Entre los muchos instrumentos musicales con los que nos deleitan los grandes virtuosos de las nuevas músicas, piano y guitarra son sin duda los más utilizados, tanto en solitario como bien secundados por otras cuerdas, vientos y percusiones de todo tipo y procedencia. Sin embargo el exotismo de ciertos instrumentos menos habituales puede captar nuestra atención en mayor medida, si son utilizados con coherencia y en un entorno instrumental adecuado e inspirado. Rudi Zapf es un alemán que ha basado su producción musical en el dulcimer, un instrumento de cuerda percutida originario de oriente, parecido al salterio, que también hemos podido admirar por ejemplo en determinadas composiciones de Dead Can Dance y de Lisa Gerrard en solitario. Su sonido desprende una especial aura de antigüedad y ha llegado hasta nuestros días de varias maneras en la música folclórica europea (sin ir más lejos, y aparte de la cítara o el címbalo, en Aragón se sigue tocando el chicotén). Zapf, especializado en el conocido como 'hammered dulcimer' (percutido con pequeños martillos sobre una caja de resonancia trapezoidal), e instruido también en el acordeón desde pequeño, desarrolló en Alemania una curiosa carrera en la que, entre otros palos musicales, ahondó en el cabaret. Más allá de ciertas grabaciones de música clásica, en 1986 fundó junto al guitarrista Wolfgang Neumann el grupo Never Been There.
Never Been There utilizó ese mismo apelativo para titular su primer disco, un trabajo agradable aunque un tanto vacío, pero eso sí, con un final apoteósico, una composición maravillosa de título "Galapagos" que enganchaba sin remedio y que fue incluida en numerosos recopilatorios, entre ellos el primer volumen de "Música sin fronteras". Para su segundo trabajo, el dúo de Munich se convierte en trío al incorporar en portada el nombre de un Thomas Simmerl que ya colaboró en el primer disco y que, además de colaborar en la composición, ejerce de co-productor junto a Zapf y Neumann. "Ambience", cuya cubierta es un extraño y fantasioso collage sobre viajes exóticos, presenta un desarrollo parecido a "Never Been There", es decir, influencias folclóricas y jazzísticas que ahondan en culturas de puntos dispares del planeta, pero en un entorno más completo y animado, especialmente acertado en las melodías y los ambientes, presentando mejores intenciones ya desde el primer tema, "Watersong", en el que no se sabe muy bien de dónde, tras un comienzo apaciguado, surge una melodía que engancha irremediablemente y que desemboca en un pequeño clímax intenso y colorido. Ya se adivina aquí que una buena percusión va a acompañar a los instrumentistas principales, a cargo del mencionado Simmerl. La esencia folclórica (de aroma sureño) se acrecenta enseguida en un corte muy movido de título "Cousin butterfly", así como en una de las mejores composiciones del álbum, "Rondo Madeira", un viaje a dicha isla portuguesa para el cual la música se viste de fiesta, de cuerdas alegres, de un ritmo bailable muy cercano al smooth jazz con revestimiento de músicas del mundo de algunos populares artistas del sello norteamericano Windham Hill. Otro viaje exótico, algo más lejano pero también de idioma portugués, "Mozambique", revela una muestra de ritmo cálido pero no tan acertada al no arropar la base rítmica con una melodía atrayente. La enorme personalidad del dulcimer le permite afrontar en solitario el buen comienzo de "Transsylvania express", otra buena composición de carácter viajero que se acaba perdiendo un poco en su incierto desarrollo, siendo más atractivo su protagonismo y más completo el conjunto en "B'Irish melody", gratísima melodía, de los mejores ejemplos del trabajo, que gana en intensidad conforme avanza la pieza. Ambientalidad de placidez algo jazzera ("Herbes de Provence", una de las canciones más radiadas del álbum, aunque no necesariamente de las mejores, o "Donisl waltz") y una interesante experimentalidad ("Just kiddin'", como un acertado juego infantil con cuerdas divertidas, voces y sonidos de animales, que puede recordar a las divertidas extravagancias de la Penguin Cafe Orchestra) conducen hasta "Arrival", un fin del viaje vistoso, melancólico pero alegre, suave pero intenso, en especial en un final potente, que nos provoca ganas de volver a viajar con este grupo. No deja de resultar curioso que, en una banda que parece ser creación de Rudi Zapf (y en la que destaca mayoritariamente su dulcimer), Wolfgang Neumann no sólo no es mera comparsa sino que de hecho la mayoría de las composiciones llevan su firma. Además, la guitarra también es elemento destacado en "Cousin butterfly" (en un estilo folclórico), en la excelente "Rondo Madeira" y sobre todo en la idílica "Arrival". Dichas guitarras son interpretadas por Neumann (acústica), Lars Kurz (eléctrica), Ulrich Bassenge (steel guitar), Roman Bunka (oud) y Peter Christel (bajo), mientras que otros instrumentos corren a cargo de Andreas Schätzle (sintetizador) y el trío protagonista, con Simmerl a la batería, Zapf al dulcimer y un acordeón que no destaca especialmente (algo más, por ejemplo, en la bohemia "Herbes de Provence") y Neumann a la guitarra acústica y teclados.
