14.6.14

SUZANNE CIANI:
"Pianissimo"

Peter Baumann, fundador y dueño de Private Music, estuvo de 'gira' por Europa en 1989, aunque lo que vendía no era su música, sino su propia compañía de músicas avanzadas, cuya filosofía había cambiado notablemente con la llegada de Ron Goldstein como presidente de la misma en 1987. Los gloriosos comienzos y primeros años de Private incluían un sinfín de joyas musicales, pero en estos finales de década se comenzaron a fichar a músicos que no tenían que ver con la línea inicial, perdiendo la estupenda imagen de marca que se había ganado con las buenas decisiones anteriores. Baumann estuvo en España para conocer al director general de BMG Ariola España, José María Cámara y explicarle su proyecto, música instrumental de alta calidad, uno de cuyos músicos puntales era una mujer cuyo nombre ya poseía un enorme carisma tras la publicación de álbumes superventas, incluso míticos, como "Seven waves", "The velocity of love" o "Neverland". Cuando en 1990 la compañía se trasladó de Nueva York a Los Angeles, una curiosa circunstancia afectó notablemente a Suzanne, la lamentable pérdida del máster de su álbum "History of my heart", un hecho que desconsoló notablemente a esta artista, que no se veía con fuerzas para grabarlo de nuevo. Peter Baumann la animó entonces a crear un disco más sencillo, exclusivamente para piano, que recogiera algunas de sus mejores composiciones arregladas para ese instrumento, un álbum que acabaría titulándose "Pianissimo".

"En verano de 1989 ofrecí mi primer concierto de piano desde los días de mis recitales de estudiante. Así comenzó el redescubrimiento del instrumento de mi primer amor: el piano acústico". Con estas palabras presentaba Suzanne Ciani este trabajo que Private Music publicó en 1990. Su merecida fama en el mundo de la electrónica más primigenia, a la que se había dedicado en cuerpo y alma durante todos esos años, entroncaba con el carácter sensible de sus composiciones, a lo que se unía su frágil apariencia, en la que era difícil reconocer a una mujer luchadora en el mundo masculino de la música electrónica. El cambio fue absolutamente necesario, y el producto tecnológico fue desechado para dejar paso a la esencia más melódica de la norteamericana: "No puedo odiar los ordenadores, llevo usándolos desde 1969 (...) La decisión de dejarlos de lado llegó después de grabar 'History of my heart' y coincidió con una necesidad que yo tenía de un mayor contacto con la naturaleza, porque estaba viviendo en Nueva York y me sentía continuamente aturdida y sin tiempo para nada; me estaba volviendo chalada". "Pianissimo" resultó más económico en su producción que las grabaciones electrónicas realizadas hasta la fecha, en las que apabullaban los nombres de aparatos utilizados (especialmente en "Seven waves"); además, contó con el patrocinio de la casa Yamaha, que proporcionó a la artista tanto los pianos utilizados como su propio estudio de grabación (una gran sala, sin reverberaciones, en la corporación Yamaha en Buena Park, en el condado de Orange). Las canciones arregladas (Suzanne tuvo que aprender a hacer los arreglos) pertenecían a sus dos últimos álbumes, "Neverland" y "History of my heart", y se incluían cuatro nuevas composiciones, dos de las cuales iban a aparecer en su siguiente álbum, "Hotel Luna" ("Rain" y "Simple song" -de cual leemos en su partitura el comentario de Suzanne "oh, así que en realidad no es tan simple"-), así como las deliciosas "She said yes" (autocalificada como un cuento de hadas) y "Berceuse" ('en memoria de mi querido primo Amy', añade). Seis piezas son arreglos de "Neverland", entre los que podrían destacarse los de "Tuscany" (que suena más limpia que en su disco original, y también mejor que en su primera interpretación para piano, en el recopilatorio "Piano two"), "Neverland" (otra de las grandes composiciones de la Ciani, con su sello característico, a la que la solución pianística le otorga un acabado verdaderamente acertado) y "Summer's day" (otro clásico, un alegre día veraniego). Además, ese 'sueño perdido, roto' que es "Adagio", la dulce "When love dies" y "Aegean wave", con su aire cíclico, de ola. Por su parte, de "History of my heart" son las cuatro composiciones restantes, la danzarina "Inverness", "Drifting", y los dos cortes más recordados y radiados, posiblemente, del disco: la grandísima "Mozart", que casi pega más con el espíritu de "Pianissimo" que con el de "History of my heart", y su canción más representativa, "Anthem", dedicada a los estudiantes chinos que protestaron en 1989 en Tiananmen, por su espíritu y compromiso. "Anthem", un delicioso himno que ya es un clásico de la new age, tenía una versión de solo piano en su correspondiente álbum, pero la mencionada pérdida del master obligó a regrabarla. Estas últimas son dos de las canciones de corte más clásico de Suzanne Ciani, que prefiere denominar a su música clásica contemporánea.

"Pianissimo" es como un álbum de clásicos de la new age, sólo que son todos de Suzanne Ciani. El piano, un instrumento más asequible y que puede llegar a un mayor rango de público, sienta bien en general a las piezas, dándoles una nueva dimensión, de mayor seriedad a pesar de perder en ocasiones, curiosamente, una cierta calidez. De hecho, muchos de los seguidores de la Ciani son amantes de la música electrónica, y sin embargo acogieron muy bien ese acercamiento al mundo acústico, en el que una gran influencia era el excéntrico pianista Glenn Gould. "Pianissimo" fue un éxito sorpresivo para Suzanne, y tuvo varias consecuencias: la más inmediata, el lanzamiento de un libro de partituras cuya portada era la misma que la de el álbum, aunque su título fuera "New age piano" (el listado de canciones incluidas, 17 en total, no era exactamente el de "Pianissimo"); por otro lado, fue inevitable (y sustancioso) la aparición de dos continuaciones, en las que Suzanne Ciani continuó revisando sus viejos hits e incorporando nuevas canciones a su repertorio pianístico: en 1996 llegó "Pianissimo II", donde destacaba "The velocity of love", y en 2001 "Pianissimo III", ambas editadas por su propia compañía, Seventh Wave Productions, después de superar un cancer, trasladarse a California y casarse con el abogado Joe Anderson, unos cambios vitales que influirían notablemente en su música tras abandonar Private Music, aunque realmente, cuenta con tristeza Suzanne, fuera Private Music la que la había abandonado a ella.

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2 comentarios:

  1. Hola.
    Soy muy aficionado a la música y especialmente a la de piano y tengo que reconocer que escuchar éste disco es un placer. Me retrotrae a mi adolescencia, cuando empezaba a oir éstos tipos de músicas y somos más "esponjas". Creo que lo mejor y peor de Ciani es que tomó una línea de composición y ya no se salió: todo agradable, bonito, apacible. Lo que más me llega es su faceta nostálgica, que ojalá no hubiera abandonado nunca el gran Winston de los 80. Aún así, en mi humilde opinion, a los trabajos de ésta maravillosa mujer le han faltado un poquito de aristas, agresividad dosificada, alguna disonancia, no se,hay demasiado caramelo. Pero ésto es sólo la opinión de un friki que ha oído cientos y cientos de discos de piano de muchos géneros distintos.
    Un afectuoso saludo. Enhorabuena por el blog: es sensacional.

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  2. Totalmente de acuerdo, José, me encanta esa frase, "demasiado caramelo". Aún así, es caramelo del bueno.
    Un saludo y gracias por compartir tu opinión y recuerdos.

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