5.10.20

MARTYN BENNETT:
"Grit"

Son muchos los músicos que con mayor o menor trascendencia, han fusionado hábilmente las tradiciones de sus ancestros con la moderna tecnología. En la que conocemos como música celta, la música tradicional de las islas británicas y otros territorios cercanos y afines, la renovación implicaba romper con muchos convencionalismos y acarreaba no pocas críticas y miradas negativas, aunque las nuevas generaciones demandaran un cambio en cuanto a las viejas fórmulas, respetuosas y de calidad extraordinaria, pero ancladas en formas arcaicas y decididamente repetidas y aburridas en estos nuevos tiempos. El avance se dio poco a poco, pero contó con golpes de calidad innata y de ubicaciones muy dispersas, como los de Paul Mounsey, Ashley MacIsaac, Shooglenifty, Talitha MacKenzie, Martin Swan o Martyn Bennett, un escocés nacido realmente en Terranova (Canadá) al que una fatal enfermedad no permitió culminar su grandiosa proyección, pero que en sus 33 años de vida ofreció al mundo una discografía abierta, atrevida y gozosa, que sigue siendo gratamente recordada y difícilmente igualada a pesar del paso del tiempo. Además de los numerosos homenajes (el importante festival de Glasgow Celtic Connections, le dedicó un día para su recuerdo), conciertos conmemorativos, fondos de ayuda para músicos jóvenes y otros premios con su nombre, libros (su madre, Margaret Bennett, escribió 'It's not the time you have...' en 2006), recopilatorios y recuerdos hacia su figura, se llegó a escribir también un espectáculo teatral basado en su historia, 'Grit: The Martyn Bennett Story', que contó con un gran éxito y que habla claramente de su trascendencia popular.

