteamientos, de igualar sus niveles artístico y humano como Wim Mertens. Poseedor de un talento sin límite, su pelo encanecido no limita su inspiración, como demuestra a cada paso de su prolífica carrera, en la que siempre ha intentado evitar el poso de marginalidad (aunque también de popularidad, al menos durante los 80 y los 90) que acarrea el minimalismo, acercándose por igual a un clasicismo fácil de seguir como a una experimentación algo más complicada. Entre medio queda su obra para piano, melodías llevaderas complementadas por la inclasificable voz del belga, falsete tan interesante como criticado. En su abultada trayectoria, jalonada de éxitos fácilmente recordables ("Close Cover", "Humility", "Maximizing the Audience", "No Testament", "Al" y un largo etcétera), una de sus obras más completas y asequibles es "Jardin Clos", producido por el propio Mertens y publicado por Les Disques du Crépuscule en 1996, con un título que hacía referencia, según palabras del propio músico, a "una expresión del siglo XIII usada en Alemania y Bélgica, un grupo de mujeres independientes que crearon esta imagen visual como un lugar fantástico donde poder expresar, vivir y crear juntas su propia forma de arte". Sin saber muy bien por qué, tal vez por esa inspiración femenina, se acaba encontrando en este trabajo una perfecta artesanía musical -como el elaborado relicario que muestra la portada, realizado en uno de esos 'jardines cerrados'- a lo largo de sus ocho temas, por lo general en un tono amable, fácil de escuchar, y abiertamente comercial.
Mertens suele tener una claridad inusitada en sus ideas, y este disco sabe ser atrevido, emocionante y entretenido, con desarrollos elegantes y prácticos de unas piezas no precisamente cortas aunque no tan largas como para resultar aburridas en ningún momento. Fiel a un estilo característico, Wim se reinventa continuamente, y su personalidad sale a la luz cada vez que aparece su voz y su sorprendente lenguaje propio. Su manera de encauzar vocalmente las canciones -en falsete- es tan particular que ya es un clásico absolutamente fundamental en la historia de la música, si bien en "Jardin Clos" -como en otros grandes trabajos como "Maximizing the Audience" o "Shot and Echo"- hace una excepción y otorga ese protagonismo a la soprano belga Els Van Laethem, hermana de Katelijne Van Laethem, también soprano que había cantado en "Shot and Echo". Precisamente fue en "Shot and Echo", álbum que servía de apertura al desenfadado estilo que acaba llegando hasta "Jardin Clos", donde sonaba -aunque tímidamente- por vez primera la guitarra en la obra de Wim Mertens. Fue un inesperado suspenso en el conservatorio en la asignatura de guitarra lo que llevó a nuestro personaje -aunque seguramente no sólo eso- a convertirse en autodidacta, y a no utilizar prácticamente la guitarra en sus discos, por lo que sorprende su glorioso rescate en "Jardin cClos", por ejemplo su inclusión en la portentosa pieza de apertura, "As Hay in the Sun", que pasa de la curiosidad inicial a la extrema belleza final, en su acompañamiento con la banda (soberbio diálogo cuerda-viento), ese conjunto tan maravilloso del fiel amiguete Dirk Descheemaeker, que comprende no sólo el clarinete, trombón, tuba y trompeta al mando de éste, sino también unos maravillosos violines, violas y cellos, que dotan de una potente orquestalidad al disco. De hecho, siendo Mertens hombre de piano, voz y metales como instrumentos predominantes en su música, no había otorgado protagonismo al violín (sí a alguna tímida viola) hasta su aparición estelar en "Maximizing the Audience" y, pocos años después, en "Alle Dinghe" (que incluía la maravillosa "Al"). Su inclusión en el disco anterior a este, "Shot and Echo", había sido bastante testimonial. El piano toma de nuevo las riendas al comienzo de la completísima y excitante "Often a Bird", de una intensidad creciente, sorprendiendo