Aparte de las demás manifestaciones de sus inquietudes musicales (en solitario, en dúo o en trio -el quinteto vendría poco después-), la del cuarteto fue para Lito Vitale una manera gozosa de presentar una música alegre y tremendamente viva. El de Villa Adelina decía: "en realidad me siento cómodo en cualquiera de los formatos. Los puntos más importantes fueron el trío, el cuarteto y el dúo con Baglietto, son los que han tenido más trascendencia y donde el resultado fue musicalmente óptimo para lo que yo estaba buscando en esos momentos". A finales de los 80, coincidiendo con esa faceta artística que comenzó en 1987, este teclista argentino fue conocido y reconocido en España, país que le acogió -ante la satisfacción del artista, deseoso de ser escuchado- con buenas ventas y populosos conciertos. Un tema mítico de estas representaciones en vivo no pertenecía a ningún plástico de Lito, se trataba de una 'estudiada improvisación' de titulo "La excusa", una obra genial que levantaba al publico de sus asientos por lo radiante de su desarrollo y por la maestría de su interpretación a manos de los cuatro virtuosos. En 1991 se iba a hacer justicia con esa extraña y lamentable ausencia, ya que Ciclo 3 publicó en Argentina el trabajo que contenía al fin la mágica composición, un álbum titulado generalmente "La excusa", que meses después llegaba a España de la mano de GASA.
Es curioso como, por obra y gracia de la mercadotecnia, este músico de jazz, rock instrumental y folclore fuera enclavado en el saco de las nuevas músicas, incluso de la new age. Su esencia melódica, así como desfilar por ciertos programas radiofónicos de éxito, fueron la 'excusa' definitiva para esta furtiva inclusión ("En general las etiquetas no valen (...) En las tiendas de música debería haber una sección que pusiera 'músicos'", comentaba al respecto Lito, que también acuñó el apelativo 'gran música de fusión'). "La excusa" cuenta solamente con cuatro largas composiciones, de las que una es ya conocida ("Una excusa") y otra es, por título, una improvisación ("Permiso, voy a improvisar un poco"), lo que podría dar a pensar que este trabajo fuera un aprovechamiento del gran momento popular de la banda. Nada más lejos de la realidad, la necesidad del tema principal y los buenos momentos ofrecidos por las demás, especialmente "Algo nuevo", hacen de "La excusa" un disco que no se queda atrás respecto a los anteriores del cuarteto. Como inicio, "Algo nuevo" no es que presente especialmente nada novedoso, pero sí que consigue contarnos una hermosa historia en trece minutos muy llevaderos. Un excepcional fondo de esencia minimalista casi eclipsa al saxo y su acertada melodía de aires populares al comienzo de la pieza, para pasar a ser el teclado el que toma un gran protagonismo en su tramo medio (espectacular el solo que comienza en el cuarto minuto con sonido de harmónica), inundando de aromas de jazz y de tango esta grácil pieza en la que cada instrumento es un personaje, aportando cada uno sus cualidades para conformar otra gran composición del cuarteto. No obstante, es reseñable que la mayoría de este disco -los tres primeros cortes- fuera grabado por un 'falso cuarteto', un terceto realmente en el que Vitale, volviendo a sus inicios, interpretaba la batería. Si bien es evidente que en vivo se solucionaba esa situación, hay que precisar que los músicos del disco fueron exactamente: Lito Vitale (teclados, voces, percusión, batería en los dos primeros cortes), Marcelo Torres (bajo de 6 cuerdas), Manuel Miranda (flautas -quena, antara- y saxos -tenor y soprano-) y Jorge Araujo (batería en el tema "Una excusa"). No se perciben las "Opiniones encontradas" en el segundo corte, más bien nos encontramos de nuevo con una grata armonía de intérpretes, cada instrumento tiene delimitado su espacio y casi se pueden disfrutar en solitario bajo, piano, flauta o batería, tanto como en un conjunto alegre y vistoso con efluvios de bossa nova y folclore. "Permiso, voy a improvisar un poco" es una larga improvisación soñadora, una magistral demostración a los teclados combinando diferentes estilos, y de hecho otro punto culminante del trabajo, donde se pueden atisbar referencias de obras anteriores de Lito, en lo que sin duda es un sonido característico en su carrera. Es aquí cuando aparece el momento culminante del disco, la esperadísima "Una excusa", tema que provocó la aparición del álbum: "Lo hicimos porque queríamos grabar el tema que daba título al disco, porque que me gustaba muchísimo el solo de Marcelo en el bajo. Nos parecía absurdo no grabar esa música aunque ya estaba pensando cambiar el grupo o dejar un tiempo sin grabar". La melodiosidad de un bellísimo piano conduce a la pieza al territorio del viento, un vistoso paraje con la rítmica y espectacular intrusión del bajo; es este el que destaca especialmente en un interludio en el que, tras un suave comienzo, acaba aflorando el carácter de cada engranaje de la banda, para retornar a la melodía de comienzo notablemente engalanada, y con un magistral solo de bajo que no se puede describir con palabras. Una pieza para la historia del cuarteto, en la que no hay que olvidarse de la percusión que la acompaña, ni por supuesto de un piano que cede un poco su papel protagonista, no solo ante el bajo sino por un viento excepcional. La composición básica, como todas las del trabajo, es de Lito, que borda esa particular 'gran música de fusión'. Exultante y vivaz, "Una excusa" es un delirio de belleza y compenetración de cuatro músicos en uno, ya que esta vez sí que la grabó el cuarteto: la melodía del viento (Miranda) la entrada y los interludios del piano (Vitale), el acompañamiento de la batería (Araujo), y la innombrable demostración de técnica y el enorme solo de bajo (Torres). Escuchando grandes momentos como este se entiende la frase de su autor: "Me siento feliz haciendo música".
