En 1991, sólo dos años después de la creación y lanzamiento del excelso primer volumen, veía la luz "Music to Disappear In II", el también segundo disco del teclista de Oklahoma Raphael (aunque su apellido sea Sharpe, y a pesar de la evidente confusión con nuestro genial cantante de Linares, vamos a seguir llamándole por su nombre, que es con el que firma sus discos). En esta continuación se repetían sin pudor las características que llevaron a la primera entrega a ser un pequeño éxito de ventas y popularidad, gracias a la distribución del sello Hearts of Space, es decir, sencillez y ternura en un entorno angelical y etéreo. Fue en esta época cuando Raphael conoció a su pareja, la suiza Kutira Decosterd, figurante en los agradecimientos del disco como su profesora e inspiración, con la que se involucró en numerosas actividades enfocadas a la meditación, la sanación y la ecología. Juntos fundaron Kahua Records en 1992, sello en el que siguen grabando y ofreciendo su música en la actualidad desde la isla de Maui, en Hawai.
Afirma Raphael en su web que este trabajo "crea un ambiente musical que invita al oyente a 'desaparecer'", y es cierto que las sensuales atmósferas aquí desarrolladas y publicadas de nuevo por Hearts of Space en 1991, continúan con el apasionado viaje espiritual que comenzó en 1989 con su sugerente e inolvidable primera parte. Seis canciones nos esperan en este esperado trabajo dedicado de nuevo al espíritu creador femenino, y su calidad y capacidad de enganche no desmerece en absoluto al título general que han tomado, esa ya mítica 'Música para desaparecer dentro': "River Seeks the Deep", composición hermana de la famosa (y decididamente irrepetible, aunque aquí Raphael se asoma a su magia) "Disappearing Into You" que abría el disco anterior, despliega un finísimo velo de romanticismo en su mágico desarrollo basado en las notas acunantes del piano sobre un fondo de luminosos teclados y sugerentes voces femeninas. Es el estilo más admirado de Raphael, sencillamente maravilloso, algo más meditativo pero igualmente reconocible en "Surrender" -con la ayuda de la flauta y el arpa- y al final del disco en la planeadora "Heaven". Posiblemente sea sin embargo la cumbre del trabajo una composición más terrenal, un tema imprescindible que parte de una genial entradilla de violín (a cargo de Terri Sternberg) de título "Healing Dance", una composición sugestiva de reminiscencias orientales cuya hipnótica melodía, al ritmo de la tabla, es desarrollada durante nueve embelesados minutos por varios instrumentos (flautas -de Stephen Coughlin-, teclados, cuerdas o el propio violín) en una alquimia sonora sin parangón; la creadora de dicha maravilla, de nombre Sophia, firma también otro suave tema de influencia india, "Laxshmi". Unicamente "Tantra" queda por comentar, que representa un último acercamiento espiritual a la religión de la India, musicando lo pasional del título en base a un sugerente clímax con el arropo del violín y el didgeridoo, y con los siempre presentes teclados y percusiones, que ayudan a conformar un trabajo completo y a todas luces necesario, cuyas ventas, sin llegar a las 500.000 del primer volumen, también fueron elevadas, encontrándonos con la sorpresa de que, tantos años después, Raphael y su pareja, Kutira, no hayan decidido publicar una suculenta (aunque peligrosa por la ausencia de la inspiración original e irrepetible de aquella época) tercera parte, si bien en algunos de sus trabajos a dúo se pueden encontrar momentos que recuerdan a aquellas cumbres de la música espiritual de teclados.
Consciente de su suficiencia para crear atmósferas, y con una cierta mejoría en la producción (a cargo de Warren Dennis Khan), Raphael volvió a emocionarnos en su segundo "Music to Disappear In", un disco apasionado de claro influjo budista cuya adquisición, sólo por la escucha de canciones como "River Seeks the Deep" o "Healing Dance", ya valdría la pena, pues ante demostraciones como estas sobran las palabras, atmósferas plenas de intensidad que desvelaban el gran momento de su autor, coincidente con el punto mas álgido de la new age. Precisamente esta última hace bueno su título, 'danza curativa', pues siguiendo el interés de Raphael por la música destinada a la sanación y el bienestar, es sin duda una melodía que hace sentir bien. Sin ir más lejos, una música para desaparecer dentro.
