Gorelick es el apellido de uno de los intérpretes de música instrumental que más discos han vendido en las últimas décadas, un músico conocido por todos si obviamos ese apellido y le llamamos por el nombre que le ha conducido a la fama: Kenny G. Ese afortunado apelativo presenta al saxofonista estadounidense de culto que ha aupado a apasionadas composiciones de música ligera como "Songbird" o "Silhouette" a números 1 incuestionables, baladas que le han llevado a vender millones de copias en todo el mundo, una vez que su renombre en los Estados Unidos se convirtió en un imparable éxito internacional. Tras unos comienzos dubitativos en un Smooth Jazz no excesivamente afortunado, fueron las baladas las que le llevaron a la fama, pero es imposible creer en el éxito de esta delicada y romántica música de saxofón sin el impulso de una compañía de discos (en este caso la potente Arista Records), una promoción que le ha llevado a ser conocido en prácticamente todo el mundo. Así, en los 80 supo aprovechar las virtudes románticas de su música para despuntar primero con "Duotones" en 1986 (que contenía "Songbird", su primer gran éxito, escrito como una carta de amor a su novia -Lyndie Benson, futura esposa-) y a continuación con un trabajo alegre y completo de título "Silhouette", realmente su quinto álbum, publicado en 1988 por Arista.
Aunque fuera un término más antiguo, utilizado desde finales de los 70 para definir una música cruce de caminos entre jazz, pop, funky y rhythm and blues (David Sanborn, Spyro Gyra, George Benson o Grover Washinton, Jr. eran algunos de sus valedores), una década después casi podría parecer que el Smooth Jazz hubiese sido creado para Kenny G, dada su preferencia de la melodía sobre la improvisación en un entorno rítmico dominado por el saxofón. En este contexto, "Silhouette" fue un enorme acierto por lo familiar de sus melodías y por esa envoltura romántica tan pronunciada que provocó la conversión del saxo en un instrumento pasional, sensual, incluso erótico. Si "Songbird" fue la composición destacada de "Duotones", en "Silhouette" lo fue el tema homónimo: "Silhouette" es una de las grandes melodías de Gorelick (que compone en solitario más de la mitad de un álbum que también se encarga de producir). Pegadiza y hermosa -sin duda a la altura de "Songbird"-, afirmaba que fue grabada sin utilizar un estudio real, con un modesto equipo de grabación en un pequeño apartamento en Los Ángeles: "Es solo una muestra de lo que puede suceder cuando se reproduce música desde el corazón", dijo el de Seattle. "Tradewinds" no se queda atrás, presenta la calidez del smooth jazz pero sin acompañamiento vocal. Sin embargo, la obra sí que cuenta con vocalistas en las dos canciones propiamente dichas del álbum, ambas compuestas exclusivamente para este artista en alza: "I'll Be Alright", aun sin ser excesivamente pegadiza, pone una nota de color y un toque distintivo y agradable al álbum, al cortar el despliegue instrumental; está cantada por Andre Montague, que ya participó en el disco "Gravity", cosa rara en un Kenny G que no suele repetir vocalistas. Más adelante llegará "We've Saved the Best for Last", compuesta por Dennis Matkosky (ganador de un Grammy y nominado al Oscar por "Flashdance") y cantada por el veterano Smokey Robinson, que pasa algo más desapercibida ("Smokey Robinson es un gran tipo -comentaba Kenny-. Fue un placer conocerle y un honor tenerle para cantar una canción conmigo. Este dúo siempre será muy especial para mí"). Volviendo a los instrumentales, enseguida llegan dos de los más destacados: "Against Doctor's Orders" es uno de los cortes más atractivos y sorprendentes, presenta un ritmo contagioso y alegre con un cierto tono irónico: "Me había roto el pulgar en un accidente de coche y me dijeron que no podía tocar el saxofón durante unos meses. Grabé esta canción con un pulgar roto en contra de las órdenes del médico". Acto seguido se presenta uno de los grandes clásicos ocultos de este virtuoso, aunque "Pastel" no llegó a ser single ni es especialmente recordado en recopilatorios, es sin embargo de sus melodías más especiales, sensibles y sensuales, y guarda un estupendo solo de saxo soprano. Parece complicado depositar toda la carga de un disco en un instrumento de viento como el saxo, y de hecho, tras una primera mitad brillante, el tramo final del disco pierde un poco la chispa ("All in One Night", la soleada "Summer Song", o "Let Go", que parece recuperar emociones por medio del romanticismo), para acabar con "Home", este sí, otro buen tema de esencia nocturna, una emotiva y sincera vuelta a casa con la que acaba este hermoso álbum para todos los públicos, una obra que alcanzó el número 1 en las listas de Jazz Contemporáneo (al igual que "Duotones"), y unas ventas de 25 millones de copias en todo el mundo. Los sencillos del trabajo fueron "Silhouette" (con "Home" en la cara B y un tema nuevo, "Looking for a Way to Let Go", en el CDsingle), "Against Doctor's Orders" (con "Tradewinds" en la cara B) y "We've Saved the Best for Last". Además de los saxos (alto, tenor y soprano) y otros instrumentos (principalmente teclados) interpretados por Kenny, este se rodeaba de buenos instrumentistas de sesión para los bajos, guitarras, percusiones y demás teclados, entre los que destacaban Preston Glass y especialmente su amigo Walter Afanasieff, ganador de varios premios Grammy (especialmente el de la canción de Celine Dion "My Heart Will Go On", incluida en la película Titanic. Si con su obra hasta "Silhouette" Gorelick se había caracterizado por una música melosa, incluso empalagosa para algunos, esa dosis de romanticismo iba a verse incrementada en el siguiente disco de estudio de este intérprete de rizada melena, "Breathless". Antes de ello, su fama iba a continuar in crescendo gracias a su álbum en directo "Live" (cuyo tema "Going Home" fue un sorpresivo hit en China) o a su participación en la banda sonora de la película 'El guardaespaldas' (la BSO más exitosa de todos los tiempos, según algunas fuentes), en la de 'Pretty Woman' y en el drama protagonizado también por Julia Roberts 'Dying yYoung' (Elegir un amor), para el que creó una acertada y popular composición como tema principal, y colaboró con un joven James Newton Howard.