"Ambience" fue publicado por VeraBra Records en 1989, pero Never Been There no han destacado precisamente por la fidelidad de una discográfica. Así, "Never Been There" había sido publicado en 1987 por Intuition Records (realmente ambas compañías habían sido creadas por Vera Brandes), y Extra Records publicó en 1995 "Third out of three", tercer álbum del grupo, de difícil localización, mientras que la compañía Pantaleon fue la que lanzó en 1998 "Weggefährten", un 'unplugged' con varias canciones de la banda y otros temas inéditos que los dos artistas principales publicaron como dúo con sus nombres, Rudi Zapf & Wolfgang Neumann. Como instrumento de sonido atrayente y novedoso, el dulcimer aparece en varias de las portadas de los discos de Rudi Zapf, como "Festliche Hackbrettmusik", donde interpretaba temas clásicos con ese peculiar instrumento. También lo vemos en los álbumes de de Never Been There, por ejemplo el primero presenta dos portadas distintas, una bajo una inversión de los colores (la alemana, firmada originalmente por Zapf & Neumann) y una segunda, más interesante, con tonos solarizados (en la edición americana de Capitol Records, cubierta que se parece sospechosamente a la de un disco un año posterior del propio Zapf en colaboración con la también guitarrista Ingrid Westermeier, "Hammer dolce", donde versioneaban temas clásicos y de jazz). El dulcimer también se aprecia en la portada del antes mencionado "Weggefährten", y es que este curioso instrumento posee una especial capacidad de enganche que contribuyó a la popularidad de una música inspirada en la tradición no sólo del país de estos artistas, Alemania, sino de otros rincones del mundo, muchos de los cuales visitaron en sus giras, por Europa y norte de Africa. Aunque esta intercultural banda se llame 'nunca he estado allí', desde 1986 intentaron acercar esos lugares lejanos a su público, y en su discografía han logrado momentos sumamente atractivos, varios de los cuales vienen recogidos en este álbum de título "Ambience" que, aunque fuera publicado originalmente en 1989, contó con una edición española a cargo de GASA en 1990.
3 comentarios:
Un álbum estupendo, la verdad. Aunque destacaría "Herbes de Provence", creo que el disco no pierde interés en ningún momento. Su condición de álbum fronterizo, de fusión de numerosas raíces musicales, me recuerda en algo al también exótico Andreas Vollenweider, intérprete de otro peculiar instrumento de cuerda, a saber, el arpa electroacústica. Sin embargo, y a pesar de que el arpista suizo tiene momentos realmente originales, me parece que Zapf y Neumann saben conjugar mejor los distintos y dispares elementos que componen su música sin caer en arreglos de moda que quedan desfasados con el paso del tiempo. Por lo menos, así ocurre en “Ambience”. Del álbum debut tan sólo he escuchado la magnífica y adictiva “Galapagos” gracias al “Música sin Fronteras I”, un recopilatorio al que tengo especial cariño por los recuerdos que me trae y los conocimientos musicales que me aportó. El disco completo de “Never Been There” no lo he encontrado nunca en tiendas, tan sólo a través de internet en Amazon. Y, en cuanto a su tercer trabajo, no sabía que existía.
Gracias, pues, por enseñarme cosas nuevas de los que nunca estuvieron allí. Saludos ;)
No es mal disco el primero, se deja escuchar facilmente pero no me parece tan completo como "Ambience", aunque contenga la impresionante "Galapagos". Parece que estos dos artistas (tres realmente) evolucionaron favorablemente.
En cuanto a sus dos siguientes obras, son inencontrables para mí por ahora, pero dudo que alcancen la intensidad de el disco comentado.
En cuanto a la comparación con Vollenweider, no te falta razón, pero si tengo que mojarme me quedo con el suizo, un auténtico abanderado de la new age.
Hola, amiga. Gracias por tu comentario, la verdad es que no eres la primera que me habla de Airyn, así que estaré muy atento a este su primer disco y posibles conciertos.
Ahí quedan las direcciones que has enviado, para gente interesada.
Publicar un comentario