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RAPHAEL: "Music to Disappear In"
Afirma Raphael en su web que este trabajo "crea un ambiente musical que invita al oyente a 'desaparecer'", y es cierto que las sensuales atmósferas aquí desarrolladas y publicadas de nuevo por Hearts of Space en 1991, continúan con el apasionado viaje espiritual que comenzó en 1989 con su sugerente e inolvidable primera parte. Seis canciones nos esperan en este esperado trabajo dedicado de nuevo al espíritu creador femenino, y su calidad y capacidad de enganche no desmerece en absoluto al título general que han tomado, esa ya mítica 'Música para desaparecer dentro': "River Seeks the Deep", composición hermana de la famosa (y decididamente irrepetible, aunque aquí Raphael se asoma a su magia) "Disappearing Into You" que abría el disco anterior, despliega un finísimo velo de romanticismo en su mágico desarrollo basado en las notas acunantes del piano sobre un fondo de luminosos teclados y sugerentes voces femeninas. Es el estilo más admirado de Raphael, sencillamente maravilloso, algo más meditativo pero igualmente reconocible en "Surrender" -con la ayuda de la flauta y el arpa- y al final del disco en la planeadora "Heaven". Posiblemente sea sin embargo la cumbre del trabajo una composición más terrenal, un tema imprescindible que parte de una genial entradilla de violín (a cargo de Terri Sternberg) de título "Healing Dance", una composición sugestiva de reminiscencias orientales cuya hipnótica melodía, al ritmo de la tabla, es desarrollada durante nueve embelesados minutos por varios instrumentos (flautas -de Stephen Coughlin-, teclados, cuerdas o el propio violín) en una alquimia sonora sin parangón; la creadora de dicha maravilla, de nombre Sophia, firma también otro suave tema de influencia india, "Laxshmi". Unicamente "Tantra" queda por comentar, que representa un último acercamiento espiritual a la religión de la India, musicando lo pasional del título en base a un sugerente clímax con el arropo del violín y el didgeridoo, y con los siempre presentes teclados y percusiones, que ayudan a conformar un trabajo completo y a todas luces necesario, cuyas ventas, sin llegar a las 500.000 del primer volumen, también fueron elevadas, encontrándonos con la sorpresa de que, tantos años después, Raphael y su pareja, Kutira, no hayan decidido publicar una suculenta (aunque peligrosa por la ausencia de la inspiración original e irrepetible de aquella época) tercera parte, si bien en algunos de sus trabajos a dúo se pueden encontrar momentos que recuerdan a aquellas cumbres de la música espiritual de teclados.
Consciente de su suficiencia para crear atmósferas, y con una cierta mejoría en la producción (a cargo de Warren Dennis Khan), Raphael volvió a emocionarnos en su segundo "Music to Disappear In", un disco apasionado de claro influjo budista cuya adquisición, sólo por la escucha de canciones como "River Seeks the Deep" o "Healing Dance", ya valdría la pena, pues ante demostraciones como estas sobran las palabras, atmósferas plenas de intensidad que desvelaban el gran momento de su autor, coincidente con el punto mas álgido de la new age. Precisamente esta última hace bueno su título, 'danza curativa', pues siguiendo el interés de Raphael por la música destinada a la sanación y el bienestar, es sin duda una melodía que hace sentir bien. Sin ir más lejos, una música para desaparecer dentro.
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RAPHAEL: "Music to Disappear In"
2 comentarios:
Es la primera vez que hago un comentario en tu blog, lo sigo hace un par de años, cada vez que leo tus apasionadas descripciones me entra gana de disfrutar nuevamente de los discos, es curioso los últimos 5 comentados, todos maravillosos bajo mi punto de oido, están en mi discoteca de cds, tenemos los gustos bastante parecidos, me los pongo en el reproductor y me traen muchos recurdos, ya que todos tienen ya sus añitos. Te felicito por tus interesantes descripciones. Un abrazo.
Muchas gracias por romper tu silencio, amigo, me alegra coincidir en tus gustos. Sigue por ahí que aún quedan muchos discos por comentar.
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