La popularidad de este saxofonista demuestra que hay una línea muy fina entre la música instrumental y el publico, siempre que esté construida con unas ciertas condiciones primarias de melodía y ritmo, y se promocione convenientemente. El tercer punto es adoptar una imagen atractiva, elegante y fácil de reconocer, y eso es algo esencial en Kenny G, su larga melena rizada es un icono del Smooth Jazz y motivo recurrente de las portadas de sus discos. Indudablemente, este desvío de atención parece decir poco a favor de la calidad musical de nuestro protagonista, que ha recibido numerosas criticas y ataques directos por parte incluso de compañeros de profesión: la mayor polémica la motivó Pat Metheny, que habló sobre Kenny como un saxofonista con serios problemas rítmicos y un limitado vocabulario armónico y melódico, que toca desafinado y ni se acerca a ser un buen instrumentista: "Lo que demostró fue una habilidad para conectarse con los impulsos más básicos de la audiencia, reutilizando sus dos o tres licks más efectivos (sosteniendo notas largas, o pasajes rapidísimos, aunque con deficiencias armónicas) en los momentos claves, para incentivar al público una y otra vez". Realidad o envidia por el ingente número de ventas, Metheny deliberaba sobre la conveniencia de utilizar la palabra jazz en la música de Gorelick, pero fue relativamente amable hasta que este realizó una versión de "What a Wonderful World", de Louis Armstrong: "Con este movimiento, Kenny G se convirtió en una de las personas en el mundo a la cual no puedo valorar como hombre (por su increíble arrogancia al considerar posible semejante cosa) ni como músico, por pretender compartir el escenario con la figura más importante de nuestra música". Aunque se pueda entender la opinión de Metheny en este sentido, las melodías originales de Kenny G seguirán alimentando el placer de escuchar una agradable y distendida música de saxofón, como la incluida en "Silhouette".
De alguna manera era casi obligatoria la incursión de Kenny G en éste blog.
ResponderEliminarTambién podría haber sido igualmente adecuado cualquiera de los trabajos que comentas hasta el año 92. Y digo que esta muy justificada su presencia aquí porque durante aquellos años de boom, conceptualmente su música tenía claros elementos de la new age.
Creo que apostar por un estilo melódico romántico es muy valiente y además extraordinariamente difícil hacerlo bien y con sensibilidad. Recuerdo a pocos que lo hayan hecho realmente bien en ése ámbito: Hamlisch, Dave Grusin, Bacharach, Streisand...
Y la verdad es que el bueno de Gorelick sale bien parado en ocasiones e incluso con nota alta como en Pastel, Going on y varias más.
Pero la triste realidad es que parece claro que se ha convertido con los años en un simple versioneador de hits, en un experto en ambientar a parejas de clase alta antes del lance venéreo, en un hábil amasador de fortunas. Curioseando por internet el otro día le ví durante un concierto haciendo su numerito de la nota sostenida largo rato ¡mientras saludaba con la manita en plan infanta! ¡El rostro que tiene éste hombre es impresionante!
El caso es que escuchando "Silhouette" o "Kenny G Live" es difícil resistirse a lo bien que sonaba ése saxo, donde no aprecio microtonos por lo alto, como decía Metheny, cosa que sí noto en Paxariño o en Garbarek, mucho más interesantes por otra parte, qué cosas.
En fin, otro gallo habría cantado si hubiera optado por otros derroteros y se hubiera juntado a la nómina de Windham Hill o Narada con gente como Ira Stein, Will Ackerman, o Manring...
Qué gran reflexión, colega.
ResponderEliminarLo de Windham Hill me suena a cine fantástico, pero es un buen ejercicio pensar en lo que podría haber pasado con su carrera, que como bien dices ha decaído en 'versionador de hits'.
La verdad es que siempre me ha caído simpático el tío.
El lance venéreo, qué cachondo, je je.