Muchos fueron los méritos de Martyn Bennett para contar con ese respeto y aclamación póstumos, una incidencia que ya tuvo en vida desde que publicó su primer trabajo, "Martyn Bennett", un grandísimo debut cuya insolencia iba más allá de colocar su propio nombre como título. Enérgico y atrevido en sus fusiones de gaitas o violines con programaciones y samples, en su segundo álbum, "Bothy culture", continuó forjando su imagen transgresora (a la que acompañaban unas largas rastas) al dibujar ritmos propios de la cultura rave o del trip-hop en los reels de antaño. O tal vez fuera al revés, lo tradicional se apoderaba de la tecnología, ese era el engaño del conocido como 'el flautista del techno'. Su siguiente paso, "Hardland", era atrevido y ruidoso, pero con coherencia, aunque su profusión de samples vocales de antaño se hacía demasiado rocambolesca. Fue en este momento cuando se le diagnosticó linfoma de Hodgkin, el comienzo de una larga sucesión de quimioterapias y operaciones, que limitaron sus apariciones públicas y su productividad. Aun así, publicó en 2002 "Glen lyon (A song cycle)", directamente, y según sus palabras, una vuelta a lo básico, una modernización de canciones antiguas pero sin excesos tecnológicos, con la voz de su madre, Margaret Bennett, lo que hacía de este proyecto algo vital y hermoso, un puñado de canciones transmitidas familiarmente que el artista quería preservar. Buena idea, gran realización, y un resultado excelente que, sin desentonar, tal vez no alcance las cotas de modernidad de sus trabajos más abiertos a ritmos y voces de ahora. Como su última obra, "Grit", publicada en 2003 en el importante sello Real World (relanzada en 2014 como parte de la colección Real World Gold, con dos bonus tracks), un álbum algo diferente a los anteriores ya que, dada las dificultades que le imponía la enfermedad para tocar sus instrumentos de siempre, tuvo que esforzarse especialmente en el estudio utilizando material de archivo, con un manejo fabuloso de las mezclas y los samples, entre los que no faltan voces de antaño, cuerdas, gaitas y percusiones modernas. Peter Gabriel lo recordaba así: "Martyn Bennett logró cruzar las raíces de la música escocesa con ritmos contemporáneos, sin perder alma ni pasión. Era una persona maravillosa con quien trabajar, cuya tranquila determinación lo llevó por un camino totalmente original. Lo extrañaremos". "Grit", contaba el autor en el cuadernillo del álbum, "es una historia de las personas y las canciones con las que crecí, y lo más importante, son sus voces, tradiciones y la inspiración que han dado para que se transmitan a la siguiente generación (...) Prácticamente todas las canciones y la narrativa se extrajeron de discos de vinilo o de grabaciones originales de cinta de un cuarto de pulgada, cuyas fuentes se grabaron principalmente a partir de 1950". Dedicado al poeta y gran coleccionista de música popular Hamish Henderson, este álbum es un continuo hallazgo, que comienza con "Move", un explosivo despliegue de voces y sonidos bien ensamblados que bien podrían haber pertenecido al exitoso "Play" del emergente Moby, dado su carácter urbano, su esencia drum'n'bass y lo bien realizado de un conjunto que no guarda relación aparente con lo más tradicional de la mente de su autor, a pesar del sampleado de flauta ney de Amir Shahzar (con el East-West Ensemble) y la voz romaní de Sheila Stewart, acervo de los gitanos o viajeros escoceses que continúa en un más calmado y folclórico segundo corte, "The blackbird", cantado en esta ocasión por Lizzie Higgins. Bennett utiliza estas antiguas canciones, de instrumentación básica -en ocasiones incluso a cappella- y las engalana con sus nuevos sonidos, que no contrastan necesariamente con la temática, pues esta canción habla de una muchacha embarazada que se queda sola tras el abandono de su novio, lo cual puede ser de actualidad en cualquier época y lugar. La madre de Lizzie, Jeannie Robertson ("una figura de culto clandestina durante el resurgimiento del folk de la década de 1960", añade Martyn), se escucha así mismo en el corte "Ale house". El cronista en que se convierte el músico frustrado en este trabajo continúa su viaje, parando en "Chanter" en las Hébridas Exteriores (dándole su toque muy personal a la tonada de gaita "Mrs MacLeoad of Raasay", en esta ocasión con la cantante de la isla de Lewis Mairi Morrison) o llegando hasta Francia en "Nae regrets", merced al pequeño muestreo de la voz de Edith Piaf (en "No regrets", versión en inglés de la popular "Non, je ne regrette rien"), que se une a la de Annie Watkins en una espectacular fiesta rave con la música del propio Martyn. En "Liberation", otra de las canciones especiales del álbum, se añade a la mezcla la religión, pues escuchamos un salmo protestante en gaélico (cantado por Murdina y Effie MacDonald) junto a la especial garganta del rapsoda Michael Marra. No es baladí la inclusión de este salmo en un momento en el que este joven músico había perdido totalmente la fe ("no moriré, sino que viviré y declararé las obras del Señor. El Señor me ha castigado duramente, pero no me ha entregado a la muerte"). También sonoridades religiosas calmadas presenta "Why" -una elegía realmente-, con fragmentos de una conversación con el bardo de Skye Calum 'Ruadh' Nicholson y de la canción "Mo Ruin Geal Og" interpretada por Flora MacNeil. Martyn se casó con Kirsten Bennett en febrero de 2002 en casa de su madre, y el tema "Wedding" es una improvisación entre ambos contrayentes (Kirsten al piano y Martyn a la viola) que recrea aquella ceremonia, junto a elementos ajenos como un curso de profesores en gaélico y una vieja canción de Miss Russell-Fergusson. Extraña (aún más que el resto del disco), con voces distorsionadas, empieza "Rant", la animada historia de un contrabandista de buenas intenciones (una especie de Robin Hood que robaba a los ricos para dárselo a los pobres) rescatada de un archivo con la voz atípica pero auténtica de Jimmy MacBeath, todo un personaje de la cultura escocesa. Otro individuo excepcional en la misma era Davie Stewart, que utiliza Martyn para acabar el álbum: Stewart fue un 'viajero', un músico ambulante que recorría toda Escocia cantando y tocando el melodeón (acordeón diatónico) en pueblos, ferias y festivales; "Storyteller" es, como su nombre indica, una narración de la historia 'Daughter Doris' (recogida en la colección 'Scottish traditional tales', grabada por Hamish Henderson para la Escuela de Estudios Escoceses de la Universidad de Edimburgo), pero nuestro músico la adorna excepcionalmente con varios fragmentos musicales, entre ellos las voces de The Musicians of The Nile, que habían grabado para Real World. En la búsqueda de Bennett no hay injerencia, los campos de la música moderna son tan suyos como joven inquieto, como lo es la música tradicional por su pasado. Juntos, el folclore y el techno, la música de pub y la de club, conforman un producto espectacular, una conexión con las raíces, obra de un músico adelantado a un tiempo que no pudo disfrutar.

Martyn tenía la música en su casa, su padre, Ian Knight, era un músico galés, y su madre, Margaret Bennett, una cantante, escritora y folclorista de la escocesa isla de Skye. Ambos se separaron a los seis años del pequeño, que se trasladó a Escocia con su madre, donde comenzó a recibir clases de gaita escocesa, y estudió violín y piano en la Escuela de Música de Edimburgo y en el conservatorio en Glasgow, donde conoció a su futura esposa, Kirsten Thomson. Ellos padecieron el declive de este gran artista, que poco antes de su muerte, totalmente frustrado, destruyó algo tan valioso para un músico como son sus instrumentos: "Me estaba frustrando cada vez más por no poder tocar estos instrumentos como siempre los había tocado y un día rompí todo en un ataque ciego de rabia. Lo hice con mucha frialdad en ese momento, pero después entré en shock por días y días, estaba tan horrorizado por lo que había hecho que ni siquiera podía hablar con nadie. Fue como asesinar a mi familia". A pesar de fallecer poco más de un año después de la publicación de "Grit", Martyn consideró este trabajo como un triunfo de su lucha para continuar trabajando. Aparte de innovador y multitud de calificativos en ese sentido, muchos califican la trayectoria musical de Martyn Bennett como emocionante, y no sólo por su amargo final, sino por cómo vivía y trataba la música de sus ancestros. "Lo siguiente es que alguien venga y lo haga mejor que yo", decía, pero para eso tal vez tengan que pasar muchos años.

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