que en una duración tan corta puedan decirse tantas cosas. Se trata sin duda de una de las mejores composiciones del álbum junto a la siguiente, la preciosista "Wound to Wound", más delicada una, más atropellada la otra, pero ambas expresivamente perfectas, bien en su sencillez, bien en su ordenado desorden (el desbordante y barroco final de "Wound to Wound", de aplastante hermosura, donde se solapan con sorprendente aunque forzada coherencia instrumentos, ritmos y texturas). Acaba aquí una sorprendente primera parte del álbum, de apabullante instrumentalidad, que se intenta compensar (e igualar cualitativamente) con una parte vocal que se inaugura con la alegre y desenfadada "Out of the Dust" y con "A Secret Burnng", dos piezas que nos trasladan unos años atrás por su forma de utilizar la voz, de manera mas cantada, en cierto modo lírica (atención a los giros de la segunda), que en sus trabajos más concretos de piano y voz, no en vano la voz de la soprano es excepcional, como también lo es en "Hedgehog's Skin", en la que se escucha además una voz masculina, otra soberana composición en la que sorprenden sus glissandos finales. "Pierced Heart" es otra pieza sin voz con un toque distintivo, en la que agrada sobremanera la guitarra, de punteos firmes, que conduce la composición por un camino de excelencia durante diez minutos, creando un efecto narcótico. "Not Me" es la eficaz culminación en clave minimalista del disco, donde su propia mujer, la española Chusa de la Cruz, y la holandesa Sylvia Kristel (más conocida como la protagonista de la película erótica 'Emmanuelle'), enumeran una sugerente cuenta atrás sobre un fondo sencillo y repetitivo donde las cuerdas tienen la voz cantante. En 2008 EMI Classics reeditó el trabajo en formato digipack con la incorporación de un nuevo corte, "Only Hurry" (que incluye en su melodía una referencia a "A secret Burning"), que aparecía en el CDsingle de "As Hay in the Sun" junto a la sosegada "Years Without History" y un tema oculto, una auténtica rareza sin título que comenzaba con una bonita pieza llamada "We Are the Thieves", posteriormente incluida en el DVD "What you See is What you Hear".
Mertens suele tener una claridad inusitada en sus ideas, y este disco sabe ser atrevido, emocionante y entretenido, con desarrollos elegantes y prácticos de unas piezas no precisamente cortas aunque no tan largas como para resultar aburridas en ningún momento. Fiel a un estilo característico, Wim se reinventa continuamente, y su personalidad sale a la luz cada vez que aparece su voz y su sorprendente lenguaje propio. Su manera de encauzar vocalmente las canciones -en falsete- es tan particular que ya es un clásico absolutamente fundamental en la historia de la música, si bien en "Jardin Clos" -como en otros grandes trabajos como "Maximizing the Audience" o "Shot and Echo"- hace una excepción y otorga ese protagonismo a la soprano belga Els Van Laethem, hermana de Katelijne Van Laethem, también soprano que había cantado en "Shot and Echo". Precisamente fue en "Shot and Echo", álbum que servía de apertura al desenfadado estilo que acaba llegando hasta "Jardin Clos", donde sonaba -aunque tímidamente- por vez primera la guitarra en la obra de Wim Mertens. Fue un inesperado suspenso en el conservatorio en la asignatura de guitarra lo que llevó a nuestro personaje -aunque seguramente no sólo eso- a convertirse en autodidacta, y a no utilizar prácticamente la guitarra en sus discos, por lo que sorprende su glorioso rescate en "Jardin cClos", por ejemplo su inclusión en la portentosa pieza de apertura, "As Hay in the Sun", que pasa de la curiosidad inicial a la extrema belleza final, en su acompañamiento con la banda (soberbio diálogo cuerda-viento), ese conjunto tan maravilloso del fiel amiguete Dirk Descheemaeker, que comprende no sólo el clarinete, trombón, tuba y trompeta al mando de éste, sino también unos maravillosos