Como otros importantes músicos como Ray Lynch, Oystein Sevag o James Asher, Jim Chappell también tuvo que emigrar de compañía discográfica cuando quebró la californiana Music West. Mientras otros encontraron acomodo en Windham Hill o Silver Wave, este pianista norteamericano recaló en Real Music, donde reeditó los álbumes realizados para el extinto sello de Allan Kaplan, entre ellos un agradable y completo trabajo de 1990 (dos años después para Real Music) titulado "Saturday's rhapsody", que evidencia el desarrollo de la música de Chappell desde un sosegado "Tender ritual" de solos de piano, pasando por "Dusk" y "Living the northern summer", en los que otros instrumentos acústicos de cuerda y viento van tomando poco a poco un cierto protagonismo. En "Saturday's rhapsody" escuchamos interesantes aportes de violines, violas, clarinete y oboe entre otros, siempre sobre la base del instrumento primordial de Chappell, el piano.
Aunque comenzara de joven con acordeón y órgano, este oriundo de Pontiac (Michigan) descubrió enseguida la rotundidad del piano, y con él desarrolló sus estudios en base a música clásica, jazz, pop o country, elementos que se dan cita en "Saturday's rhapsody", un disco enternecedor que comienza con una completa composición homónima de creciente intensidad en la que, como el resto del trabajo, la base principal de piano se ve enriquecida con cuerdas y vientos hasta dar con el resultado más óptimo y comercial en un estilo melódico de agradable smooth jazz cuyo máximo exponente es el maravilloso segundo corte, "Field day", donde violines y vientos (oboe, clarinete, cuerno inglés) conversan enamoradamente al son del piano con un parecido más que razonable al sonido del por entonces en alza Paul Winter Consort. Pero Chappell no es Paul Halley ni necesita serlo, así que continúa otorgando su toque personal al resto del trabajo, en el que destacan "Adventure No. 11" (bucólica pieza con melodía de saxo), "The rain" (humilde e intimista tonada de piano y clarinete), "Hopes and dreams" (serena y romántica) o las más movidas y alegres "Sidewalk characters" y "Fancy pants" (esta última en tono de ragtime). "Woman in the mirror" se presenta en un tono más neoclásico y "Estar contigo (To be with you)" en plan bossa nova, mientras que el romanticismo regresa para despedir el disco con "One last time", un sentimiento que preside esta bonita rapsodia (podría definirse libremente como 'conjunto de composiciones emocionales y entusiastas') de cálida portada.
Un activo comienzo y una colorida instrumentación hacen de este disco una pequeña celebración, como si Spheeris y Voudouris colaboraran con Paul Winter. Ya se ha mencionado la similitud de sonido con el Paul Winter Consort, pero la mención a sus dos ex-compañeros de Music West no es gratuita, dada la participación del ingeniero Russell Bond (habitual de Spheeris) en la producción de "Saturday's rhapsody" junto al propio Jim Chappell. Grabado en Sausalito (California), esta muestra de -como definían desde Music West- nuevo jazz contemporáneo no pasó desapercibida, y la carrera de Jim Chappell ha continuado hasta la actualidad, de manera algo más silenciosa, en el sello Real Music.
¡¡¡Muchas gracias!!!
ResponderEliminar!Lo he encontrado!
Me he zambullido (como la protagonista de la carátula este disco) en tu fabuloso blog y, además de otras muchas cosas interesantes, he encontrado este disco que no te imaginas el tiempo que llevaba buscando este disco. Muchos años.
Enhorabuena por este blog. Un trabajo impresionante, que me va a brindar un montón de información y entretenimiento.
Muchas gracias.
Me alegro de que alguien encuentre felicidad en estas lineas escritas hace tiempo. Tras leerlas, sin duda tengo hacer algunas mejoras.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, continúa picoteando, ya contarás!!
Recuerdo ver en el programa Música NA, interpretar le tema "Living in a northen summer", en España, en su gira del 89 ó 90, era una preciosidad y muchísimo mejor en directo que en el disco. Recuerdo su entrevista con Trecet cuando vino. En Madrid actuó en El Colegio mayor San Juan evangelista. ¡Qué tiempos!
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