"Uakti vivía en el Río Negro. Su cuerpo, agujereado, recibía el viento e irradiaba un sonido que atraía a todas las mujeres de la tribu. Los indios, celosos, persiguieron y mataron a Uakti. Ellos enterraron su cuerpo en el bosque. Altas palmeras crecieron allí. Sus troncos fueron utilizados por los indios para hacer instrumentos musicales que sonaban suaves y melancólicos, como el sonido del viento en el cuerpo de Uakti. Cuando se escuche este sonido, las mujeres tornarán impuras y se verán tentadas". Esta leyenda de los indios Tukano (de la región del Alto Río Negro del Amazonas), se podía leer en 1981 en la portada de "Oficina instrumental", primer disco del grupo brasileño Uakti, que tomaba su fabuloso nombre de dicho gigante mitológico. En aquel debut, los miembros del conjunto plasmaban una sorprendente riqueza de elementos populares brasileños, que años después utilizaría Paul Simon, buscador avispado en las 'músicas del mundo', al contar con su colaboración en su disco "The rhythm of the saints". La relación laboral y amistad de Simon con Philip Glass en los 80 (colaboraciones mutuas en álbumes como "Hearts and bones" -de Simon, en 1983- y "Songs from liquid days" -de Glass, en 1986-) fue lo que acercó a Uakti hasta el minimalista, que pudo contemplar una sesión de grabación en marzo de 1989, describiendo entonces la música del grupo como "una bella contribución al nuevo mundo de la música experimental". El impacto provocó que su inclasificable sello Point Music publicara, ya en los 90, cuatro referencias (una junto al propio Glass) del conjunto brasileño. De hecho, "Mapa" fue el título que inauguró el catálogo de Point Music en 1992.
Marco Antonio Guimaraes fue el líder de este grupo, extinto en la segunda década del siglo XXI. Violonchelista en distintas orquestas, Guimaraes se convirtió además en un apasionado luthier, construyendo desde los 70 numerosos instrumentos musicales ("fabriqué estos instrumentos por influencia de Walter Smetack, un suizo que vivía en Brasil y murió en 1984", contaba) que formaron la base del primer disco de la banda, que decidió reunir junto a varios amigos de la Orquesta Sinfónica de Belo Horizonte, capital del Estado de Minas Gerais. Uakti nació en 1978 y tres años después, con una cierta fama por sus colaboraciones con Milton Nascimento, se pudo escuchar ese primer álbum, "Oficina instrumental", al que seguirían cada vez más populosos trabajos en Brasil, como "Mapa" en 1989 (publicado por Visom Digital), el mismo que tres años después reeditó Point Music con cambio de portada y diseño. El trabajo, poblado de formas amenas y populares, se abre con "Aluá", y lo que comienza tranquilo, dubitativo, como una presentación de la extraña instrumentación (en este caso marimbas de vidrio y madera y teclados invertidos, sobre las que se superpone una étnica flauta de bambú y la iarra -una guitarra con cuerdas de violonchelo que se toca con arco-), encuentra una sencilla y juguetona melodía a partir del tercer minuto, una tonada amena de aires populares con la introducción del teclado, la roda (un extraño artilugio con manivela y cuerda de acero) y el chori smetano (una especie de violín pensado también como un violonchelo), que muestra igualmente una buena gama percusiva a través de la marimba de vidrio, todo un homenaje a su forma de entender la música que deviene en un acercamiento a formas clásicas. "Dança dos meninos" es el siguiente paso del disco, la versión instrumental de la canción del mismo título, compuesta mano a mano entre Guimaraes y Milton Nascimento, incluida en el álbum de ese último "Yauaretê" (que de hecho, contaba con la colaboración de Uakti); la inauguran cuerdas muy evocativas del estilo pseudocameristico de un grupo mítico como la Penguin Cafe Orchestra (el tema principal es interpretado por el chori antes mencionado), sobre una suave y constante percusión y el añadido de vientos selváticos, tejiendo con gracia y singular elegancia una pequeña sinfonía de tono pastoril acudiendo a ciertos aires barrocos, un conjunto bondadoso muy disfrutable, un viaje a territorios indígenas ausente de riesgos. La percusión, estricta pero coherente, se abre paso con su gran gama de elementos en "Trilobita", construyendo esta rítmica pieza en la que van entrando instrumentos originales como el sino de madera, trilobita (hecho de tubos de PVC), marimba de madera y tambor de agua. "Mapa", la pieza que titula al disco, es una suave danza de aspecto frágil pero fuerza interior, aires clásicos con teclado, marimba de madera, gig (con ocho cuerdas de acero) y flauta uakti (flauta triple, de PVC); sin querer rendirse a la emotividad, la composición es un sentido homenaje a Marco Antonio Peña Araujo, un amigo de los miembros de la banda, fallecido