2.4.21

CESARIA EVORA:
"Miss Perfumado"

En 1996 apareció en el panorama musical español, de la noche a la mañana, la figura esbelta de Cesaria Evora. Hasta nuestro país (y posiblemente a gran parte del globo) llegó cuando la señora tenía algo más de 50 años, gracias a su creciente repercusión en Francia, y al acierto y cada vez más extendido éxito de su álbum "Miss Perfumado", pero en Cabo Verde (su país de origen) desde hacía décadas y en la propia Francia pocos años atrás (desde que José Da Silva, su productor y manager, la llevó a grabar en París en 1988), Cesaria era todo un mito. No en vano la llamaban 'la diva de los pies descalzos' (gustaba de actuar sin calzado, dicen que en solidaridad con las mujeres y niños pobres de su país), una mujer luchadora que cantaba en los clubes y las tabernas de la vida nocturna de Mindelo (capital de San Vicente, la segunda isla más poblada de Cabo Verde) desde que aún no era ni siquiera mayor de edad. Gracias a ella, la morna (un tipo de lamento cantado, propio de Cabo Verde) fue un estilo de canción que llegó al conocimiento de los interesados en las músicas tradicionales y folclóricas, y es que en la voz de Cesaria esa nostalgia cantada en criollo en temas que se hicieron tan populares como "Sodade", sonaba profunda y auténtica, regalándonos una colorida postal de aquel estado situado el océano Atlántico, frente a las costas de Senegal.

Cize (como la llamaban sus amigos) estuvo siempre segura de las posibilidades de su música, de que si le daban la mínima oportunidad de ser escuchada, sus discos llevarían lejos los sones caboverdianos. Hay en Cabo Verde tres ritmos principalmente, la morna como ejemplo de balada melancólica que refleja el amor por la tierra -limítrofe entre el fado de Portugal, el blues y las herencias africanas y brasileñas- (Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2019, se acompaña de clarinete, violín, guitarra y cavaquinho), la coladera para bailar -más alegre y satírica, en un modo lento- y el más africano y basado en el acordeón, el funaná -al que llaman el pop de los campesinos-. Al final, adaptada a uno u otro ritmo, todo el mundo acabo conociendo a esta dama triste, que fue la abanderada de la riqueza musical caboverdiana, país en el que era admirada por un buen número de fieles, pero no tan reconocida (a ello se debió que, tras la independencia de Cabo Verde de Portugal, en 1975, ella dejó de cantar durante diez largos años, que denominó como 'años oscuros') como después, cuando salió de allí y fue saboreada en Francia primero (donde quisieron compararla con Edith Piaf y Billie Holiday), y en toda Europa después, antes de llegar a una Norteamérica donde fue nominada a tres premios grammy. Publicado por Lusafrica en 1992, "Miss perfumado" es un completo álbum, en el que no faltan creaciones de uno de los más grandes compositores de Cabo Verde, B. Leza, primo del padre de Cesaria, que era violinista. Leza falleció cuando ella tenía 7 años, y en este álbum su influencia aporta, además de otras tres canciones, el mismo título, esa buena melodía tan parecida a un fado portugués que es "Miss Perfumado". "Sodade" es una canción muy especial y auténtica, un fabuloso tema compuesto por Armando Zeferino Soares, que evoca unos sentimientos auténticos, reconfortantes, es fácil imaginarse a la diva descalza rodeada de amigos y disfrutando con el mero hecho de cantar, sin presión mediática alguna. "Bia" presenta, a continuación, un comienzo tanguero o al menos muy sudamericano, esta hermosa canción no es especialmente triste, aunque sí que parece recrearse, mirando al mar, en la nostalgia. Más alegre, "Cumpade ciznone" tiene un ritmo bailable, aunque el mayor exponente de esas coladeras es la exitosa "Angola", grandísimo tema firmado por Ramiro Mendes, con el que Cesaria acabó de encontrar el camino del éxito internacional. Por poco que guste la dura voz de la diva, es imposible no reconocer el mérito y la belleza en interpretaciones como esta. A medio camino entre el recuerdo y el olvido, "Direito di nasce" parece una alegre remembranza. "Vida tem um so vida" refleja una nueva alegría, como en la algo más acertada "Morabeza" y en la aún más interesante "Recordaï", otro de los mejores temas de un disco en el que aún queda espacio para más grandes canciones, especialmente "Barbincor". En vez de la orquesta, es muy especial la sonoridad obtenida en los discos de Cesaria por guitarra, piano, violín, clarinete y cavaquinhos (pequeñas guitarras de cuatro cuerdas que imponen el ritmo). Toy Vieira, Paulino Vieira, Escabês y Malaquias Costa fueron los músicos que la acompañaban en este disco que, en 2012 contó con una edición especial por su 20 aniversario, con un primer CD remasterizado y un segundo poblado por 17 bonus, una edición que Cesaria ya no pudo contemplar, aunque le hubiera hecho tan feliz como lo era realmente toda su música ("no creo que la morna en sí sea triste porque es un género bailable y el carácter caboverdiano es alegre, lo que pasa es que le gusta recordar el pasado").

Esta cantante caboverdiana no poseía la sensualidad de Teresa Salgueiro, el glamour de Eleftheria Arvanitaki o el exotismo de Noa, su carisma iba a residir totalmente en una voz especial, un torbellino anímico que iba mucho más allá del espacio. Cesaria mantenía la ilusión por seguir trabajando a pesar de que notaba el paso del tiempo por sus castigados huesos. De hecho tuvo que anunciar su retirada pocos meses antes de fallecer por una insuficiencia respiratoria en 2011 a los 70 años. Ya no bebía -el alcoholismo también fue uno de sus problemas durante un tiempo-, pero nunca había dejado de fumar, y eso, entre otras cosas, le pasó factura a esta mujer que, en Cabo Verde, decían, era tan importante con la propia bandera. Su importancia también en Francia hizo que fuera galardonada en 2007 con la medalla de la Legión de Honor. Su muerte llenó de tristeza a una multitud de admiradores, pero ellos sabían que la diva había logrado la felicidad con su éxito tardío. En su momento de mayor apogeo, Cesaria llenó dos noches seguidas en el teatro Olympia de París, actuando por primera vez en España en 1993, tras la repercusión mundial de "Miss Perfumado", que vendió más de 300.000 copias en todo el mundo. "La noche es la escuela de la vida, he aprendido mucho de la vida gracias a la noche -decía-. No me enseñó a cantar como en las academias, pero sí a definir un estilo propio. Me fue de gran ayuda", decía esta reina de la noche caboverdiana que disfrutó toda su vida cantando y bailando y cuya voz, inolvidable, era pura emoción. 








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