Una de las consecuencias directas del auge en popularidad y ventas de las Nuevas Músicas en los 90 fue la proliferación de discos recopilatorios que, con mayor o menor fortuna, presentaban parte del catálogo de compañías de todo tipo, pequeñas o grandes, artesanales o multinacionales, anodinas o interesantes. Uno de los ejemplos más eclécticos y ciertamente interesantes de esta panoplia de compilaciones fue "Karma" (publicado en España por EMI en 1995), que presentaba una variopinta colección de artistas sin conexión aparente entre sí, salvo (aparte de por su catalogación fuera de los circuitos más populares) por un cierto componente espiritual de fondo en sus creaciones. "Música para el nuevo milenio" era el subtítulo de este doble CD de pretensiones contemplativas, místicas por momentos incluso, para ser escuchado en contextos urbanos y tomar algo de oxígeno. Lo más extraño de su listado de artistas, la convivencia de grupos pop, world music, electrónica suave, jazz y música sacra. Por extraño que parezca, estos elementos conviven e interactuan a la perfección y constituyen una pequeña escapatoria al estrés, al menos durante su hora y media de duración.
En el budismo y el hinduismo, se define el Karma como la creencia o la ley cósmica según la cual toda acción tiene una fuerza dinámica que influye en las sucesivas existencias del individuo. Es decir, sería una especie de energía que se genera con nuestros actos y nos acompaña durante toda nuestra vida. ¿Y qué mejor para activar positivamente nuestra energía que la música? Aun dentro de un rango estilístico muy determinado, dedicado a la relajación y las armonías para el bienestar del espíritu, la compilación es bastante ecléctica. Ahora bien, ¿quien decide que es lo que pertenece o no a cada género musical?, ¿quién dicta lo que hay que colocar en cada estantería de las tiendas o en cada apartado de las webs musicales? En este caso es la sensibilidad, la estética y una decidida espiritualidad lo que determina la mezcla, pero puede parecer chocante la unión de grupos tan dispares como El último de la fila o Radio Tarifa con artistas como Suzanne Ciani o Franco Battiato, y presencias tan religiosas como el Coro de monjes del monasterio de Sto. Domingo de Silos o The Radha Krsna Temple. Sorprende especialmente el recibimiento del disco, un (gran) grupo de pop español como El Último de la Fila ofreció como cierre de su trabajo "Astronomía razonable" una pieza instrumental de soberana belleza, compuesta por Manolo García, de título "Mar antiguo (instrumental)". Su inclusión abriendo este "Karma" no presenta discusión. No faltan canciones de músicos de primer nivel en el CD1, moviéndose entre el folclore del grupo portugués Madredeus con "O pastor" (un prodigio que lanzó al estrellato a la banda comandada por la voz de Teresa Salgueiro) o de El Misterio de las Voces Búlgaras con "Polegnala E todora", el minimalismo de Philip Glass con su pieza corta "The photographer", o otra de las cumbres del álbum, una excelsa canción del cantautor italiano Franco Battiato titulada "La sombra de la luz", poesía inaudita al servicio del karma. Continuando con el disco 1, es asombrosa la cantidad de géneros implicados en la misma causa, la ópera está representada por María Callas ("La mamma morta", que sonaba en la película 'Philadelphia'), la música sacra por el británico John Tavener ("Thunder entered her") y el jazz por el compositor estadounidense -impulsor del proyecto Jazzpaña- Vince Mendoza ("Start here") y la vocalista Cassandra Wilson ("You don't know what love is"), sin olvidar la suave electrónica de Suzanne Ciani y su gran composición "The velocity of love". El segundo CD no presenta tantos nombres conocidos como el primero, siendo sus representantes más populares el japonés Ryuichi Sakamoto ("Acceptance"), el Coro de Monjes del Monasterio de Sto. Domingo de Silos (con "Alleluia", presente en su disco sorprendentemente multivendedor "Las mejores obras del canto gregoriano"), el grupo folclórico español Radio Tarifa (con "Mañana", presente en su trabajo "Rumba argelina"), que cobró fama en los circuitos de músicas tradicionales europeos en los años 90, o la actriz y modelo Milla Jovovich, que en su sorprendente faceta de cantante (bajo el nombre de Milla) no desentona con la canción tradicional