13.5.25

FINIS AFRICAE:
"Prima travesía"

Quien haya disfrutado de la lectura de la novela de Umberto Eco 'El nombre de la rosa', tal vez recuerde que Finis Africae era el nombre de la muy especial y casi inaccesible sección de libros prohibidos en la biblioteca de la abadía italiana a la que acudían Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso de Melk, para investigar una serie de turbulentos asesinatos allí cometidos. Ese Finis Africae simbolizaba lo oculto, y el control sobre ese conocimiento prohibido. Esa idea caló en el interior de un músico tan genial como Juan Alberto Arteche Gual, que decidió tomar prestado ese nombre para su nueva banda de música, afortunadamente no prohibida, pero sí prácticamente inclasificable. Arteche, que falleció en 2018, fue un músico esencial e inquieto en el folk hispano. Fundó un grupo tan recordado como Nuestro Pequeño Mundo, colaboró activamente con Pablo Guerrero, Javier Bergia, Luis Delgado, Luis Pastor, Javier Paxariño, Eliseo Parra y muchos otros. Fue en los años ochenta cuando decidió dar un paso adelante en cuanto a la experimentación en su estudio, como contaba así él mismo en el libreto de la recopilación "A Last Discovery : The Essential Recordings, 1984-2001", publicada en Japón en 2012: "En 1982 tenía ganas de experimentar con otras formas de hacer música y me compré un magnetofón de cuatro pistas donde volqué nuevas ideas que se me pasaban por la cabeza. Me lo pasé fenomenalmente inventando nuevos paisajes, hasta grabar noticias de la radiotelevisión, los niños jugando en el patio de mi casa, y el ruido de mi asistenta cuando limpiaba. Eso me inspiraba y ponía improvisaciones de los diferentes instrumentos que tenía en mi cuarto, guitarras, autoarpas, dulcimeres, mandolinas, flautas..."