en 1986 (el nombre M.A.P.A. es un acrónimo de las letras en su nombre), que se hace corta, y destaca en el álbum junto a "Dança dos meninos". Acto seguido, la composición larga del album, "A lenda", es una suite que cuenta musicalmente la leyenda del gigante Uakti, combinando momentos ambientales (el comienzo, con tubos de PVC, representa el sonido del viento pasando por los agujeros de su cuerpo) con teclados casi sacros (espléndida atmósfera, basada en un tema del compositor brasileño Heitor Villa-Lobos), una fase rítmica, amazónica (estrictamente percusiva), y un final bucólico dominado por las flautas, dulcificando el ritmo creciente (con tres melodías originales de los indios Urubu tocadas simultáneamente); su origen fue un encargo del Grupo Corpo, compañía de danza contemporánea de Belo Horizonte, que propuso a Uakti la creación de varias músicas para sus espectáculos, entre ellas esta y las que originaron otros de sus álbumes, "21" y "I ching", así como su colaboración con Philip Glass "Aguas da Amazonia". Para concluir el trabajo, y como añadido especial en la reedición de Point Music, una extraña versión del "Bolero" de Ravel, experimental, interpretada exclusivamente con percusión, en la que encaja perfectamente la frase de Guimaraes: "en general, pienso que lo más importante en estos arreglos, en esta música, es la idea, no necesariamente la melodía, la armonía o ese tipo de factores". Aunque este cierre no sea excesivamente afortunado (el álbum va de más a menos), el conjunto no deja indiferente, dejando un buen poso en el oyente. Marco Antonio Guimaraes, Artur Andrés Ribeiro, Décio De Souza Ramos y Paulo Sérgio Santos eran los miembros del grupo en esta época, y el productor del disco fue Carlos de Andrade. Marco Antonio Guimaraes participa en la composición de todas las canciones ("A luá", Mapa" y "A lenda" en solitario) excepto, logicamente, del "Bolero" de Maurice Ravel, y aparte de los instrumentos construidos por él mismo, también aparecen en el disco otros de los de siempre, como piano, tambores y flautas.
"Mapa", y en general toda la discografía de Uakti, pasa de ser un sencillo álbum de música, hasta convertirse casi en un museo auditivo de nuevas posibilidades musicales acústicas; mucho se había avanzado en el siglo XX en cuanto a la música electrónica, con nuevas incorporaciones a la gama de instrumentación 'enchufada', pero más complicado era encontrar tan numeroso grupo de avances en el entorno acústico (se puede hablar de Harry Partch, por ejemplo), hasta llegar a la entrada en el negocio musical de Marco Antonio Guimaraes y Uakti. Guimaraes construía de niño sus propios juguetes en el taller de su abuelo, y ya de mayor, fueron los compositores de origen suizo Ernst Widmer y el mencionado Walter Smetak los que influyeron definitivamente en su evolución musical: "En Salvador descubrí que, en el sótano de la Escuela de Música, había un tipo construyendo instrumentos, y fui a saber qué era lo que hacía. Me quedé aturdido. Era el violonchelista Walter Smetak, rodeado por cientos de instrumentos extraños, extremadamente coloridos. Mi vida cambió cuando entré en aquel sótano". La dificultad es grande, pues el trabajo de inventar y construir los instrumentos tiene mucho de investigación, estudiando materiales, estructuras y complementos, y suelen tener problemas de afinación. "Algunas veces me han preguntado: -decía Marco Antonio- ¿Qué tienes en contra de los instrumentos tradicionales, e incluso de los electrónicos? Es lo mismo que preguntarse: habiendo ya tanta música en el mundo, ¿para qué componer?". De Ernst Widmer, mientras tanto, recogió influencias compositivas, la búsqueda de la síntesis entre lo popular y lo clásico, y la importancia de las percusiones. Así, Uakti conjugan elementos sudamericanos, africanos, clásicos europeos, jazz y otro sinfín de influjos ("mis influencias son muy diversas, por ejemplo la música clásica, la brasileña y las músicas del mundo entero"). Las giras internacionales del conjunto incluyeron a España en varias ocasiones, pudiendo comprobar el público in situ lo insólito de su puesta en escena, ya que en sus actuaciones había un importante efecto visual, dadas la novedad y características de los instrumentos, algunos de ellos de grandes dimensiones. La anécdota en nuestro país fue la elección de la canción "Earth", del disco de Point Music "I ching", como sintonía de la Vuelta Ciclista a España de 1994, su momento de mayor proyección internacional.
1 comentario:
Es necesario agradecer a Jorge Luis Rozemblum su ayuda en la documentación para este post, así como sus escritos sobre el grupo, hace ya bastantes años, en la desaparecida revista Música Global.
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