Fundada por Friedemann Witecka en 1980, la discográfica Biber Records se convirtió enseguida en sinónimo de calidad y buena produción en un entorno de música instrumental acústica de instrumentistas bien escogidos, donde se agrupaban con éxito jazz, pop y folclore, valiéndose en su distribución del auge de la etiqueta new age. Friedemann aseguraba que lo que cuenta para estos músicos es el rigor, la integridad artística y la originalidad musical, cualidades presentes sobradamente en el también alemán Ralf Illenberger. Influenciado por grupos importantes como The Beatles o instrumentistas como Leo Kottke, y bajo su propia denominación de 'guitarra contemporánea', Illenberger formó desde finales de los 70 un exitoso dúo en Alemania con otro guitarrista, Martin Kolbe. Tras la decisión de seguir caminos separados, en 1988 inauguró con "Circle" una populosa serie de trabajos que le llevarían a ser conocido tanto en Europa como en los Estados Unidos, país que por medio de la compañía Narada Productions acogió y revistió parte de su discografía.
Illenberger protagoniza una música dinámica, con dominio no sólo de la guitarra sino del conjunto, la banda Circle que él mismo abanderaba desde finales de los 80 y a la que parece estar agradecido, como si reconociera, a pesar de firmar todas las composiciones, que su sonido es fruto de una conjunción (con sus lógicas diferencias, es un caso parecido al de Lito Vitale y su cuarteto), en absoluto de una labor en solitario. De hecho este trabajo que en Estados Unidos llevó la firma exclusiva de Ralf Illenberger, en Alemania había estado acreditado por Ralf Illenberger's Circle, esa poderosa banda que componían, además del mismo Illenberger (guitarras acústica eléctrica, teclados), Büdi Siebert (teclados, saxo, marimba, percusión, trompa), Peter Keiser (bajo) y su hermano, Walter Keiser (percusiones, batería). Melodías de difícil definición se desarrollan con gran precisión, ritmos fáciles, de acabado pop y envoltorio que circula entre el jazz, un componente folclórico y la electrónica. No obstante, se siente una extraña calidez funky en piezas como "Nachtflug", que alejan a la música de este guitarrista de los círculos nórdicos. Posiblemente así atravesó fronteras y entró de lleno en el catálogo de Narada, por su intrépido colorismo y ritmo llevadero en un entorno muy controlado, sin desvaríos ni espectaculares solos o clímax. Un comienzo importante, "Horizons I", es buena muestra de esa animada conjunción de instrumentistas que ofrecen una música rítmica, un pop cercano al rock en algunos momentos, y estilismo new age, que surge cuando se presenta un cierto intimismo ("Blue darkness", quizás por la contribución de los vientos, o "Moonfood", en la que Illenberger literalmente 'habla'). Posiblemente por estar coescrito por el siempre destacado Büdi Siebert, se puede hablar de un componente cálido en "Big change" (así como en el cambio de ritmo de "Nachtflug", con la esencia jazzística y funky antes comentada), y de una verdadera conexión con el oyente en canciones más delicadas (pero sin perder un sonido rotundo) como "Gemina", en la que se puede escuchar a su hija, Anna Illenberger. En un contexto afortunado y agradecido, en el que ya han sonado grandes temas como "Horizons I", "Big change" o "Gemina", falta por llegar la que para algunos es la mejor composición del trabajo, una "Ballad" en la que guitarras y saxo se entrelazan, con la mediación de teclados y batería, en una moderada discusión que parece acabar bien. En 1993, con "Circle" ya editado en Estados Unidos y consolidado en las listas de ventas de música new age, Illenberger fue requerido para dar una serie de conciertos en norteamérica, y encontró en Sedona (Arizona) un lugar mágico para quedarse a vivir, un sitio donde relacionarse muy personalmente con la naturaleza que le inspiró, entre otros, el estupendo álbum "Sedona" en 1995. Lo que sorprende en cada disco de este buen guitarrista alemán (que asombra más en directo que en sus álbumes de estudio) es la conjunción de su banda y lo acertado de sus melodías, en especial las de este estupendo trabajo titulado "Circle", que a pesar de provenir de finales de los 80 sigue sonando tan fresco como el primer día.
Un catálogo de Biber Records en los 90 comenzaba con la frase de Oscar Wilde "son muchos los que transitan por las calles y pocos los que se percatan de las estrellas". Puede sonar algo pretencioso, pero los artistas reunidos en dicha compañía alemana fueron excepcionales, algunos de ellos tanto como para que sus discos en Biber fueran distribuidos con rediseño de portada por la todopoderosa Narada Equinox, como los de Friedemann, Büdi Siebert y Ralf Illenberger. Su antiguo colega Martin Kolbe también vió publicado otro trabajo, "White light", así como otro músico que estuvo en la nómina de Biber, Max Lasser, si bien fue en el subsello Sona Gaia donde apareció su álbum "Timejump". En cuanto a "Circle", que fue grabado en la ciudad alemana de Ludwigsburg entre diciembre de 1987 y febrero de 1988 (bajo la producción de Ralf Illenberger, Johannes Wohlleben y Friedemann Witecka), y publicado ese mismo año 1988 por Biber, fue también la sexta referencia de Narada Equinox. En la contraportada, Illenberger luce un elegante bigote, que le hace parecer mayor que en su siguiente disco publicado al año siguiente, "Heart & beat", donde prescindió de dicho mostacho. El título de ese disco fue originado por una admiradora, que le dijo que su música tenía corazón, y también buen ritmo; eso le gustó al guitarrista, que dijo además: "Creo que es hora de que dejemos de lado esta obsesión por los estilos. Solo quiero llegar a la parte humana del oyente, no al intelecto, solo al corazón".
Jo, hacía tiempo que no escuchaba nada de Narada xD
ResponderEliminarPor cierto, no sé si te has enterado del retorno de Dead Can Dance. Qué emoción, cuántos años han pasado.
Es el único disco que tengo de Illenberger y, mira tú, le voy a dedicar la tarde, que hace tiempo que no lo escucho.
ResponderEliminarQueridos hermanos, aunque no soy un gran seguidor de Illenberger, discos como este merecen una buena escucha de vez en cuando, así como muchos otros de Narada.
ResponderEliminarEn cuanto a DCD, sí que me enteré de su vuelta, aunque estas cosas nunca se sabe como pueden acabar. Escucharemos el disco cuando salga, y lo de los conciertos no sé, por ahora sólo hay una fecha en España (Barcelona), no?
La parte española de la gira de DVD es una broma, sí. Solo Barcelona :(
ResponderEliminarY Loreena McKennitt más o menos igual: cómo puede no incluirse Madrid. Toca lejísimos :(
DVD -> DCD, coñe.
ResponderEliminarSí, aunque aún se pueden añadir fechas, confiemos.
ResponderEliminarEn cuanto a Loreena, no me voy a quejar porque la tengo el 23 de abril en mi ciudad. Por una vez tengo suerte, que dure.