Juan Alberto hablaba así también a la revista Nueva Música en 1993: "Toda mi vida he intentado ser más o menos libre dentro de la música y siempre me he encontrado con el muro impenetrable de las compañías discográficas, que tienen sus conceptos de comercialidad". Su visión cambió cuando empezó a mejorar la técnica de las mesas de grabación, y creó entonces su estudio 'El agujero', acicate de su grupo ficticio y principal garantía en la consecución de su sello, Música Sin-Fin, que nació en 1989 (en un principio asociado a Ediciones Cúbicas) y fue la culminación de un sueño del que surgieron como primeras referencias el jazz improvisado de la banda Zyklus, el atrevimiento vanguardista (y revulsivo estético, se calificaba en la web oficial) del jazz-rock de Clónicos y la tercera aventura de Finis Africae, el álbum "Amazonia". Pero es necesario regresar brevemente a los comienzos, cuando Juan Alberto investigaba con ideas aparentemente inconexas: "Un día apareció por mi casa un gran amigo, Javier Bergia, y escuchó lo que estaba haciendo; se quedó muy impresionado y me propuso unirse a mí para así dar rienda suelta a nuestra inventiva ('en la Semana Santa de 1983, los dos solos en la ciudad, sin un duro en los bolsillos, con la nevera llena y la piedra filosofal en el bolsillo', se podía leer también en su web oficial). En 15 días teníamos un nuevo material que nos gustaba mucho y que enseñábamos a todos nuestros amigos, uno de ellos Luis Delgado, que nos propuso hacer un disco. Él se dedicó a mezclar los temas y añadir otros instrumentos que faltaban: bajos, percusión, zanfonas... También se unieron algunos amigos que se reunían en mi casa para oír lo que estábamos haciendo: Olga Román y su preciosa voz, Seju 'Huracán' Monzón (hermano de El Gran Wyoming) y sus saxos y flautas... En fin, en un mes teníamos todo un flamante disco que se llamó 'Prima Travesía'". Este trabajo fue publicado por Grabaciones Accidentales en 1984, y se puede encontrar también con el título del apelativo del grupo, "Finis Africae". Para escucharlo en CD, la compañía madrileña Glossy Mistakes lo reeditó en 2023 con portada diferente y de título "El pulso de la madera", junto a otras ocho canciones inéditas. "Prima travesía" es una completa experimentación sonora con base de jazz y folclore y un uso deslumbrante del estudio, ambientes atrevidos que o bien inducen a un sueño vívido o bien despiertan a una realidad paralela, reflejo de viajes por Sudamérica, el pacifico, o por España, y una propia voluntad creativa por bandera en la que el primer tema se titula "Radio Tarifa", nombre del futuro grupo que iba a publicar su álbum debut en Música Sin-Fin. Dueño de unas vibraciones sorprendentes y únicas, efectista combinación de instrumentos y voces en un ordenado desorden, "Radio Tarifa" da paso a "El secreto de las 12", una pieza llena de detalles, una fiesta para los oídos y un encantamiento de los vientos, que el DJ José Padilla utilizó para amenizar los amaneceres del Café del Mar en Ibiza. Precisamente "El secreto de las 12 (The Secret of 12 O'Clock)" fue el título de una curiosa compilación japonesa que en 2013 publicó EM Records, misma compañía y mismo año de la más completa, y mencionada anteriormente, "A Last Discovery : The Essential Recordings, 1984-2001". "Luna" es una delicia ambiental que se hace muy pero que muy corta, los golpes de la voz son como una impactante llamada a otra realidad, que viaja a otros paralelos en "Zoo Zulú" y regresa a casa en "Juana y Rosalía", donde se filtra lo cotidiano, la realidad diaria que puede ser más original y atrayente que la mayor de las imaginaciones. "Hybla" no necesita cambios de ritmo, sólo hay que prestar atención a sus capas de sonido para sorprenderse con el trabajo que tiene detrás, como "Managua", la penúltima parada de un viaje que concluye en la "Bahía de los genoveses", situada en Almería, un paraíso natural complementado con este espacio sonoro único de nueve fabulosos minutos, un gozoso ambiente del que no quieres irte. 

La portada es enigmática, el sonido mágico, su ubicación parece indeterminada, así como el estilo, en el que se mezcla instrumentación eléctrica moderna con otra tradicional, étnica, y todo tipo de cachivaches de percusión. "Mi instrumento soy yo", decía Juan Alberto Arteche, que en esta primera aventura toca acordeón, adufe (pandero), aulós (una flauta griega que también se conoce como oboe doble), autoarpa, bajo, bombo legüero, cuatro venezolano, guitarra eléctrica, mandolina, cabasa, sicu y quena (flautas de pan), sitar, tambores de hendidura, sintetizador, medusa de llaves, cítaras, corpo, sicu, bote de arroz, reclamo de perdíz, chiflo, TR 808, Polisix, rythmaker y voces; Luis Delgado se encarga de bajo, sintetizador Korg KR 77 y zanfona, y Javier Bergia de darbuka, guitarras acústicas y eléctricas, darbuka, címbalos, caja, oud, tabla, tar, violín y voces. Además, los músicos invitados son Olga Román (voces), Paco Espinosa (bajo), Ignacio 'El buho' (flauta travesera) y Seju Monzón (flauta travesera, quena y saxo). Calificado como un colectivo de músicos que acababan de vivir la Movida Madrileña, Finis Africae rompió moldes con su collage vanguardista alejado en gran medida de la propia Movida en sus planteamientos, con vistas al futuro y hacia una fusión étnico-moderna que acabaría triunfando definitivamente una década más tarde, con el ciclón de la new age y todas sus variantes en los años noventa, en los que Arteche ofreció al mundo grandes discos en su sello Música Sin-Fin, y esa banda irrepetible llamada Finis Africae continúo grabando trabajos tan recordados como "Un día en el parque", "Amazonia" o "Campos de sol y luna".

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