Dos años después de "La excusa" llegó el último álbum del cuarteto, "La cruz del sur". Muy exigente con su propia música, la considera un proceso cambiante, que depende de muchos factores absolutamente personales. Así, más tarde, aparte de otro tipo de obras en solitario o en colaboración, Lito incluyó una guitarra en su banda para crear el Lito Vitale quinteto. Rubens 'Donvi' Vitale, padre de Lito, pedagogo musical y creador junto a su mujer, Esther Soto -también profesora y cantante-, de numerosos proyectos musicales (entre ellos MIA -Músicos Independientes Asociados-) y del sello Ciclo 3, murió el 26 de octubre de 2012. Él fue una especie de alma mater para Lito, su hermana Liliana y tantos otros músicos que pasaron por sus clases, y que por ejemplo configuraron el proyecto MIA (Músicos Independientes Asociados), cuando Lito tenía 13 años: "Mi viejo me enseñó a buscar siempre el camino más artístico y verdadero, a no volverme loco con que las cosas funcionen económicamente". 'Donvi' fue sin duda culpable en gran parte de que esta música llegara hasta nosotros, y el talento natural de su hijo hizo de él un músico reconocido, creador de obras tan fabulosas, incluso inmortales (y no importa la denominación ni clasificación de las mismas) como "Ese amigo del alma", "Recuerdos en mi bemol", "Los dueños del sol" o "Una excusa", que tras deambular por múltiples escenarios encontró acomodo en CD y vinilo en 1991.
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4 comentarios:
Poco más se puede añadir a éste "la excusa", pero sí me da pie para recomendar al que le interese éste músico un documental argentino "Encuentro en el estudio con lito vitale" (https://www.youtube.com/watch?v=dwlfC9t6jd4) en el que podemos apreciar a Lito en su estudio creo que en el 2010.
Siempre me ha sorprendido observar cómo tantos músicos con mucho talento que sobretodo en sus inicios realizadon grandes cosas para acabar ya en su madurez por decantarse hacia estilos más populares, impersonales, superficiales y con menos pretensiones (se me ocurren a bote pronto Oldfield, Yanni, Jarre, Winston).
Parece ser pues que el bueno de Lito no volverá a deleitarnos con trabajos en la línea de los que todos recordamos(snif).
Ojo, es posible que lo que hace ahora merezca más la pena de lo que parece, y aquí entono el "mea culpa" por mi claro prejuicio.
Bastante de acuerdo, aunque aún puedo disfrutar con trabajos de esos artistas (el último ejemplo es "Electronica" de Jarre), hay que reconocer que en gran medida no alcanzan el nivel exhibido en sus inicios. Es muy común (incluso lógico) en la mayoría de los artistas, eso de irse diluyendo, dejarse llevar.
En el blog lo veo muy claro, los años 90 son como una montaña, hay muchos más discos reseñables (a mi entender) a comienzos de esa década, y tanto hacia los 70 como hacia la actualidad hay una evidente cuesta abajo, lo cual no quiere decir que no haya grandes discos para criticar, cosa que intento hacer poco a poco.
Ohhh, grandiosa entrada. No puedo dejar de disfrutar con el tema "Una excusa" y ese solo final de bajo magistral de Marcelo Torres. De obligada escucha para cualquier amante de ese instrumento!
Y para cualquier amante de la música, añado. Un saludo, amigo.
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