violines, violas y cellos, que dotan de una potente orquestalidad al disco. De hecho, siendo Mertens hombre de piano, voz y metales como instrumentos predominantes en su música, no había otorgado protagonismo al violín (sí a alguna tímida viola) hasta su aparición estelar en "Maximizing the Audience" y, pocos años después, en "Alle Dinghe" (que incluía la maravillosa "Al"). Su inclusión en el disco anterior a este, "Shot and Echo", había sido bastante testimonial. El piano toma de nuevo las riendas al comienzo de la completísima y excitante "Often a Bird", de una intensidad creciente, sorprendiendo que en una duración tan corta puedan decirse tantas cosas. Se trata sin duda de una de las mejores composiciones del álbum junto a la siguiente, la preciosista "Wound to Wound", más delicada una, más atropellada la otra, pero ambas expresivamente perfectas, bien en su sencillez, bien en su ordenado desorden (el desbordante y barroco final de "Wound to Wound", de aplastante hermosura, donde se solapan con sorprendente aunque forzada coherencia instrumentos, ritmos y texturas). Acaba aquí una sorprendente primera parte del álbum, de apabullante instrumentalidad, que se intenta compensar (e igualar cualitativamente) con una parte vocal que se inaugura con la alegre y desenfadada "Out of the Dust" y con "A Secret Burnng", dos piezas que nos trasladan unos años atrás por su forma de utilizar la voz, de manera mas cantada, en cierto modo lírica (atención a los giros de la segunda), que en sus trabajos más concretos de piano y voz, no en vano la voz de la soprano es excepcional, como también lo es en "Hedgehog's Skin", en la que se escucha además una voz masculina, otra soberana composición en la que sorprenden sus glissandos finales. "Pierced Heart" es otra pieza sin voz con un toque distintivo, en la que agrada sobremanera la guitarra, de punteos firmes, que conduce la composición por un camino de excelencia durante diez minutos, creando un efecto narcótico. "Not Me" es la eficaz culminación en clave minimalista del disco, donde su propia mujer, la española Chusa de la Cruz, y la holandesa Sylvia Kristel (más conocida como la protagonista de la película erótica 'Emmanuelle'), enumeran una sugerente cuenta atrás sobre un fondo sencillo y repetitivo donde las cuerdas tienen la voz cantante. En 2008 EMI Classics reeditó el trabajo en formato digipack con la incorporación de un nuevo corte, "Only Hurry" (que incluye en su melodía una referencia a "A secret Burning"), que aparecía en el CDsingle de "As Hay in the Sun" junto a la sosegada "Years Without History" y un tema oculto, una auténtica rareza sin título que comenzaba con una bonita pieza llamada "We Are the Thieves", posteriormente incluida en el DVD "What you See is What you Hear".
Músico genial pero incomprendido en exceso (él mismo se encarga de provocar incomprensión con sus cambios de registro y la dificultad de algunas de sus obras ante la facilidad de otras), admirado y odiado a partes iguales, Wim Mertens es uno de los bastiones de las Nuevas Músicas (incluso en la música contemporánea, aunque ciertos sectores retrógrados de la crítica clásica siguen ignorando sus méritos). Licenciado en musicología y autor en 1980 del libro "American Minimal Music" -dedicado a la obra de Philip Glass, Steve Reich, Terry Riley y La Monte Young-, forma una terna indispensable con el propio Glass y con Michael Nyman en cuanto al minimalismo más popular -pero a la vez con una enorme calidad- de finales del XX y comienzos del XXI. Así es Wim Mertens, que como una cornucopia parece representar la fecundidad inacabable, una cuantiosa producción que no suele dejar indiferente a nadie, como en el caso del impactante "Jardin Clos", una obra completa y anonadante en la que es sin duda difícil (ahí entra en juego la sensibilidad de cada oyente) escoger un tema o siquiera grupo de piezas favoritas en tan gran conjunto.