ucraniana "In a glade". Aunque comience con la canción "Ti Eliz Iza" del grupo (liderado por Eric Mouquet, miembro de Deep Forest) Dao Dezi, la religiosidad se impone especialmente en esta segunda parte: "Govinda", del Radha Krsna Temple, es la primera muestra (una producción de George Harrison -que ayudó a popularizar la música hindú en occidente- de comienzos de los 70), a la que suceden "The music from Hildegard Von Bingen" del grupo Vision (liderado por Richard Souther, que se mueve en el terreno del clasical crossover), o los mencionados Sakamoto ("Acceptance" no es sino la pieza de títulos finales de la película 'El pequeño Buddha') y el Coro de Monjes del Monasterio de Sto. Domingo de Silos. Aparte quedan sus dos piezas clásicas, el conocido dueto de las flores ("Viens Mallika") de la ópera "Lakmé" del francés Delibes, o el "Stabat mater" de Antonio vivaldi, también de lógica inspiración religiosa. El CD culmina con la voz de la cantante británica Shara Nelson ("What silence knows"), famosa por sus colaboraciones con Massive Attack. Varias versiones diferentes de la compilación fueron publicadas, con distintas portadas, según el país que las recogía. En Grecia el recopilatorio venía contenido en un solo CD, del que solamente estaban presentes siete de las composiciones del doble español (además se podían escuchar a Vanessa Mae, Ian Anderson o Angelo Branduardi). Mientras tanto, en Mexico, además de El último de la fila, Franco Battiato o el Coro de Monjes de Santo Domingo de Silos, la recopilación recogía también composiciones de Enigma, Aleks Syntek, Brian Eno o Sacred Spirit.
No hay libreto en este doble CD, la información viene contenida en las propias páginas desplegables, tanto el listado de temas y autores, como este texto explicativo: "La música que está contenida en Karma tiene una melodía común, la búsqueda y el acercamiento a la tranquilidad y el encuentro de caminos que llevan al interior de las cosas y de uno mismo. El Nuevo Milenio es una realidad cercana, el mundo está cambiando paso a paso y el deseo de encontrar respuestas es cada día mayor. Probablemente, los músicos son los que más avanzan en estos nuevos caminos y por tanto la música es un vehículo clave en el encuentro de las nuevas respuestas. Músicos de distintas lenguas, distintos países y distintas culturas se unen en una común idea. Karma es un resumen de las tendencias del Nuevo Milenio. La música de Karma quiere ser un oasis de calma en un mundo lleno de ruidos discordantes y negativos. Karma abre un paréntesis positivo para la iniciación de un camino interior de la mano de sonidos relajantes, llenos de fuerza y de sentido".
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Me fascinan estas recopilaciones de los noventa, son estupendas para descubrir cosas nuevas precisamente porque los temas solían estar muy bien seleccionados. Yo tengo por casa un CD que se tituló Universos (de 1995) que, si bien contiene temas muy trillados, para el que empezaba desde cero era una mina. Lo conoces? Te pongo la ficha de Discogs:
ResponderEliminarhttps://www.discogs.com/es/Various-Universos/release/1992043
Claro que lo recuerdo, señor Conde, especialmente porque salía Mike Oldfield, y en esa época yo era muy coleccionista del británico. También recuerdo otros como Paraísos, Al otro lado o Entre hoy y mañana, un tipo de recopilatorios como de primer nivel (anunciados en TV) pero un poco sin alma, con temas muy conocidos de cara a las ventas junto a otros bastante flojos.
ResponderEliminarKarma sin embargo tenía otro componente, también vendible, pero algo más espiritual, hay canciones muy buenas y no tan trilladas en otras compilaciones, y sorpresas como las de Battiato y El último de la fila.
Aparte quedan otras que ya han pasado por aquí, o pasarán, como Música sin fronteras, Música para desaparecer dentro, Lágrimas de arpa y Luna, European new instrumental music, y un no tan largo etcétera.
Pepe, ¿Éste es que compraste en la tienda por abrir de El Pali?
ResponderEliminarEfectivamente, en un estado impecable además, y es que no es un disco que se vea mucho en el mercado de segunda mano. Tal vez con un tema de Oldfield o Jarre se hubiera vendido más, pero así mantenía una cierta pureza de intenciones.
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